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SITUACIONES por ria94

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SITUACIONES – Por Ria94

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. Fanfiction basado en Slam Dunk de Takehiko Inoue.

 

SITUACIONES

Aunque no sepa quererte de la forma que a tí te gustaría, siempre te querré con todo mi corazón de la mejor forma que sepa.”

¡Ahhh, me quede dormido!, ¡¿Cómo un genio como yo se queda dormido en un día tan importante como este?! Ahahaha Rukawa va a matarme por llegar tarde al partido y al gordito espero que no se le ocurra dejarme en la banca como aquella vez porque si no perderemos irremediablemente y yo que pensaba demostrar hoy día todo lo que he aprendido en mi entrenamiento especial, ¡Ahhh mejor me apuro!

Salto de la cama se vistió apresuradamente y se fue corriendo hacia la estación del tren ojala tuviera suerte de coger el ultimo que le haría llegar justo a tiempo al partido. Apenas llegó; el tren estaba en la estación pitando ya para salir, corrió mientras las puertas empezaban a cerrarse, casi perdería el tren hasta que una mano salió, las puertas se volvieron abrir y recién pudo entrar:

 – grac…

torpe

pero, ¿Qué te pasa? ¡¿Zo…Zorro?! Solo te quiero dar las gracias.

 

Su compañero y capitán de equipo no dijo nada más, sumido como siempre en su mutismo. Hanamichi no es de las personas que aguantan los silencios largos por eso estaba pensando en hablarle – zor…  – de repente el tren se va llenando y Hana es empujado hasta quedar frente a frente con Rukawa.

 

La situación era de lo más incómoda para Hanamichi; su mano, que estaba sujetando su mochila, había quedado atrapada entre sus cuerpos, en un intento de liberarlo termino rozando cierta parte de cierto zorrito – lo sien… – Hanamichi creía que Rukawa lo golpearía por tocarlo sin embargo cuando levanto el rostro para disculparse notó que él se encontraba ligeramente sonrojado  mientras le miraba fijamente, Hanamichi no pudo evitar sonrojarse al verse reflejado en esos ojos intensamente azules.

Ya a mediados del segundo año, Hanamichi empezó a tener sentimientos “extraños” por Rukawa; no entendía porque la presencia de él lo perturbaba más que la presencia de Haruko; los sentimientos que antes tenía por ella habían desaparecido, ahora solo eran amigos y ella estaba saliendo son su mejor amigo Yohei Mito, lo que sentía cuando Rukawa estaba presente lo asustaba y a la vez lo emocionaba por ese motivo intento llevarse mejor con él y a la vez iría descubriendo que es lo que sentía realmente.

Al principio las peleas aumentaron tanto, que Miyagi los castigo a limpiar el gimnasio más que Akagi en todo el primer año, Hanamichi suponía que era extraño para Rukawa que él tratara de hablarle y como siempre le respondía – torpe – con el gesto serio y se encerraba en su mutismo, Hanamichi se exasperaba y terminaban peleando.

Después de meses de intentarlo al fin logró tener una conversación razonable, considerando que Rukawa seguía respondiendo con monosílabos, al menos ya no se peleaban aunque no se podían evitar los típicos “torpe” o “zorro” que se oían en cada entrenamiento; ese año quedaron en segundo lugar en el campeonato nacional por ese motivo Hanamichi decidió entrenar con todo para lograr ganarlo en el tercer año ya que sería su último año en preparatoria; estaba decidido, incluso, a tragarse su orgullo y pedirle al zorro que lo ayudara porque era consiente de que era un excelente jugador, por algo eran considerados la dupla dorada de Kanagawa y también por eso Rukawa había sido nombrado capitán y Hanamichi el sub-capitán del equipo de baloncesto de Shohoku.

Estaba como todos los domingos, oculto entre los arbustos de la cancha de básquet cercana a las playas de Kanagawa debatiendo entre pedirle o no que lo ayudara a mejorar su juego, que no se dio cuenta de que Rukawa ya estaba recogiendo sus cosas para retirarse.

 – ¡¡Ya al diablo, lo voy a hacer!! ¿Zo…Zor…rro crees que me puedas enseñar? –

Hablaba mirando al piso, realmente avergonzado esperando la respuesta de Rukawa; después de un silencio muy largo, levanta el rostro y se da cuenta de que ya no estaba.

¡¡¡Ahhhh, maldito zorro!!! – Se fue retirando del parque lanzando maldiciones – Seguro escapó por que no quiere enseñar a este genio, ¡¡Ahhh!! ¿Acaso cree que es el mejor con ese juego que tiene? ¡Ahhh! ¿Pero qué digo, si por algo le voy a pedir que me enseñe? La manera en que juega es perfecta: la contracción de sus músculos cuando salta, la forma en la que su cabello se mueve, como resbalan las gotas de sudor por su rostro hasta perderse en su cuello, la mirada que posee, su... mirada…

¡¿Torpe?!

Hanamichi se había detenido a la mitad de la calle, cabizbajo, completamente abstraído que no se dio cuenta que Rukawa estaba frente suyo.

– ¡¿Pero, qué te pasa?! ¿Zo…rro? ¿Por qué me gritas? ¡¡Ahhh, eres un maldito!! –

Gritaba Hanamichi  tratando de disimular el sonrojo que tenía y rezando para que Rukawa no haya escuchado nada, ya que no sabía desde que momento había estado allí.

¡Te he estado hablando hace rato, torpe!

– Tú…tú ¿Has escuchado lo que dije? –

Claro, torpe; ¿Quién no distinguiría a un torpe pelirrojo gritando en la calle?

– ¿Qué…qué escuchaste? –

Quieres que te enseñe y creo que tienes razón, no podemos seguir perdiendo por tus torpezas en la cancha. –

– ¿Torpezas en la cancha? ¡¡Ahhh maldito!! –

¡¿Vas a querer o no?!

tsk, está bien.

Rukawa se alejó después de decir aquello y aunque Hanamichi no se dio cuenta, tenía una ligera sonrisa en el rostro.

Un domingo cualquiera mientras estaban jugando un uno a uno después de las indicaciones de Kaede, Hanamichi no entendía por qué su corazón latía tan rápido cuando Kaede le hacia una marca casi pegada a su cuerpo, por lo que siguió buscando ese contacto empezando a cometer faltas fuertes, curiosamente Kaede no le reclamaba nada; iban empatados y Kaede estaba en posición del balón, había logrado pasar a Hanamichi y se preparaba para realizar un perfecto mate cuando sintió que lo empujaban y al caer en un intento por mantenerse en pie trató de sujetarse de Hanamichi, sin embargo, a pesar de todo, terminó cayendo en el piso con Hanamichi encima; se  quedaron quietos mirándose, quien sabe por cuánto tiempo, demasiado concentrados uno en el otro.

A Hanamichi le sorprendió que no lo incomodara esa extraña posición en la que estaban, era agradable saber que Rukawa tampoco rechazaba esa postura, es más sentía  que poco a poco acercaba su rostro aunque también era probable que se lo estuviera imaginando pero no, no podía ser ese primer contacto irreal; corto como pidiendo permiso, con miedo.

Hanamichi siente que sabe a muy poco y ahora es quien inicia el beso; un beso tímido, inexperto que poco a poco es correspondido con más ansiedad de la que esperaba, con más necesidad de la que lo creía capaz; pronto ya no son solo sus labios los que se exploran, sus manos también se buscan, se tocan desenfrenadas alargando lo más que puedan el tiempo de separarse; llegado el momento se miran en silencio, tratando de entender lo que está pensando el otro, saben que tienen que hablar al respecto e increíblemente Kaede es quien habla primero.

Hana, y…o… yo te t... ¿Qué significo para ti este beso?

Aún están uno encima del otro, tirados en medio de la cancha, Kaede lo está abrazando y Hana tiene los brazos a ambos lados de la cabeza de Kaede.

 – Yo… yo no estoy seguro. –

Siente que Kaede lo deja de abrazar a la vez que tiene una mirada triste; Hanamichi se incorpora y se sienta a su lado, cabizbajo, después de un rato siente que Kaede hace lo mismo; tiene ganas de huir, de salir corriendo para ordenar sus ideas.

– Yo, Kaede, yo no estoy seguro de lo que significa, porque lo que sentí hace un momento es nuevo para mí. –

Hana, te entiendo, me pasaba lo mismo pero así como tú has sido sincero conmigo, yo lo seré contigo, Hanamichi yo te quiero, desde hace mucho y me ha costado aceptarlo pero es la verdad y no espero una respuesta en este momento.

Diciendo eso Kaede recogió sus cosas y se alejó, dejándolo solo. Hanamichi se  había sorprendido de sobremanera cuando escucho decir que lo  quería y desde hace mucho, apenas se percató de que se estaba yendo, totalmente concentrado en ese sentimiento de felicidad que está sintiendo aun sin saber muy bien el motivo aunque estaba seguro que lo dicho por Kaede tiene mucho que ver.

Sabía que mentía cuando le dijo que no esperaba una respuesta en ese momento, no había dejado de pensar en lo sucedido en lo que quedaba del fin de semana y tenerlo tan cerca de él, con su mano cerca de donde no debería estar, era demasiado para que se pueda contener pero debía hacerlo no quería asustarlo, no ahora cuando parecía que podía corresponderle pero no podía evitar quedarse mirándolo fijamente estudiando cada reacción que su cercanía le producía: el leve sonrojo que mostraba y como parecía estar debatiendo consigo mismo sobre algo.

 – Zor… Kaede, yo quie… yo quiero intentarlo, sé que quizá no te quiera como tú lo haces pero sé que puedo lograrlo porque todo esto que estoy sintiendo me dice que eres muy especial para mí. –

 Ok, no esperaba una respuesta tan pronto, no tan directa viniendo de Hanamichi y menos en una situación como esa pero al diablo estaba feliz y él haría todo lo posible para que lograra quererlo de la misma manera y entonces, ya no pudo contenerse más, así que lo beso y esta vez la mano de Hana no tuvo otra que rozar descaradamente la entrepierna de Kaede; sin importar que estuvieran en un tren lleno de gente, en una posición demasiada sugerente, Kaede no tuvo otra que gemir en la boca de Hanamichi.


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