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NADA por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

Harry Potter no me pertenece, sino a J.K.R. de quien utilizo esta grandiosa historia para crear fics con el fines de lucro y con el unico proposito de entretener.

Notas del capitulo:

Hola queridisimos lectores, heme aqui de regreso con una esta nueva serie de on-shot para este mes que me encanta, esperando que les guste al igual que la del año pasado. Lamentablemente este año por problemas personales solo podre subirles la mitad del mes, pero algo es algo.

NADA

 

 

 

 

 

Canta, chilla, baila y salta, como un mono, como cualquier cosa, parece cualquier cosa, menos el héroe del mundo mágico. Podría dar pena, lastima, inclusive vergüenza ajena, pero no a él, a el no.

 

 

Le mira con gracia y a diferencia de otros se oculta en las sombras viendo como otros olvidando de quien se trata le festejan con aplausos sus payasadas. Escucha entonces el sonido metálico de sickle caer al suelo y como inverosímilmente aquel moreno que tanto pavor le causaba en una época se agacha a recogerlos con una gran sonrisa para luego lanzárselas al barman exigiendo un  wiski de fuego que se bebe de un trago.

 

 

La hora de cerrar llega como todas las noches para verle ser casi expulsado a punta de varita de la taberna más sucia y barata del mundo mágico. Saliendo a tropezones de esta, sin la más mínima dignidad.  Patético, piensa y no puede evitar sonreír ante la caída del gran Harry Potter, hasta que esta se le borra de un zarpazo al darse cuenta que a este ni siquiera le importa haberse ensuciado y que aun asi, sin ya nada que perder, aun sonríe.

 

 

Aun ebrio puede notar como este está pendiente de sus pasos, como está lo suficientemente despierto para darse cuenta que le sigue, aun lo tiene se dice, aún tiene esa chispa en los ojos que lo aterran y es tarde, porque él ya es presa de su presa.

 

 

Cuan patético se puede ser al ser capturado por un ser patético, existe acaso una palabra más baja para esta y si es asi, porque nadie jamás lo ha llamado asi.

 

 

Las amarras alrededor de su cuerpo le cortan la circulación de la sangre, se siente asfixiado y no es a causa de estas, si no del el aliento nauseabundo de su captor que no deja de recitarle un sinfín de incongruencias.

 

 

Sabe lo que va a pasar, lo sabe, sabe que el ya no es el mismo al igual que sabe que no llegara Auror alguno en su ayuda, ni de él.

 

 

Siente sus ásperas manos alrededor de su cuerpo, como  estas pasan atraves de sus amarras, como ríe ante su atrevimiento, como de la nada es tomado con brusquedad para ser arrojado contra el suelo y sentir como su boca se revienta contra esta. El gusto metálico le indica que es muy probable que haya perdido un par de dientes y se pregunta cómo ha sido tan estúpido como para seguirle, como ha sido tan idiota e iluso al creer que el sería una presa fácil.

 

 

Le escucha entonar la misma canción de la taberna mientras baila a su alrededor de forma burlesca, acentuando las partes más burdas y grotescas.

 

 

Le ve empinarse una o dos botellas consecutivamente mientras su cuerpo es golpeado con la punta de las sucias botas de este, como le provoca con una bebida que él no desea beber para finalmente escucharle decir que siente lastima por él y sentir como esta es vertida por su rostro hasta que no le queda más remedio que tragársela si es que quiere respirar.

 

 

Le escucha reír como loco y es entonces cuando se envalentona para ir contra el en un intento temerario por quitarle su varita pero todo es en vano, pues este apenas le ve intentarlo le revienta la botella de licor contra la cabeza.

 

 

Esta mareado, perdido en el tiempo, ajeno a su realidad, se arrastra hasta donde su cuerpo se lo permite para sentirse alzado por un hechizo que lo lleva contra lo que él cree un ventanal, pero no es eso, lo sabe al ver su reflejo en mil fragmentos teñidos de sangre esparcidos por el suelo al igual que él.

 

 

Y se ve, se ve por primera vez en mucho tiempo, la oscuridad se ha ido, la conciencia ha regresado esporádicamente y llora, llora como el niño que alguna vez fue sin importarle la risa del otro, sin importarle lo que le ha de ocurrir, sin importarle nada, porque ya nada importa, ya nada importa, porque ha visto su realidad, la ha visto  y no la desea.

 

 

El sol se cuela a través de las cortinas de su hogar golpeándole de lleno su rostro magullado. Intenta de espantarle de un manotazo pero al ver que esto no funciona intenta de levantarse, sino para cerrar las dichosas cortinas si para alcanzar su maldita varita que se ve a lo lejos. Pero nada de esto ocurre y el sol lo baña de lleno por completo dejándolo ciego por unos segundos que utiliza para chillar como niño chiquita.

 

 

-¡Ya basta!, que es solo un poco de sol-

 

-Diablos…Herm….-

 

 

No le hace falta abrir sus ojos para saber que la ha decepcionado, una vez más y es por eso que se arremolina en el mismo lugar en donde está, hasta que siente un par de fuertes brazos que lo levantan en contra de su voluntad sacándolo de su refugio para depositarlo en un suave y mullido sillón.

 

 

-Diablos hermano, cuando va a acabar esto-

 

-Cuando el….- se tapa la boca con premura al sentir nauseas pero nada pasa y ríe de buena gana por la falsa alarma.

 

-Prometiste no beber más Harry- le acusa su amiga que hace desaparecer en tres simples movimientos de varita los restos del que fuera un espejo obsequiado por el mismísimo primer ministro de Magia Francés.

 

-También se lo prometí a él…y aun asi…se fue- dijo con melancolía el moreno para sentir sus ojos escocer.

 

-¡Jamás dejaste de beber entonces y jamás lo harás ahora!-

 

-Hermione…mi cabeza-

 

-¡Al diablo con tu cabeza!-

 

-Herm, él la está pasando mal, vamos- pidió suplicante un peli rojo al ver el lamentable estado de su mejor amigo.

 

-Dime Harry, cuando terminara esto- pregunto indicando con sus brazos el desastre mediático que había causado en su hogar la noche anterior.

 

-Perdón, lo intente….pero….me invitaron un trago y no pude,… diablos como iba a hacerles ese desaire a los muchachos-

 

-Si, como ibas a negarte a beber gratis-

 

-Vasta Hermione-

 

-Sí, vasta- dijo la castaña dirigiéndose con paso firme hasta la chimenea.

 

-¿A dónde vas?- pregunta el peli rojo indicando a su amigo sobre el sofá que aún se queja por la jaqueca que le pesaba tras la borrachera.

 

-A mi hogar, a seguir con mi vida-

 

-¿Pero y Harry?-

 

-Déjala Ron…solo déjala- suelta pastosamente el moreno sin siquiera mirarle –Ya no importa, nada importa-

 

-Por supuesto, nada te importa Harry, nada con excepción de la bebida-

 

-Ya basta Herm-

 

-Déjala Ron…solo déjala…ella me deja…al igual que el…- dice tomando con torpeza un relicario oculto entre sus ropas y que oculta a la única persona que realmente logro amarlo por quien era y no por lo que era.

 

-No Harry, yo te dejo- dice con determinación su amiga -pero él jamás lo hizo- agrega con pena la bruja –el murió, ya es hora de que lo aceptes- finaliza para escuchar los gemidos ahogados de su amigo que se oculta tras sus manos.

 

 

“Ya nada importa, no sin él, no sin mi amor, no sin mi Draco, nada, nada importa” Piensa. “Nada, nada con excepción de la bebida” se repite mentalmente ignorando por completo la discusión que ha comenzado entre sus dos mejores amigos para dirigirse hasta uno de tantos de sus escondites en donde mantiene una botella de reserva en caso de emergencia.

 

 

-Nada…nada importa ya…nada…- reclama dándole un sorbo a su botella mientras una figura oculta entre las sombras lo ve acabando poco a poco con su vida.

 

–Nada…nada…nada…-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin

Notas finales:

Como siempre, gracias por leer y mucho mas por comentar, hasta la proxima.


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