¡¡¡VIVA LOS TAMBORES!!!
Estaban en fiestas de pueblo, habían habido muchos bailes en la plaza de al lado de su casa. Había ido a la fira con su amigo y su novio, se había divertido relativamente y ahora estaba esperando que llegara la noche para ir seguir con la fiesta, no solía gustarle mucho salir de noche, pero iba con sus padres a ver unos dragones de cartón que lanzaban fuego encima de unos chicos que bailaban debajo del fuego, sabía que Kurama iría, junto con Aoyama, Miyabino, Yoichi y Tenma. Pero el solo miraría des de fuera, no le gustaba ir con ropa mojada así que no tenía intenciones de meterse bajo las chispas. A él le gustaba verlo y escuchar los tambores que acompañaban a esos dragones.
Al final llegó y fue con sus padres a la plaza donde iniciaba esa fiesta que iría por toda la calle hasta el final. Allí habría una gran traca con ruido y unos fuegos artificiales y se acabaría la fiesta, duraría más o menos una hora y media. Por primera vez se fijó que entre los tambores y los dragones también había chicos que jugaban con unos palos que tenían fuego en ambas puntas. Se quedó impresionado al ver eso, pero después se centró en los tambores. En el primer grupo había pocos y le pareció un poco soso pero los observó escuchando atentamente ese ruido tan hermoso que hacía que su corazón se acelerara. Bajó la mirada mientras lo escuchaba y miró a sus lados buscando refugio en sus padres, se sentía un poco incomodo en esos momentos porque uno de ellos lo había mirado, pero estaba solo. Al no ver a sus padres se asustó un poco y empezó a ver a sus lados pero no los vio, tal vez se habían quedado atrás.
Se esperó a que pasaran los dragones y con la otra batucada vio a sus padres suspiró un poco aliviado pero antes de llegar a ellos, vio el grupo de tocaba los tambores, eran los de siempre pero ese año había un chico con el pelo moreno, levantado hacia arriba y con una gafas de agua en la cabeza. Se quedó viéndolo, se movía mucho y de un modo extraño pero eso le pareció lindo. Se quedó embobado viendo a ese chico y sin darse cuenta fue siguiendo los tambores a una altura que le permitiera observar al moreno. Mientras lo observaba se sonrojó pensando en que con tanto moverse quedaría cansado al final, pero al menos daría espectáculo. Muchas miradas estaban sobre el chico del tambor porque parecía divertido y gracioso.
Poco a poco, acabó justo al lado del chico viendo el tambor y sus movimientos. Se estaba poniendo nervioso, lo miraba demasiado fijamente y eso tal vez el chico lo notaría y se molestaría. Bajó un poco la mirada apartándola de él, pero quería ver como tocaba y volvió a mirarlo con timidez, haciendo que justo en ese momento sus ojos chocaron con los ojos del moreno y se sonrojó más antes de apartar la mirada. Ese chico sonrió, había notado enseguida como el menor lo miraba y él también lo había mirado levemente mientras bailaba con el tambor. Ese chico le había parecido tierno y lindo. Tal vez después le hablaría o le diría alguna cosa.
Al final acabó el recorrido y su director de grupo les dejó parar la música. Entonces dejó el tambor y habló un poco con uno de sus compañeros antes de buscar al castañito de moñitos, pero ya no lo vio. Este se había ido en busca de sus padres que de nuevo se habían perdido. Con un poco de timidez fue pasando entre la gente hasta que los encontró y se quedó con ellos para ver los fuegos e irse a la plaza de al lado donde había música. Sus padres se pusieron a bailar y él se quedó escuchando la música sentado en la silla le daba vergüenza pensar. Estuvo todo ese tiempo pensando en el chico que acababa de ver en la batucada. Tocaba muy bien y se movía de una forma linda, quería verlo de nuevo, sería divertido verlo tocar nuevamente. Sonrió mientras pensaba en el mayor.
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Al día siguiente por la mañana había otra batucada en la plaza donde él vivía y al escuchar los tambores se vistió y salió de casa esperando poder ver de nuevo al moreno. Cuando llegó lo vio allí tocando con ese ritmo único que él tenía. Sonrió levemente al verlo y se acercó más al grupo para poder ver mejor y escuchar los tambores de más cerca. Amaba los tambores porque le daban un poco energía a su vida negativa y pesimista, y los tambores eran unos instrumentos que daban fuerza a la vida. Pero ahora también se había enamorado de la manera de tocar del moreno, el cual se dio cuenta de que estaba allí el castaño de moñitos y sonrió pensando que ese día no se le escaparía.
El menor disfrutó de escuchar los tambores y de ver al moreno, ahora tenía dos alicientes para ir a las batucadas. Cuando acabó la batucada suspiró levemente pensando en lo rápido que acababan las cosas buenas cuando notó una presencia a su lado antes de que se girara para irse. Vio un chico moreno de ojos negros mirando con fijeza y una gran sonrisa en el rostro.
r13;Hola r13;le saludó alegremente dejando al pobre chico de moñitos muy sonrojado y sorprendido.
r13;Ho-ho-hola r13;respondió bajando la mirada.
r13;He visto que te gustan mucho los tambores r13;siguió diciendo el chico.
r13;S-s-s-sí r13;dijo tartamudeando mucho ya que no le salía la voz.
r13;A mi también r13;dijo este divertido por la timidez del chicor13; ¿Cómo te llamas?
r13;Ha-Haya-yami…
r13;¿Hayayami?
r13;N-no, H-Hayami Tsurumasa r13;corrigió el chico de moñitos muy nervioso.
r13;¿Hayami? r13;preguntó ahora más convencido.
r13;Sí r13;dijo este intentando tartamudear menos y no quedar como un tonto.
r13;Yo me llamo Hamano Kaiji r13;le respondiór13; mañana hacemos una batucada en Pueblo Nuevo, ¿te gustaría venir? r13;invitó el Hamano al chico.
El pobre castaño no podía estar más nervioso y sorprendido, Hamano le había hablado y ahora le estaba invitando a ir a ver una batucada al día siguiente. Y lo peor del caso le invitaba a ir con él. Eso lo ponía nervioso. ¿Podía aceptar? Sus padres le dejarían ir si decía que era una batucada y ese chico era muy amable, pero si no era tan bueno, ¿y si solo quería violarlo y luego matarlo, o lo secuestraba y pedía un rescate que nadie pagaría? Se asustó ante esos pensamientos pero después lo miró unos segundos viendo esa sonrisa despreocupada sonrojándose más. Y al final asintió.
r13;Qué bueno que aceptaste r13;dijo el otro riendo un pocor13; ¿vives cerca de aquí? r13;le preguntó asustando un poco más al menor.
r13;S-sí r13;respondió mientras asentía con la cabeza levemente.
r13;Entonces quedamos aquí mañana a las 9 de la mañana.
r13;Bi-bien…
r13;¿Quieres que vayamos a beber algo? Tengo mucha sed después de tanto ejercicio r13;dijo aún con su sonrisa.
r13;Te-tendría que regresar… r13;dijo con voz floja.
r13;¿Y no tienes unos minutos?
r13;Su-supongo… r13;respondió este entre tímido y dubitativo.
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Al día siguiente se despertó temprano para prepararse y preparar las cosas para ir a ver a ese chico como tocaba el tambor, el día de ayer había descubierto que después de tocar tenía mucha sed y mucha hambre así que había decidido prepara la comida para el chico y también llevaría bebidas. Lo preparó todo y después se preparó a sí mismo para ir a ver al chico. Fue con una bolsa grande donde llevaba la comida en una cestita y unas latas de bebida para el mayor. Llegó unos minutos antes de la hora y sonrió levemente, ya que parecía que estuviera teniendo una cita, se sonrojó al pensar en eso y negó un poco con la cabeza, aunque al día anterior lo había pasado muy bien con el mayor.
Flashback
Fueron a uno de los bares que había en esa plaza y se sentaron en una de las mesas donde el mayor se tiró, casi literalmente, quedando sentado con las piernas abiertas en una silla. Él sonrió y se sentó en la silla de delante del chico. El mayor pidió dos bocadillos enormes y bebida, él solo cogió un zumo.
r13;Estoy muy cansado r13;dijo el mayor rompiendo el silencio mientras el menor asentía al verlo.
r13;Pe-pero pa-pareces… fe-feliz r13;se aventuró a decir intentando no quedar callado por la vergüenza.
r13;Lo estoy, me encanta tocar y de premio estoy con un lindo chico castaño tomando algo r13;exclamó como si hablara del día.
r13;¿E-eh? r13;preguntó sin entender eso último bastante sonrojado.
r13;Hoy es un buen día. El otro día quería hablarte pero desapareciste de repente.
r13;Fu-fui a buscar a-a mis padres r13;se excusó Hayami nervioso.
r13;No importa, pudimos hablar hoy r13;dijo el otro chico riéndose un pocor13; Ahora podemos ir a la playa en busca de peces r13;añadió ya que ya se había comido los dos bocadillos.
Después de esto hablaron un largo rato mientras paseaban por la playa hasta que al final Hayami vio la hora y decidió que era hora de volver a casa, sus padres estarían preocupados.
Fin Flashback
Miró a su alrededor y después la hora, ya pasaban unos minutos de la hora a la que habían quedado. Se puso un poco nervioso pensando en que tal vez lo había dejado plantado o se había olvidado. Una nube negra se formó a su alrededor dándole más énfasis a su estado de ánimo de esos momentos. ¿Tan poco le había interesado al menor? ¿Por eso no iba a venir? Miró su móvil y recordó que no se habían dado el número. Lloró internamente por ello. Entre sus pensamientos positivos sobre comer solo en casa el bento que había preparado y que sus padres se rieran de él, llegó un sudoroso Hamano con su tambor.
r13;Ha-Hayami r13;le gritó un poco agitado mientras llegabar13; me dormí, lo siento.
r13;E-está bien r13;dijo con una pequeña y tímida sonrisa alegrándose de que no lo hubiese olvidado.
r13;¿Vamos? r13;le dijo dando un poco de prisa ya que si no llegaría tarde a Pueblo Nuevo.
Ambos empezaron a andar algo rápido, cada cual cargando sus cosas, mientras andaban fueron hablando de cosas triviales, pero de todos modos el camino se hizo corto y se divirtieron. Llegaron más o menos a tiempo, aunque la bronca le llegó igual a Hamano por ser puntual. Y después de eso se preparó y empezaron con la fiesta de los tambores.
Cuando terminaron de tocar y de recibir sus aplausos, Hamano dejó de lado su tambor y lo guardó antes de ir donde estaba el castaño sentado observándolos tocar con una sonrisa y un pequeño sonrojo.
r13;Uaaa!! r13;gritó Hamano tirándose a su lado en el bancor13; estoy cansado r13;dijo antes de tocar su estomagor13; y tengo hambre.
r13;¿Qui-quieres co-comer? r13;dijo muy nervioso Hayami pensando en si la comida estaría bien después de tanto recorrido.
r13;Sí, muero de hambre r13;dijo pensando en comida.
El menor abrió su bolsa y quitó la cesta de dentro abriéndola y viendo la comida un poco torcida, era normal con tanto correr y moverse. Hamano lo vio y babeó levemente así que Hayami sonrió nervioso y se lo dio para que se lo comiera.
r13;Pu-puedes co-comer… r13;no terminó de hablar que el mayor había empezado a devorar la comida.
r13;Qué bueno que está r13;le dijo Hamano con la boca llenar13; cocinas muy bien.
El chico de moñitos sonrió por ese alago mientras miraba al suelo sonrojado. Le había gustado su comida y la comía muy a gusto eso era bueno. Espero a que el mayor terminara y guardo las cosas. Sacó una de las latas de bebida y se la dio.
r13;¿Qui-quieres? r13;preguntó tiernamente antes de ser abrazado por el moreno haciendo que se asustara dejando caer la lata al suelo antes de sonrojarse másr13; ¿Ha-Hamano? r13;preguntó mientras veía la lata rodar por el suelo.
r13;Eres un ángel r13;le dijo el moreno separándose de este y cogiendo la latar13; muchas gracias.
r13;D-de na-na-da r13;dijo tan nervioso que se había olvidado hasta de hablar.
Dicho esto Hamano se puso a beber la lata que le había dado Hayami mientras este respiraba profundamente intentando recuperar sus latidos normales, ya que su corazón estaba yendo demasiado rápido y temía por si le daría un infarto o si se desmayaría.
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De nuevo se encontraba Hayami esperando a Hamano, esta vez en la entrada a la playa, donde habían quedado para pasar el día en ella. Hacía un día radiante y con mucho calor, el pobre chico de moñitos estaba buscando la sombra mientras esperaba, pero esta vez el mayor no le hizo esperar mucho. Enseguida llegó con todo lo que según él necesitaba para un día de playa. Una tabla de esas para jugar, una cama para el agua, gafas de buceo y el tubo, patas de rana… Hayami lo vio y sonrió nervioso por esa llegada espectacular.
r13;Hola Hayami r13;le dijo feliz el chico.
r13;Ho-Hola r13;respondió este nervioso como siempre.
r13;Eres tan lindo r13;soltó este de repente al verlo tan nervioso haciendo que el otro se sonrojara másr13; Vamos.
Dicho esto fueron a pasar un día tranquilo de playa, ambos juntos. Hayami se sentó en la toalla una vez establecidos en un pequeño lugar que habían encontrado entre el montón de gente y sin quitarse la ropa se quedó allí viendo la multitud de gente algo incómodo. Por su parte el moreno se quitó la ropa rápidamente quedando en bañador y cogió las cosas para ir y lanzarse al agua mojando a media playa por la velocidad.
Así pasaron el día, comieron el bento que había hecho Hayami y se quedaron hasta casi la noche cuando el mayor sacó sus cosas para la pesca, unas linternas, cañas, cebos… y en la solitud de la noche se pusieron a pescar, o al menos el mayor mientras Hayami intentaba saber qué hacer. Estaba cansado ya que al final Hamano le había hecho ir al agua y jugar a pelota dentro de esta y jugaron a raquetas y fueron lejos con esa colchoneta cama que había traído Hamano. Bostezó mientras veía la caña allí plantada en la arena.
r13;¿Estás cansado? r13;le preguntó con una sonrisa viendo el lindo bostezo del de moñitos.
r13;Un poco r13;dijo sin apartar la vista del marr13; nos movimos mucho…
r13;Eso no es nada r13;dijo el otro divertido aunque de repente cambió su rostro pero uno felizr13; han picado en tu caña.
Dicho esto le enseñó los pasos que tenía que hacer para poder pescar al pez. A los pocos minutos tuvieron un pez dentro de un cubo de agua mientras daba vueltas por él, no era muy grande pero habían pescado un pez. Hamano feliz cogió al menor y lo abrazó dándole vueltas para celebrarlo.
r13;Muy Hayami pescaste tu primer pez r13;dijo sin dejar de abrazarlo pero dejándolo en el suelo mientras este más rojo y nervioso no podía estarr13; Eres el mejor.
Él no respondió nada no podía, no le salían las palabras. Estaba preocupado por si le daría un ataque al corazón o no, por la velocidad que este llevaba. Tímida y lentamente correspondió al abrazo haciendo sonreír al mayor. Después de ese abrazo se separaron un poco. El de moñitos solo miraba el suelo y tenía sus manos en el pecho mientras que el mayor veía la ternura que desprendía ese chico.
r13;Me gustas r13;dijo sin poder callárselo al ver una escena tan hermosa y tiernar13; yo te amo Hayami r13;le subió su rostro viendo los ojos sorprendidos del menor y como las mejillas de este tenían el color más rojo que había visto en su vida.
r13;¿Ha-Hamano? r13;preguntó intentando entender que había pasado.
r13;Lo digo enserio, yo te amo Hayami r13;le dijo con una sonrisa mientras rascaba su nucar13; Espero que eso no te moleste.
r13;N-no me-me mo-mole-lesta… r13;dijo sin saber muy bien que responder, debía decir lo que sentía pero le daba vergüenza.
r13;Me alegro r13;dijo antes de pensar un pocor13; ¿Quieres ser mi novio? r13;le preguntó después de un segundo de pensar.
r13;E-esto… y-yo… s-si r13;respondió flojo por los nerviosr13; y-yo ta-también t-te a-amo…
Y después de decir eso sintió como el mayor el daba otro abrazo del oso como los que últimamente le daba cuando tenía la oportunidad. No se sonrojó más porque no se podía pero estaba que casi se desmayaba. Sonrió mínimamente entre el abrazo, antes de sentir como el mayor se separaba, le subía el rostro y le daba un beso en los labios. Un beso que le hizo feliz pero también le puso más nervioso. Su cuerpo tembló y sus piernas no fallaron porque el mayor lo cogió por la cintura antes de que eso pasara. Y de este modo empezó una feliz historia de amor, donde años más tarde nacerían tres hijos.
FIN