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Entrenamiento - KiKasa - One~shot por takeohigurashi

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Notas del fanfic:

¡¡Woah!! espero que les guste, pronto estare subiendo los demas proyectos, pero como ando enfermo, ya saben como es esto.

Espero que les guste. es corto, pero fue una idea que surgio de otro KasaKi. 

Notas del capitulo:

No es el primer KiKasa que subo, pero si el mas corto. Espero que les guste, aunque sea pequeño, es mi modesto escrito para ustedes.

 

Termina de arreglarse, secándose el pelo con la toalla, que rápidamente guarda en su bolsa deportiva. Metiendo la camisa sudada y lo demás que utilizo para el entrenamiento. Se da una mirada en el espejo por última vez, se ve bien. Como nuevo.

Los milagros que hacen el agua y el jabón, ¿no? Sonríe para sí mismo ante su broma, que sin nada de chiste, es algo más que una burla para sí mismo.

Echándose la maleta en la espalda, apaga la luz de la habitación y cierra.

-         Senpai, ya estoy listo, podemos ir… -  acalla sus palabras rápidamente. Esbozando una media sonrisa, entornando los ojos ante la imagen frente a él. Deja en el suelo la maleta y camina hacia él, cuidadoso de no despertarle. Sus ojos observan la figura que descansaba en la banca, recostado sobre la chaqueta del rubio como si fuera una almohada.

Kise se acercó, sin despertarlo. El sonido de su respiración es lo único que se escucha.

Ahora que lo recordaba, su senpai llevaba varios días igual. Se le veía mas cansado. Las ojeras en sus ojos eran prueba de su desvelo. ¿Era porque se estaba sobre exigiendo demasiado? ¿Era su culpa?

No, negó. Aunque quería reconocer que era su culpa, Moriyama-senpai le había dicho que Kasamatsu se la pasaba todas las tardes en la biblioteca, al parecer estudiando para los exámenes universitarios. La universidad a la que apostaba era muy buena, y como tal, pedía que sus estudiantes estuvieran por encima de los demás. Una beca deportiva, así le había dicho.

Hincándose sobre su rodilla, se acercó un poco, mirando fijamente a su senpai. Se veía tan tranquilo. El sonido de su respiración calmada y las facciones de su cara parecían más relajadas. Normalmente no pondría esa clase de expresión con él, puesto que siempre parecía hacerlo enojar. ¿Si le caía tan mal, por qué aun así le ayudaba, quedándose hasta tarde, a sabiendas que eso lo desgastara aún más? ¿Era por el entrenador? ¿O había otra cosa más que no sabía? Eso lo confundía aún más.

-         Senpai, a veces quisiera saber qué es lo que hay en tu cabeza. Que me dijeras, ¿me odias? ¿te molesto? ¿soy un estorbo en tu camino? Yo quería seguir jugando baloncesto contigo, con todos ustedes, pero ustedes nos dejan atrás.

Guarda silencio, como si esperara alguna respuesta, pero Kasamatsu está en el quinto sueño, completamente perdido y absorto de la realidad actual.

Viendo el rostro de su senpai, alarga su mano, rozando con la superficie de su yema la mejilla, justo por encima del pómulo. Aunque no lo admita, Kasamatsu tiene un bonito rostro. Ojos azules como el mar, labios rosados, un rostro suave y pestañas largas, esa clase de belleza natural que no necesita ni siquiera un retoque de polvo o rubor.

Se acerca un poco, colocando su mejilla sobre su antebrazo, mirando al chico. No dice nada, espera impaciente. Y mientras sucede, se acerca más, presionando suavemente sus labios contra la frente de Kasamatsu. Retrocede inmediatamente, temeroso de haberlo despertado, pero no. Sigue dormido.

Vuelve a intentarlo. Besándole en la mejilla, que es tan suave y lisa, “esponjosa” diría él. Nada, el azabache sigue dormido.

En un último intento, se acerca, teniendo sumo cuidado, su corazón palpita a mil por hora, siente como esas palpitaciones se intensifican y solo ese  es el sonido audible en todo el gimnasio. Es como si hubiera una bomba y de no tener cuidado detonaría en cualquier segundo.

Torpe, sus labios tocan los suyos, contiene la respiración, apretando los ojos. Es corto, casi podría decirse que no fue un beso, pero a Kise no le importa, acaba de hacerlo. Beso a Kasamatsu (y sobrevivió). Siente sus mejillas arder, una enorme vergüenza lo invade, pero también está el sentimiento de regocijo. Una sonrisa cruza sus labios y sin pensarlo tiene que salir por un poco de aire frio para calmar sus pensamientos.

Dando pasos largos, sale del gimnasio, para ya fuera, soltar un “YAHOO” que logra asustar al cuidador. Reprimiéndole, no escucha las quejas de este, puesto que está en el Olimpo de la Felicidad.

 

*************

 

Deja salir un pequeño suspiro, entreabriendo los ojos, para asegurarse que no haya nadie alrededor (Kise) y sin pensarlo esboza una media sonrisa. Lamiéndose los labios para probar más de ese sabor. Sabe a menta fresca. La fragancia de la chaqueta de Kise es deliciosa, Kasamatsu aspira suavemente, guardándolo en su cerebro, esa fragancia que tanta desea impregne su cuerpo.

¿Debería decirle?

Kise, me gustas, no sale de la nada.

Tal vez deba esperar. No quiere desconcentrarlo.

Tal vez después.

Se levanta del banquillo y comienza a colocarse la chaqueta, ajustando sus calcetas que le cubren hasta las rodillas. Hace unos movimientos para desentumecer su cuerpo y finalmente toma su maleta, junto a la chaqueta de Kise. Con mucho cuidado, y sin ser visto, coloca el pequeño sobre dentro del bolsillo izquierdo.

Sí, es un poco antiguo, pero, ¿Quién dice que los detalles de antaño no son lindos? Además, Kasamatsu es de los que siempre tienen una forma para todo.

 

Notas finales:

¿Qué les parecio? Lo sé, decepcionante porque solo fue algo tan minusculo, pero se me ocurrio entre delirios y temperatura. 

Fue un "... y si "

Bueno, nos vemos. Saludos, Takeo,


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