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Cambiaste mi vida por riuriku

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Notas del capitulo:

jejeje espero que les guste, a ver que tal les parece y les pido que den sus opiniones... Gracias.

Se que René es un nombre extraño, pero me encanta ese nombre y el bendito Fic es mio, así que no me juzguen, LARGA VIDA A LOS QUE TENGAN POR NOMBRE RENÉ

 

ahora sí, a leer n.n

Ese día en la mañana no parecía haber nada malo, René se daba una ducha fría, amaba el agua fría recorrer su cuerpo, sobre todo porque la ciudad donde vivía hacía mucho calor, por lo que una ducha con agua fría era un paraíso.

René era un chico de 16 años muy lindo, no muy alto, piel clara, con un par de pecas en su hombro derecho, cabello negro, un poco largo, ojos miel, contextura delgada y fina, era toda una ternura, aunque tenía una personalidad muy arisca, no hablaba con absolutamente nadie, ni con sus familiares, por lo que se le conocía como el chico solitario que se la pasaba dibujando en una esquina.

Unas personas trataron de hacerle abuso escolar, pero al final lo dejaron tranquilo, pues aunque fuera bajito, era un monstruo al pelear, increíblemente  rápido y ágil, además de muy fuerte, por lo que la mitad de la secundaria no se metía con él.

Ese día era un aburrido lunes, se vistió con calma, nunca le importó el tiempo con exactitud, solo quería salir de su casa, se vistió con lo primero que vio y salió de su casa a toda marcha.

Al llegar a la secundaria se sentó donde siempre, mientras trataba de mantener la calma con las miradas y las oraciones dirigidas a su persona, cosas como: “Ese enano es un estorbo” o “Ojalá lo arroyara un camión” o también “Yo que él me suicidaría para quitarle problemas a todos los demás” El pequeño lograba escuchar todas y cada una de esas oraciones, las cuales no hacían absolutamente nada, estaba tan acostumbrado a ser insultado que ya todo le daba igual, simplemente callaba e ignoraba.

 -Silencio clase, hoy tenemos un nuevo alumno- Todos se callaron para prestar atención al profesor- Por favor joven, entra y preséntate.

Por la puerta entró un simpático chico alto, tenía los ojos verdes, cabello liso y castaño, aunque llevara una sudadera se notaban sus músculos a través de la tela, el chico entró con una sonrisa muy encantadora.

-Hola, me llamo Andrew- Se presentó el chico- Tengo 17 años y me gusta la música clásica- Todas las chicas se le quedaban mirando totalmente anonadadas, ese chico sí que era muy apuesto, mientras que René apenas notó su presencia.

-Muy bien Andrew, siéntate al lado de René- El mencionado volteó al escuchar su nombre y vio la sonrisa que cargaba ese nuevo estudiante **Sonrisa falsa** fue lo primero que le llegó a la cabeza, esa sonrisa no era real, lo que le llegó a la cabeza fue **Hipócrita** y desvió su mirada nuevamente hacia lo que dibujaba.

-Un placer René- Le dijo sentándose a su lado.

-Lamento no poder decir lo mismo- Dijo René sin mirarlo y sin dejar de dibujar.

-Oh- El alto quedó sorprendido, pues ese pequeño mostraba extrema ternura, por lo que creyó que sería una persona tímida y muy amable- ¿Que dibujas?- Dijo tratando de sacarle una conversación.

-No es de tu incumbencia- Dijo un René muy irritado.

Después de unos intentos más de sacarle una conversación, Andrew se rindió, por más que intentó no pudo sacar mucho del pelinegro.

Al terminar la clase René estaba dispuesto a salir cuando dos personas lo acorralaron en una de las esquinas del salón.

-Oye, este es el enano del que todos hablan- Dijo uno de ellos, un tipo alto, con perforaciones en las cejas, la nariz y los labios, cabello rojo y ojos café- Te vez extremadamente lindo ¿Qué tal si pasamos un buen...- No pudo terminar de decir la pregunta cuando sintió un terrible golpe en la boca de su estomago, dejándolo en el suelo retorciéndose del dolor, el otro muchacho se dispuso a salir corriendo, mientras que René colocaba un pie en el estomago del pelirrojo.

- Si no quieres otra paliza como esta será mejor que me dejes tranquilo- Lo pateó en las costillas- ¿Si?- Dicho eso se fue del lugar.

Andrew quedó sorprendido por esa escena, por un momento pensó en intervenir para ayudar al pequeño, pero al ver la paliza que le dieron al pelirrojo se dio cuenta de que René podía salir de esa situación por sí solo, por lo que solo se quedó mirando la escena desde donde estaba.

René se encontraba en la azotea, le gustaba estar ahí porque era muy tranquilo, nadie venía a ese lugar y le gustaba la vista, estaba sentado en el barandal que daba hacia una enorme caída mortal, con inclinarse un poco hacia adelante caería a una muerte segura, pero esos no eran sus planes, para él la vida es hermosa, con solo el hecho de vivir era suficiente, nunca tuvo deseos suicidas, y esperaba nunca tenerlos, sentía como la brisa acariciaba su rostro cuando escuchó un ruido, o mejor dicho, una voz.

-Hey René, eso es peligroso- Le dijo Andrew mientras entraba a la azotea.

-No es tu problema- Dijo un poco irritado.

-Lo que digas- Andrew se sentó al lado de René- ¿Que es lo que dibujabas hace rato?- Dijo con su sonrisa falsa, lo cual enojó a René.

-Dudo que te importe.

-Oh vamos, ¿qué puedo hacer para que me muestres tus dibujos?.

-Borrar esa sonrisa falsa que tienes- Al escuchar eso Andrew se sorprendió.

-Valla, no eres tan tonto como los demás- Dijo colocando una expresión seria, luego fue puesta por otra sonrisa, pero esta si era real- Me agradas bastante chico, incluso estoy sonriendo en serio, como no veo otra oportunidad, espero que seas mi amigo- Dijo sorprendiendo a René, esa sonrisa era totalmente real, pero aun así no fue suficiente.

-Lo siento, pero me gusta estar solo- Dijo con su mirada hacia el horizonte.

-A nadie le gusta estar solo- Dijo rodeándolo con su brazo- Ni siquiera a ti ¿O me equivoco?.

René se puso nervioso, y es que era verdad, en realidad no le gustaba estar solo, pero nadie se le acercaba con buenas intenciones, y por un momento sintió como esa persona miraba a través de él, como leía sus pensamientos y sentía ese calor y esa bondad que emanaba de las palabras del castaño, lo que hizo que un leve sonrojo se instalara en sus mejillas y una pequeña sonrisa casi indetectable se colocara en sus labios.

-¡Hey! ¿Qué haces?- Se quejó René al sentir como el castaño lo abrasaba fuertemente casi haciéndolo caer- ¡Nos vas a matar!.

-Jejeje perdón, es que tu cara es realmente tierna- Ante eso René solo se sonrojó aun más.

-Eres un... idiota- Lo alejó un poco de él- Está bien.

-¿Eh?- Habló el castaño, no sabía de que hablaba el menor.

-Acepto ser tu amigo- Le dijo con una sonrisa que hizo que el mayor se sonrojara- Después de todo, tienes razón, no me gusta estar solo- Con eso se levantó del barandal y se dispuso a irse- El receso está por terminar ¿Nos vamos?.

-Si- Le respondió el castaño, ese chiquillo era muy tierno, solo necesitaba buena compañía, y por lo visto, nunca las ha tenido.

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Pasaron dos meses desde que se habían vuelto amigos, siempre hablaban juntos, se la pasaban juntos, hacían los trabajos juntos, y el pequeño se había vuelto un poco más confiado y alegre, era muy divertido pasarla juntos, incluso le mostró los dibujos que había hecho, excepto uno, uno que había empezado a hacer desde hace un mes, era un dibujo de Andrew y él recostados bajo un árbol hablando uno muy cerca del otro, ese dibujo jamás pensaba en mostrárselo.

Y es que hace un mes se había dado cuenta de que le atraía el castaño, era muy gratificante estar a su lado y su corazón latía descontroladamente con solo escuchar su nombre, pero jamás le quiso decir nada al castaño, no quería romper esa bella relación de amistad que tenían, y solo pensar en eso lo entristecía a sobremanera, pensar que ya nunca más podría hablar con él, o tener que volver a la soledad, ese vacío y esa oscuridad en su corazón, se había acostumbrado tantos años a estar solo, y ahora sentía que si volvía a estar solo su mente colapsaría.

Es cierto, es por eso que René jamás pensó en hacer amigos, porque ellos fácilmente podían dejarlo de lado, solo pensar en eso lo mataba, por eso decidió una de las cosas más difíciles de su vida: Dejar su amistad con Andrew.

Le aterraba, le aterraba la idea de estar solo de nuevo, pero Andrew se había vuelto tan importante en su vida que el solo hecho de que algún día este llegara y le dijera “No podemos seguir siendo amigos, ya encontré con quien pasarla bien” le lastimaba mucho, pues su cabeza le decía que algún día iba a pasar, y él no estaba listo para ese día, por lo que lo mejor que podía hacer era terminar con esa amistad de una vez, aunque fuera la persona que más quería, de la cual se había enamorado, simplemente era demasiado débil como para tener que aguantar esas palabras.

-Andrew, tengo que decirte algo importante- Le dijo René, estaban en la azotea, ya era hora de irse, pero René lo había citado para hablar tranquilamente.

-¿Qué sucede René?- Andrew miraba preocupado al menor, el cual últimamente le sonreía y se llevaban bien, ahora lo veía serio.

-Creo...- Aquí viene- ... Que deberíamos dejar de ser amigos.

Apenas dijo esas palabras su garganta se atascó, solo podía ver al castaño el cual estaba sin ninguna expresión en el rostro, el mayor bajó la mirada y habló en un tono serio.

-Bien, si es lo que tu quieres, entonces está bien- Dicho esto se fue, dejando al pelinegro solo en la azotea, se sentó en el barandal, y pudo sentir de nuevo esa soledad, ese vacío, esa tristeza que había en su corazón, las lagrimas comenzaron a salir solas, eran abundantes, se sentía perdido, estuvo ahí un rato cuando de repente sintió algo, una mano en su hombro, cuando se iba a girar para ver quién era, sintió como esa mano lo empujaba hacia adelante, donde se encontraba esa inmensa caída sintió como se iba resbalando hasta ya no sentir el barandal y...

 

 

Continuará... 

Notas finales:

Que tal? les agradó? lo odiaron? por favor dejen reviews diciendo que tal les pareció y si debería continuarla, porque no quiero continuar algo que no les guste.

Bueno, nos vemos, trataré de actualizar esta misma semana, a ver que tal, y sin más que decir, nos leemos

 

riuriku.-


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