Konoha no era precisamente una aldea muy concurrida. Si, era verdad que en los últimos años algunas familias habían venido a vivir de fuera, la mayoría de ellos aceptados por buscar la paz y tranquilidad que el lugar les ofrecía. La verdad poco le importaba lo que pasara en aquel lugar, si llegaba personas o se iban no le había tomado importancia, porque sencillamente no lo valía.
La gran mayoría eran personas pacificas y buenos vecinos, claro, había sus excepciones, algunos eran demasiado problemáticos, como su vecino Naruto.
La familia de Naruto –La familia Namikaze-, habían llegado a Konoha cuando el apenas tenía 6, de eso ya habían pasado cerca de 10 años. Recordaba perfectamente bien que cuando llegaron, en su casa se estaba llevando a cabo el cumpleaños número 8 de su hermano mayor: Itachi.
Su madre, en cuanto se entero que tenía nuevos vecinos, salió a recibirlos con total felicidad que ni siquiera él podía creerse. No porque su madre fuese así, sabía que a pesar de ya contar –en ese momento- con 29 años, era demasiado energética, incluso algunas veces había tenido conclusiones descabelladas sobre si la señora de la casa, consumía grandes cantidades de azúcar para llevar ese ritmo de vida tan “movidito”. En cuanto su madre regreso ese día luego de “saludar cortésmente” a los nuevos vecinos, le comento que tenían un hijo de la misma edad que él, que se llamaba Naruto y que esperaba que pronto se hicieran amigos.
En ese momento no se lo dijo, pero sabía que aquello no era una petición, sino una orden. Desde ese momento comenzó su calvario. Naruto no era precisamente el más serio. En realidad, si tuviera que describirlo, diría que “era el mismo diablo en persona”. Siempre metiéndose en los líos más complicados y retorcidos que podía. Como aquella vez, en que la profesora de segundo año, la Señorita Anko, lo sorprendió espiando en los baños de las niñas. A él no le hubiera importado en lo absoluto, pero entonces, el muy cínico dijo que había sido idea suya y que también había participado en semejante embrollo.
Ese día no solo se gano una buena reprimenda por parte de los maestros de la escuela, sino que además, sus padres se enteraron y lo castigaron por una semana sin salir a sus entrenamientos.
Nunca, en sus ahora 17 años de vida, había entendido por que el siempre tenía que salir embaucado por ese “mocoso problemático”. Lo malo, es que al parecer ese idiota disfrutaba haciéndolo sufrir. Y lo peor del caso, es que quizá el mismo era un masoquista, porque algunas de esas “aventuras” le habían parecido divertidas, aun que no así los castigos.
Suspiro con resignación, eran cerca de las 11:00 a.m. y el timbre para salir de clase se hacía presente. Con un último: “No se olviden de la tarea, porque va a contar como porcentaje para el examen del tercer parcial”, se había despedido el profesor de matemáticas: Hatake Kakashi.
Ese día iban a salir temprano por que los profesores tenían reunión, era problemático. Ellos siempre pidiendo aumento pero nunca se ponen a hacer su trabajo, aun que claro, había sus excepciones.
-¿Qué haces?-
-Acomodando mis cosas, ¿no lo ves?- dije mientras metía el libro de matemáticas en la mochila. Era triste saber que a pesar de todo, me había vuelto compañero de ese muchacho revoltoso. Y con eso mis males aumentaban, por que el muy “lambiscón”, sentía algo “especial” por mi hermano y casi nunca se le despegaba, parecía una sanguijuela humana.
No es que el me lo hubiera dicho, pero era obvio, con su comportamiento daba a entender muchas cosas. Y eso me molestaba, ¿Qué no entiende que no quiero que se acerque a él?, es demasiado molesto, ¡Por Dios!
-Ah órale, ¿tienes algo que hacer en la tarde?-
-La tarea, cuenta para el examen, ¿recuerdas?-
-No seas aguafiestas, es viernes, puedes hacerla el fin de semana; Shikamaru, me dijo que hoy en la tarde va ha hacer una fiesta en su casa, van a ir: Neji, Kiba y cualquiera que se apunte, además las chavas van a ir también-
Vaya, así que el “trío maravilla”, iba a organizar una fiesta en casa del “idiota mayor”, que sorpresa –nótese el sarcasmo-
-No puedo creer que con las calificaciones que tienes pienses en fiestas… además, tú solo lo haces para estar con mi hermano y ya te dije que no voy a permitir que andes con el-
-Yo no he mencionado a Itachi para nada… espera…- me miro con esa cara de niño travieso- ¿no me digas es que estas celoso?-
-No digas pendejadas Naruto-
-O bueno, yo decía, además no hay problema, Itachi es tu hermano y es muy guapo, cualquier hermano estaría celoso por ello…- ¡no me provoques maldito…!
-Si claro…- dije con total sarcasmo
-Ándale, vamos, mira si quieres nada más nos quedamos un ratito… -
-Ya te dije que no, ¿no puedes entenderlo?- ¿Qué no entiende que sus fiestecitas no me interesan?
-Pero… si tu no vas a mi no me darán permiso- esto último lo dijo casi en susurro, pero obviamente lo suficientemente alto para que yo lo escuchara.
-¿Así que es por eso?, vaya, y yo creí que lo hacías de corazón y no solo para servirte como tapadera…- me giré molesto, tome mi mochila y comencé a caminar a la salida
-¡Espera!...- grito y me tomo por el brazo para quedar frente a frente- no es solo por eso…-
-OH si claro… ¿entonces por qué?- si, lo había dicho, me molesta que trate de convencerme con esa carita de cachorro regañado- responde-
-Es que… tu eres mi amigo- fruncí el seño
-Pues yo no considero mi “amigo” a alguien que siempre me mete en problemas, a alguien escandaloso y revoltoso como tú. Desde que te conocí, no has dejado de causarme problemas- su cara era de total sorpresa- no Naruto, yo no te considero mi amigo, es más, podría decir que hasta me molestas- me giré nuevamente y salí sin decir más. Suponía que lo había dejado pensando, porque ya no volví a escuchar una sola palabra suya.
2
Salía del baño solo con la parte baja del pijama. Algunas gotas de agua aun se adherían a su piel tan blanca como el papel. Continuaba secándose el cabello luego de una ducha de agua fría. Desde que había salido de la escuela, no había dejado de pensar el lo que le había dicho al “revoltoso ese”, suspiro insatisfecho.
En ese momento escucho como entraban a su recamara.
-¿Cómo estás?-
-¿a qué viene tú pregunta?-
-Me preocupo por ti y tú me respondes con otra pregunta, vaya hermano que eres Sasuke-
-Bien, estoy bien-
-¿peleaste con Naru?-
-¿Por qué lo preguntas?-
-Porque nos estuvimos masajeando hace un rato y siempre me pregunta por ti y en esta ocasión, no me pregunto ni siquiera como estabas-
-Tonterías de ese idiota, siempre anda pegado de ti como chicle, parece una sanguijuela humana, me sorprende que no lo conozcas aun-
-No seas grosero Sasuke, y si el esta “pegado de mi”- trato de imitar la voz de su hermano- es porque platica de sus cosas conmigo, me dijo algo así como que parezco la hermano que siempre quiso y nunca tuvo-
-Sí, sobre todo…-
-Dime una cosa, siempre he tenido dudas sobre lo que tú piensas de el-
-¿Qué que pienso de él?- sonrió de medio lado- pues bien: creo que es un idiota sin pizca de cerebro que disfruta meterme en problemas, que es insoportable, que nunca escucha razones, pero sobre todo, que es un maldito coqueto roba hermanos-
Su hermano le observaba con los ojos abiertos de par en par. Abrió la boca un poco, como tratando de decirle algo a su hermano, pero las palabras no le salieron. Sonrió un poco entonces, recobrando un poco la compostura.
-¿Qué piensas de la homosexualidad?-
-¿A dónde quieres llegar Itachi?-
-OH, tu solo responde-
-No lo sé- por primera vez en toda su vida, Sasuke Uchiha se había quedado con la mente en blanco, no sabía que responder a su hermano, y lo que más le intrigaba era el por qué de su pregunta en un momento como ese.
-Ya veo, mira Sasuke, no te enojes por lo que te voy a decir, igual y estoy loco y saco yo misma propias conclusiones... pero, ¿Alguna vez has pensado en que todo eso que piensas de Naruto, es porque sietes más que amistad por él?-
-¡¿Qué?!- grito el molesto- no digas Pendejadas Itachi, yo creo que ya estas grandecito como para saber que con esas cosas no se juega-
-Te dije que eran conclusiones mías, no te enojes, además, tienes que admitir que desde que ustedes comenzaron a juntarse, tanto tú como él, siempre andan juntos a pesar de que pienses todo eso de él, y además, hasta ahora ninguno de los dos ha tenido novia y quieras o no eso es muy sospechoso-
Lentamente se quito la toalla de los hombros y el dejo a un lado sobre la cama. Pasó una de sus manos por su cabello y se volvió para mirar a su hermano de frente fulminándolo con la mirada. Claramente Itachi entendió la “indirecta” de su hermano y salió de su habitación sin decir nada.
-“¿sentir más que amistad por un idiota como ese?”- sonrió de medio lado- ¡qué tontería!-
3
Dicen que los lunes ni las gallinas ponen, quizá porque el inicio de semana pesa, levantarse temprano pesa, aguantar los improperios de algunos profesores, también pesa… pero definitivamente, ese lunes era diferente, no era su día:
En primer lugar, se le había hecho tarde, y por lo mismo ya no había agua caliente, en segundo lugar, por las prisas no había desayunado nada y tenía hambre… y por ultimo y quizá no menos importante: ese fin de semana no había sabido nada de Naruto.
No, no es que le preocupara, en realidad el creía que era mejor así, cada quien por su lado. Lo que le sorprendía, es que en ese par de días, ni Itachi sabía que había pasado con su vecino; no, él ni muerto le habría preguntado, pero entre conversaciones a la hora de la comida había escuchado lo preocupado que estaba por su amigo. Se acomodo los anteojos y soltó un suspiro, abrió entonces la puerta del aula y ahí le vio, riendo amistosamente con la “bolita de las fresas” Ino, Shikamaru y compañía… y entonces frunció el seño, su hermano preocupado por ese tarado y el feliz de la vida.
Sin decir nada tomo asiento y cruzo los brazos, suponía que como cada mañana, Naruto dejaría lo que estuviese haciendo para ir con él y comenzar a molestarle con su pregunta usual de los lunes “¿Qué hiciste el fin de semana a parte de amargarte más de lo que estás?”… Siempre molestándole con preguntas tontas, siempre haciéndole enojar, siempre actuando como un mocoso de 5 años a pesar de tener 17 años… siempre metiéndole en líos…
-Buen día chicos, disculpen el retraso, acomódense que comenzaremos con la clase…-
Abrió los ojos de par en par, sorprendido por aquello, Naruto no había ido hasta él, no le había dicho nada. Y entonces tuvo deseos de levantarse de su asiento e ir hasta el del otro a reclamarle su inusual comportamiento, ¿pero reclamarle qué?, se dijo, si él había sido quien había puesto alto a ese inútil intento de amistad por parte del rubio. No, tenía el suficiente orgullo para llevar hasta sus últimas consecuencias esa “ley del hielo” que el otro había dictado sin abrir la boca siquiera.
Luego de un día sumamente pesado, tomo su mochila y miro al lugar vacio de su “amigo”. Durante todo el día aquel chico de ojos azules no le había dirigido la palabra. Soltó un ligero suspiro y comenzó a caminar hacia la salida. Ahí estaba Itachi, esperándole. Seguramente le molestaría por su frio comportamiento con el rubio, como era su costumbre. Estaba listo para oír improperios, pero Itachi no estaba ahí por él. Miro entonces como el rubio se acercaba y abrazaba a su hermano mayor y aquello fue la cereza del pastel.
Apretó los dientes con fuerza y paso de largo justo frente a ellos. Itachi le llamo varias veces, hasta que al fin se digno a voltear.
-Ototo... iremos al cine, ¿quieres venir?-
-¿por que iría al cine con ustedes? ¡A caso no se dan cuenta que no soporto su maldita presencia!- se volvió molesto y sin decir nada, continuo su camino. Aquello lo estaba alterando más de la cuenta.
No, en realidad le estaba dando más importancia de la necesaria. Al llegar a su casa dejo la mochila en la sala y subió a su habitación en donde sin más se lanzo a la cama quedando boca abajo. Mirando sobre el buro era ridícula imagen en donde el rubio le hacía caras y le ponía “cuernos” mientras posaban para la cámara junto con Itachi. Chasqueo la lengua.
Cerró los ojos, aun pensativo. Estúpido Naruto. Sin tan solo no fuese tan problemático quizá el no le viera como una molestia. Y entonces recordó aquella vez cuando ambos subieron a la azotea de la escuela porque seguramente sería divertido ver a las personas desde ahí.
FLASH BACK
-Sasuke se ve aun mas grande aquí arriba- decía un rubio con una bandita en la cara
-Tú también serás grande algún día...-
Ambos chicos se sentaron al filo del techo, al viento revoloteo sus cabellos haciendo que ambos cerraran los ojos. Aquella tranquilidad era revitalizante para ambos.
-Sentir la brisa es lo mejor- decía el moreno quien sonreía inconscientemente.
-Sasuke ¿siempre serás mi amigo?-
-Por supuesto- decía el moreno sujetando el meñique de Naruto con el suyo. Y fue entonces que noto los ojos de su amigo, era azules, realmente bonitos, era parecidos a...
-Naruto tiene ojos de cielo- decía Sasuke y eso hizo que el rubio riera contagiando en el proceso a su amigo.
FLASH BACK END
Sasuke abrió los ojos y miro su meñique como si realmente fuera lo más importante del mundo. Hizo una mueca poco comprensible. Noto que su cuerpo había cambiado con el tiempo, y no solo su cuerpo sino también su forma de pensar y de actuar. Naruto tenia razón, se estaba volviendo amargado pero jamás lo admitiría, ni siquiera a Itachi. Que se llenaría la boca de decir que el tenia la razón y seguramente le molestaría por un buen tiempo con eso.
-“¿Siempre serás mi amigo?”- se preguntaba si Naruto recordaría aquello. Un golpe lo saco de sus cavilaciones. Itachi estaba agitado y con el seño fruncido- toca antes de entrar- dijo fríamente
-Naruto desapareció, tienes que ayudarme a encontrarlo-
4
Estúpido Naruto, estúpido Itachi... estúpido karma... Corría verdaderamente desesperado por todas partes a donde el rubio frecuentaba ir; pero nada. Por más esfuerzos que hiciera sencillamente ese idiota no quería ser encontrado. Se detuvo justo frente a la primaria a donde los dos salían ir desde que se conocieron. Noto algo extraño. Una escalera al fondo del pasillo a un lado del pequeño jardín de hortalizas. Suspiro con pesadez. Y sin más, salto la barda del edificio. Subió por la escalera y le vio. Sentado al filo del techo, justo en el mismo lugar de hacía muchos años.
-Deberías tener la decencia de responder el teléfono de vez en cuando. Todos están preocupados-
-No deberían- soltó el rubio y Sasuke frunció el seño- ¿por qué viniste?-
-Itachi me presiono, así que...-
-Vete, no necesito que estés aquí por lastima- Sasuke frunció el seño, ¿qué le pasaba a ese idiota? Es decir, se había tomado la molestia de salir a buscarlo, lo menos que ese imbécil debía hacer era dar las gracias.
-¿qué te pasa?- el rubio de levanto y camino hacia el moreno
-no te importa- Sasuke no estaba de humor y Naruto realmente estaba tentando a la suerte.
-No me salgas con tonterías, dejas que todos se preocupen por ti y ni siquiera pides disculpas ¿quién te crees?-
- ¿por que debería disculparme con alguien que no soporta mi presencia?- soltó Naruto con molestia, Sasuke abrió los ojos de par en par, sorprendió. Pero no, no era la molestia del rubio lo que dejo a Sasuke sin habla, sino la mirada casi llorosa del muchacho rubio frente a él. Intento articular palabra pero no pudo.- Me duelen tus palabras Sasuke, ya sé que soy solo una molestia no tienes por qué recordarme que la única razón que estabas conmigo era lastima...- Sasuke Uchiha ensombreció el rostro- lo único que hago es tratar de llamar tu atención de algún modo pero... todo lo hago mal... solo quiero que me veas, ¿es mucho pedir?- grito el rubio y entonces Sasuke lo tomo por los hombros acercándose a él. Algunas lágrimas rodaron por el rostro del chico rubio.
Aquel suave roce en sus labios le había dejado congelado. Con las mejillas rojas y bastante desconcertado. Sasuke le había besado, había sido un pequeño toque. Pero definitivamente había provocado muchas cosas en su interior... incluso más de las que el se hubiera imaginado. Incluso más que las que ya sentía.
-Eres un verdadero idiota por qué no te das cuenta que eres la fantasía de más de alguno en la escuela, tienes un complejo de mártir por qué lloras por casi cualquier cosa, y te ríes por cualquier tontería que dice Itachi... tienes una voz tan melodiosa que das asco Dobe, demasiado suave, demasiado dulce... ¡Demonios Naruto solo me jodes la vida..!.- El rubio miro sorprendido a Sasuke quien intentaba disimular el sonrojo en sus mejillas. Aquello lo había dicho tan rápido que seguramente quien le escuchara no se lo creería.
-¿Eso fue una confesión?- pregunto el rubio entre divertido y serio. Sasuke le miro de reojo y entre cerró los ojos
-Y en sima… un idiota-
-Oye teme si solo viniste a molestar ya te puedes ir yendo…- otro beso. Más profundo que el primero, mas extasiarte, más dulce… mas fogoso. Naruto esta vez no se quedaría atrás, correspondería el beso como era debido. Paso sus manos por los hombros de Sasuke quien apretaba al chico contra él. Y entonces recordó lo que le había dicho Itachi “¿Qué piensas de la homosexualidad?” sonrió entre el beso… la homosexualidad era una bendición.