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AMANTES por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo tomo sus nombres para contar historias

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia toda sexy y media romántica sin mucho drama, espero que les guste

Capítulo 1.- Extraños en un bar

 

En una oficina legal estaba un muchacho castaño sentado en su sillón, tenía un esferográfico en la mano y jugaba ausentemente con él mientras miraba la lluvia caer, sus pensamientos se agolpaban en su mente, los recuerdos de los días felices que quedaron en el pasado lo estaban atormentando y el joven abogado estaba peleando las lágrimas, pero no quería llorar, eso sería lo último que haría, ya no iba a llorar mas, el abogado había decidido que ya no iba a derramar ni una sola lágrimas mas

                                                                                                            

El castaño se puso de pie y suspiró, caminó hasta la ventana y se apoyó en ella, el aguacero caía torrencialmente y afuera debía estar haciendo un frío del diablo, la oficina en la que estaba era cálida pero el frío en su alma era mas fuerte que todo lo demás, un trago… lo que le hacía falta era un trago, él no tomaba licor usualmente pero la ocasión lo ameritaba

 

La noche caía en la siempre iluminada ciudad de Tokio, el castaño abogado entraba en uno de los bares de la zona rosa de la ciudad, era uno de esos bares bohemios que solía frecuentar en sus días de la Universidad, ahora esa época tan bonita le parecía tan lejana, así que sacándose el abrigo y dejándolo en el perchero se acercó a la barra y pidió un whisky

 

El abogado estuvo en aquel bar sentado en la barra contemplando su trago por lo que parecieron horas, el muchacho estaba ensimismado y no escuchaba nada, no levantaba la cabeza ni hacía nada hasta que delante de él, como por arte de magia, una piña colada apareció

- Yo no ordené esto – dijo el castaño al cantinero que no dijo nada sino que simplemente señaló a un hombre de cabellos negros y ojos del mismo color que estaba sentado al final de la barra, el castaño al verlo hizo una mueca de cansancio, el hombre de cabellos negros no se inmutó por ello y decidido tomó su trago y se acercó a él sentándose en el taburete junto a él

- Está ocupado este sitio?

- No… pero no quiero compañía, quiero estar solo, así que si no te molesta…

- Mal día? – insistió el hombre de cabello negro haciendo caso omiso a la indirecta bien directa que le había dado el castaño de que no estaba interesado en compañía en esos precisos momentos

- El peor día de mi vida, pero discúlpame, no estoy de humor para… - el castaño puso la piña colada delante del pelinegro devolviéndole el trago y se disponía a ponerse de pie pero este hombre se adelantó a sus movimientos y le dijo antes de que el castaño se acabara de levantar:

- Por lo menos déjame presentarme, mi nombre es Hades

- Hades??? – el castaño arqueó una ceja cuando escuchó ese nombre

- Si, Hades, sé que es un nombre raro, qué te diré?, mi padre perdió una apuesta por ese nombre – el hombre de cabellos negros se encogió de hombros cuando dijo esto y el castaño no pudo evitar sonreír ligeramente 

- Bueno… te queda bien el nombre – concedió el castaño dejándose caer en el banquillo de la barra, Hades le acercó nuevamente la piña colada pero el castaño no la tocó

- Y cuál es tu nombre?

- Mi nombre?, en serio?, mira… no estoy de humor y menos estoy para juegos y… - el castaño se hizo hacia atrás en el asiento del bar y estaba a punto de levantarse otra vez pero Hades levantó las manos en señal de paz y dijo muy rápidamente:

- Yo no estoy jugando, esto es muy serio, si tuviste un mal día, déjame distraerte un poco, acéptame un trago y hablamos un ratito – el pelinegro miraba al castaño con intensidad, como si de su respuesta dependiera su vida o algo así

- No estás muy ocupado? – preguntó el castaño en un tono algo… irónico

- No… no hay nada mas importante esta noche para mi, ha sido cosa del destino no crees?

- Destino?

- Si, dos extraños en un bar, ambos hemos tenido un mal día, ambos necesitamos hablar un poco, qué dices? – el tono del pelinegro era invitante, Seiya quería estar solo pero a la vez no quería estar solo, su cabeza era una confusión total y ahí estaba este muy atractivo hombre que le estaba ofreciendo lo que no sabía que quería hasta que se lo ofrecieron

- Me voy a arrepentir de esto… mi nombre es Seiya  - dijo el castaño en un tono algo bajo, se le notaba la inseguridad en su voz

- Seiya… es un nombre muy bonito, y dime Seiya, qué estás haciendo aquí en esta noche de lluvia?

- Necesitaba un trago – respondió Seiya mostrándole el vaso que tenía en su mano

- El cual ni has tocado, me extraña tu elección, tu tomas whisky?

- No, mi esposo, vaya… mi ex esposo solía tomarlo todas las noches, no se… supongo que se me antojó tomarlo o algo – Seiya meneó su cabeza y desvió la mirada, tenía que dejar de pensar en su esposo como su esposo, todo había terminado para ellos dos, pero esa es otra historia…

- Si se te antojó, por qué no lo has tomado?

- Me parece fuerte, prefiero los tragos dulces, me gusta la cerveza pero el whisky no me gusta mucho

- Mejor toma tu este y a mi déjame este – Hades tomó la copa de la mano de Seiya y se la bebió de un solo trago, Seiya con un suspiro tomó un sorbito de la piña colada que aquel extraño había ordenado para él, estaba deliciosa

- Ok., ya te dije lo que yo hacía aquí, qué haces tú aquí? – preguntó el castaño para hacer conversación, el silencio pesaba más que las conversaciones superficiales

- Lo mismo que tú, mal día y quería un trago, vagué por la ciudad por algunos bares y este tenía la mejor pinta, no suelo salir mucho a bares – dijo el pelinegro ordenando otro whisky

- Y por qué tuviste un mal día? – preguntó el castaño con una triste sonrisa

- Mi matrimonio se fue al diablo – contestó el pelinegro tomándose su whisky de un solo trago y ordenando otro, Seiya miró a aquel desconocido y una irrefrenable ira se apoderó de él, la reciente ruptura de su propio matrimonio lo tenía bastante mal y no pudo evitar el decir todo lo que su corazón guardaba, no pudo evitar dejar salir todo lo que le hubiera dicho a su esposo si lo tuviera enfrente

- Ah si?, vaya… y me vas a decir ahora que tu esposo es un pobre chico que no tiene experiencia en la vida, que se deslumbró por tu dinero y que es un pobre idiota que no pudo hacerte feliz, o no?

- La verdad no quiero hablar de mi esposo, pero… cómo supiste que tengo esposo y no esposa? – Hades desvió hábilmente el tema y mantuvo su tono sereno, en verdad no quería hablar de su esposo

- Este es un bar gay Hades, eres muy poco observador – dijo Seiya tomando otro sorbo de su piña colada y recobrando su compostura, no tenía por qué desquitarse con él pero aparentemente Hades no le dio importancia a su explosiva y muy desubicada respuesta anterior

- Si, lo se, es uno de mis muchos defectos, pero no quiero hablar de eso tampoco, quiero hablar de ti pero no quiero saber de tu esposo

- Ok., no hablamos ni de tu esposo ni del mío entonces, de qué quieres hablar? – preguntó Seiya pasando una mano por su cabello acomodándolo, ese era un tic suyo que tenía cuando estaba incómodo, a Hades le pareció adorable

- No sé, de tu trabajo, de tu familia, de lo sexy que te vez… tu escoge el tema – dijo el pelinegro y acarició suavemente la mejilla del castaño que cerró los ojos ante este toque pero tomó la mano de Hades y la retiró

- No sé qué es lo que estás pensando, pero si crees que me vas a llevar a la cama solo porque hoy estoy triste, estás muy equivocado – esta vez Seiya si se levantó de su taburete, sacó su billetera y puso un billete en la barra, sin regresar a ver atrás caminó hasta la entrada, se puso su abrigo y salió del bar al frío de la noche dejando a Hades sentado en su taburete, el pelinegro ordenó otro whisky y se lo bebió de un solo trago antes de pagar el resto de la cuenta y salir también

 

Seiya llegó a su casa y se quiso morir, esa tarde su esposo había mandado a llevar sus cosas, esa tarde con una simple llamada telefónica habían decidido que lo suyo ya no era vida y que sería mejor el divorcio, ellos habían estado separados más o menos tres meses pero lo de esta tarde, al castaño le supo a “definitivo”, su esposo le había dicho que se quede con la casa, con el auto y con todo lo que había en esa casa, pero que le firme la cesión de acciones de la empresa, Seiya le había dicho que no quería nada y que se quedara con todo, Seiya iba a armar sus maletas e iba a irse pero su esposo había insistido en que se quedara con la casa, y esa tarde había mandado a recoger sus cosas para irse definitivamente.

 

Ahora Seiya estaba de pie en un amplio recibidor de la mansión de tres pisos en uno de los barrios más exclusivos de Tokio, ocho habitaciones con baño privado, gimnasio, piscina, inmensos jardines, obras de arte, en fin… todo lo que podría haber querido pero… la soledad y el silencio le estaban oprimiendo el pecho, Seiya sentía que no podía respirar, así que se zafó el nudo de la corbata y se sentó en las magníficas escaleras de mármol, nunca en su vida… nunca… se había sentido tan solo…

 

El silencio era aplastante, las lágrimas se le iban al castaño que estaba furioso consigo mismo, Seiya quería irse, armar una maleta, tomar a su perro y desaparecer de la faz del planeta y en esos pensamientos estaba cuando su teléfono celular sonó, al ver la pantalla sonrió con tristeza, era James, su esposo, el que llamaba

- Y ahora qué quieres?, no me has humillado lo suficientemente ya? – contestó Seiya todo molesto

- ¿?

- Y cómo quieres que me ponga si solo represento para ti un juego?, mira James… si vamos a hacer esto tenemos que hacerlo bien, no tolero que me revolotees, si te fuiste de la casa pues quédate ido, me duele verte, es que no te das cuenta?, no he sido lo suficientemente claro?

- ¿?

- No… eso no es… no… cuando yo quise solucionar las cosas entre nosotros tu no quisiste – Seiya se levantó de las gradas y empezó a caminar por la sala de la casa, su perro había salido de la cocina y fue hasta él, Seiya se agachó y le rascó las orejas con su mano libre mientras escuchaba lo que James decía

- ¿?

- Eso no es una solución ni mucho menos, si en verdad quisieras arreglar las cosas entre nosotros me tomarías en serio, yo me mantengo en lo que te dije antes y creo que nos convendría ayuda profesional, hay muchas cosas que tenemos que hablar pero si tu evades los temas no nos vamos a poner de acuerdo nunca, y yo… yo no quiero vivir ya mas así

- ¿?

- No, yo no quiero intentar eso -  lo que sea que le haya propuesto James a Seiya, le disgustó

- ¿?

- Es que eso no resuelve nuestros problemas, solo los tapa y no… si quieres volver a ser un matrimonio así no es cómo funcionan las cosas, no podemos poner una curita a una herida de bala

- ¿?

- Sabes qué?, a menos que estés dispuesto a hablar en serio las cosas, no me llames, no me vayas a buscar, es en serio cuando te digo que me duele verte – dijo Seiya y empezó a subir las escaleras con dirección a la habitación

- ¿?

- Te he dicho hasta el cansancio que si, y no solo te lo he dicho, te lo he demostrado, tengo la muy mala suerte de amarte con toda el alma pero eso no es suficiente, han pasado muchas cosas y no podemos hacer lo que dices tú, eso no funcionaría

- ¿?

- Yo no tengo la mente cerrada, el Neanderthal eres tú, no yo

- ¿?

- Pero yo no quiero – dijo Seiya molesto, lo que le proponía James le parecía una ridiculez

- ¿?

- Sabes qué???, haz lo que quieras  - Seiya se cansó de escuchar a su esposo y le colgó el teléfono, el que volvió a sonar inmediatamente pero el castaño lo apagó, suspiró y se desnudó lentamente, estaba exhausto y no del día de trabajo, el castaño estaba exhausto emocionalmente, los últimos meses habían sido de tortura, el tira y afloja de James y los líos en los que Seiya se vio envuelto fueron demasiado para él,  porqué las cosas tenían que ser tan complicadas???

 

Seiya se acostó y miró el techo por mucho rato antes de poder conciliar el sueño, Max, su perro,  se había subido también a la cama y tenía apoyada la cabeza en el estómago de Seiya, el castaño estaba acariciando a su perrito que era el único que le hacía compañía, era lo único que le quedó de su fallido matrimonio, a criterio del castaño, en medio de la opulencia en la que había vivido los últimos años, Max era lo único en verdad de valor que le dejó James, el dinero en vez de facilitar su vida, se la había complicado en todos los sentidos

 

Al día siguiente, el castaño bajó a desayunar con cara de dormido, las malas noches estaban acabando con él.  Al bajar, entró a la cocina para encontrarse con las muchachas de servicio, June y Gloria.  June era una chica de no mas de 20 años, rubia y muy bonita, era sobrina de Gloria que era una mujer algo mayor que había criado prácticamente a James, por lo que cuando James y Seiya se casaron, ella fue a vivir con ellos.  Gloria era una mujer muy dulce y quería mucho a James, lo quería como si fuera su hijo, también quería mucho a Seiya y le dolía lo que esa joven pareja estaba sufriendo

- No tome café que le hace daño – dijo Gloria quitándole el jarro de las manos a Seiya que se había acercado a la cafetera con la intención de servirse una taza

- Ni la ducha me despertó Gloria, y si manejo así me voy a quedar dormido, luego no me regañes si me choco porque es tu culpa – protestó Seiya pero tomó el vaso de jugo de guayaba que la mujer le dio, el castaño tomó un sorbito y suspiró llevando una mano a su vientre, el jugo le cayó bastante bien, últimamente le ardía el estómago, Gloria tenía razón, él no debería tomar café porque probablemente tenía gastritis, el estrés iba a matar a Seiya al paso que iba

- Ponga la música un poco mas alto mientras maneja o algo pero usted no toma café, por lo menos mientras yo lo vea, tiene que tratar de dormir mejor joven Seiya, sería bueno que tome el té que yo dejo para usted en el mesón en las noches, ayer no se lo tomó – Gloria acarició la mejilla de Seiya que le sonrió con tristeza y respondió:

- Me olvidé, es que ayer a lo que llegaba me llamó James y… cuando él me llama me olvido de todo, subí al cuarto y ya no pasé por la cocina – dio Seiya y bajó la mirada, esa llamada es la que no le había dejado dormir la noche entera

- Joven Seiya… téngale paciencia a mi niño James, él es bueno y lo quiere

- Eso es lo que él me dice pero… ni siquiera me toma en serio, yo no sé para qué se casó conmigo si no me escucha siquiera, él es… complicado… - Seiya suspiró y meneó la cabeza

- Si joven, él es complicado pero lo ama, no pierda la fe, no deje que su matrimonio se acabe, mi niño es feliz a su lado, nunca lo había visto así de enamorado y mire que yo lo conozco de toda la vida, no sufra joven Seiya, James volverá a usted – Gloria acarició la mejilla de Seiya otra vez y el castaño suspiró

- No lo se, no lo se…, bueno, gracias Gloria por el jugo pero ya me voy, no quiero llegar tarde

- Coma algo de fruta por lo menos – dijo la mujer poniendo una manzana en el bolsillo del saco de Seiya que le sonrió y le besó la frente antes de irse

 

Gloria suspiró y meneó la cabeza, a ella le daba mucha pena ese muchachito, Seiya estaba prácticamente solo en el mundo, su padre y su hermana vivían en Hiroshima pero no era la lejanía física lo que hacía que Seiya estuviera solo, no…, era el hecho de que su padre desaprobaba su modo de vida y no había aceptado nunca que fuera gay, mucho menos que se haya casado con otro hombre, y el hecho de que James tuviera dinero había complicado aún mas las tensas relaciones entre Seiya y su familia, en mas de una ocasión el padre de Seiya había acusado a su hijo de haberse vendido al que ahora era su esposo, Seiya sufría mucho por eso y James que era su apoyo lo había abandonado, Seiya estaba realmente deprimido y Gloria estaba preocupada.

 

De cualquier manera, Gloria tomó el teléfono de la casa y llamó al número celular que llamaba todas las mañanas, le contestaron al segundo timbrazo

- Gloria, qué hay de novedades? – una voz muy masculina fue la que habló, James estaba al otro lado de la línea y sonaba cansado, Gloria pensó que no era Seiya el único que no podía dormir

- Buenos días mi niño, de novedades pues… su esposo sigue sin poder dormir, le duele mucho el estómago por lo que creo que tiene gastritis, no come lo que debería, es más… no come nada, lo veo triste y yo creo que lo extraña mucho – dijo Gloria con tono triste también, ella más o menos le decía lo mismo a James todas las mañanas

- Ohhhh… y nadie ha ido por la casa?, quién lo llama por teléfono?

- Nadie mi niño, nadie viene, nadie llama y el joven Seiya usualmente no sale a ninguna parte, muy pocas veces llega tarde y siempre me llama cuando se va a quedar en la oficina, cuando llega temprano le gusta tomar largos baños en la tina, luego baja y con un jarro de té se sienta frente a la chimenea de la sala y se queda ahí hasta que se duerme, cuando se despierta en la madrugada sube a la habitación con Max que duerme al pie de la cama, ese perrito está muy mal enseñado pero el joven Seiya le gusta tenerlo cerca y lo mima mucho – James levantó la mirada para contener las lágrimas que se le formaban cuando escuchaba a su ama de llaves hablar de Seiya, ella le pintaba un panorama muy distinto al que otras fuentes le habían contado, pero no podía desconfiar de ella, Gloria nunca le mentiría y eso es lo que no le dejaba vivir, a James se le encogía el corazón al escuchar lo que Gloria le decía

- Ok., cuando sepas algo me llamas, si notas algo raro me avisas – esa mañana James tenía cita con el investigador que había contratado para seguir a Seiya y comprobar si lo que su esposo le había dicho hasta el cansancio era cierto o no, pero al parecer Seiya no había sido el que le había engañado, por mucho tiempo a James le habían dicho que Seiya le era infiel, hasta pruebas le habían dado, pero por como se habían dado las cosas, James se estaba convenciendo de que Seiya era inocente, de que su esposo no le había faltado y estaba a punto de comprobarlo, el punto era que James amaba a Seiya pero su matrimonio estaba efectivamente en ruinas, recuperar a su esposo sería una tarea titánica, con todo lo que había pasado los últimos meses entre ellos no había confianza y había mucho dolor, mucho dolor

- Si mi niño, pero si me permite decirle algo, su esposo está muy solo sin usted, yo ya se lo dije pero déjeme repetírselo, todo lo que le dijeron de él no es cierto, si fuera cierto ya me habría corrido a mi de la casa y no lo ha hecho, por favor mi niño, no lo pierda así

- Gracias Gloria, por favor cuídalo y asegúrate de que coma, de que duerma, no se… hazle compañía o algo, no quiero que se enferme, te llamo mañana – James colgó el teléfono con un suspiro para ponerse de pie y pasó la mano por su cabello, él ya estaba en su oficina y con un nudo en la garganta miró sin mirar por su ventana, la imagen de Seiya se le vino a la cabeza y un inmenso sentido de culpa lo embargó, Seiya no se merecía lo que había pasado, Seiya merecía ser amado, no merecía la desconfianza que él le demostró, lastimosamente no se puede borrar el pasado, lastimosamente las heridas eran muy profundas como para poder enmendarlas y James lo sabía…, no podía hacer mas que dejarlo ir, por su propio bien y el de Seiya…

 

Notas finales:

Este fic ya lo tengo terminado entonces no se va a detener y lo voy a publicar con regularidad, y para todos ustedes si alguien aún está leyendo "El aprendiz", pronto llegará la continuación, ya la estoy escribiendo, siento mucho el retraso pero tuvo muchos problemas técnicos con ese fic

Muchas gracias por leer y nos vemos el miércoles en la continuación de esta historia 


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