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I want to be... [Lumin|Xiuhan] por AquaDreams

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Notas del fanfic:

Publicado en mi página de facebook. 

/Aquadreamsyaoi. 

Notas del capitulo:

Quiero aclarar a todo lector que traten este tema con delicadeza, es algo que me toca vivir en  carne y hueso (el tema del peso, no es que yo quiera bajar de peso sino que mi apetito no es bueno y por ende estoy muy delgada)

Por eso, algunas cosas que verán aquí es un poco de mi experiencia. 

No voy a decir que esto este bien, claro que es todo lo contrario. 

Fanfic con contenido real con cambios y/o exageraciones para el placer del lector. 

Recuerden no se sientan ofendidos si hay alguna similitud de su vida, o conocido, en este fic. 

Ahora pueden seguir. 

(este será mi primer fic, algo largo, en amor yaoi) (tengo más oneshots) 

— ¡Gordo, gordo! — Sus burlas lo herían, el niño castaño lloraba en su banco mientras sus compañeros seguían molestándolo por su condición física: ¿Acaso estar rellenito era un pecado? ¿Debía morir por eso? — Estás tan gordo como la pelota de clase de deporte, redondo.

Y una multitud de risas le empezaron a atormentar; las cuales se transformaban en un tono malévolo y la obscuridad le invadía, encontrándose solo en el rincón de una fría y apestosa habitación, el olor a la comida se le hacía nauseabundo, su familia estaba riéndose felizmente y él, se sentía intimidado hasta de esas risas cariñosas.

Siempre había sido tema su sobre peso, le decían gordo y por más que quisiera adelgazar parecía no darle resultado. Ninguna dieta, ningún té o elixir le había funcionado.

Él estaba destinado a ser un obeso que no tenía derecho a vivir como los demás, solo por ser gordo.

A sus ocho años de edad su seguridad estaba por el suelo, se sentía horrible y asqueroso. Muchas veces, los niños son más crueles de lo que muchos pueden llegar a pensar y él era víctima de esos insultos y agresiones físicas, no solo por sus compañeros de curso, sino por grados superiores inclusive.

Kim Minseok era el niño gordito y con mofletes de bollo, era el niño que siempre llevaba dulces y se ahogaba con ellos para no convidar, era el llorón que lagrimeaba por todo, era la pelota que se caía y no podía levantarse, era el que no quería comer y luego asaltaba la nevera porque moría de hambre, era el niño que odiaba la violencia pero era víctima de ella todos los días en el colegio, era al que le obligaban a comer mientras lo grababan en los recesos, era el niño consentido de sus padres y como ellos nunca estaban con él siempre buscaba una forma de estar lleno comiendo y tratando de olvidarse de sus dolores emocionales.

 

Porque Kim Minseok siempre era el más lento en las carreras, era al que siempre dejaban de lado en los grupos para hacer trabajos, era al que siempre empujaban sin querer, era al que nunca elegían para un partido de futbol en clase de deportes, y decían que ya no había lugar cuando de por si no eran muchos, y era al que nunca le daban postre en la cafetería porque decían que estaba lleno de caramelos.

Ese nombre había quedado manchado, Kim Minseok, el gordo comelón.

 

 

El muchacho de cabello castaño se despertó de forma brusca, su transpiración le corría por el inició de su cuero cabelludo hasta su cuello, sus ojos se apretaban en una forma violenta y se mordía el labio.

 

 

— ¡Estás muerto Kim Minseok! — Grita el muchacho asustado de tener esas pesadillas, mirando a todos lados, cansado de oír la voz de ese niño maricón, que lloraba por todo, Kim Minseok había muerto, había explotado por toda la grasa que tenía, ya no existía pero este seguía atormentándolo hasta en sus más profundos sueños.  Lanza el despertador contra la pared importándole muy poco que se hubiera roto al caer al duro y frío suelo. — ¿Por qué no desapareces, Maldito gordo?

Gruñe y baja de su cama, que ahora se le hacía demasiado incomoda, como si le estuvieran hincando miles de clavos a su cuerpo. Camina hasta el baño, que era uno privado, nivela el agua de la ducha y luego de despojarse de toda su ropa se metió bajo la lluvia artificial.  Su cuerpo se sentía relajado bajo el agua. Pasea la esponja por su piel notando que estaba bajando de peso y eso lo hacía sentir feliz, sonriente, salió cuando termino de ducharse y se paró frente al gran espejo que había en el baño, viéndose sumamente delgado, debajo por el promedio ideal, le gustaba su imagen, sus clavículas resaltaban demasiado y sus costillas se notaban, y los huesos de su cadera estaban cada vez más resaltantes en entorno a su cuerpo, ya no tenía esa barriga de manteca que tanto odiaba, ahora era un abdomen plano, todo lo que para una persona que razonaba y pensaba que ese joven estaba con un serio problema de desnutrición, por su forma tan huesuda, para él era genial, se sentía hermoso y estaba orgulloso de su figura, a pesar de que todo lo que se notará fueran sus huesos.

Ya no más Kim Minseok, ahora era Kim Xiumin, un chico completamente distinto, hermoso y lo más importante; delgado, hasta por los huesos.

Su complejo con ser gordo era cada vez más grande, cansado de ser la burla de todos tomo el método más peligroso, pastillas, las había hallado en su paseo por el parque, era una caja llena de medicamentos abandonados, milagrosamente meses después su apetito había cesado permitiéndole regular su comida, aunque él sabía que no era seguro y corría muchos riesgos, ahora que estaba delgado y su apetito era - casi – nulo sabía que todo iba a estar bien porque si hace dos años atrás no le había ocurrido nada ahora no tenía por qué preocuparse, eran seguras.

Toma su ropa y se pone; una playera sin mangas color blanca, una camisa a cuadrille y una sudadera azul, también se pone un jean común azul y un cinturón porque todo pantalón se le cae, también sus zapatillas, su gorro negro y unos lentes de pasta.

Lo único que no había cambiado en él era su personalidad, siempre había sido reservado y tímido, viéndose obligado a cubrirse ante esos lentes y gorro –que le hacía pensar que nadie lo notaba-

Se pone su morral y camina fuera de su departamento, sigue a los demás chicos que van a su mismo instituto y cuando llega es dueño de muchas miradas, pues a pesar todo era un chico muy bello, el suspiraba cada vez que llegaba al colegio ya que recordaba que ahí nadie le conocía y tampoco podían saber quién era, porque estaba más que seguro que iban a burlarse de él por más de que estuviera más delgado, por no decir demasiado.

 

Notas finales:

Si les gustó dejen su review, porfavor eso anima mucho. ~ Besitos. 


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