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Y por eso SuHo y Tao ya no se quedan solos por ValeCaroline

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Notas del capitulo:

Hola!! Este es un oneshot que escribí hace mil años. Cuando recién empecé a escribir sobre EXO, y la dongsaeng me pidió que escribiera sobre estos dos... 

Tao estaba aburrido.

Los días libres eran geniales, nada que hacer. Por lo general los miembros iban al Río Han. De hecho ahí estaban, porque ese era un día libre… sí, día libre.

—¿Quién me manda a enfermar justo hoy? —exclamó pateando las frazadas que tenía encima, pero comenzó a toser con fuerza. No tendría que haber esforzado su garganta.

—Tao, deja de gritar así. Ahora tengo que prepararte un té. —Esa era la dulce voz de su omma. SuHo era el único que se había quedado con él.

—Hyung, lo siento —dijo apenado, se sentó contra la pared para recibir su bebida.

—Con la temperatura exacta para no quemarse y la azúcar exacta para no morir por diabetes —dijo SuHo, con una sonrisa en sus labios.

De hecho parecía agua sucia, casi nada de sabor y tibia, ni fría ni caliente, más bien esa temperatura que parece tener ríos de corriente fría en medio de un mar calmo y cálido. En pocas palabras, intomable. Pero Tao no dijo nada y lo tomó bajo la atenta mirada de su omma.

—Tao shi, es mejor que te cuides. Sabes que te enfermas muy fácil, y todo por no tomar tus vitaminas. —SuHo le acarició el cabello y se llevó la taza, dejándolo nuevamente solo, y aburrido.

Soltó un suspiro y volvió a recostarse. Se tapó hasta la nariz y cerró los ojos para poder conciliar el sueño. Era lo único que podía hacer en una cama.

 

Un fuerte ruido lo despertó. Y Tao odiaba despertarse de golpe.

Olvidando el dolor que tenía en el cuerpo, se sentó y furioso observó cómo su omma intentaba acomodar una caja con todos sus elementos de wushu.

—SuHo hyung, ¿qué haces? —preguntó queriendo sostener una carcajada. El chico lo miró apenado, mientras colocaba la caja en su lugar.

—Lo siento. Estaba aburrido y quería probar hacer algo de artes marciales. —Se sentó al lado de Tao. El menor lo abrazó, su omma era realmente adorable.

—Podrías haberme preguntado simplemente. —SuHo no se separaba de los brazos de su dongsaeng, lo cual comenzaba a parecerle extraño a los dos.

—Es mejor que sigas durmiendo, sino no te recuperaras.

Tao volvió a acostarse.

 

SuHo estaba aburrido.

En su primer día libre luego de meses tenía que quedarse en el departamento. Su más adorable hijo se encontraba enfermo. Eso no era lo que lo molestaba. No.

Los miembros del grupo habían decidido tan solo irse del departamento dejándolo solo. Sin preguntarle nada. Solo se habían ido. Insultaba a todos mentalmente.

Tao se había dormido. Por lo menos él sí podía hacer algo. Encendió el televisor, pero no encontraba nada bueno. De pronto se detuvo en un canal. Estaban enseñando a hacer artes marciales, así que decidió seguir las instrucciones del profesor.

Estaba tan concentrado en intentar hacer artes marciales bien, que decidió practicar con las armas de Tao cuando finalizó el programa. Pero un ligero cambio de planes surgió cuando despertó el liviano sueño del chico.

Decidió volver a la cocina. KyungSoo le había dejado el almuerzo. Quizá así podría pasar un poco el tiempo calentándolo y comiendo. Pero la verdad era que SuHo era un asco en la cocina.

—¿Qué sucedió? —Tao llegó asustado, con una frazada cubriendo su cuerpo, para encontrarse con su omma cubierto de lo que parecían ser fideos de ramen. Soltó una carcajada y se acercó a él, quien le hacía un pequeño y adorable puchero—. Vamos a pedir algo.

—Estás enfermo, tienes que estar acostado, Tao.

—A la mierda con todo. Estoy aburrido, gege. Miremos una película, mientras comemos pizza.

—¿Quién te enseño esas palabrotas? —le regañó. Tao solo se encogió de hombros.

—SeHun —dijo con indiferencia.

Y así fue como terminaron sentados en el gran sofá de la sala, con dos pizzas tamaño familiar y mirando una película que encontraron en la habitación de SeHun. Se llamaba “El conjuro”, así que SuHo pensó que se trataría de alguna de brujitos.

 

Cuando los miembros llegaron de su día libre, no encontraron a SuHo ni Tao en ningún sitio.

—¿Habrán salido? —preguntó ChanYeol, rascando su cabeza.

—No lo creo, habrían dejado una nota. SuHo omma es muy precavido —mencionó Chen.

—CUANDO LOS VEA LOS ASESINARÉ. —Todos corrieron hacia el living, desde donde MinSeok había gritado, encontrándose con un gran revoltijo de frazadas, mitad de una pizza en el suelo, fuera de su paquete, y las dos cajas vacías en un rincón tiradas.

—Creo que ya sé dónde están —dijo SeHun, mostrando el DVD que sacó del reproductor. Todos comenzaron a reír con fuerza.

—¿Por qué habrán visto esa película? ¿No sabían que es una de las más tenebrosas de los últimos años? —preguntó BaekHyun, secándose las lágrimas.

—Iré a buscarlos —espetó Lay con un gesto cansado, y se dirigió a la habitación que compartía con SuHo.

Al ingresar, se encontró con un fuerte hecho con los colchones y un proyectil-almohada que fue lanzado directamente a su cabeza. Ahí estaban, los dos más miedosos de EXO, con baldes en la cabeza y espadas de escobas en las manos.

—¡Volvieron! —exclamaron ambos al unísono, corriendo hacia Lay, para colgarse de su cuerpo.

—Sí, sí. Tranquilos, ya pasó.

 

Y por esa razón, ya no dejan a SuHo y Tao solos en la casa.

Notas finales:

¿Que les pareció?

No recuerdo que idea tenía para este fic originariamente. Pero quedó esto. ^^ Espero que les haya gustado!!

 


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