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Los seis cincuenta por Nancyns4

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Notas del fanfic:

Los personajes de Fullmetal Alchemist (鋼の錬金師 Hagane no Renkinjutsushi)  no me pertenecen son propiedad de 

 

Hiromu Arakawa.

Notas del capitulo:

Hola amigos y amigas, hoy les traigo una nueva historia espero sea de su agrado, esto ya lo tenía en mente desde hace tiempo y decidí publicarlo de una vez, se que no he terminado Circle of time pero no se preocupen me pondré al corriente con esa historia, ya  comencé el capitulo 6 pero este será largo por esa razón no lo he publicado pero no se preocupen pronto actualizare esa historia, bien sin más que decir me retiro espero y disfruten del capitulo.

Los seis cincuenta

 

Capítulo 1

 

“Y así te conocí”

 

 

 

“Vida”

 

Una palabra, tantos significados, como explicar algo tan infinitamente extenso, tan sencillo y complicado, la existencia de todo ser vivo, en un mundo tan complejo y pequeño al mismo tiempo, tan insignificante para muchos y substancial para otros.

 

Cambiante e imponente, solemne, caprichosa y complaciente, una vida llena de belleza, virtudes, amor… ¡oh!  El amor, tan fácil de caer en el, tan fácil como  también puede escaparse entre los dedos. 

 

¿Dónde quedo la belleza de mi mundo perfecto?

 

¿Dónde está mi felicidad?

 

Mi familia…

 

Mi vida…

 

Mi infinitamente extenso significado de la vida…

 

Todo se ha reducido a estas cuatro paredes, forjadas por gruesas rejas metálicas. Frio, sucio y silencioso…

 

Miradas tristes a mí alrededor, impotentes y temerosos ojos dorados se encuentran con los míos.-“todo estará bien, te lo prometo confía en mi”.- palabras de consuelo envían mis ardientes ojos dorados a la persona frente a mí, ojos  que espero aun tengan la vida que reflejaban en el pasado.

 

-Hermano…- susurrantes palabras que me llegan a los huesos mencionan sus labios resecos, al momento que me mira con esa mirada cansada y apagada, como extraño el fuego en ellos.

 

-Saldremos de aquí…- se escucha en el silencio mi voz reseca.- te lo prometo Al…- si yo lo haría realidad, sacaría a mi pequeño hermano de este nuevo infierno en el cual nos encontramos.

 

*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*

 

 

 


 

 

 

 

 

El solemne sol se situaba por encima del frondoso bosque en el cual se encontraba, burlescos rayos de luz resplandeciente se filtraban por las gruesas y frondosas ramas de los imponentes arboles, sin embargo eso no era suficiente para calentar su ya frio y solitario corazón, sofocante y húmedo al mismo tiempo, un lugar donde ni siquiera los mas cálidos rayos solares podrían llegar, aun que su existencia era presente la calidez no lograba llenarlo.

 

No importaba cual maltrecho se encontrara el camino frente a sus ojos, nada lograría pararlo, el se encontraba en ese lugar con un solo objetivo.

 

Ojos brillosos y cansados observaban todo a su alrededor,  sus ropas gastadas gracias a las ramas sobresalientes y zapatos enlodados, una gruesa y pesada espada se situaba en su espalda, lista para ser blandida y eliminar todo en su camino.

 

Como había terminado en esa situación, como su vida había terminado tan mal, todo era tan injusto, doloroso y sangriento, si tanta sangre, sangre inocente de niños, jóvenes y ancianos.

 

¿Cuánto tiempo había pasado desde que su vida se había convertido en un martirio? días, meses o quizás años, en realidad ya no lograba recordad con exactitud, lo único que no sería capaz de olvidar, era esa dulce y bella sonrisa,  graciosa y encantadora, gentil mujer que fue su acompañante durante unos pocos años, bella flor inmarchitable, largo cabello rubio que reflejaba el sol naciente, esos ojos los cuales lo enamoraron al encontrase con los suyos.

 

Como la felicidad de su mundo perfecto se extinguió en un abrir y cerrar de ojos, su bella esposa, se la arrebataron injustamente, la amaba, la amaba tanto que su propia vida se extinguió al momento que ella cerro sus claros ojos.

 

Ahora marchito desprovisto de vida, el se encontraba  caminando por ese frio bosque, en busca de eliminar a los asesinos de su difunta esposa, en un vano intento de aliviar el dolor con una necia venganza.

 

Porque el Roy Mustang muy en el interior sabía que muy probablemente moriría, pero acaso eso no era algo bueno, que no al morir se encontraría con su amada en ese mundo desconocido por todos.

 

Oh como lo deseaba, encontrarse con el amor de su vida en otro mundo y disfrutar lo que no pudieron en este mundo podrido.

 

Su existencia en esta tierra ya no era necesaria, ya había dado todo lo necesario, aporto lo que debía haber aportado, su cuerpo cansado, su mente y  alma estaban demasiado desgastadas, tanto que ya no podía dar más aun que quisiera, quería dormir, caer en un eterno sueño donde el dolor se fuera y fuera remplazado por el alivio.

 

Si el moría, el mundo no se detendría por una existencia tan insignificante como la suya, así que ¿cuál era el problema? ¿Por qué a un existían personas las cuales aun lo querían mantener vivo cuando el ya se había dado por vencido? La esperanza ya se había filtrado de su pensamiento, ya no existía una pizca de ella, aun que muchos se aferraran a ella como si fuera una salvación inexistente, tantos afirmaban que no todo estaba perdido, que la paz y el mundo anterior regresarían, pero no, el ya no creía en ello.

 

Morir sonaba tan tentador, la cómoda oscuridad estaba seguro que lo esperaba, y si llegaba a hundirse en ella les deseaba a los vivientes la mejor de la suerte, porque solo tal vez, el mundo llegaría a ser el mismo de antes, un mundo al cual la luz lo alcance nuevamente y deje de estar manchado de sangre.  

 

-Riza… llévame contigo…- palabras dolorosas se escaparon de sus labios, su andar se detuvo mientras sus oscuros ojos miraron al cielo en un hueco entre los frondosos árboles.

 

-Riza eh…-

 

Su sobresalto fue visible para el nuevo desconocido que se encontraba a sus espaldas.

 

El sudor en su frente se hizo presente provocando que el azabache cabello se adhiriera a su rostro, girando lentamente sobre sus talones se percato que una bella mujer se encontraba tras de él.

 

No más de 1.60 m era su estatura, su castaño cabello lacio llegaba a sus hombros, delgada de tez blanca con ojos grandes y nariz pequeña, un corto vestido negro hacia resaltar su figura, pero lo que más llamaba su atención eran esos ojos rojos, porque sabía lo que significaban. Por fin después de tanto buscar había encontrado a su presa.

 

-Ella ¿Era alguien importante para ti?- pregunto la castaña, una sonrisa de dientes blanquecinos se poso en su rostro.

 

-no es de tu incumbencia.- respondió el pelinegro sin emoción alguna mientras  una mano enguantada se deslizó sobre su espada. 

 

-Eso fue muy grosero de tu parte.- respondió la mujer fingiendo estar dolida por la indiferencia de pelinegro.- ahora ¿en verdad piensas atacarme con ese artefacto repúgnate?-

 

Ojos calculadores miraban a la mujer.-“¿cuántas vidas a tomado esta bestia? Una, dos o ¿a caso 10?”-se decía a si mismo Mustang mientras calculaba la situación detalladamente, esto era el todo o nada, una única oportunidad para acabar con una de esas bestias.

 

-veintitrés…-

 

-¿Qué?- pregunto confundido el hombre por la repentina respuesta.

 

-esas son las vidas que he tomado, supongo que en eso estabas pensando.- burlesca paso una de sus manos sobre su sedoso cabello mientras sonreía.

 

Tantas, eran demasiadas, eso significaba que tenía que matarla  veintitrés veces para vencerla, era demasiado en realidad no sentía que tuviera la capacidad para hacerlo, pero no había marcha atrás.

 

 -que desperdicio de hombre.- declaro la mujer angustiada.- realmente eres apuesto, lástima que perderás tu vida en este lugar, pero no te preocupes me serás de mucha ayuda, una nueva alma para agregar a la colección.-

 

 -¿estás segura?- pregunto con arrogancia el pelinegro.- a mi parecer tu eres un nivel 1 ya que no poses “Black Light Arms” (Armas de luz negra).-

 

-no las necesito para acabar contigo humano.- respondió la mujer con desprecio al momento que se lanzaba contra el pelinegro sin previo aviso.

 

No era bueno con la espada, el lo sabía, tan solo había tomado el objeto cortante sin tener idea de cómo utilizarlo, era tonto e irracional, pero en ese momento no estaba pensando las cosas, cegado por una estúpida venganza, ahora su irremediable consecuencia era una muerte patética, por lo inútil y débil que era.

 

Sin saber cómo lo había hecho, logro atravesar a la mujer, la sangre caía a choros  de su estomago, la espada no se movía de su lugar había quedado ensartada debido al impacto y al parecer no tenía la mínima intención de dejar  ese sitio.

 

-una vida se ha ido.- respondió la castaña con voz cortada debido a la sangre que salía de su boca.- pero no te preocupes tu repondrás esa pérdida.-  le hizo saber al pelinegro mientras posaba una de sus manos en su mejilla.

 

Ojos negro se encontraron con los rojos, su rostro se reflejo en ese rio carmesí, sabía que era  el fin, había sido estúpido de su parte, pero no se arrepentía de nada, lo intento y la apuñalo eso era lo único bueno que encontraba en esa situación, si ese era el fin de su vida, dichoso lo aceptaba.

 

-“Riza…”- su ultimo pensamiento fue dedicado a la mujer que amaba mientras cerraba sus oscuros ojos para recibir el impacto que lo mandaría a la otra vida.

 

Mas sin embargo el golpe final nunca llego.

 

-veintitrés golpes eran necesarios para eliminarte no es así...-

 

Ojos negros se abrieron ante la sorpresa, la mujer frente a él, ahora mostraba unos ojos sin vida, hermosas luces doradas se desvanecían a su alrededor muriendo en el cielo azul, una vez fuera de su vista, presto su atención al charco carmesí bajo sus pies que había aumentado considerablemente en tamaño.

 

Temeroso debido a la incertidumbre  soltó la pesada espada que aun seguía situada en el estomago de la mujer, con un paso hacia tras sé alejo de ella, dejándola caer debido a que dejo de ser el apoyo que necesitaba.

 

Con un rudo sordo la castaña se encontró con el frio suelo, Roy miraba con sorpresa ahora el cadáver ensangrentado ¿qué había sucedido?

 

-cada vez entiendo menos a la humanidad.- resonó una voz masculina por encima del pelinegro.- eres tan estúpido como para venir solo a este lugar.- menciono el desconocido con voz mordaz.

 

¡¿Otro?! ¿Había otro de esos monstros? Frenético busco con la mirada al dueño de esa voz  sarcástica.

 

Frente a él sobre un gran árbol se encontraba ese individuo misterioso que aparentemente le había salvado la vida, debido a la falta de luz no lograba distinguirlo del todo.

 

Pero la luz se hizo presente, nuevamente había logrado filtrarse entre las ramas dando la nitidez que necesitaba.

 

Frente a sus ojos se encontraba un joven de cabellera dorada no más de 18 años de edad, sus largos mechones se encontraban sueltos mientras bailaban al compas del viento, una gruesa capa negra se posaba sobre sus hombros, sus manos se encontraban dentro de los bolsillos de su pantalón de cuero aparentando una posición relajada, en su opinión era demasiado negro para una persona de su edad, pero gracias a ello sus grandes ojos eran lo que más resaltaban en su fino rostro, eran tan dorados al igual que su cabello que lograba perderse en ellos.

 

-“¿Quién era ese chico?”-  esa pregunta se había apoderado de los pensamientos del pelinegro mientras miraba ensimismado al joven frente a él.

 

 

Notas finales:

Bueno amigas y amigos lectores espero que el capítulo haya sido de su agrado, espero y dejen sus lindos comentarios críticas constructivas serán bienvenidas :D sin mas que decir me despido saludos!


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