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Tormenta (ChenMin) One Shot por LuceroHood

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Notas del fanfic:

Ningun personaje me pertenece, solo la historia.

ah... y bueno, de niños Minseok tiene 12 años y Chen 10 n.n

Notas del capitulo:

¡Krisus! Estoy muy feliz pues es el cumpleaños de ¡¡Troll Chenchual Potter!! (amo como se ve Chen con lentes) *w*

Quería subir un fic hoy, en su cumpleaños y así lo hice n.n espero les guste y pues…

HappyChenDay :3

Tormenta (ChenMin)


Mansión EXO, un lugar tranquilo con grandes espacios donde habitaban estudian y practican doce tiernos niños, algunos más grandes que otros, pero todos se llevaban de maravilla, cada uno llevado a ese lugar alejado de las grandes ciudades para poder desarrollar como era debido sus habilidades especiales... si así es, todos y cada uno de estos chicos contaba con algún poder sobrenatural o contaría con él, cada uno había sido encontrado, pues sucesos poco normales los rodeaban sin ser conscientes de que ellos eran los causantes de ello, el primer niño al que se encontró fue a JongIn un pequeño que ya sabía todo acerca de su poder y se divertía practicando y mejorándolo, un niño muy travieso y de los más pequeños, pero había otros como YiFan, que a pesar de ser más grande, aún no podía controlar su poder que le permitía volar, él al contrario de su compañero era un chico callado, un poco envidioso y muy orgulloso, siempre que intentaba mejorar su poder y caía salía corriendo a su cuarto a encerrarse molesto con todos, era todo un caso, mas sus cuidadores y profesores ya tenían muy bien calado a cada uno y sabían como balancear sus actitudes.


Minseok,  Luhan, JongDae, Sehun, KyungSoo, Tao, JongIn, Chanyeol,  Baekyun, Wu YiFan, JoonMyun y Yi Xing eran los pequeños a los cuales cuidaban y enseñaban a desarrollar así como aprender a controlar sus poderes y que mejor que en esa etapa tan linda de inocencia...


Aunque lo travieso no era tan fácil de disipar en esos niños malos, por lo menos no en todos.


La noche inundaba los alrededores de aquella gran mansión llena de espacios abiertos y naturaleza, eran hectáreas completas solo para aquellos niños revoltosos.


Todo estaba tranquilo, demasiado, teniendo en cuenta a esos doce demonios que corrían de aquí para allá jugando y saltando, pero era obvio, pues la noche al igual que la bella hora de soñar los había vencido, únicamente una ligera lluvia se hacía presente en aquel lugar. Todos dormían como tiernos angelitos...excepto un niño en especial, JongDae, o como sus amigos le decían por su obsesivo gusto a las naranjas, Chen.


~¡Crash!~


De la nada y de manera sorpresiva un trueno se escuchó, haciendo retumbar  el sonido en los vacíos pasillos, iluminando todas las habitaciones por la luz que entraba por los grandes ventanales, para varios de los niños había sido un sonido más, algo que ignoraron por el cansancio y siguieron con sus sueños de aventuras, pero uno había despertado por ese ruido, asustado, sintiendo su corazón latir rápidamente, el sonido lo despertó, y ahora la constante repetición de ellos lo hacía llenarse de terror.


El pequeño niño de cabellos castaños y lindo ojos, cubrió su cuerpo completamente con las cobijas haciéndose un ovillo en su cama, tapaba sus oídos con sus manos intentando que el sonido no le afectara, pero un trueno más fuerte, que por el sonido y estruendo que ocasionó dedujo se encontraba más cerca lo hizo saltar en su lugar y salir de su cama para correr como si su vida dependiera de ello a la esquina contraria de su habitación donde se encontraba la cama de su amigo y protegido,  por ser Min más grande, Chen.


Se encontraba al pie de la gran cama, su cuerpo temblaba y cubría un poco su rostro con sus manos intentando no llorar.


-Chen... -susurro el pequeño mientras acercaba su manita temblorosa al bulto que se encontraba en la cama y lo movía buscando despertar a su amigo, que la verdad fingía y tenía una sonrisa felina traviesa en el rostro-. Chen Chen...


El nombrado lentamente se giró mirándolo, tallo su ojo y bostezo para fingir que lo había despertado, se sentó en su cama y lo miró.


-¿Qué sucede hyung? -lo miraba con los ojos entrecerrados.


-Pues... amm... llueve y y-yo pensé que tú, tendrías... -un trueno rápido y fuerte hizo temblar ligeramente el piso, y antes de que pudiera terminar de hablar Minseok lo abrazo fuertemente lanzándose a él.


-¿Te asustan los truenos hyung? -el de sonrisa felina sintió como el niño mayor que él asentía lentamente con su cabeza pegada a su pecho.


-Detenlos Chen... detenlos -lo abrazo aún más tratando de esconder su rostro-. No me gustan los truenos, son peligrosos.


El tiempo paso así, los dos niños se abrazaban y fuera de la mansión todo seguía igual, nada parecía disipar los trueno, al igual que en nada parecía reducir el miedo de Min, lentamente JongDae fue recostándose nuevamente en su cama, recostado a su hyung en sus pequeños bracitos y él en su almohada.


Ambos comenzaron a calmarse poco a poco, tanto los truenos que cesaban y se hacían más débiles, como si el lugar de su procedencia estuviera lejos de ahí, Minseok dejaba de temblar y su respiración volvía a ser más discreta.


-Ya no hay truenos, tranquilo Minseok hyung - acaricio su espalda, pero de repente sintió como su pijama comenzaba a sentirse un poco húmeda, y habitación comenzaba a ponerse más fría de lo normal, miro a su compañero de cuarto y sintió una pequeña punzada en su pecho por saber que había sido el causante de su tristeza-. Tranquilo todo está bien.


Chen comenzó a sentir más y más frío, su cuerpo temblaba ligeramente a causa de ello, jamás le había molestado la temperatura, pero ahora ese viento parecía helado, tanto que en su ventana comenzaba a formarse una ligera capa de escarcha, rápidamente tomó sus cobijas y los tapó a ambos, abrazando más y más fuerte al mayor para calmar esos pequeños hipos que salían de su boca, y todo esto funciono, pues al poco tiempo el castaño habló.


-Chen, los truenos son malos -abrazándose al cuerpo de su amigo sentenció sin dudar.


-No son malos... es solo que nadie los entiende -apego a su pecho al mayor.


Chen estaba acostumbrado a los truenos y rayos pues él había descubierto que podía controlarlos, podía darse cuenta que por las noches, cuando se enojaba con sus padres, los truenos inundaban su ciudad, y entre más enojado estuviera, más fuertes eran, poco a poco fue como todo niño curioso experimentando y luego jugando con su don, ahora él aprovechaba esa habilidad para poder atraer a su amigo hacia su dirección, se sentía mal por lo que había ocasionado, él sabía lo que los truenos hacían en su compañero y le gustaba ver esa linda cara de preocupación y miedo de su rostro, pero... primero todo había sido una broma, para por último convertirse en algo que hacía por el gusto de estar con él todo el tiempo, pues lo disfrutaba, siempre lo disfruto, pues antes para Chen todo siempre había sido soledad, solo leía y nunca hablaba, no hasta que lo llevaron a ese lugar donde había más niños especiales como él y su primer amigo había sido el niño de ojos bonitos del lugar, Minseok hyung.


-No creo que haya nada que entender de los truenos, asustan. -dijo firme escondiéndose bajo las mantas.


-No asustan, al contrario, son admirables, los truenos son libres... son fuertes, grandes, poderosos y nadie puede predecirlos, eso me agrada de ellos -Chen sonrió y se metió bajo la manta al igual que su hyung-. Además, ellos no te harán jamás nada Minseok hyung,  yo me encargare de protegerte, no debes temer.


-¿Lo prometes? ¿Prometes que jamás me harán nada? -su tierna voz se escuchaba esperanzada.


-Lo juro hyung -su sonrisa felina se hizo presente en su rostro y aun acostado subió su mano hasta la altura del rostro de su hyung hasta poder mostrarle su dedo meñique en símbolo de su promesa, Min sonrió y unió su dedo también con el del menor cerrando la promesa, Chen bajo sus manos que ahora se encontraban entrelazadas  y lentamente deposito un beso en la frente de su ahora protegido.


Ambos niños quedaron frente a frente, ambos con sonrisas en sus rostros al igual que sus manos entrelazadas y así poco a poco se fueron durmiendo en medio de la ligera lluvia, ahora ambos tendrán que cuidar de los dos, y era una promesa que ninguno de los dos rompería jamás.


~~~10 años después~~~


Una sonrisa felina apareció en los labios de Chen mientras sostenía la mano de aquella chica.


-Permíteme ayudarte –la chica que salía de la misma tienda de ropa que los dos chicos con habilidades sonrió tomando la mano y dejando ser conducida por Chen que sostenía la puerta de la entrada abierta para ella.


-Gracias –se sonrojo admirando al chico sexy tan caballeroso que tenía enfrente dejándose guiar.


Aquella escena era hermosa, claro… excepto para el mayor de los dos chicos, que sin cambiar su expresión anterior a ese acto de su amigo se limitó a mirar, como si nada pasara, más en su interior estaba enojado, Chen se ponía a coquetear con las chicas así como así ante sus ojos, era un descarado, ¿Cómo se atrevía?


JongDae, su mejor amigo de hace años, pero novio desde hace 5 meses parecía incluso haber olvidado su presencia, ok, ¿eso quería? Minseok no dejaría que Chen lo ignorara de ese modo.


Discretamente miro la calle, húmeda por las recientes lluvias, el viento frio que había en la ciudad podría ser un gran pretexto para ocasionar un accidente sin levantar tantas sospechas, Chen y esa chica se encontraban a solo dos pasos de un pequeño charco, charco que Min miro con completa concentración logrando que este se comenzara a congelar, no le costó nada de esfuerzo y esperaba que ese idiota que tenia de novio no mirara por donde se dirigía, si se quería lucir frente a esa chica Minseok no se lo permitiría.


Chen camino, miro de reojo a su novio notando en cejas ligeramente fruncidas su enojo, años con él lo hacían percatarse de cualquier cambio de humor, y sabía que su novio intentaría algo, miro rápidamente y de reojo su alrededor... y justo lo que pensó, estaba a nada de caer en un charco congelado, más bien a punto de resbalarse, discretamente rodeo el charco, pero sabía que la chica no lo hubiera notado ni aunque hubiera querido, y caminando justo encima del hielo la chica resbalo dejando salir un jadeo a la espera de caer contra el piso, pero el golpe esperado no llego, los brazos del caballero la detuvo de la cintura justo antes de caer, quedando sus rostros a centímetros.


-Debes tener más cuidado –uso una voz suave-. Ve con cuidado, no puedo ir cuidando de ti por todo el camino.


La chica giro su rostro mientras Chen volvía a colocarla de pie en la acera, la chica hizo una pequeña reverencia murmurando un gracias y giro a seguir su camino toda sonrojada.


-Que atento JongDae… -ironizo el mayor-. Se nos hace tarde gracias a ti, tenemos que llegar a la mansión antes de la cena, ¿podrías apurarte?


-Por supuesto Baozi –le dirigió su mejor sonrisa e intento tomar su mano, mas Minseok soltó su agarre velozmente metiendo su mano en el bolsillo de su chamarra.


Llegando al centro la camioneta que los había llevado al centro los esperaba, uno de los cuidadores de la mansión donde vivían los esperaba un tanto molesto por la tardanza de ese par, ambos subieron a la camioneta, uno sentado al lado de otro, pero el mayor de ambos no había vuelto a decir ni media palabra después de aquello, simplemente se limitaba a mirar por la ventana, intentando verse lo más normal posible, pero la verdad era que fallaba estrepitosamente, Chen lo miraba de reojo con media sonrisa de lado, pues su hyung miraba por la ventana con el ceño fruncido y un ligero puchero en los labios.


-No tienes por qué enojarte hyung, solo estaba siendo educado –intento posar la mano sobre la de su novio, pero este nuevamente retiro la mano.


-Aja –fue su única contestación, tomo su reproductor de música y lo coloco en su oídos durante todo el trayecto que faltaba.


Llegando a la mansión, sus amigos los esperaban en la sala Minseok sonrió al ser recibido por su amigo Luhan en un caluroso abrazo.


-Minnie… -canturreo y haciendo un puchero pregunto-. ¿Trajiste algo para mí?


-Claro que sí, no podía olvidarme de ti Lu-ge –le sonrió tendiéndole una bolsa grande que contenían unos tenis de marca.


-Están geniales Minnie, gracias, gracias –sus brazos rodearon tomando su cuello y dando besitos en sus mejillas, el mayor solo reía por lo infantil que se veía su amigo-. Sehunnie, mira lo que compro hyung para mí.


Ahora el mayor corrió al regazo de su novio para mostrarle su regalo, Chen miro la escena nada contento con ello, apretaba sus puños, podía sentir la electricidad recorrer cada centímetro de su cuerpo, con la necesidad de hacer daño a alguien.


-Chen, trajeron lo que… ¡auch! –Suho que había intentado colocar la mano en el hombro de su amigo se llevó una pequeña descarga que hizo una pequeña chispa-. Por lo que veo andas de corriente, ¿verdad?


Chen lo miro y sonrió relajándose un poco, Suho lo había notado, había notado lo cabreado que se encontraba y ahora intentaba calmarlo.


-En la camioneta esta lo que me pediste comprar, Minseok hyung tiene tu tarjeta.


Todos fueron a la camioneta a ver lo que su Hyung y Chen habían comprado para ellos, cada uno regreso con sus cosas y fueron directo al comedor pues la cena ya estaba hecha, comieron entre algunas risas, historias graciosas de lo que habían hecho ese día en la mansión, pero rápidamente se hizo de noche, todos querían ver alguna película de terror, o jugar videojuegos, excepto Minseok quien se encontraba ya cansado después de ese día tan atareado en la ciudad.


-Chicos, me retiro a descasar, tengo algo de sueño –el mayor rasco su nuca apenado.


-Hyung… si te vas quien controlara a estos mostros –uno de los más responsable después de Suho y Min lo miro como suplicando que no lo dejara solo con todos ellos, Min rio.


-Te dejo a cargo de ellos por hoy KyungSoo, sé que les darás su merecido –el menor hizo cara siniestra y miro a los demás en la habitación, todo temblaron ante su mirada.


-Estas bien hyung, descansa bien –más de dos se levantaron despidiendo al mayor dándole o pidiéndole beso de las buenas noches, Chen no se molestó ni siquiera en girar a verlo, cosa que hizo al mayor tener un dolor interno.


Llego a su habitación, aquella que compartía con Chen, se acostó en su cama y hecho sobre él las cobijas que tenía, se hizo un ovillo en la cama y cerró los ojos fuertemente intentando dormir, pero no podía, no podía conciliar el sueño por más que lo intentara.


En la sala Chen sonrió de lado, su hyung se había ido, era su oportunidad para atacar, estaba al fin solo en el cuarto, bueno… solo hasta que el llegara a hacerle compañía.


Camino lentamente hacia la habitación, sus compañeros ni siquiera lo notaron, bueno, solo Suho quien le sonrió y siguió en sus cosas con los demás chicos, Chen camino lentamente, curiosamente cada paso que daba a su habitación sentía la temperatura descender, froto sus manos, si así estaba el pasillo, su cuarto debería estar peor, lo sabía, su hyung de seguro estaba enojado o decepcionado de él, debía pedirle una disculpa a su bello novio, tuvo una idea, inmediatamente fuera de la mansión, pero a distancia comenzaron a escucharse algunos truenos, eran suaves, pues estaban lejos, pero concentrándose Chen logro hacer que aquellos truenos se acercaran más y más a la mansión, aquellos truenos se hacían más y más fuertes, y entre más fuertes eran, la temperatura volvía a su estado normal, el de sonrisa felina sabía muy bien que a pesar de ser mayor, su hyung aún se distraía por el sonido de los truenos, lo hacían sentirse nervioso y eso no dejaba que su poder se expandiera, mucho menos si Chen no estaba junto a él.


Tomo la perilla de la habitación y entro a ella, su hyung se encontraba en su cama hecho bolita bajo las mantas, pero al escuchar la puerta se giró sentándose en la cama y encarando a Chen.


-¡JongDae! Deja de ser infantil… detén esto de una vez… -su voz sonaba firme pero sus ojos mostraban un poco de miedo.


-¿Tienes miedo Hyung? –hablo serio.


-¡Deja de jugar conmigo de una buena vez Kim JongDae! –de rostro del mayor callo una lagrima y Min bajo el rostro hacia el suelo.


Inmediatamente los truenos dejaron de escucharse tan fuertes, fueron reduciendo su intensidad, pero seguían ahí, Chen camino hacia su novio, se colocó justo enfrente de él hincándose, una rodilla al suelo la otra pierna flexionada equilibrando su cuerpo, con su mano tomo la barbilla del mayor y la dirigió hacia arriba, intentando obtener su mirada.


Minseok intentaba girar el rostro, las lágrimas se precipitaban por su rostro, tenía vergüenza, coraje e impotencia, odiaba esa faceta débil que tenía con JongDae, él, él era esa excepción de su vida, esa persona por la que dejaba de ser el hyung y terminaba siendo humillado, lo odiaba, odiaba que Chen fuera su maldita debilidad.


-Minseok –Chen hablo con voz dulce, mirando realmente preocupado a su novio-. Lo siento hyung, no estoy jugando contigo.


El de grandes mejillas lo miro fijamente, gracias a los rápidos flashes que llenaban la habitación a causa de los rayos podía apreciar la mirada tierna y cariñosa de su novio, aquella cara de preocupación y arrepentimiento, pero no pensaba dejarlo así simplemente.


-Siempre lo haces JongDae, siempre juegas conmigo, te burlas haciendo uso de tu habilidad, me dejas en vergüenza en la ciudad… -Min sollozo-. Coqueteas con chicas lindas frente a mi… ¿aun así puedes asegurar que no juegas conmigo?


Chen sintió la culpa golpear su pecho, lo estaba lastimando, lastimaba a su novio queriendo jugar bromas, se sentía ahora el mayor idiota de la tierra.


-Lo lamento hyung –buco su mirada nuevamente-. Perdóname por ser tan idiota ¿sí?


Lo miraba arrepentido, pero el mayor intentaba no mirarlo.


-No Chen, ya fue suficiente –intento empujarlo.


Chen soltó su rostro y tomo sus manos llevándolas a su cuello, acercando sus rostros, el mayor giro su rostro y Chen aprovechándose de eso beso su cuello haciéndolo estremecer.


-Perdóname –murmuro en su oído mordiendo ligeramente su lóbulo-. Lo lamento tanto Min, no lo volveré a hacer, pero no te alejes de mi…


El mayor tembló y dejo que Chen siguiera besando su cuello.


-No te creo JongDae, no puedo creerte –los besos de Chen cesaron y se separó ligeramente del mayor.


-Por favor Minseok Hyung, prometo no volverlo a hacer, prometo no volver a lastimarte de este modo –Chen lo miro seriamente y frente a su rostro coloco su mano derecha alzando el menique a espera de la mano de su novio-. Por favor hyung, perdóname.


Minseok lo miro enternecido, esa acción le traía tan buenos recuerdos a su mente y le hacían saber de la seriedad de su amado, sin dudarlo subió su mano entrelazando sus dedos meniques.


-¿Lo prometes? ¿Prometes no volver a jugar conmigo? –su voz le hizo recordar a Chen a aquel Minseok de cuando eran pequeños, aquel al que siempre amo, incluso cuando eran niños.


-Lo juro hyung –respondió de manera seria y decidida.


-Más te vale cumplir tu palabra –Chen se acercó a sus dedos entrelazados y beso la mano de Minseok.


-Lo hare –el menor fue recorriendo el brazo de su amado, repartiendo besos suaves por su antebrazo, hacia su hombro, su cuello, la mandíbula y llegando a la comisura de sus labios donde beso repetidamente como pidiendo permiso para besar sus labios, Min giro su rostro juntando sus labios, él también anhelaba el contacto, así que a pesar de lo necesitado que se viera ante su sexy novio decidió profundizar el contacto rodeando su cuello con los brazos acercándolo más a sus labios, subiendo la temperatura de ambos cuerpos que comenzaban a intensificar cada vez más ese beso.


-Te amo JongDae –las manos de Chen viajaron a la cintura del mayor, y levantándolo ligeramente lo subió mas a la cama recostándolo completamente bajo su cuerpo.


-Yo te amo más Minnie


Los besos continuaron lentos húmedos sobre sus cuerpos, el aire frio recorría la habitación haciendo estremecer a Chen por la gran diferencia de su temperatura corporal con la de la habitación, pero las manos frías del menor solo intensificaban las sensaciones sobre su piel caliente, las ventanas empañándose, los truenos fuera de la habitación evitando que nadie más que el de sonrisa felina pudiera escuchar los gemidos de su amante, la noche, esa noche fría y tormentosa era testigo de otra promesa, una promesa de amor más grande que la última que hicieron de niños.


Todo inicio como un juego, termino convirtiéndose en una promesa irrompible, convirtiéndose en una promesa de amor, iniciaron como niños, ahora eran dos chicos que se amaban intensamente, de la amistad al amor, de una noche a una eternidad, ambos se pertenecían, aquella promesa era el paso que ambos necesitaban, esa promesa era la que les marcaría el nuevo inicio, la promesa de la felicidad, la promesa de siempre permanecer juntos.

Notas finales:

Espero les haya gustado este pequeño fic y me dejen su opinión, se los agradecería mucho.

Cuídense n.n/

XOXO


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