EL HOMBRE PERFECTO
CAPITULO 1
De tin-marin
Aquella primaveral mañana Naruto Namikaze, conducía su automóvil convertible, entraba a un reconocido club deportivo. Se detuvo justo en frente de la puerta de entrada, por donde salía un apuesto chico con una banda en la cabeza y unas marcas rojas en las mejillas.
-Naruto, recibí tu mensaje, ¿paso algo?- el rubio sonrió zorrunamente y negó con la cabeza.
-Bésame, Kiba- el chico que no entendía nada, creía que el rubio estaba enfermo era la primera vez que escuchaba algo así de labios del chico.
-¿Estás bien?- el chico de cabellos castaños se sonrojo levente- ¿a caso estás jugando conmigo?- el rubio con sonrisa traviesa negó.- ¿me quieres?- el rubio sonrió nuevamente
-No hagas preguntas tontas, hombre, solo bésame- El castaño sonrió cómplice y sin decir más, beso al chico quien gustoso le recibió, cuando aquel pequeño beso termino, Naruto encendió el automóvil- ahora bájate- Kiba con un quejido arqueo la ceja. No entendía a ese chiquillo rubio que salía con él desde hacía tres semanas. Bajo del automóvil y se acerco a la ventanilla del chico.
-Naruto, te quiero, ¿Por qué siempre me hechas así?-
-Es solo que llevo un poco de prisa…-
-¿Tienes que ir al colegio?-
-Que no es un colegio, es un instituto para poder ser un excelente esposo… - sonrió y piso el acelerador a fondo dejando a un sonriente Kiba detrás suyo…
-Algún día serás mi excelente esposo- rio el chico confiado.
El rubio continuo su camino hasta llegar a un claro en medio de la carretera, ahí se encontraba un apuesto hombre de cabello plata y seductora mirada. Al ver llegar el carro del rubio le saludo cándidamente.
-Naruto!- subió al automóvil junto al rubio- recibí tu recado, es la primera vez en mi vida que me levanto temprano, pero aquí me tienes, estoy a tus ordenes…-
-¿Quieres darme un beso?- soltó el rubio sonriente
-Sabia que llegaría el día en que tú mismo ibas a pedírmelo, después de todo, necesitas un hombre de experiencia. ¿Me quieres verdad?-
-Eso es lo que aun no se- soltó el chico de mirada azulina- bésame- insistió y el peli plata así lo hizo. Aquel beso fue tan corto como el primero.- en cuanto el beso termino, Naruto encendió el automóvil nuevamente.
-¿A dónde vas?-
-Al instituto- sonrió el chico
-déjalo, hoy quédate conmigo- el rubio negó sonrojado.
-No puedo, tengo que aprender a ser un excelente esposo- el peli plata bajo del automóvil con sonrisa de autosuficiencia, al fin había caído ese chiquillo travieso.
El ojiazul continúo su camino hasta llegar a un hermoso y romántico parque. Ahí, ansioso, le aguardaba un jovencillo de unos 16 años. Quien no podía estar quieto y se mostraba pensativo y preocupado.
-Konohamaru-san!- saludo el rubio quien fue recibido por un sonrojado muchacho.
-Naruto-kun, recibí tu recado-
-Tengo prisa Konohamaru, dame un beso- pidió el sonrojado chico al más joven, que a pesar de su edad era bastante alto. El chico así lo hizo, beso al rubio con tal delicadeza y cariño que saco un suspiro del ojiazul quien al terminar el beso, se separo un poco del muchacho.- tengo que irme… llegare tarde…- se volvió pero fue detenido por el chico.
-espera…el tiempo no existe- decía con voz seductora- no te vayas…-
-es necesario- decía el rubio con ensoñadora mirada- quiero llegar a ser el esposo perfecto…- y entonces se alejo rápidamente dejando a un completamente enamorado Konohamaru quien suspirando se despedía de él.
El rubio subía rápidamente al automóvil y aceleraba a fondo, llegaría tarde al instituto si no se daba prisa. Al llegar, todo aquel que se tropezaba con el chico le saludaba con una sonrisa. Así era Naruto Namikaze, heredero de un gran corporativo hotelero.
-Naruto, dese prisa, ya vamos a comenzar- sonreía un moreno con una fina cicatriz justo encima de la nariz, a la altura del tabique nasal.
-en unos minutos estaré con usted, Iruka-sensei…- camino por un par de pasillos más hasta que se encontró con su amigo Shikamaru quien con una sonrisa picara preguntaba:
-¿y que, viste a los tres?- el rubio asintió- ¿eso significa que por fin te has decidido?, ¿a quién quieres?- El rubio se quedo pensando y cerro por un momento los ojos suspirando…
-a los tres- dijo tomando su billetera, ahí, estaban las fotos de los tres enamorados del ojiazul. El de coleta negó con la cabeza. Golpearía a su amigo si no se decidía por uno.- Naruto miro la foto de Kiba- No podría decidir por uno, porque: Kiba es fuerte, alegre, deportista…el compañero perfecto para disfrutar de un día de sol… pero, Kakashi tiene mundo, experiencia es ideal para salvarte de un apuro y para presentarte en sociedad…Pero...- Decía mirando hacia un punto fijo en la nada- en la vida de cualquier persona, se deben tener momentos íntimos, hogareños… y que mejor compañía en un día de lluvia frente a una chimenea encendida… ¿qué Konohamaru? Romántico, triste, desamparado…-
-Pero no podrás casarte con los tres…- el moreno se rascaba la cabeza
-me temo que no, ¿verdad?- decía algo desanimado el rubio- lástima que ninguno de ellos reúna todas esas cualidades…-
-son muchas para un solo hombre, será mejor que no pierdas tiempo, nunca encontraras un hombre con todos esos requisitos-
-Shika, no seas pesimista, ya sé que tú no crees en eso, pero no quieras arrastrarme a mí también- sonreía el chico y en ese momento escucharon la campana para su siguiente clase: redacción. Caminaron tranquilamente al aula y mientras iban por los pasillos encontraron al director: Jiraya. Quien reprendía a un par de jovencitas que les apoyaban en teatro en el instituto.
-Se suponía que solo servirían de apoyo… no como juguetes sexuales de los chicos… olvídenlo. Suspenderemos de ahora en adelante la entrada a este instituto a las señoritas. Konoha será un instituto para chicos- decía algo molesto el profesor. Naruto y Shikamaru suspiraron, ser encontrados in fraganti por ese pervertido, debía ser lo peor.
Al llegar al aula se escuchaban quejas por todos lados por la decisión tan radical del director. Naruto resoplo algo exasperado.
-Ahora nos las tendremos que arreglara nosotros mismos… sin mencionar que el festival está a la vuelta de la esquina- los reclamos aumentaron. En ese momento Iruka entraba al aula y callaba la muchedumbre.
-Acomódense ya vamos a comenzar…- todos tomaron sus respectivos lugares. Todos con una computadora portátil en frente- posicionen las manos- ordenaba el castaño- ahora comiencen a redactar lo siguiente: Señor Uchiha…Gerente general de empresas Sharingan, presente….- todos escribían, menos Naruto que como era su costumbre, miraba un punto fijo en la nada y comenzaba a imaginarse una vida diferente, es decir; ¿Qué pasaría si encontraba al hombre de sus sueños? ¿Alguien que reuniera todos esos requisitos que le hicieran sentirse completo?
-Joven Namikaze… deje de soñar y escriba- Iruka negaba con la cabeza y un sonriente rubio asentía sin mirar el teclado:
“Mi adorado Uchiha, mi único amor:
Si tu no vienes a mi yo iré a encontrarte. Cada noche espero ansiosamente que tú aparezcas para que puedas tomarme en tus fuertes brazos. No seas cruel, ven, te espero. Que sea pronto.
Siempre tuyo: Naruto…”
-Pongan su firma- pedía Iruka- Impriman la hoja y fírmenla. Póngala en el sobre con la dirección y con eso terminamos por hoy. Dejen sus trabajos en el escritorio para corregirlos- Naruto salió sin entregar nada. Camino por un pasillo hasta la recepción de la escuela fue ahí en donde sin querer cayo su carta de la carpeta en donde el rubio la había puesto… Un compañero de la clase la tomo y la llevo al buzón.
-Ese Naruto- sonrió- tan despistado como siempre…-