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Es tan difícil perdonar por ValeCaroline

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Notas del fanfic:

¡Fue el primer oneshot que escribí en mi vida, espero que les guste!

 

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¿Por qué le sucedía eso a él? Pensaba siempre, después de que lo golpearan hasta que se aburrían. Siempre que llegaba con una sonrisa al colegio se la borraban.
Siempre había sido una persona feliz, que estaba rodeado de personas que lo querían, pero por el trabajo de su padre tuvieron que mudarse.
Con melancolía sonrió, escondido en ese lugar, con miedo a salir. Las lágrimas en sus ojos se habían terminado ya hacia rato.
¿Desde cuando sucedía esto? Puede decirse desde que…
 
Llegó a esa nueva institución. Siempre había sido muy tímido, le costaba hacerse amigos, pero eso no evitaba que intentaría ser un poco más abierto.
En su clase lo recibieron bien. Se sentó junto a un chico que parecía estar adelantado un par de años, pero al hablar un poco con él, se dio cuenta de que incluso era mayor.
 
- Hae, ya se fueron – se escuchó la voz del que parecía ser su único amigo. Con lentitud sacó la cabeza de su escondite para encontrarse con un sonriente SungMin.
- Gracias, Min – susurró algo adolorido aún por los golpes. El chico lo ayudó a levantarse y lo acompañó hasta la enfermería -. Va a ser mejor que te vayas – dijo suave. El otro asintió y corrió hasta su salón.
DongHae suspiró antes de ingresar a la sala. La enfermera al verlo murmuró algo enfadada, pero sin preguntar comenzó a curarlo.
- Deberías decirle a tus padres, el director…
- Ellos hace tiempo que no están en casa, además… ya sabes las razones.
- No importa que sea su hijo…
- Esta bien, no importa.
 
- Ven, vamos a almorzar – SungMin arrastró a su nuevo amigo hasta el comedor. Allí le presentó a algunos de sus compañeros -. Ellos son SiWon y HyukJae, pero le decimos EunHyuk. Están en otro curso, pero en el mismo año que nosotros – con una tímida sonrisa, hizo una reverencia ante sus nuevos compañeros.
 
- Ve a clase – sonrió la enfermera cálidamente. DongHae fingió sonrisa y se retiró.
Durante el resto del día intentó evitar a esos que lo molestaban. Se retiró unos minutos antes, los profesores lo dejaron, ya sabían sobre su situación. La melancolía mientras caminaba se hiso presente al recordar su primera salida de la secundaria.
 
- DongHae, ¿verdad? – escuchó una voz detrás de él. Se giró con una sonrisa -. ¿Tu casa es para allí? La mía igual, te acompaño – el nuevo asintió y juntos caminaron hasta la casa del menor, hablando de nada.
 
- ¡Oh! Miren quien esta ahí – escuchó una voz desde atrás… ¿Cómo lo había alcanzado?
Lentamente giró su cuerpo, el otro estaba solo, lo cual le sorprendió, siempre lo acompañaba ese grupo de matones. Abrió los ojos asustado. Si no le doliera tanto su cuerpo, hubiese corrido hacia su hogar, pero no podía.
- SiWon, por favor – mencionó en llanto, mientras el otro se acercaba -… yo no quise… - pero el más alto lo alzó del suelo por las solapas de su uniforme.
- ¿Sabes que es lo peor? – se hizo un silencio donde solo se escuchaban los suaves sollozos de DongHae -. Que te consideraba mi amigo – con desprecio lo soltó, haciendo que el menor se arrodillara en el suelo, con la cabeza gacha.
 
- ¿En serio? – preguntó sorprendido, alzando la voz, haciendo que el profesor los regañara.
- Sí, es en serio – rio por lo bajo SungMin.
- Lo siento, solo que es raro – susurró, recostándose en su silla -. ¿Quién hubiera pensado que esos dos estarían saliendo?
 
- Me parecía muy extraño que cada día fueran juntos, su casa queda hacia el otro lado, ¿sabias? – DongHae subió un poco la vista hacia el mayor, algo sorprendido.
- No – formuló con sus labios, sin emitir sonido.
- ¡MIENTES! – gritando, le golpeó la mejilla, haciendo que se recostara en el suelo -. Sí lo sabías – al mayor se le escaparon un par de lágrimas-
- ¿Porqué? – DongHae se sentó y lo observó -. Él te lo pidió.
 
DongHae caminaba hacia la escuela. Se sentía mal, pues su padre había sido diagnosticado de cáncer, e internado inmediatamente por su estado de gravedad.
De repente, sintió unas voces que llegaban desde la esquina, al reconocerlas decidió dales un buen susto, pero notó que estaban discutiendo, y sin querer se quedó a escuchar.
- Quiero que terminemos, te lo repito por tercera vez – decía EunHyuk -. Realmente lo lamento, pero no siento lo mismo cuando estoy contigo.
- Pe-p-pero yo t-te a-amo – la voz de SiWon temblaba, como si estuviera llorando.
- Por favor… - Hyuk se escuchaba tierno, pero el más alto no lo dejó terminar.
- ¿Acaso te enamoraste de él? ¿Acaso me estas engañando? Ya vi que lo acompañas a su casa cada día – Hae se tapó la boca ¿acaso estaban hablando de él?
- No es por eso. Realmente te quiero… pero yo… - el castaño se aproximó para ver el porque había tanto silencio. SiWon estaba besando a EunHyuk, mientras este se resistía. Sin querer entrometerse más, Hae corrió lo que le quedaba hasta la escuela. Apenas llegó, se lanzó a los brazos de SungMin y comenzó a llorar.
 
- Ya sabias el porqué. Yo no tuve la culpa…
- Si no hubieses llegado todo sería igual que antes, aún sería mío…
- Aunque no hubiese llegado, habría sucedido lo mismo… ya no había marcha atrás – DongHae se levantó con pesar y apoyó sus manos en los hombros del más alto para que lo viera a los ojos, mas el otro lo empujó, haciendo que cayera de nuevo.
- Era mío.
- ¡No era de nadie!
 
- EunHyuk, ¿Por qué siempre me acompañas a mi casa y no yo a la tuya? – preguntó mientras caminaban.
- Porque queda muy lejos – sonrió mostrando las encías, haciendo que el más pequeño se sonrojara. Se hizo silencio -. DongHae… hace mucho que quiero decirte esto… yo…
- Mi padre falleció hoy – otra vez silencio.
- Lo siento – EunHyuk tomó la mano de DongHae para que dejara de caminar.
- ¿Qué sucede? – preguntó inocente. El mayor al verlo de tan cerca notó sus ojos rojos ¿Cómo podía sonreír con ese dolor dentro?
- No tienes que portarte de esa forma – mostró sus encías, haciendo que las lágrimas de Hae salieran a la luz. EunHyuk lo abrazó, haciendo que apoyara la cabeza en su pecho.
- Lo siento – el pequeño habló entre sollozos -. No debo preocuparte así.
- No le digas a SiWon, pero… - bajó un poco el tono, para que solo DongHae lo escuchara – deberé irme a Seúl la semana próxima.
- ¿Eh? ¿Por qué? – separó para verle directo a los ojos, el otro solo sonrió.
- No se si sabias, pero siempre llamaste mucho mi atención – DongHae se ruborizó -. Sin embargo, le entregué todo lo mio a él – sonrió inconscientemente, Hae no supo que responder.
- ¿Entonces porque lo dejaste? – EunHyuk abrió grandes los ojos.
- ¿Dónde escuchaste eso? – el pequeño se sonrojó nuevamente, pero el otro no lo vio porque había bajado la vista –. Hay una razón por la cual me iré.
- ¿Por…?
- Solo no le digas a SiWon, ¿si? – dicho esto, subió la vista, mostrando sus ojos repletos de lágrimas dispuestas a salir. Con lentitud se fue acercando al rostro de Hae para lograr posar los labios en los del otro, logrando un toque suave que hizo que el pequeño se derritiera y cerrara los ojos. Pero el contacto se cortó, haciendo que los abriera enojado, sin embargo, su expresión cambió al ver a Hyuk.
 
- Dime la razón.
- Le prometí que nunca lo haría.
- Sabes que todo cambiará si lo haces – Hae lo observó con ojos llorosos.
- Por favor, no lo hagas.
- Sé que vives solo ¿Por qué te quedaste? ¿Por qué no regresaste a Monkpo con tu madre y hermano? – Hae solo observó el suelo - ¡Di porque! – se agachó y le tomó la mandíbula para que lo mirara a los ojos -. Sabes que no regresará.
- ¡No es por eso!
- ¿¡ENTONCES QUÉ!? – Hae cerró los ojos, conteniendo sus lágrimas - ¿Qué te hace quedar? No tienes nadie que te ate.
- Que te cuidara – susurró tan suave que el otro apenas lo escuchó.
 
Hae se giró para encontrarse con el rostro enfadado de SiWon, parecía estar a punto de explotar en llanto.
- Entonces era cierto, me mentiste.
- Sí – respondió secamente Hyuk, tomando la mano de Hae para que no huyera.
- Hyung… - DongHae lo miró sorprendido… ¿de que estaba hablando? Pero no reclamó más, porque el mayor lo giró para abrazarle por la espalda y apoyar su cabeza en el hombro, quedando ambos quedando de frente a el alto -. SiWon, yo…
- Callate, pescado feo – el del medio en edad estaba realmente enfadado - ¿En realidad es por él?
- Sí – parecía no haber sentimientos en las palabras de HyukJae – Él si es mío – esas palabras molestaron a SiWon -. Es más, se entregó al saber que me voy – Hae no entendió esas palabras y el porque las decía para enfadar al otro, cuyo rostro se endreció aún más.
- ¿Te vas? ¿Cuándo pensabas decirmelo?
- Cuando te preocuparas por mi – dicho esto soltó a Hae y le tomó la mano para guiarlo por la calle hasta su casa. SiWon no los siguió en ese momento.
- Hyung, ¿qué te sucede? – dijo cuando al fin giró su rostro, estaba poblado de lagrimas -. Hyung – EunHyuk lo abrazó del cuello, sin parar de llorar.
- Promete que lo cuidaras. Que te quedaras y lo cuidaras.
- Hyukie, suenas como si…
- Iré a Seúl para hacerme un tratamiento. Estoy enfermo, es lo único que queda por hacer – siguió llorando, DongHae no sabía que hacer, así que posó las manos en la espalda del otro y lo acarició dándole ánimos -. Él te quiere, pero te hará la vida imposible. Por favor, cuídalo bien.
- Déjalo en mis manos – levantó el rostro del otro y le besó la frente -. Vamos dentro, así te calmas.
Y ambos ingresaron a la casa de Hae, pero no sabían que de lejos los observaba SiWon, con la rabia corriéndole por las venas.
 
- ¿En realidad estas haciendo bien tu trabajo? – dijo presionando más fuerte, haciendo que el otro gimiera del dolor - ¿En realidad me estas cuidando? ¿Eh? – SiWon no podía soportarlo. Esa cercanía lo estaba matando.
Desde el principio él y EunHyuk habían sentido cierta atracción hacia aquel inocente y tímido chico. A pesar de ello nunca se dijeron nada, se apreciaban mucho entre ambos y no querían que su relación se fuera por la cañería solo por alguien que acababa de ingresar en sus vidas… o por lo menos eso sucedió hasta que EunHyuk comenzó a acompañar a Hae y más adelante cuando lo dejó. La ira se había apoderado de él.
- Di porque se fue ¿Qué sucedió en realidad en Seúl?
- No lo diré – la voz del más pequeño temblaba por el dolor y el miedo -. Me dijo que no te contara – las lagrimas no dejaban de caer.
- Solo dime – por alguna razón, esas palabras salieron con delicadeza, su voz sonó duce, tanto que Hae paró el llanto y lo observó.
SiWon lo miraba con cariño. Con lentitud se fue acercando a su rostro, los labios del mayor se posaron en los suyos. No se movió, le tomó la nuca para inclinarle la cabeza y tener un mejor acceso. Esos labios eran suaves y dulces, se odiaba por haberle hecho sufrir tanto, pero la rabia era peor que cualquier otro sentimiento de culpa, en ese momento solo podía disfrutar lo que tanto había deseado desde la primera vez que vio a ese chico.
Por otro lado, DongHae no sabía que hacer, la persona que lo buscaba siempre para golpearlo, de quien siempre se intentaba escapar, lo estaba besando.
- ¿Vives muy lejos? – preguntó cuando al fin se separó. El castaño lo miró extrañado.
- ¿Para que?
- Solo contesta – le presionó el cabello de la nuca que aún sostenía.
- Tres cuadras.
- ¿Estas solo?
- Le alquilo la habitación a una señora, pero no vuelve hasta la noche.
- Vamos – se levantó, pero Hae seguía en el suelo, observándole con curiosidad y miedo.
- ¿Donde?
- Dijiste que querías cuidarme, eso es lo que harás.
Y sin que pudiera decir nada, el mayor le tomó el brazo sin cuidado y tiró de él, haciendo que el pequeño gimiera del dolor, para luego arrastrarlo hasta su casa.
 
- ¡Hey! Eres DongHae, ¿verdad? – mientras iba caminando hacia su casa, el chico simplemente se giró ante el llamado y un golpe directo al estomago.
Cada día que pasaba, los golpes empeoraban. Ya nadie se acercaba a él, más que SungMin, pero incluso él lo hacia en secreto. Ya una vez los habían descubierto y el chico había terminado muy lastimado.
- Mi madre volverá a Monkpo con mi hermano – le mencionó a SungMin una de esas tardes que pasaba en su casa.
- ¿Iras con ellos? Tienes que ir – DongHae sonrió melancólico y negó. Minnie se acercó y le tomó ambos lados del rostro para mirarlo a los ojos, no pudo evitar sentir pena cuando observó el cardenal en el pómulo y el labio partido.
- No puedo – quiso sollozar, dolía; dolía lo que le hacían, dolía recordar que fue usado, dolía lo que sucedía. Pero fue callado por los labios de SungMin - ¿Qué…? – dijo sorprendido.
- No llores, me lastima. EunHyuk amaba a SiWon, sabía que te tendrías que ir, no te eligió porque sí.
- P-pero él me dijo…
- No seas idiota.
- ¡No es eso! – otra vez las lagrimas lo traicionaron.
- Te enamoraste de él, ¿no? – DongHae desvió la vista.
- No me gusta como me trata cuando esta con todos, pero al quedarnos solos…
- Vete, no vuelvas, tu madre debe preocuparse…
- Ya se fueron.
- ¿Dónde te quedaras?
- Una señora me rentó la habitación de su hijo que se fue a la universidad. Solo debo ayudarla con el aseo y la cocina.
- Nunca más te podré hablar en público.
- Estaré bien…
- Adios.
 
Hae no podía terminar de comprender lo que estaba sucediendo en ese momento. SiWon lo besaba con desespero, no dejaba de tocarlo desde que habían llegado al cuarto que tenía alquilado, lo había lanzado encima de la cama y se colocó sobre él. No quería moverse, porque no sabía como reaccionaria el otro. Lo único que hacia era responder ese beso con dificultad.
De pronto sintió que unas manos se colaban debajo de su remera, se sobresaltó, empujando al mayor para que se alejara.
SiWon lo miró, estaba sonrojado y jadeaba, esa imagen no pudo parecerle más adorable, le recordaba su primera vez con… negó rápido con la cabeza. Él no era igual, no eran la misma persona, ni era la misma situación… no era el mismo sentimiento… “del odio al amor hay un solo paso” le había dicho SungMin.
Se enfureció por recordar las palabras de su amigo unas horas antes. Volvió a besar a DongHae, pero esta vez con más fuerza y desesperación. Sin cuidado le quitó la camisa, con lo que el pequeño soltó un gemido de dolor. En su pálida piel se podían ver claramente los cardenales y algunas cicatrices. Se sintió mal al verlo de esa manera, e incluso peor  cuando se dio cuenta que era él el causante de ello.
- SiWon... ¿qué pasará? – la voz de Hae lo sacó de sus pensamientos. Lo miró a los ojos, eran profundos… puros… el mayor sonrió.
- Algo que ambos disfrutaremos – le pasó los dedos por la mejilla en un toque suave, cariñoso -. Pero debes hacer lo que yo te diga – el pequeño asintió… ¿porque el rostro de EunHyuk apareció en el del otro? SiWon parpadeó un par de veces.
- Tengo miedo – las mismas palabras de su amado… ¿Qué estaba sucediéndole? ¿Por qué estaba pensando en ello? -. Tu también me cuidaras, ¿no es así? – a SiWon se le escaparon un par de lagrimas, así que cerró los ojos… EunHyuk había reaccionado de la misma manera, de hecho el rostro de DongHae se transformaba en él… ¿Por qué ?
- Amor…
- Hyukie – sollozó al reconocer la voz. Unos dedos se posaron en su mejilla, tomó la mano del otro y abrió lo ojos…
Y ahí estaba, delante de sus ojos, con esa sonrisa que lo caracterizaba tan bien.
- No sufras, no hagas sufrir. Te dejé a alguien que te cuidaría… ¿Por qué hiciste todo eso?
- Creí que… - las palabras apenas se habían escuchado.
- Shh… - lo calmó -. Sé que no me olvidarás, pero tienes mucho amor para entregar… dáselo a él, se lo merece más que ninguna otra persona.
- ¿Por qué te fuiste?
- Porqué me llamaban – sonrió una vez más y SiWon lo abrazó, para luego soltarlo y ver el rostro de DongHae. Supo entonces porque…
- Hae… lo lamento mucho – le tomó el rostro entre las manos -. Te amo.
DongHae no podía terminar de comprender… ¿acaso eso era real? ¿lo que le estaba sucediendo era real? Después de todo ese tiempo que pensó que estaba enamorado de la persona incorrecta… cuando pensaba que no podría soportar mucho más… Él  decía que lo amaba. Sonrió sincero, como hacia tanto tiempo no hacia. Solo podía responder una cosa:
- Yo también.
Y así, ambos se entregaron ese amor que tenían guardado dentro.
Notas finales:

¡Espero que les haya gustado!

Aquí les dejo mi Twitter: ValeCaroline

 

 


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