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Somewhere only we know por Naomi Jung

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Notas del fanfic:

Es mi primera vez publicando algo de EXO. Espero que a quienes le gusta este grupo les agrade el fanfic. Como algunos notaran me basé en un hecho lamentable que sucedió hace algunos meses, pero que me hizo reflexionar. Espero que funcione de la misma forma para ustedes.

Desde aquel día en que había decidido quedarse en China y ver partir a quienes habían sido sus compañeros de grupo supo que el mundo iba a cambiar para él, y en definitiva no se había confundido.

¿Cuánto tiempo había transcurrido? ¿Hace cuántos meses que su móvil había dejado de sonar con ese número conocido y que ahora sentía que aquel lazo que una vez los unió realmente se había roto?

Ya no estaba seguro, y en cierta forma no deseaba considerarlo. Vivía su día a día en el set de grabación, entre sus amigos y su familia que se esmeraban en hacerle entender que su decisión había sido la correcta. Pero de la misma forma en que había logrado apaciguar esa sensación de amargura en su pecho la imagen de ellos se iba haciendo cada vez más borrosa. Sobre todo aquellos ojos oscuros enmarcados por las profundas ojeras.

Pero no importaba cuanto tiempo hubiera transcurrido, no importaba cuanto deseará alejarse de todo, sabía que haberse ido de la empresa demandando traía consigo ciertas obligaciones que debía cumplir. No había sido consciente de ello hasta ahora, que por el altavoz anunciaban que en tan solo unos minutos estaría aterrizando en el aeropuerto internacional de Incheon. Su maneger, a su lado, palmeó su hombro y le indicó que los periodistas lo estaban esperando y que hasta que estuviera en la camioneta no escuchara sus preguntas que seguramente iban a ser incomodas para él.

YiFan estaba mentalizado que clase de cuestionamientos le harían: Si tenía aún contacto con los demás, el por qué había decidido irse de EXO, seguramente que opinaba de los comentarios de sus ex compañeros, todas cosas que sabía estaban curiosos y sería una gran noticia. Por lo que no notó el gesto de su maneger cuando le había dado tales indicaciones, ni sospechó nada en ello. Solamente cubrió sus ojos con los lentes de sol y acomodó su asiento minutos antes de que el avión empezará a descender. Y se mantuvo en esa forma hasta que los demás pasajeros hubieran abandonado el sitio y le indicarán que era momento de bajar. Como siempre, colocó en sus oídos los auriculares y su maleta de mano, extendiendo sus largas piernas al salir con el mentón en alto y el dolor en sus ojos cubiertos por los vidrios oscuros.

La música era fuerte y no prestó atención al papeleo reglamentario que debía presentar. Su corazón estaba ansioso en saber si habría fans coreanas esperándolo o bien, si ellas también lo consideraban como un traidor. Pero en cuanto las puertas del aeropuerto se abrieron para su sorpresa no eran adolescentes o jóvenes mujeres quienes se abalanzaban sobre él, sino una cantidad incontable de periodistas, uno hablando sobre el otro, con micrófonos intentando acercarse a sus labios en busca de alguna palabra. Un recibimiento que aturdió al chino por unos segundos, obligando a la seguridad que interfiriera por él, alejando a las personas mientras que YiFan intentaba avanzar.

Pero no contó que en aquel trastabille sus auriculares se engancharán y cayera, dejando que el bullicio de la gente golpeará directamente en sus oídos. En un principio, estaba decidido a seguir sin hacer declaración alguna, pero lejos de lo que había considerado las preguntas que hicieron su cuerpo congelarse.

-¿Qué opina del accidente, señor Wu?-

-¿Irá a visitarlos al hospital?-

-¿Sabía que los más graves son los miembros chinos?-

Su mente intentaba procesar la información que le estaban dando, y su mirada, en forma desesperada buscó alguna respuesta en su maneger, pero el hombre se encontraba perdido entre los periodistas frenéticos y la seguridad que intentaba retenerlo. Por unos segundos su corazón había dejado de latir y su mirada dio con una de las pantallas de aquel aeropuerto que transmitía noticias, pudiendo leer con claridad como remarcaban su título: “Reiteramos, grupo idol EXO tiene accidente camino a una presentación”. Las fotos de aquel automóvil destrozado y un conocido peluche para él lleno de polvo hizo que tuviera nauseas, que se sintiera mareado y con ansiedad de repente.

Había dejado de notar la gente de su alrededor, ni las voces ni los flashes que iluminaban su rostro llegaba a su razón, solamente sentía que su alma había sido extirpada por completo de su cuerpo. La seguridad tuvo que moverlo empujando un poco el alto cuerpo de Wu hasta la camioneta que lo esperaba. Adentro el maneger lo abordó, intentando hablar, pero YiFan negó de inmediato, empuñando sus manos con fuerza, sintiendo como se podía ahogar con su propia respiración.

-Vamos al hospital.- ordenó, sin observarlo y tirando a un lado los lentes oscuros.

-YiFan, no creo que sea el momento pod-…-intentó persuadirlo, pero la tajante mirada del actor lo calló.

-Dije que vamos ¡Maldita sea! ¡Arranca! ¡Llévame a ese puto hospital!- gritó desesperado, tomando entre sus manos el asiento de adelante.

El conductor consultó con la mirada al hombre que resignado asintió, indicando que podía avanzar. YIFan apoyó su espalda contra el asiento y se cruzó de brazos, apoyando una de sus manos sobre sus labios en in intento vano de calmar el latido frenético de su corazón.

-¿Qué sucedió? ¿Cuándo pasó? ¡¿Por qué nadie me dijo nada?!- exigió sin medir la fuerza de sus palabras, ni el tono de voz, desesperado.

-Te lo íbamos a decir en el hotel, en privado, YiFan… Fue hace una media hora, cuando nos encontrábamos viajando.- el maneger intentaba hablar con calma, con el rostro mostrando el pesar que significaba para él decir aquello sabiendo cuanto lo lastimaría.

-¿Están bien?- preguntó pasando las palmas de sus manos por su rostro, ahogando un suspiro. Pero el silencio que recibió del otro hizo que su corazón se apretujara. -¡Maldita sea! ¡Te pregunté si están bien!-

-La mayoría si, YiFan debes mantener la calma. Estamos en una situación complicada y lo sabes.- intentó de nuevo razonar con él, pero Wu negó con su cabeza, impidiendo que siguiera con aquel discurso.

-“Mayoría” ¿Quiénes están mal? Deja de dar vueltas, dime de una vez.- exigió, ya presa de la desesperación empuñó el cuello de la camisa de su maneger acordándolo. -¡Dime!-

-ZiTao está grave. Es todo lo que han dicho los reportes oficiales.-

Una simple frase que terminó con todas sus energías y punzó directamente en su pecho. Sus manos bajaron lentamente y deseo haber escuchado mal, pero la forma en que la mirada del mayor lo esquivaba sabía que había algo mucho más profundo dentro de esas palabras. En su mente regresó esa imagen que acababa de ver en la pantalla del aeropuerto, aquel peluche de un cachorro manchado de tierra y ligeras gotas rojizas, ese perro que Tao había nombrado como el bebé de ambos el día que se lo había regalado.

De repente aquella última vez que escuchó su voz por el teléfono lo golpeó como un fantasma y sentía que quería golpearse a sí mismo. Se hincó hacía el frente, jalando apenas de su cabello con desesperación, repitiendo una y otra vez en su cabeza que quien siempre sería su maknae era fuerte, que al llegar al hospital este se enojaría de verlo y podría recibir todos aquellos gritos de su voz aniñada. Deseaba poder al fin afrontar directamente sus miedos delante de él. Por ello, cuando le anunciaron que habían llegado a su destino ignoró por completo las advertencias del maneger y corrió fuera de la camioneta.

Algunas miradas se sorprendieron de verlo llegar, mientras que los camarógrafos que estaban cubriendo la noticia de inmediato centraron toda su atención en él. Pero ahora a YIFan no le importaba nada, sus pasos largos avanzaron corriendo al hospital hasta que fue retenido por los guardias de seguridad que le anunciaban que no tenía el permiso requerido para avanzar.

-¡No me vengan con idioteces! ¡Déjenme pasar! ¡Saben quién soy yo!- se estaba desesperando y el alboroto que lo rodeaba era cada vez mayor. Pero en su cabeza no cabía razón, solamente quería pasar a aquella sala donde intuía estaba él.

-Lo siento señor, no tiene autorización. Por favor, retroceda o tendremos que sacarlo del hospital- le anunciaba uno de los sujetos que tenía su cuerpo. Pero a pesar de que ellos fueran más fuerte que él no pensaba retroceder

Aun así una voz llamó la atención de todos ellos. Suho con YiXing a su lado acababan de salir de aquel sitio, con pasos lentos y pesados. YIFan no supo descifrar la mirada del líder de EXO a él, pero si los ojos rojizos y la mirada perdida de su compatriota chino. Los guardias de seguridad retrocedieron a su indicación y Wu tambaleando se acercó a él, sosteniendo con fuerza su camisa, sin darse cuenta como las lágrimas lo habían traicionado y caían por sus ojos.

-¡Llévame con ZiTao! ¡Por favor! ¡Déjame verlo!- le imploró con desesperación, con voz ahogada, sin siquiera saber si estaba pronunciado bien su coreano.

JoonMyun falló al decir sus primeras palabras, y sus dedos se apoyaron sobre las de él para negar suavemente.

-No… Creo sea posible, YiFan…-

A esa negativa sus puños se cerraron un poco más y lo sacudió, sintiendo como la impotencia se apoderaba de cada zona de su cuerpo.

-¡Joder, JoonMyun! ¡Llévame con Tao!- le exigió de inmediato.

Pero antes de que pudiera desahogar su cólera en el líder las suaves manos de Lay se habían posado sobre las de él, haciendo que su mirada se volviera en su dirección, notando por primera vez como este también lloraba y su cabeza se movía en una suave negativa. Quiso no entenderlo, quiso creer que estaba equivocado, sin embargo el dolor de su corazón le hizo comprenderlo y la suave voz de su ex compañero en chino solamente confirmó aquel miedo que lo azotaba.

-Nuestro panda se ha ido, YiFan. Él ya no está.-

Esa suave risa y la forma cariñosa en que lo llamaba “gege” taladró su cabeza y su cuerpo dejó de responder. Cayendo de rodillas en el frío piso rogando, suplicando que fuera una cruel broma, pero en respuesta solamente sintió los brazos de YiXing rodear su cuerpo.

Podía ver en frente suyo aquella sonrisa tímida, esa forma torpe en la que él la primera vez que lo había visto. Esa primera vez en que su voz aguda y cantarina había pronunciado su nombre. Aún podía sentir aquel primer abrazo que en medio de la oscuridad del departamento y a la espalda de los demás habían compartido, terminando de sellar ese momento con un suave beso. Inclusive el ardor que había significado para él el sentir las palabras de enojo de su menor aquella noche que hablaron por teléfono, cuando se había hecho pública la demanda. Quería escucharlo, quería sentirlo, quería poder darle aquel abrazo que ese día que no tomó el avión de regreso a Corea se dijo que lo haría más tarde. Pero ya no sentía nada, ni dolor, ni el calor de su anatomía, el alma YiFan acababa de morir junto al cuerpo de ZiTao.

Y de repente todo se volvió negro. Sus parpados se abrieron de golpe y su cuerpo húmedo por la transpiración. Por inercia llevó sus manos a su rostro sintiendo como efectivamente las lágrimas habían recorrido sus mejillas y la desesperación llegó de nuevo a su pecho al recordar aquella última escena que venía a su mente. Torpemente prendió el televisor mientras que controlaba con su móvil los mensajes, pero no había nada, ni llamadas, ni mensajes que lo alertarán. Tampoco fans que dijeran algo al respecto en las redes sociales. Así es como agotado se dejó caer de nuevo sobre el colchón, intentando que su corazón calmara aquel palpitar frenético.

Sus ojos observaron perdido como en el noticiero mencionaban aquel fatídico accidente de Ladies Code, y de repente recordaba que estaba viendo un informe al respecto cuando había quedado profundamente dormido. Y, aunque ahora sabía que toda aquella alucinación había sido producto de sus miedos sentía que su error no había sido el avanzar a sus sueños como actor, sino que alejarse de aquellas personas, sobretodo de su maknae.

Con fuerza mordió su labio inferior y observó su móvil aún en su mano, dejando salir un profundo suspiro antes de teclear con suavidad y sin pensarlo mandar aquel mensaje. Observando unos segundos antes de que la pantalla anunciara que había sido enviado. Sabiendo que era madrugada en Corea y él ya no podría conciliar el sueño se incorporó de su lecho y tomó una toalla para dirigirse al baño. Necesitando despejar un poco su mente y opacar la amargura que pasaba por su garganta.

Sin llegar a ver como su celular vibraba a una respuesta, aquella que tenía como emisor a ZiTao y respondía un “También deseo verte, gege.”

 

Fin…

Notas finales:

Como algunos se habrán dado cuenta el hecho del cual hablaba era el accidente de Ladies Code. Si bien, yo no era fan de las chicas si las vi debutar, sabía el potencial que tenían y cada tanto me leía sus noticias, por lo que me sorprendió y angustió rotundamente todo lo que pasó. No pretendo lucrar ni mucho menos escribiendo algo como esto, sino que pensé en la buena relación que tenían las chicas y que todos, absolutamente todos los humanos estamos expuestos a algo como esto. Así que en un ataque lo escribí y aquí está. 

 

Espero les haya gustado, y me gustaría saber que opinan. Como mencioné antes, es mi primer fanfic de EXO. Así que pido disculpas si cometí algún error. 

 

Saludos a todos. 


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