¿Alguna vez se han encontrado con alguien brillante, de esas personas que tienen eso que deslumbran, se hacen tan imposibles que aunque estén frente a ti y estires tu mano nunca los alcanzarías?
Eso era lo que Él era para la inmensa masa de estudiantes que más por las ganas de estudiar, iban solo por verlo a Él. Yo podría ser algún tipo de excepción y solo porque entendía que la fauna escolar es cruel y si no estás en la cima de la pirámide alimenticia, no eres nadie por lo tanto nadie ve que estás ahí.
Y no Él no me gustaba ¡POR DIOS, SOY UN CHICO!, Aunque siempre pensé que para gustarte alguien el género no importaba. Pero ni se les ocurra pensar que ÉL podría llegar a gustarme, ni que fuera el último ser humano sobre la tierra.
En fin como llamarlo Él, todo lo que dure esta historia, se hace tan molesto e impersonal. Con ustedes dejo al señor Choi Minho, derretidor profesional de corazones y la principal razón de los estudiantes de la prestigiosa (y costosa) Korea Universal University, (KUU) para dignarse a cumplir sus labores de universitario.
Mientras que en la vereda de la invisibilidad estaba yo Lee Taemin. Un tipo con el pelo largo, delgado y pálido como el demonio, parecía más una niñita que un sujeto de 22 años estudiante de la KUU.
Como pudieron percatarse el señor popularidad y yo no teníamos nada con lo que coincidir. Pero que extrañas son las circunstancias que se empeñan en juntar a las personas que nunca debían conocerse.
Siguiendo…
Un día, un fatal y extraño día, iba caminando por uno de esos pasillos de la KUU en los que nadie transita, estaba solo y cargando más libros de los que podía.
- Yo te amo, podríamos hacer una excepción no me importa si quieres estar con ella también, ¡SOLO NO ME DEJES!
La declaración-grito me detuvo e inmediatamente se me paso por la cabeza que la tipa debe ser algo así como la encarnación de la autoestima en la tierra, seguí caminando y mientras lo hacía me acercaba aún más a la pareja que discutía, aunque la verdad solo la escuchaba a ella.
-Vamos cariño, puedes obtener 2 por el precio de 1.
“Chica ni que fueras oferta de supermercado ¿Cómo se podía seguir reduciendo así?” me atreví a pensar. Aun no los veía, aunque ver el espectáculo siendo el único espectador no me atraía demasiado. Mi único deseo ahora consistía en pasarlos lo más rápido que pudiese e ir a dar esa maldita ayudantía a la que ha propósito ya iba lo demasiado atrasado como para detenerme.
-Mi-Young, te engañé deberías odiarme aprovechemos esta oportunidad y rompamos, no podré darte lo que quieres.
¿Este pasillo era infinito? Si seguía así, solo me harían falta el sillón y las palomitas para presenciar el espectáculo con toda la comodidad. En otras noticias ¡Por fin se escuchaba al tipo!
-Minho entiende te amo, haría lo que fuera por ti.
Esta bien el pasillo no era eterno y ya entraban en mi campo de visión Choi Minho y la señorita más apetecida por la universidad, Mi-Young. Ella lloraba frente a un sonriente Él, tan insensible y extrañamente hermoso que me causaba miedo.
-Por favor no insistas. Ahora debo ir a clases.
Pasé rápidamente, evitando el contacto visual como si los dos que estaban ahí compartiendo mi espacio fueran algún tipo de animal salvaje y si los miraba o mostraba interés ellos, me matarían despiadadamente. En realidad era Minho quien asustaba.
-Minho te amo.
Volvió a repetir.
-Lo siento, debo irme.
El tipo apartó a la chica aun llorando y se dirigió hacia alguna dirección. Por mi parte entre a la sala y unos 25 alumnos me miraron con cara de “¿Quién es este?”. Esta sí que iba a hacer una larga ayudantía.
***
-¿Cómo te llamas?
Había terminado la ayudantía y según mis estadísticas el 100% del alumnado ya sabía sumar, no en realidad los logaritmos eran algo fascinante si estudias algo relacionado con las matemáticas, pero sino era así podría convertirse en el mismo demonio. Continuando, tenía que entregar los libros al profesor titular, pero un tipo me bloqueaba el paso hacia la sala en donde se encontraba. Bueno no era un “tipoquenoconocía” era el mismísimo Choi Minho.
“Taemin, la bestia vino por sangre”
-No diré nada de lo esta tarde.
Me apresuré, no quería tener que ver con alguien que asustaba más que mi mamá cuando no la llamaba para avisar que llegaría tarde y eso sí que era ver a mis peores pesadillas.
-Está bien gracias, pero eso no fue lo que pregunte.
Replicó. En mis pensamientos solo existía la frase “Taemin arranca mientras puedas”
-Lo siento es secreto, ahora si me dejas pasar estos pesan.
Miré los libros que traía. Sorpresivamente el tipo los tomó y entro a la sala de profesores, yo iba atrás. Para mi mala fortuna solo estaba el profesor a quien debía devolverlos.
-Profesor Kwan, sus libros.
Minho dejaba los textos delante de un profesor de lentes y pelo blanco. Mientras seguía hablando.
-No deberías hacer que tus alumnos carguen con tus cosas.
El profesor lo miró y sonrió fue ahí que me percaté que se conocían más que como un profesor-alumno y si las ganas de arrancar podían tener el 65% de mis prioridades automáticamente subieron al 93%.
-Señor Choi Minho, que sorpresa el tenerlo por aquí. Veo que ha ayudado a nuestro Lee Taemin.
Mierda, mi nombre, del 93% aumentó al 97%.
-¿Con que Lee Taemin es el nombre de tu nuevo esclavo?
El profesor volvió a sonreír.
-El señorito Taemin es una de las nuevas adquisiciones de la universidad, y déjame decir que ha sido de las mejores incorporaciones.
Me habían olvidado, estos tipos hablan como si yo no estuviera ahí ¡QUE MOLESTO!
-Si me disculpan, debo irme.
Los dos me miraron inmediatamente.
-Si Taemin puedes irte, muchas gracias.
Abrí la puerta y traté de desaparecer lo más rápido que podía. Pero como precisamente hoy todo el mundo está jugando a “fastidiemos a Taemin”, no lo conseguí el tipo me gritó en un pasillo lleno de personas.
-¡LEE TAEMIN, NO DES NI UN PASO MAS!
Me detuvé. El grito había alertado a las personas a nuestro alrededor que por un breve instante se pararon a ver qué es lo que pasaba. Algo que ni yo mismo podía responder.
-¿Qué quieres?
Sonreí obligadamente, las personas ya comenzaban a caminar.
-Conversar.
Su cara permanecía estoica sin mostrar la más mínima expresión.
-¿Conversar?
La idea me parecía absurda el tipo no me gustaba ni como compañero de conversaciones ni como amigo, de hecho de ninguna forma me gustaba.
-Sí, conversar.
Lo miré tratando de entender cada palabra que salía de esa perfecta y espeluznante boca. Pero no esto está fuera de mi campo de comprensión. Esto simplemente no tiene lógica.
-¡Minho las chicas nos esperan!
En eso apareció mi salvación, un tipo, vestido extrañamente, venia corriendo en nuestra dirección en realidad en la dirección de Minho para llevárselo quien sabe dónde.
-Key dile que esperen por mí solo será un momento.
Al parecer el chico Key le estorbaba, pero su maldita diplomacia le hacía actuar como el tipo que vendría en el caballo blanco vestido de príncipe a rescatar de una torre a la princesa que es custodiada por un enorme Dragón. Repentinamente Key me miró y sonrió, con superioridad casi como si entendiera algo que yo no para irse sin decir ni una palabra más.
-Lee Taemin.
Ya empezaba a odiar el tono arrogante de cuando decía “Lee Taemin”, nunca mi nombre sonó tan extraño.
-¿Qué?
Me agarró de los hombros y toda su perfecta cara de pronto estaba frente a mí, tan cerca que podía sentir su respiración.
-Desde mañana, no te dejaré en paz, prepárate te perseguiré.
Me soltó y se fue por donde Key había venido.
“¿Perseguirme? A este sujeto la popularidad le ha afectado el cerebro”
No le di mayor importancia a las palabras volátiles de un ser humano que cree que con una mirada conquistará el mundo.
“Grave error Taemin, grave error”
***
-¿Por qué las chicas no aceptan que solo es una noche? No las entiendo, en la mañana me dijo que le diera mi número que deberíamos salir en una cita y yo apenas sabía su nombre. En fin la tipa me golpeo, Taemin consuélame.
Efectivamente el tipo tenia marcados los dedos de alguna chica sobre su cara y eso debía doler como el infierno. Pero más importante aún, era lo que hacía Minho en una sala de estudio que no pertenecía a su facultad contándome su drama personal. ¿Se acuerdan del “te perseguiré”? Bueno habían pasado 2 semanas desde que el sujeto en cuestión no me dejaba en paz. Primero opte por guardar silencio pero eso solo activo su lengua. Después le dije claramente que no quería que me fastidiara, pero no me tomó en cuenta y solo me quedo rendirme, levantar la bandera blanca por la paz. Hablaba cuando era estrictamente necesario y escuchaba sus estupideces, esos eran mis actuales “privilegios”.
-Con respecto a consolarte, pídeselo a alguna chica y respondiendo a tu pregunta te sugiero buscar ayuda profesional, podrías encontrar algo así como una hospital psiquiátrico.
Sonrió mientras ponía esa maldita cara felina.
-Vamos Taemin, ¿no soy lindo? Merezco que mi Tae me consuele.
Me levanté para dejar el libro que traía en las manos a una estantería cercana.
-Yo no quiero ser tu amigo.
Dije despreocupadamente mientras seguía buscando.
-Yo tampoco.
Está bien entonces ¡PORQUE EL MALDITO ACOSO!, quería preguntar pero me contuve entre más interés le muestras más apegado puede hacerse, la bestia Minho es extraña.
-¿Entonces porque estás aquí?
Me aventuré.
-Que tonto eres Lee Taemin, tonto pero lindo.
Otras vez la maldita arrogancia. Se acercó hacia donde estaba y para cuando pude reaccionar, tenía su lengua en mi boca y sus manos en mis caderas. ¡Dios me derretía! Todos mis sentidos se canalizaron en sentir como su dulce lengua recorría mi boca sin dejarme respirar, sino escapaba era capaz de sumergirme y no querer salir nunca más. -“Los poderes de las bestia”- Tuve tanto miedo que lo empujé, evitando su mirada trate de que en un milisegundo mi cara volviera a ser la de siempre.
-Deberías buscar a alguien más apropiado para consolarte.
No lo miraba, sabía que el milisegundo no había funcionado.
-¿Alguien más apropiado?
Podía sentir como Minho se reía.
-Alguien a quien le guste que lo beses, por ejemplo.
Me dirigí hacia la mesa en la que estaba, y comencé a recoger mis cosas el próximo paso era arrancar.
-Hay un límite para hacerte el desentendido y tú ya lo haz cruzado.
Ya estaba en la puerta, solo era girar la manilla y correr tanto como me diera mis piernas. Minho volvió a remeter.
-Taemin quiero que me ames.
¡Oh mi jodido…!
-Como humorista, morirías de hambre.
Salí de aquella sala y mientras me alejaba mi maldito corazón latía a toda su capacidad.
Continuará...