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Un adicto a ti por Sugar-ASL

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Notas del capitulo:

Fairy Tail no me pertenece, pertenece a Hiro Mashima. 

Un adicto a ti

Capítulo I: 

¡Va por mi cuenta!

 

 

Pov Gray Fullbuster

 

Bienvenido a casa Gray” “Te estábamos esperando” “Que bueno que ya llegasteUn abrazo y un beso ¿Acaso estaba esperando algo cómo eso? Reí mientras dejaba caer mi bolso en la sala. Mis pasos me guiaron hasta la cocina, encendí la luz y saqué de la heladera una botella de agua mientras la bebía subí las escaleras entrando a mi habitación, con la mirada busque la fotografía que debía estar en mi escritorio.

Ya llegué… Ur. —Murmuré mientras mis ojos se clavaban en la mujer que me abrazaba en aquel retrato.

Me deje caer en la cama, mis ojos se cerraron inmediatamente, era bueno volver a estar en casa. Lo seguía prefiriendo antes que el internado.

Pasaron las horas, me había dormido, me senté y vi por la ventana que ya era de noche, estiré mi cuerpo para despabilarme y bajé para ver si alguien había llegado a casa. Unos ruidos en las cocina me afirmaron que en efecto si había alguien.

Estoy de vuelta… —Dije, esperando que Lyon volteará al menos a verme.

Lo supuse cuando vi tu asqueroso bolso al lado de la puerta…

Gracias por tan cálida bienvenida… No esperaba menos de ti.

Vete al demonio Gray, no tengo tiempo para tu estúpido sarcasmo, me iré ahora mismo a una reunión.

No pensaba quedarme a pasar la noche aquí, no te preocupes.

¿Volverás a dejar que ella te atrape? Eres tan idiota, acabas de salir y ya iras de nuevo…

Sabes que esos idiotas no se cansan de encerrarme…

Haz lo que quieras…

Como si te estuviera pidiendo permiso…

Me giré para volver a subir hasta mi habitación y encerrarme allí hasta que mi “hermanastro” se vaya de una vez de casa, nunca nos llevamos del todo bien, la situación empeoró cuando Ur murió, cuando yo cambie mi ritmo de vida, todo cambio…

Aproveché el tiempo para buscar algo de ropa para ponerme, encontré unos jeans gastados y una campera blanca con capucha. Me agache en el suelo y estire mi mano hacia abajo de mi cama tomando una pequeña cajita en un rincón, allí había unos cuantos billetes, ahorros de toda mi vida que iba consumiendo de a poco.

Me asomé por la ventana y vi como el auto de Lyon se alejaba, ese idiota se había tardado demasiado para mi gusto. Refunfuñando salí de la casa y comencé a caminar hacia el centro.

En el centro tenía a mis “amigos”, ¿por qué entre comillas? Por qué realmente no eran mis amigos, eran unos tipos que me vendían lo que quería a un precio convenientemente barato y vamos, había que se agradecido en la vida.

Unas cuantas calles derecho por la avenida, había que doblar a la izquierda, cruzar, meterse en el callejón y golpear tres veces la puerta amarilla. Lentamente la madera mal pintada color amarillo patito se abrió dejando ver a un tipo robusto que me miró de arriba abajo.

Volviste…—Sonrió, mostrando su dentadura a la cuál le faltaba algún que otro diente y encima la mayoría estaban careados.  —Pensábamos que habías muerto…

Lamentablemente no… —Respondí con una sonrisa y él sujeto se rió mientras se hacia a un lado para dejarme pasar.

Me adentré entre medio de las mesas, con el humo que había ahí adentro apenas se podía respirar.

¡Gray, Gray, Gray! ¡Mi pequeño Gray! —Dijo un hombre acercándose a mi, aquel tipo, si bien tenía entendido era el Jefe de aquel lugar, siempre me trataba diferente que al resto de los clientes, aunque a veces solía despreciarme. —Has vuelto… ¡Que bueno por ti! ¡Y por mi!—Dijo riendo.

Silver, traje esto…—Le entregué mi dinero echó un bollo. —Dame lo mejor que puedas…

Él contó los billetes delante mio, su sonrisa se agrando y metió su mano dentro del saco que llevaba puesto para pasarme después una pequeña bolsa con contenido blanco.

¿Solo esto?—Alcé una ceja molesto. —Me estas jodiendo, ¿verdad?

Jamás haría algo como eso, Gray.  Los precios suben todos los días y créeme no encontrarás en otro maldito lugar algo tan bueno como eso, pruébalo y tú me dices.

Más te vale que sea bueno…—Le dije guardando la pequeña bolsa en mi bolsillo, mis orbes azules analizaron el lugar, había tipos drogados por todas partes, alcohólicos, mujeres semidesnudas siendo toqueteadas por más de un tipo a la vez, aquel lugar era repugnante, jamás llegaría a algo tan asqueroso, a mi lo único que me interesaba era desprenderme de la realidad, olvidar mi mundo por un instante, olvidar que estoy vivo, que Ur murió, olvidar mi nombre, mi sexo, olvidar a todo el mundo… Y esperaba encontrar ser olvidado gracias a esto también.

¿No te quedas?—Me dijo Silver, volteé mi rostro mirándolo directamente por unos segundos.

Tengo cosas que hacer…

Vete a drogar tranquilo, espero que vuelvas por más mi pequeño Gray…

Claro, volveré…

Salí del lugar y comencé a caminar sin saber ni siquiera en qué dirección iba,  iba hundido en mis pensamientos, en mis recuerdos, en mis sufrimientos, en las noches que pase solo, en las noches que deseaba morir e irme con Ur, por que convivir con ella era complicado, como toda “madre”, pero vivir sin ella era una pesadilla.

Una pequeña gota chocó y se resbalo por mi mejilla, alcé mi rostro mirando el cielo nublado, en cualquier momento llovería con todo, las pequeñas gotas se hicieron más intensas y tuve que apresurar mi paso hasta llegar a un pequeño bar que sería mi “protección” hasta que la lluvia se detuviera. Entre, no había demasiada gente, era demasiado elegante para mi gusto. Me senté en la barra y miré a mi alrededor, gente con traje, con vestidos y yo iba vestido de jeans, me reí en mi interior.

¿Te sirvo algo?

Una chica albina de cabello blanco se paró enfrente de mi al otro lado de la barra, vi las botellas atrás y negué con la cabeza.

Ara, ara… ¿Seguro?

Seguro…—No tenía dinero para pagar uno. Todo mi dinero fue a parar para mi gran oro blanco.

Luego de una hora de estar sentado y que la chica albina cuyo nombre era “Mirajane”  me ofreciera más de diez veces algo para tomar fue interrumpida en su onceavo intento.

¡Mira! ¡Te toca descanso!

No volteé a ver de dónde provenía aquella voz, estaba intentando calmar las lágrimas que había ocasionado en la peliblanco supuestamente por rechazar todas sus ofertas.

Lo siento, es decir, lo siento, no quería hacerte llorar… Verás…—No sabía que decir, ¡no había sido mi intención hacerla llorar! —Por favor, no llores…

Mira, ¿es qué no escuchas? ¡Es tu descanso! ¡Déjame el resto a mi…Estoy encendí… ¿Estas llorando?

Cabeza hueca” pensé “Hace veinte minutos que estoy tratando de calmarla

.

.

.

La barra se llenó de golpe cuando aquel tipo de cabellos rosados empezó a atender, me quede de piedra al ver como giraba las botellas y las atrapaba en el aire mientras el líquido caía con elegancia en las copas. Sacó una botella con un extraño líquido celeste, la botella giró, giró y volvió a girar en al aire hasta que fue atrapada en la mano del pelirrosado que con la otra mano encendió su encendedor haciendo que una gran llama apareciera la copa mientras iba sirviendo aquel trago. En un movimiento rápido empujó la copa haciendo que terminará enfrente mio.

Mis ojos se abrieron con sorpresa y después volví a mirar a ese sujeto de ojos jades.

No te preocupes, va por mi cuenta…

.

.

.

Continuará …

 

Notas finales:

¿Qué les parecio? Si creen que merece un review por favor saben que siempre animan demasiado en el primer capítulo y para seguir escribiendo. 

Espero traer el próximo pronto, los que me leen en "Algo que jamás te diré" saben que ando sin internet y se me complica un poco pero siempre trato de cumplir con los bellos fans del Gratsu! 

Llenaremos Amor Yaoi de este par jaja 

 

Un beso grande para todos!

 

 

Sugar. 


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