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A de Alcohol. por Ecto

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Notas del fanfic:

Serie de Drabbles y One-shots ShinKaza que tienen como tema principal una palabra que empiece por la letra del abecedario que toque.

A de Alcohol.

Kazama suspiró, mientras un borracho Shinnosuke iba con un brazo posado en sus hombros, y caminando con dificultad.
El imbécil lo había llevado a un club de travestis para celebrar que le habían dado un contrato fijo en la renovación de la serie ultraheroe. Toru a sus veintidós años era el actual representante del que iba a ser el héroe de millones de niños de ahora en adelante. Por supuesto, era motivo de estar feliz pero no había razón para emborracharse de esa forma. Sólo iba a conseguir ganarse una mala reputación, y joderse las neuronas.
Menos mal que estaba él ahí para llevarlo a casa.
- Kazzzzama. -Lo llamó el moreno, mientras se apegaba un poco más a él. -¿Pppor qué no vvvvamos al kkkkaraoke?
- Porque estás borracho. -Respondió secamente. -Y no te me pegues que eres demasiado grande, Shinnosuke.
- Vvale, vale. Escusha. -Ahora el joven actor se frotó un ojo con el brazo libre. -¿Y si nos vamos al parque?
- Si, bueno. Pero ya mañana, ¿eh? Ahora a casita.
- Mmmm... -Bostezó como respuesta.

No tardaron en llegar al piso del moreno. Pero Kazama sabía que si no lo acostaba él personalmente, probablemente se escaparia o algo así.
Subieron difícilmente las escaleras, porque Shinnosuke se le tiraba encima soñoliento con ganas de dormir, pero Toru le susurraba que ya casi estaban, y que se levantase que iba a tirarlo por las escaleras.
Después de unos quince minutos, el más bajito suspiró con alivio al ver que ya estaban en la puerta de la casa de Shin-Chan.
Metió las manos por dentro de la chaqueta del moreno, que empezó a soltar su típica risita, con las mejillas sonrosadas.
- Ejeee. Ve más despacio, Tooooru~
- Cállate. -Le reprimió Kazama. -¿Dónde están las llaves?
No hubo más respuesta que un levantamiento de hombros por parte de Shinnosuke. Y tras otros quince minutos cacheando al chico alto, por fin las encontró en su bolsillo trasero.

Entraron dentro del piso repleto de basura, y trastos por todos lados. Kazama dejó a su amigo ebrio apoyado en la pared, e hizo un hueco acumulando a los lados las cosas que había que limpiar. Acto seguido le colocó el futón, y sonrió orgulloso de si mismo.
Aunque aún quedaba la peor parte...
- Venga ahora a desnudarte y a dormir. -Dijo pasandose la mano por la frente. -¿Puedes hacerlo solo?
Shinnosuke intento quitarse la chaqueta. Pero se hizo un lío.
- Waaaah. Kkkazama. ¿Dónde esssstas?
El chico se dio con la palma de la mano en la frente. Suspiró, y se arrodilló para desabrochar los pantalones de su confuso mejor amigo, no sin antes apoyarlo de nuevo contra la pared.
No hizo más comentario que una pequeña sonrisa al ver los calzoncillos del robot kantam que aún usaba el infantil de Shinnosuke.
Cuando por fin le quitó los zapatos, calcetines y pantalones, se puso en pie para rescatarle de la chaqueta.
- Kkkazamaaaaaa. -Lloriqueó en la oscuridad su amigo borracho.
- Que estoy aquí, pesado. -Le sonrió, un poco cansado el chico que estaba de puntillas. -¿Ves? Ya está... Venga a dormir.
Shinnosuke asintió lentamente y se metió con cuidado dentro del futón con la ayuda de Toru.
- Kazama... -Susurró mientras él lo arropaba.
- ¿Qué pasa?
- Te quiero.
El más bajito rodó los ojos. Estaba ya más que harto de lo que el alcohol provocaba en su amigo, pero decidió responder.
- Yo también te quiero, Shinnosuke.
- ¿Eh? ¿En ssss-serio? -El moreno sonrió ampliamente, con una felicidad extrema.
- Uh... Claro.
De pronto, sin esperarselo Shin-Chan se incorporó un poco, y lo agarró por la corbata juntando bruscamente sus labios.
Al principio intentó separarse mientras notaba su rostro empezar a arder, pero lo único que consiguió fue que Shinnosuke acabara tumbandolo a su lado.
Cuando por fin al moreno le dio por separarse de la boca de su representante cerró los ojos con una sonrisa boba.
- Buenas noches.
- ¡E-espera! Sueltame. Tengo que volver a casa.
Pero Shin-Chan estaba ya más que dormido.
Kazama tuvo tiempo para reflexionar en la oscuridad sobre lo que había pasado, y llegó a la conclusión de que su mejor amigo realmente tenía sentimientos de ese tipo hacia él.
Cuando estuvo a punto de dormirse en los brazos del moreno, decidió que actuaria como si no hubiese pasado nada al día siguiente.
No sería justo si no fuese de otra forma... Después de todo el alcohol nos hace hacer cosas raras.


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