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No tengas miedo por LoveInPeace

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Notas del fanfic:

El primer fanfic KaiSoo que publico aquí~. 
Espero que les guste y dejen comentarios. 

Besos~. 

Notas del capitulo:

Aquí va el primer capítulo, hm~. 
No tengo mucho que decir, en verdad. Disfruten mucho la lectura~. 

Día martes por la mañana; toda la gente caminando acelerada, de un lado al otro, gritando y reclamando cosas. Para Kim Jongin, todo eso era hostigoso. Hace poco que había conseguido un puesto como enfermero practicante en un hospital reconocido del área de Seúl, aunque le desagradaba bastante.

Ordenar papeleo, limpiar los pisos y cosas por el estilo no eran trabajos de un enfermero. No había estudiado tanto para llegar a eso simplemente…

Ya habiendo cumplido con todas sus obligaciones a altas horas de la mañana, decidió dar un paseo por los pasillos del hospital. Quizás algún acomplejado doctor necesitaría la ayuda de un guapo y agraciado enfermero, Kim Jongin gustaba de pensar en eso. Mientras daba unos disimulados pasos de baile en su andar, pudo notar como un doctor -uno de esos que te pueden causar temor- se acercaba. Tragó duro.

El doctor tenía la mirada puesta en él.

— Kim Jongin— Llamó con firmeza el doctor mientras avanzaba hasta quedar de frente con el nervioso joven.

El menor no hizo más que una educada reverencia y saludó como le es correspondido—. Buenos días, Doctor Wu—.

El nombrado, Doctor Wu YiFan, reconocido por ser el médico en jefe del hospital, alzó una ceja a modo de sorpresa; aclaró su garganta y le entregó una tablilla al joven enfermero—. Se te ha designado un paciente en la unidad de pediatría. Lee la ficha y si tienes dudas, consúltalas con el Doctor Park— Sin más que decir, el mayor siguió con su camino. Dejando a Jongin completamente confundido.

Comenzó a leer la tablilla mientras se encaminaba a la oficina del director del departamento de pediatría. Al menos el Doctor Park ChanYeol no era tan intimidante como el Doctor Wu, eso le calmaba bastante. Bien, su próximo paciente tenía diez años, según decía la tablilla, de nombre Do KyungSoo.

— ¿Diez años? Vaya, es joven— Comentó un sorprendido Jongin, para luego darse, él mismo, un golpe en la frente—. Que tonto, no debo olvidar que es pediatría— Miró hacia todos lados, suspirando notoriamente satisfecho al ver que nadie había notado como Jongin charlaba con… Jongin.

En poco rato ya se encontraba de pié frente a una, innecesariamente decorada, puerta en la que podía leerse:

“Doctor Park ChanYeol.
Pediatra”

Jongin tocó la puerta, demostrándose prudente; después de todo, era su primera vez trabajando en pediatría desde que llegó al hospital. Había oído, de parte de sus compañeros, que el Doctor Park era el sujeto más divertido y simpático que podía existir dentro del cuerpo médico que ahí trabajaba, esperaba que fuese cierto.

La puerta se abrió, dejando ver al alto y sonriente doctor—. ¿Kim Jongin? — El joven asintió, lo que motivó a que la sonrisa del doctor se hiciese más grande—. Te estaba esperando, el pequeño Do necesita de tus cuidados en estos momentos. Sí, sé que no me entiendes mucho, pero  en fin, el pequeño Do KyungSoo ha presentado un avanzado caso de amigdalitis y deberá ser sometido a una cirugía. Intenté hablar un rato con él mientras su hermano mayor se iba, pero el pequeño no hace más que llorar y, como bien sabes, eso puede empeorar su situación.  ¿Tomarás el trabajo con completa disposición?

El joven Kim le miró sorprendido, aquella explicación había sido rápida pero elocuente. Tragó duro y asintió—. ¿En qué habitación se encuentra el joven Do, Doctor Park? —  Preguntó firme—.

— En la 12—  Respondió el doctor mientras revolvía los cabellos del enfermero—. Aps, y no me digas ‘Doctor Park’ — Agregó entre risas—. Dime ‘Doctor Happy Vitamin’—.

—¿Doctor Happy Vitamin? —.

—Ajám, así me llaman los pacientes, Jongin—. “Vaya, ese hombre es impresionante” Pensó Jongin al momento de hacer una venia hacia el mayor—. Sé que lo harás bien— Sonrió este a modo de despedida—. No te mandé a llamar si no lo supiera.

—Gracias… Emmm —Jongin titubeó—.  Doctor Happy Vitamin.

—De nada—. El mayor le dedicó una sonrisa y luego cerró la puerta, indicándole de forma indirecta que debía cumplir con sus obligaciones.

Jongin caminó por el resto del pasillo que abarcaba al área de pediatría. Saludó, en el trayecto, a su buen amigo, y compañero de estudios, Lay, prometiéndole un ‘Almorzamos juntos’. Sin distraerse mucho, logró llegar a la habitación número 12.

Tocó levemente la puerta, más para alertar de su presencia que para pedir permiso. Se trataba de una habitación individual, bastante espaciosa a decir verdad, lo que conllevaba a que los sollozos del joven internado resonaran con más potencia y eco. Jongin dio un rápido vistazo a la camilla, topándose con un bulto cubierto en mantas; el pequeño bulto se movía en sincronía con los dificultosos sollozos.

—Oye… No llores— Acotó, en un principio de forma algo brusca—. No te hace bien llorar.

Pero fue inútil, el llanto parecía no cesar. Jongin optó por lo sano y se acercó a la camilla; sin alardear más, buscó destapar el rostro del menor. Ahí fue cuando se encontró con aquella penetrante mirada, aquellos grandes ojos que podían hacerle empático a todo sufrimiento que el menor tuviera.

Kim Jongin sintió una fuerte presión en su pecho.

—Oye… Vamos, no llores ¿Si? —Repitió el mayor, esta vez con un tono de voz más dulce “Recuerda que sólo es un niño” —. Todo va a estar bien— Luego de esto intentó acomodarle con cuidado, dejando ver las bonitas pijamas del niño—. Wah~ Veo que te gusta Pororo —Comentó animado, en un vago intento de sacarle una sonrisa.

El menor asintió levemente mientras cooperaba a quedar en una posición más cómoda sobre la camilla. Los sollozos parecían estar cesando.

— ¡Crong!— Imitó el mayor. No le gustaba alardear, pero las imitaciones del tierno personaje le salían bastante bien—. Adoro a ese reptil— Rió mientras acomodaba las mantas sobre las piernas del menor, quien, gracias a esto último, le observaba curioso—. Bien, veo que has dejado de llorar— Comentó—. Eso es bueno, pero… Me gustaría saber cuál fue la razón.

El menor hizo un par de señas, indicando a que no podía hablar, cosa que a Jongin le pareció tierno. Cualquier chico de su edad pelearía por hablar en un momento como ese… ¿Verdad?

—Ah, ya veo— Acotó el joven enfermero—. Intentaré adivinar…. ¿Le temes al Doctor Park?

Entre sonrisas, el menor negó.

— ¿Le temes a los hospitales? —.

Atenuando su sonrisa, el menor volvió a negar.

— ¿Le temes a la operación?...

El menor hizo un gesto con la mano, señalando que gradualmente así era. Luego de un par de minutos de silencio, el joven Do desvió la mirada hacia el pequeño mueble que tenía al lado de la camilla, suspiró frustrado, se dio una leve palmada en el rostro y tomó una pequeña libreta que había encima. Comenzó a escribir.

Jongin le miraba atento, con una inevitable sonrisa en su rostro. Sería una experiencia nueva estar a cargo de un chiquillo así, eso podía asegurarlo.

De repente el menor dio vuelta la libreta, Jongin se sorprendió al ver una caligrafía tan pulcra, pero todo rastro de sonrisa se borró gracias al mensaje escrito:

“Temo perder mi voz después de esa operación… Y no… Poder volver a cantar…”

Mientras Jongin leía el mensaje, pudo sentir como los sollozos del menor volvían a aparecer. En un repentino acto involuntario, le abrazó.

—Shhh— Silenció de forma melosa—. Vamos, no llores otra vez… Te hará mal— El menor sólo se dedicó a estrujarle con fuerza, seguramente buscando contener el llanto. Jongin sonrió suave—. Oye, ¿me dejarías contarte una historia?

El menor buscó una forma de que, sin soltarse del abrazo, pudiese mirar al mayor a la cara. Asintió.

—Verás, esta historia habla de un niño llamado Kai, sí, Kai —Rió suave, vaya ocurrencia de nombre—. Kai, desde sus preciados seis años descubrió que de grande quería ser bailarín. Daba volteretas, saltitos y otros, la mayor parte del tiempo; hay que acotar que se le daban muy bien— El menor le miraba asombrado—. Kai practicó por años, con la esperanza de poder, algún día, ingresar a una compañía de esas que te forman para ser Idol. Pero, un día, Kai tuvo un accidente, su pierna se fracturó. “Justo el día de la audición” se lamentaba mientras permanecía en el hospital. Sus padres le decían que se concentrara en sus estudios, que el baile pasara a un segundo plano… Kai les hizo caso. Estudió, se graduó y estudió algo que sus padres le habían hecho querer… Pensarás que la historia es triste y sin una moraleja clara, pero… ¿Sabes? Kai siguió bailando. No fue idol ni nada por el estilo, su pierna no se lo permitía… Pero siguió bailando, siguió haciendo lo que le gustaba sin que alguien pudiese detenerlo… Que nadie te detenga, KyungSoo.

El menor, después de soltarse de forma cautelosa de los brazos del enfermero, tomó su libreta y comenzó a escribir, sin tardar mucho:

“La historia fue triste… No me ayudó mucho, a decir verdad. Pero tu abrazo fue muy cálido, Hyung… ¿Puedo saber tu nombre, por favor? Ya vi que tu sabes el mío”

—Kim Jongin— Contestó el mayor al momento de haber leído la nota—. Soy el enfermero que va a cuidarte durante tu estadía aquí. Planeo terminar siendo un amigo, KyungSoo.

El menor sonrió de forma casi inmediata mientras extendía su mano izquierda, ya que la derecha sostenía la libreta. Jongin no dudó en darle un apretón, a modo de “trato hecho”. Después de que sus manos se separaran, KyungSoo volvió a centrarse en escribir:

“Hyung… Kai… ¿Es real?”

El mayor se sorprendió ante la pregunta que le acababan de hacer-. Puede que sí y puede que no, KyungSoo- Contestó finalmente-. 

Notas finales:

¡Espero que les haya gustado!

Adorable, ¿no? jijiji~. 

Bueno, depende de cómo le vaya a este capítulo veré si subo el siguiente~. 

Dejen comentarios
Besos~. 


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