Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hermano por Q Toxic

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

   The Prince of Tennis me pertenece a mí y sólo a mí muajajaja, sólo que por favor no le digan a Konomi Takeshi porque me demanda por plagio. Nah, no es cierto, todo lo que puedan reconocer le pertenece a él, mía sólo es la trama de esta pequeña historia que están por leer

 Bueno, este fic está escrito por el momento hasta inicios del cap 8 aunque a partir de ahí me he trabado un poco, prometo publicarlo hasta llegar al capítulo 7 (que es el último que tengo completo) pero después, si les gusta y quieren que lo continúe, tendrán que dar ideas. Sé más o menos cómo quiero que vaya el fic, pero me es muy difícil decidir cómo plasmarlo y darme a entender, espero que puedan comprenderme. Además he de advertir que suelo dejar las cosas incompletas, así que aun cuando siga, es muy probable que al final quede inconcluso, lo digo porque yo odio que los autores digan que sí lo terminaran dando falsas esperanzas y al final nomás nunca, en mi caso “Bajo advertencia no hay engaño”. Pero como dije: lo subiré hasta el cap 7 de eso pueden estar seguros, porque si odio que no terminen los fics, odio más que ni siquiera pasen del primer capítulo.

 La pareja (final y definitiva) de Ryoma tampoco la tengo decidida ¡Es que hay tantas parejas que me encantan! Sin embargo sí sé de algunos con quien NO se quedará, así que de una vez advierto que NO será Ah-Uhn pair (MomoRyo) a pesar de que Momo sea uno de los pretendientes y tampoco pienso hacer incesto por lo que Ryoga no estará participando en esta especie de competencia, él simplemente quiere proteger la inocencia de su hermanito, amor fraternal y eso es todo.

Notas del capitulo:

 Pues este es el primer capítulo, un poco a modo de introducción, espero que les guste.

   Las prácticas de tenis casi  terminaban, Ryoma era el último que quedaba en la práctica de puntería y precisión, varios (la gran mayoría no titulares) habían fallado antes que el tiempo se les acabase, Momo de hecho lo animaba como si en realidad lo estuviese vengando de algo que no fue sino su propio descuido. Aunque en realidad los titulares lo veían como si lo que observaban no fuese un entrenamiento sino un espectáculo nudista o algo por el estilo, tal vez fue por esta misma razón que nadie notó una presencia ajena al club que miraba igual de atentamente al pequeño, aunque también con distintas intenciones. Cuando el tiempo finalmente terminó, sin fallas por parte del “novato” como era de esperarse, Eiji estuvo a punto de lanzársele encima con un jubiloso grito de felicitación, no pudo hacerlo porque alguien se le adelantó.

 –Parece que has mejorado bastante, chibisuke –dijo sonriente ese alguien mientras le ponía la mano en la cabeza luego de, aparentemente, haberse teletransportado al frente de Ryoma. Los demás estaban boquiabiertos (bueno no todos, algunos, como Tezuka y Fuji saben disimular bien su asombro, y celos), y más porque luego de mirarlo de arriba abajo retiró la mano de su cabeza sólo para darle un abrazo al grito de: “También creciste unos milímetros”

–Ryoga –dijo el menor en tono algo incómodo –te he dicho que no hagas eso en público –claro que esta no fue precisamente la mejor elección de palabras que pudo haber hecho tomando en cuenta que tenían por espectadores a varios (y malpensados), fans del pequeño –¿Y cómo que unos milímetros? Ha sido al menos un centímetro

 –Aww, ¿Ni siquiera cuando llevamos meses sin vernos? ¿Acaso vas a decirme que no me has extrañado ni un poquito? –Preguntó ignorando olímpicamente la última réplica

 –No fui yo quien prometió escribir cada semana y en estos meses sólo lo ha hecho dos veces. Ahora ¡Suéltame! –El otro sólo sonrió triunfalmente y lo miró a la cara, pero aunque aflojó su agarre no lo soltó

 –¿Estás admitiendo que extrañaste tener noticias mías? –Como respuesta Ryoma acomodó su gorra, con lo que ocultaba su cara, murmurando un: “tonto”. Cosa que a más de uno le pareció extremadamente tierno quitando el hecho de que el gesto iba dedicado a un chico desconocido, cuyas “perversas intenciones” en opinión de algunos eran igualmente desconocidas.

 –¿Qué le haces a mi ochibi, nya? –Exclamó cierto pelirrojo arrancando al susodicho de brazos del otro para envolverlo en los propios sin poder resistirlo por más tiempo. Nuevamente, fue mala elección de palabras (aunadas a la acción) teniendo presentes a los demás, que sin embargo no dijeron nada porque de una u otra forma tenían la misma pregunta en mente.

 –En primer lugar –respondió serio y quizá algo molesto –interrumpir conversaciones ajenas es de mala educación, más de ese modo, en segundo lugar ¿Quién te lo regaló para que hables de él como si fuera tuyo? –Ahora fue él quien arrebató al menor de brazos de Eiji, el ambiente empezó a tensarse, antes que Ryoma pudiese decir algo Tezuka intervino

 –Interrumpir un entrenamiento también es de mala educación. Tendré que pedirte que sueltes a Echizen y si no vas a presentarte, también que salgas de las canchas.

 –Supongo que eres el capitán Tezuka, el que derrotó fácilmente al chibisuke –Ryoma pareció pensar que el último comentario fue innecesario –y pensándolo bien, tú –señaló a Eiji– hablas como gato y lo llamaste ochibi ¡Debes ser Kikumaru! –declaró como si hubiese hecho un buen descubrimiento–, bien, ya que sé quiénes son ustedes tal vez deba presentarme –dijo lentamente mirando al más chico, quien palideció un poco repentinamente, antes que pudiese comenzar a presentarse lo jaloneó de modo que le impidió hablar

 –Es Ryoga, sólo Ryoga –dijo algo ¿nervioso? Mientras aferraba con el puño la camisa del otro, todo esto por supuesto no pasó desapercibido por nadie, lo que levantó sospechas. Tezuka, recordando algo, miró alrededor notando que todo el club seguía ahí, se aclaró la garganta para pronunciar con voz potente

 –¡Es todo por hoy, la práctica acabó! –inmediatamente todos, notando el mensaje implícito, se dirigieron a los vestidores, con la excepción de los titulares, claro. Luego volvió su atención nuevamente al tal Ryoga –muy bien, Ryoga –hizo una pausa como esperando la aprobación del contrario para llamarlo así, continuó luego del asentimiento de cabeza que obtuvo como respuesta -¿cómo es que sabes de nosotros? –de algún modo se esperaba la respuesta

 –Es obvio ¿no? Chibisuke me contó de ustedes, de algunos más que de otros, pero de cada uno lo suficiente para poder recon…

 –¿En serio, nya? ¿Y qué fue lo que dijo? ¿A quién mencionó más? ¿Cómo habló de mí? –le interrumpió señalándose y con la carita y los ojos brillando de esperanza. Por la expresión de los demás se podía saber que nadie se esperaba eso, pero Ryoga sonrió un poco

 –Pues, ha dicho…

 –¡Espera! Primero que nada ¿de dónde conoces a Echizen? –preguntó Momo, esa era la pregunta que todos tenían en mente desde hacía rato

 –Oh –ahora su sonrisa se volvió maliciosa–, es que en realidad nosotros

 –Eso no es algo importante –interrumpió Ryoma, cosa que empezaba a sacarle un pequeño tic en la ceja a Ryoga ¿iban a dejarlo hablar o qué?– y tampoco es que sea de tu incumbencia Momo-sempai –esto definitivamente le estaba dando mala espina al resto del equipo, Ryoga había mencionado un nosotros y Ryoma trataba de ocultarlo, cada vez la urgencia de conocer la verdad se sentía con más fuerza

 –No deberías de ser tan grosero con tus mayores, Echizen –reprendió Momo

 –No deberías de ser tan metiche en la vida de los demás Momo-sempai, además sólo eres mayor un año

 – Yo quiero saber qué fue lo que dijo ochibi de mí, nya –lloriqueó el pobre de Eiji al verse privado de su respuesta

 –Tampoco es que chibisuke sea muy comunicativo, aunque diría que tienes suerte, eres de los cuatro que más menciona, si hablamos del seigaku que es también de lo que más me platica: de cómo ha avanzado su tenis en esta escuela –pero el gatito no había prestado mucha atención a lo último

 –¡Síii! Soy de los cuatro más mencionados por el ochibi, el ochibi piensa en mí, nya –los demás tenían una gotita en la frente viendo a Eiji brincar feliz

 – Si son cuatro y Eiji es uno ¿Quiénes son los otros tres? –cuestionó Oishi

 –Y aún más importante, exactamente ¿Qué es lo que ha dicho sobre mí nya? –preguntó ya más tranquilo y con un brazo por encima de los hombros de Oishi

 – Déjenme ver –Ryoma trató de impedirle hablar pero Eiji y Momo se encargaron de detenerlo–, menciona bastante al capitán Tezuka –al mencionado le apareció en los ojos un pequeño brillo de orgullo y quizá algo más que muy pocos notaron–, quien lo derrotó bastante fácil poco después de llegar a Japón, gusta de poner a los miembros del club a correr por cualquier cosa que le desagrade, es muy serio y estricto, se lesionó el hombro en vano en un partido oficial que al final perdió pero que fue inspirador, por lo que se fue sorpresivamente un tiempo a Alemania para una rehabilitación, parece que el chibisuke realmente quiere ser capaz de superarlo y por supuesto lo considera un ejemplo a seguir, aunque no lo ha dicho con esas palabras exactas –parecía que en realidad hubiese dado una cátedra en verdad interesantísima, todos estaban algo asombrados y los ojos del buchou que se habían apagado un poco al escuchar ese “en vano” brillaron con aun más intensidad ante lo último. Se escuchó un bajito “hablador” por parte de, obvio, Ryoma. Antes de que alguien más pudiese preguntar continuó

 –También suele mencionar a “Momo-sempai” –el aludido en seguida aguzó el oído –alguien con un apetito capaz de competir con el suyo, algo que no quiero comprobar, si tan sólo por invitarlo a él casi me deja en quiebra –mirada mortal marca Ryoma-, suele ir en bici a la escuela y de hecho lo recoge por las mañanas para ir juntos –los demás miraron un poco feo al pobre Momoshiro–,  se ha vuelto su mejor amigo, aunque tiende a hacerle bromas que el pobre de mi chibisuke no puede entender –miradas aún peores– que muchas veces son secundadas por Kikumaru, es demasiado ruidoso y no acostumbra usar el cerebro, pero es muy buena gente aunque siempre está compitiendo con un tal Kaidoh por inexplicables razones, un chico sencillo pero agradable una vez que te acostumbras a él –Momo parecía estar llorando

 –Eres muy amable Echizen –dijo Momo, Kaidoh se rió (si se le puede decir reír)

 – Fshh, dijo que no usas el cerebro, y tiene razón

 –¿Qué dijiste mamushi?

 –Lo que escuchaste

–¿Quieres pelear?

–Fshh

–¿Pero que dijo de mí, nya?

–Eiji espera, quiero saber quién es el cuarto

–A mí también me causa curiosidad –comentó Fuji con una ligera sonrisa, Ryoga también sonrió pero muy distinto

–Nee eres Fuji ¿cierto? Apuesto que eres tú, esa sonrisa es la que describió mi chibisuke, o mejor dicho la que no pudo describir. Un chico tranquilo y observador de apariencia inofensiva que puede llegar a ser atemorizante de sonrisas misteriosas, intrigantes e irrepetibles, con quien además tuvo un “duelo a muerte” que interrumpieron “innecesariamente” por causa de una “pequeña llovizna” que cualquiera pasaría por alto, una persona agradable cuando no eres su enemigo, lo haces enfadar o le das un motivo, por pequeño que sea, para convertirte en el blanco de alguna de sus extravagantes bromas, ah también mencionó que te derrotó en el billar, lo que me recuerda ¿cómo hicieron para llevarlo al billar? Cuando yo le pedí que me acompañará no logré convencerlo, a este chico sólo hay tres cosas en la vida que le interesan de verdad y lo que no trate sobre eso para él es como si no existiera. En fin  que también eres de los cuatro a los que llega a mencionar más de vez en cuando

–Saa, me agrada saber que Echizen tiene buena opinión sobre mí –sonrió Syusuke– pero ahora me gustaría saber la relación que tienes con él, parece que te molestó que Eiji hablara de Echizen como suyo pero yo diría que también tú lo haces –Era idea suya o eso había sonado ¿amenazante?

–Pero es que chibisuke es mío y por tanto tengo derecho a tratarlo como tal

–Mentira –murmuró Ryoma

–No quiero que nadie más se quede con mi ochibi ¡Pero quiero saber que dijo de mí nya! –todos (Ryoga incluido) menos Ryoma, al que le salió una gotita estilo anime, lo miraron como diciendo “repite que es tuyo si es que no valoras tu vida” –je, je, quiero decir que me gustaría saber más del asunto de Ryoga pero primero me agradaría saber que le dijo EL ochibi de mí, por pura curiosidad nya –corrigió al ver las miradas que le eran enviadas, mientras pensaba:– “empiezo a sospechar que tengo competencia nya” –tras lo cual Ryoga suspiró y, dado que Ryoma ya no parecía estar a punto de brincarle para callarlo si abría la boca pese a que y lo habían soltado, procedió a explicarle, sin saber muy bien porque cuando lo que, según él, debería estar haciendo es alejar a su hermanito de ese feroz grupo de hienas cuyas intenciones, se notaba a leguas, no eran nada santas

–Veamos un chico pelirrojo, muy ágil e inquieto que habla como un gato y suele terminar sus frases con un “nya”, no parece conocer lo que es el espacio personal, casi siempre juega dobles, cuando alcanza una pelota difícil o realiza una fabulosa acrobacia dice “hoi, hoi” o algo así, muy sonriente, alegre e infantil, un tanto bromista, a veces también actúa como gato, con el valor suficiente para invitar a mi chibisuke y Momo a comer al mismo tiempo, de excelente vista como los gatos y buen gusto, verdaderamente extrovertido, honesto pero suave, con una flexibilidad y capacidad de salto tal que hasta chibisuke envidia, bastante curioso al igual que Momo, a veces se unen para seguir o espiar a los demás, una persona muy tierna que siempre lo llama ochibi

–¡A ochibi le parezco tierno y de buen gusto! ¡Y envidia mis saltos, nya! ¡ochibi me quiere! –Eiji brincoteaba feliz repitiendo lo que según él le gustaba al ochibi, con un preocupado Oishi detrás tratando de calmarlo, cuando finalmente consiguió tranquilizarlo un poco y pudo arrastrarlo con el resto preguntó curioso

–Entiendo y coincido con gran parte de la descripción, pero ¿a qué se refiere con que tiene buen gusto? –Ryoga se encogió de hombros

–No estoy muy seguro eso jamás lo especificó –todos voltearon a ver a Ryoma pero éste no estaba, había desaparecido, y si se hubieran fijado bien notarían la ausencia del capitán

–¡Echizen! –gritaron casi todos

–¡Chibisuke!

 –¡Ochibi! – (yo aclaré “casi todos”). Estaban a punto de ir a buscarlo cuando lo escucharon salir de los vestidores, al verlo se dieron cuenta que ya estaba cambiado y listo para irse, y preguntó como si nada

 –¿Qué ocurre? ¿Ahora que hice? Esperen –su mirada pasó a una molesta– ¿Qué les dijo mi n… ejem Ryoga esta vez? –se mordió la lengua, ¡estuvo a punto de decirlo! Afortunadamente se dio cuenta a tiempo, desafortunadamente los otros fueron perfectamente capaces de captar el desliz más no de interpretarlo correctamente. Incluso Tezuka que venía justo detrás de él, igualmente bien vestido y listo para partir rumbo a su casa, frunció un poco el ceño, ninguno estaba muy seguro que ese tal Ryoga les agradase mucho ¡Como si no tuviesen ya suficiente competencia de por sí! Llegaba otro que además parecía saber lo que pensaba el pequeño Echizen

 –Cómo eres cruel, chibisuke, si no he dicho nada, por lo menos nada malo

 –Lo que me preocupa es tu concepto de “malo”. Hasta mañana sempai-tachi –se despidió y se encaminó a la salida

 –¡Espera Echizen! ¡Si quieres te llevo a casa en mi bicicleta! –se apresuró a gritar Momo cuando vio que se iba con Ryoga, a los demás les molestó de alguna manera el ofrecimiento pero también agradecían de algún modo la ocurrencia pues igualmente habían notado la compañía que llevaba Ryoma

 –Oh, no te preocupes por eso –respondió Ryoga– yo traigo coche, será más fácil y rápido llevarlo –el pequeño había decidido ignorarlo todo, por lo que había adelantado un poco al mayor –incluso podríamos perdernos por ahí un rato ¿ne, chibisuke? ¿Te agrada la idea? –todos pudieron oir perfectamente la propuesta, mas no la respuesta, pues a Ryoma no le importaba la distancia a la que se encontrara su hermano, no tenía por qué alzar la voz, pero sin duda todos quedaron preocupados por lo que pudiera hacerle al novato de los titulares (unos más paranoicamente que otros). En su imaginación podían ver un coche estacionado en un callejón oscuro y abandonado, las puertas con seguro impidiendo la salida, un Ryoma sonrojado con los ojos acuosos suplicando que lo dejase ir y un sonriente Ryoga negándose por completo mientras se acercaba demasiado al indefenso cuerpo del menor. “NOOOO. JAMÁS TE LO PERMITIRÉ” gritaron sus mentes.

Notas finales:

   Bien, hay algunas partes que no me convencen (al menos espero que no me hayan quedado muy OoC), pero si seguía así jamás lo publicaría (y realmente me gustaría terminarlo pero para eso necesito un poco de ayuda y como dos cabezas piensan más que una, pensé que muchas cabezas sería mejor aún, aunque ya tengo la ayuda de mi hermana a ratos parece no ser suficiente) así que decidí dejarme de tantas revisiones y simplemente publicarlo, si notan alguna falta ortográfica o alguna incoherencia, por favor no duden en decírmelo. Cualquier duda, queja o sugerencia, pueden dejarme un review.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).