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Las sonrisas que te regalo por Grifo

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Notas del capitulo:

Hola!!

Bueno, actualizando bastante rápido... 

Es mi primer fic de Naruto, asi que, veremos como sale!!

Ninguno de estos personajes me pertenecen, si a Masashi Kishimoto! 

A pasos rápidos caminaba sobre la acera. ¿Nervioso? Un poco quizás, no demasiado.

La mochila que cargaba sobre la espalda comenzaba a pesarle, y eso que no se le había ocurrido llevar más libros. Eso más el calor, uf, menuda idea tuvo.

Las gotas de sudor le resbalaban por la frente, un poco apresuradas por sus movimientos al caminar, por el cuello, incluso sintió unas cuantas en su espalda. No veía la hora de llegar a destino.

Llevaba unos bermudas negros y una remera manga corta color blanco, zapatillas y su característica mochila negra con detalles anaranjados, esa misma que ahora tenía ganas de revolear por ahí. Estaba un poco despeinado, el calor hacía que con sus dedos alborotara sus cabellos rubios, y su piel algo bronceada, brillaba por el sudor.

Describiéndolo así, parecía que estaba en el mismo infierno frente a esas enormes llamas coloradas, y un hombre con cuernos y tridente reía malévolamente a su costado. Pero su expresión era de completa tranquilidad, aún así, no perdía su jovialidad.

Ya cada vez más cerca estaba, sus pies aún daban un poco más. La calle estaba un poco empinada, por lo que sus fuertes piernas hacían un sobreesfuerzo al subir.

Sólo dos cuadras, y ya estaba frente a la enorme puerta, de la enorme casa, de la gran familia Uchiha. Si, ese nombre tan prestigioso.

Unos tres golpes bastaban, sólo le restaba esperar.

Inmediatamente se abría la puerta, dejando ver tras ella un hombre, bastante alto y que le sacaba un par de años.  Cabello negro, largo, y unos ojos tan oscuros, tan…

— Naruto… —  Algo sorprendido, el mayor esbozó una sonrisa y alzo la ceja. La realidad es que, por más que se haya acostumbrado a que el rubio viviera más en su casa que en la propia, no dejaba de recibirlo con desconcierto.

— Itachi… ¡Buenas! – Sonrió Naruto, al mismo tiempo que entraba a la casa, ya que el mayor se había hecho a un lado – Pensé que no ibas a estar, que saldrías con esos amigos tuyos… – continuó sin esperar el saludo, poniendo una mueca que el otro no pudo ver, al estar el rubio de espaldas.

— Hola Naruto… Al final se ha cancelado. – Cerró la puerta y caminó al sillón, donde estaba anteriormente. Cerró el libro que leía y encendió el televisor a su derecha, mientras tomaba asiento y veía a Naruto que lo imitaba, pero en el sillón de enfrente — ¿Buscas a Sasuke? Porque ha salido con Suigetsu y Jugo, le han pedido que los acompañe.

— ¿No está? – Sus ojos celestes lo miraban interrogante, al mismo tiempo que ponía una cara de enfado y se sentaba cansadamente en el sillón – Casi muero de calor allá afuera, ¡no pienso volver a mi casa mientras ese maldito sol siga allí!

— No hay problema Naruto, puedes quedarte, creo que mi hermano no tarda – sonrió tranquilo Itachi, ladeando la cabeza a un costado. Admitía que las reacciones del menor eran épicas — ¿Necesitas algo en especial?  — generalmente cuando al rubio le dice que Sasuke no está, a éste no le importa un comino, y se sienta a mirar el televisor como si nada hasta que su amigo regresa, esta vez la reacción fue distinta.

— La verdad, si – abrió su mochila para sacar los libros que llevaba – necesito ayuda en matemática, la próxima semana tenemos examen y no entiendo unas cuantas cosas – estiró el libro al mayor, y éste noto que el menor había marcado varias páginas, supuso era lo que no entendía.

— Ya veo… — hizo una pausa, ojeando el libro detenidamente – puedo ayudarte – levantó la vista y le sonrió simpático.

—  ¿De verdad? ¡Gracias Itachi! ¡Haré mi mejor esfuerzo dattebayo! – y procedió a sentarse en el suelo, apoyando un lápiz sobre la mesa ratona frente a él, obligando al de cabello negro a hacer lo mismo.

Si alguien hubiera dicho alguna vez que Naruto era completamente idiota, pues debía entonces taparse un ojo, porque a veces era medianamente idiota. Este rubio había ideado todo un plan, que en su mente llamaba el plan perfecto. Su misión era concurrir a la casa de su amigo, Sasuke, a pedir ayuda con matemática. Claro que Sasuke no estaba, el pobre tipo había sido arrastrado por sus amigos, que querían ir a vaya a saber uno dónde. Era algo que le venían avisando al de cara estreñida desde hacía varios días en el instituto. Naruto tomó nota de esto, era información valiosa, ya que eso significaba que el hermano mayor de Sasuke, Itachi, iba a estar solo en casa.

Eso lo sabía ya que los padres de su amigo, habían salido por un viaje de negocios, y hacía ya unos días que los hermanos estaban conviviendo solos en la casa.

Claro que, su plan no iba a funcionar, si Itachi no estaba en casa…

 Un día normal, de tantos, había ido a “visitar a Sasuke” mientras él no estaba (parece que es un adolescente muy ocupado), y se había tomado la libertad de recorrer los pasillos de la gran casa, como si nada, y escuchó hablando al Uchiha mayor con su amiguito Deidara. Ambos dos estaban en la habitación del Uchiha, y hablaban de una salida grupal, programada con bastante anticipación, parece ser que era algo importante.

La cuestión fue que, la ausencia de los padres Uchiha y el arrastre de Sasuke por todo el pueblo de Konoha, parecieron coincidir con que la salida de Itachi, según contaban los rumores, terminó siendo cancelada. Así que nuestro rubio, decidió tirarse un piletazo y probar suerte yendo de sorpresa al hogar de la prestigiosa familia, y haciendo de cuenta que “no sabía nada”.

¿Por qué les estoy contando esto? Porque Naruto está perdidamente enamorado del Uchiha mayor. Claro que Naruto no es abiertamente homosexual, por lo cual, nadie sabe de esta atracción al de cabellos negros. Pero lo que sí se sabe, es que Itachi salió del closet hace un par de años.

Por alguna razón, el rubio jamás se animó a contarlo. No es que no fuera a ser aceptado, es decir, el hermano de Sasuke era gay y jamás dejaron de mirarlo con la misma cara de todos los días, ¿por qué entonces sería diferente con Naruto? Muy simple, Sasuke podía tener cara de querer matar gente y odiar a todo el mundo, podía tener un gran ego que no le permitía pensar en nadie más que no fuera él, ejem, me fui un poco por las ramas. Pero sin lugar a dudas, Itachi, era el protegido de Sasuke, aquel que osara siquiera acercarse a su hermano, sufriría lenta y dolorosamente. Ambos se tenían un inmenso amor fraternal, que hacía que Sasuke afilara los dientes frente a algún peligro. Y Naruto, era ese peligro.

Si bien rubio y estreñido eran los mejores amigos, Sasuke sabía mejor que nadie que tenía que haber alguna razón por la cual Naruto hasta ahora no le haya hecho caso a la hermosa Hinata Hyuga, que se desvivía en las horas de clase mirando de reojo y extremadamente ruborizada, a un perdido Naruto. A demás de ser hermosa, la familia Hyuga era de renombre, así que Naruto podía asegurar su futuro perfectamente, al lado de la de ojos color perla.

¿No era lo de adentro lo que importaba? Bueno, la realidad es que, aunque para Sasuke, Naruto era una usuratokanchi, un poquito le interesaba que ese rubio estuviera en buenas manos, y la tímida Hinata, de la que nadie sabía nada porque nunca hablaba, sin lugar a dudas, no era digna de su amigo.

El tema era que, Sasuke sabía que Naruto escondía algo, y como él no era ningún idiota, se daba cuenta de las miraditas que el rubio le lanzaba a Itachi, sin embargo, no estaba seguro de si encarar al usuratokanchi, o esperar a que este declarara su sentencia de muerte, digo, su amor por su hermano.

 

Volviendo a lo que nos compete, estaban nuestro rubio y el Uchiha mayor, sentados en el suelo del living.

El de cabellos negros con un lápiz en la mano, ponía su mejor esfuerzo en hacer entender al menor, geometría.

Naruto, nunca fue bueno para las matemáticas, por lo cual, estaba algo bastante perdido en la explicación, eso también porque se paso gran parte de ella mirando el perfil del más grande.

— Bien, ya sacamos todos los cálculos para el círculo, ahora pasemos a los triángulos – la voz de Itachi era tan suave cuando estaba concentrado en algo. Sus manos acomodaron las hojas que ya había explicado, y las hizo a un lado, agarrando nuevos borradores para continuar con el tema. Durante el proceso, miró al rubio esperando que este asintiera, señal de que estaba de acuerdo con la explicación.

El mayor estaba algo incomodo ya, sentado hacia una hora en la misma posición, decidió entonces girarse para encarar al más chico, cosa que no le dificultaba escribir. Al ponerse de frente, vio como el rubio abrió los ojos bastante sorprendido, e instantáneamente bajó la vista, con un leve sonrojo, que de todas formas era muy perceptible.

Parece que la perspicacia era algo hereditario de los Uchiha, ya que Sasuke no era el único que notaba un comportamiento extraño en Naruto, oh no. Itachi también estaba consciente de las miradas risueñas, y los tonos tiernos con los que se dirigía a él Naruto.

Y a decir verdad, cada vez que veía al más chico, un remolino pasaba por su estomago, y un mini bloqueo le impedía coordinar sus palabras con sus acciones, hasta que finalmente recobraba la compostura. Itachi era completamente consciente de las sensaciones que se apoderaban de su cuerpo cuando veía al rubio, aunque su impulso de intentar algo con él, era frenado cuando recordaba que era el amigo de su hermano. Y que, no tenía ni la más mínima idea sobre las preferencias sexuales de él. Era algo que no quería preguntar, para no invadir el espacio del menor, aunque, haciendo gala de su intuición, imaginaba el significado de la presencia constante del menor en su casa.

 

Ojeando que triángulo podía explicar, estaba Itachi, cuando de reojo ve como Naruto re removía en su puesto, mirándolo incómodo.

— ¿Qué sucede? — indaga el pelinegro, alzando una ceja confundido.

— Itachi… — susurra Naruto cabizbajo — yo…

— ¿Naruto? — ahora el mayor baja un poco la cabeza, intentando ver al otro a los ojos. Lo consigue cuando los ojos celestes se posan en los suyos, aún con la cabeza gacha.

— No quiero estudiar más — declara el rubio, de pronto. Y como si nada, empieza a guardar los libros lentamente.

— Ehh… - se había quedado sin palabras — como tú quieras, Naruto — comienza a ayudarlo, ya notaba él la incomodidad del otro, desde hacía rato.

Una vez todo guardado, el rubio toma su mochila, se la calza al hombro y se dirige hacia la puerta de salida. Se lo notaba muy avergonzado. Mantenía la mirada al suelo, se sentía pésimo. Su plan iba a fracasar si no hacía nada, y tenía que ser ahora. Qué cobarde se sentía.

— ¿Ya te vas?

Naruto se giró, y noto la mirada de Itachi sobre sí. Intentó balbucear algo, pero su boca se abría y cerraba, no salía ni una palabra de ella. El pelinegro sonrió divertido.

Fue el colmo.

Ahora o nunca.

Naruto se acercó en un movimiento rápido, y le estampó un beso en los labios.

Rápido, y cargado de emoción.

El corazón le latía a mil, tenía miedo, ansiedad, nervios, todo un remolino de sensaciones. Sin embargo no se separo.

Sus manos sostenían con fuerza las correas de la mochila, sus ojos estaban fuertemente apretados, y su cadera exageradamente alejada del mayor, con la parte superior del cuerpo totalmente inclinada hacia adelante.

Itachi, no estaba mejor, el beso le había tomado por sorpresa. Se mantuvo tenso, con las manos en el aire, y sus ojos estuvieron abiertos viendo el semblante del menor, con las cejas extremadamente arqueadas.

Relajó su expresión al notar que Naruto no tenía pensado separarse, y aprovechó entonces a posar su mano derecha en la nuca del rubio, y con la otra jalarlo suavemente hacia su cuerpo, logró así que una de las manos del menor soltara la correa de la mochila, y entrelazara los dedos con el pelinegro. Cerró los ojos durante el proceso. Inmediatamente, notó como Naruto se relajaba, y sintió una leve sonrisa formarse durante el beso.

Naruto finalmente se separó, y sonrió aún más. Miro a Itachi con felicidad en su rostro, sus ojos brillaban como nunca.

Itachi levanto una ceja y sonrió de medio lado, lo miró tierno.

Naruto comenzó a hacerse para atrás, hasta que tocó la puerta y la abrió, y con una seña con la mano y la mejor sonrisa, se despidió.

Bajó los escalones de la casa, y emprendió el viaje hacia su izquierda…

— ¡Naruto! — el de cabellos negros lo detuvo con solo llamarlo, desde el marco de la puerta. El rubio se giró, prestándole atención — Sasuke puede quedarse cuidando la casa hoy por la noche…

El rubio sonrió divertido, y asintió, apretando mucho más fuerte la correa de la mochila.

— ¿A las 21 te parece bien que pase por tu casa? — preguntó tranquilo, pero con brillo especial en sus ojos.

— Me parece genial, hasta la noche, Itachi — se volvió a despedir con una seña, y empezó a caminar, de vuelta.

 

Itachi se mantuvo en el marco de la puerta, durante unos momentos, y luego entró.

Naruto caminó hasta su casa, con una de las sonrisas más relucientes que alguna vez tuvo. 

Notas finales:

Muchas gracias a quienes leyeron!! Y espero les haya gustado!

Espero leernos pronto! 


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