En este mundo la felicidad vive en muchos, pero yo no conozco es término, no veo la razón para que la gente viva feliz en este mundo, vivo en un pequeño pueblo con pocos habitantes, el lugar puede parecer próspero y agradable, pero tiene un lado oscuro como en cualquier lugar, aunque no lo parezca, la gente es despreciable, son injustas y desagradables, sus vidas son enfermizas, nadie en este pueblo tiene respeto por nadie, ni siquiera las mismas familias se respetan.
Todos me conocen, y me odian, no conozco la razón, creen que soy un monstruo o un fantasma, solo porque soy diferente. Mi cabello es de un tono blanco puro, mis ojos son grises y inexpresivos, mi piel es pálida y sensible, las ropas que huso llaman demasiado la atención, me quedan grandes y son también de color blanco.
En este pueblo la naturaleza también nos odia, nunca he podido ver los fuertes rayos de luz del sol de verano, nunca he visto una flor que no esté marchita, nunca he visto los árboles verdes. La razón de esto es porque en este pueblo el invierno es infinito, todos los días sin parar la nieve cae, algunas veces se pone más fuerte y cae sin piedad inundando todas las calles sin dejar salir a las personas de sus viviendas o a los pocos autos cruzar las pocas y agrietadas calles de este condenado pueblo.
Todos en el pueblo me tienen miedo, creen que soy una maldición de Dios, porque existe un rumor sobre que hace muchos años este pueblo fue maldecido y que Dios tendía un hijo que haría que el pueblo cayera en desgracias y nunca volviera a ver la luz pura del sol, pero eso no es cierto, son solo cuentos de niños, no puedo confirmar perfectamente de que esta supuesta maldición sea real, y todos creen que soy el presunto hijo maldito de Dios por ser diferente.
Mis padres me odiaban desde que nací, nunca me quisieron, solo me cuidaron hasta que cumplí cinco años, creyeron que podría cuidarme solo desde ese entonces, al menos tuvieron piedad de mí, me dejaron una pequeña casa con muebles y cosas necesarias para vivir, me dejaron suficiente dinero como para toda una vida, porque mis padres eran los más ricos del pueblo, se mantenían derrochando el dinero con cosas inservibles, yo solo lo uso para comprar mi comida, de todos modos ¿para qué comprar otras cosas si no las necesito? Además, dudo que algún día alguien me quiera visitar.
Pero esas tonterías no me importan, he podido cuidarme solo durante todos estos años, no necesito a mis padres para mantenerme, total ni me importa.
Soy el rechazado por todos, para evitar que no me hagan daño nunca salgo de mi hogar, solo salgo para ir al mercado a comprar los víveres, nada más.
En algunos casos algunas personas han intentado asesinarme, me han acorralado en callejones y han intentado apuñalarme, pero siempre resulto salvado por alguien, nunca he visto su rostro, aparece de la nada y ahuyenta a los agresores, esa persona viste completamente de negro y he notado que lleva un rosario de plata en el cuello, he intentado buscar a esa persona misteriosa, pero desaparece sin dejar rastro alguno, pero me da igual.
Mi vida es aburrida, estos diecisiete años que he vivido solo me he dado cuenta de algo… la vida no significa nada, es oscura y malvada, es solo un juego se supervivencia que lo único que tienes que hacer es sobrevivir, la felicidad no existe para mí, es solo una palabra que no está en mi vocabulario y nada más, mucha gente de este pueblo aunque no lo parezca vive feliz, es algo que no entiendo y nunca entenderé. Nadie me importa, odio a todos en este miserable pueblo, como ellos me odian a mí, no me importa nada en esta vida, es todo solo una mentira…
Mi frialdad aterra a muchos, la gente se sorprende de que aún siga con vida aunque sepan que odio vivir…
No tengo emociones, no conozco el significado del amor, solo pienso que es una tontería, la única emoción que tengo es él odio, y todo el mundo sabe eso, los odio a todos…
No sé reír, he visto a muchas personas hacerlo, un gesto en el rostro y sonidos raros que salen de sus gargantas, es espantoso y estúpido, no me importa saber porqué lo hacen, es solo para mostrar alegría, es extraño.
Tampoco sé llorar, nunca he descubierto como hacerlo, además no sé cuál es el llanto principal, existen muchos tipos, llorar de alegría, de tristeza, dolor, ira…. No me aplico a ninguno, no sé como llorar, nunca he sentido lágrimas en mis ojos, y no sé cómo se sienten, ¿las lágrimas serán cálidas o frías? No lo sé, pero no me interesa, total, ¿que ganaría con saberlo? Prefiero que siga siendo un misterio, no quiero averiguarlo por mí mismo, no quiero sentir esa sensación llamada “llorar”
Últimamente he sido asaltado, al perecer a medida que pasan los años muchas más personas quieren verme muerto, cuando salgo a comprar las provisiones extraños me persiguen y esperan a que esté solo, me emboscan y me lanzan al suelo cubierto de nieve, intentan drogarme, apuñalarme o dispararme, pero esta vez intentaron matarme a golpes.
Uno de los agresores me pateó en el abdomen, haciendo que me cayera al suelo dejándome sin aire, comenzaron a golpearme con unos palos dejándome casi desorientado, de repente los agresores pararon.
-¡¿Y tú quien mierda eres?!
-¿A ti que te importa? ¡Dejen al chico en paz!
-¡Oblíganos!
Solo escuchaba la discusión, me atreví a levantar mi cabeza y miré a la misma persona que siempre me salvaba de esta situación, y como siempre tenía el rostro cubierto con una máscara, los agresores lo miraron intimidados, solo querían acabar con mi salvador para terminar con su trabajo, lo único que podía hacer era observar, los golpes resultaron muy fuerte que ni me podía levantar, sentí como se me nublaba la vista mientras que los agresores se rendían ante los ataques del extraño y corrían como si hubieran visto un fantasma, no soporté más la presión de las heridas, noté que la blanca nieve se había puesto roja, volví a levantar la vista y vi la mirada del extraño, se acercó a mí y se quitó la máscara, pero no alcancé a ver su rostro, porque apenas se la quitó mi vista se tornó completamente oscura y perdí la consciencia.