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El fin de nuestra historia por HIkari Aome Nikoru

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Los personajes de KUROSHITSUJI pertenecen a Toboso-sama, yo solo los tomo y creo mi propia trama.

 

Queda prohibido el plagio

Notas del capitulo:

Aparece un nuevo fanfic, producto de mi imaginación, y de la insipiracion que me habíaestado llegando a ratos durante un tiempo y al fin pude sentarme a escribir.

 

Y sin nada más que decir les dejo Primer Capitulo : HUIDA

Ciel y Sebastian llevaban un matrimonio de 4 largos años y producto de ello un hermoso niño de cabello zafiro, tez blanca y ojos rojos había nacido, llamado Julián. Sin embargo la felicidad nunca es plena y eterna, los primeros años de vida juntos habían sido maravillosos pero 6 meses atrás la relación se tornó fría y, según ellos, sin sentido. Ya no existían besos, caricias ni palabras bonitas por parte de ninguno. Si se hablaban era por pura necesidad.

Ciel cada día se encontraba más deprimido, si no era por su pequeño bebe, él ya se habría marchado de aquella mansión. El infierno era un lugar donde, Ciel al estar casado con demonio de élite como era Sebastian no tenía que hacer nada, pero si llegaba a separarse se las tendría que ver por él mismo. El peliazul no tendría problema si desapareciera o moriría en manos de otro demonio, pero su pequeño demonio no tenía la culpa de nada y lo que menos quería era poner en riesgo su vida.

La relación se había tornado de esa manera desde que Julián había cumplido aproximadamente 7 meses de nacido, y Sebastian había empezado a ver con ojos diferentes a su pequeño. Ciel de vez en cuando le pedía que se quedara con el bebe, mientras descansaba o caminaba para despejar su mente; y lo único que recibía por parte del mayor era miradas esquivas, escusas, gestos de desagrado o simplemente lo ignoraba. Ante esto Ciel comenzó a alejarse de Sebastian y en lo posible evitar estar solo con él. – Es horrible que la persona que amas, te mire con desprecio a ti y a su propio hijo – pensaba a diario el peliazul.

Ciel tuvo que dormir en otra habitación, ya que si por Sebastian fuera, Julián tendría que dormir en el piso o en un sillón, ya que odiaba que durmiera junto a él; y a pesar de que Ciel no lo admitiera, empezaba a tener un profundo odio y resentimiento contra el mayor, y porque no decir también, miedo de que pudiera matar a su pequeño y a él también.

 

Una tarde oscura y fría, Ciel dejó a su pequeño arropado y dormido, en la cama en la habitación donde desde hace unos meses él dormía; mientras preparaba la comida para él y su pequeño (a pesar de ser demonio, aún tenía la dicha de sentir el sabor de los alimentos humanos y Julián también tenía ese gusto), intentando no tardarse demasiado, siempre le ponía nervioso el dejar al pequeño solo, sobre todo si Sebastian se encontraba en la casa. Rápidamente preparaba un poco de leche para su hijo y unos emparedados para él. Al menos Sebastian aún mandaba a conseguir alimentos humanos de lo contrario Ciel ya habría muerto; aún no podía hacer contratos con la gente y menos teniendo que velar por el bienestar de su pequeño.

Cuando Ciel termino de preparar los alimentos, tomo una bandeja y colocando todo sobre ella, se dirigió rápidamente a la habitación pero al llegar encontró la puerta abierta y Julián no se encontraba en el interior. Como si en ese momento la vida de Ciel se le hubiera ido, soltó la bandeja, la cual cayó al suelo regando todo lo que contenía. Deprisa, corrió por los pasillos, concentrándose en la presencia del bebe, para ubicarlo más rápido. Cuando al fin pudo localizarlo, se dio cuenta de que estaba en el último y peor lugar donde un bebe podría estar; en la habitación de su padre.

Cuando al fin llegó a la habitación, Ciel trató de abrirla pero ésta se encontraba con seguro; ante la adrenalina y la desesperación de la seguridad de su hijo, Ciel empezó a gritarle al pelinegro que se encontraba en su interior

–        Sebastian, abre la puerta en este instante, dame a mi hijo

–        Porque Ciel?, Julián también es mi hijo, también tengo el derecho de pasar tiempo con él – decía de una manera extraña haciendo que Ciel entrara en pánico

–        No, no tienes el derecho… Sebastian abre ahora, es una orden – reclamaba con desespero

–        El hecho de que estemos casados no significa que me sigas dando órdenes – le respondió molesto el mayor

–        Aun eres mi mayordomo, es una orden – le reclamo el menor con ansiedad y haciendo uso de sus poderes demoniacos, los cuales no sabía controlar, rompió la cerradura de la puerta y al entrar, vio la escena más horrible que pudo haber visto. Sebastian tenía a Julián desnudo sobre una mesa de metal y con las ventanas abiertas a los cuatro vientos, con varias dagas sobre una bandeja y viéndolo con mirada de quererlo cortarle parte por parte su pequeño cuerpo

–        Que…-Sebastian…. NO! – de la frustración, Ciel lanzó algo de poder contra Sebastian, haciendo que este retrocediera unos metros lejos del niño, lo suficiente para tomar a Julián en sus brazos y darle algo de calor.

–        Como te atreves maldito engendro – Sebastian escupió con odio mientras se reincorporaba un poco del ataque del menor. Ciel se puso a temblar, eso fue lo peor que pudo haberle hecho al mayor, pero fue en defensa del menor y por reacción ante la situación

–        Sebastian, lo lamento, solo fue una reacción… además como te atreves a tener a tu propio hijo desnudo y en este frío, el que sea un demonio te recuerdo que tiene parte humana...-

–        Y eso es lo que odio – exclamó el mayor interrumpiendo al menor

–        Que? – Ciel no podía creer lo que el mayor le decía. ¿Cómo que odiaba a su hijo? ¿Odiar lo humano en él? Esa parte humana correspondía a la parte humana que era Ciel, ya que era él un semidemonio ¿Eso quiere decir que Sebastian odiaba lo humano en Ciel?

–        Sebastian… que estás diciendo? – repitió el menor

–        … - Sebastian no dijo nada, solo se lanzó a atacar a los menores, con movimientos rápidos.

–        Sebastian… que haces? – Ciel evitaba como podía ser golpeado por el mayor – Sebastian soy yo… tu esposo… - trataba de hacerlo reaccionar, Sebastian se encontraba como en un trance donde no reconocía quien era su aliado y quien su enemigo. Se estaba descargando con Ciel, todo aquello que tenía guardado en su interior. Realmente odiaba a Ciel y a su hijo

–        Te odio, debí haber comido tu alma cuando pude – le exclamo el mayor, haciendo que el menor se pasmara y aprovechando eso, lo golpeó fuertemente en el rostro, lanzándolo de un lado de la habitación hacia el otro lado con él bebe en brazos.

POV Ciel

Acaso escuche bien? De verdad me odia? Sebastian ya no me ama? Esas interrogantes en mi mente hicieron que me desconcentrara y no pude evitar el último golpe que para mi desgracia fue en el rostro haciendo que me impactara en la pared contraria de la habitación. Lo único que pude hacer fue abrazar a mi hijo fuertemente y protegerlo del golpe.

Caí estrepitosamente en el suelo dándole la espalda a Sebastian tratando de controlar mi respiración ante la adrenalina que sentía en ese momento. Sin embargo no pude lograrlo ya que al momento siguiente sentía una serie de patadas y golpes que me propiciaba en la espalda, el que se hacía llamar mi marido y no pudiendo controlar el dolor que me hacía sentir y el miedo que sentía ante la cara de furia que Sebastian tenía, comencé a gritar con todas mis fuerzas por ayuda.

Gracias a Dios o a quien sea, la ama de llaves, Emily, junto con el mayordomo de la mansión, Charles, al escuchar mis gritos de dolor y las repetidos golpes de Sebastian junto con sus gritos e insultos, corrieron en mi auxilio y al llegar a la puerta de la habitación, Charles intentó detener a Sebastian, sin éxito alguno, y pidiendo disculpas atacó con su poder demoniaco a Sebastian haciéndolo estrellar contra la pared del fondo; y Emily inmediatamente acudió en mi auxilio, levantando a mi hijo en sus brazos y me ayudó a reincorporar hasta sacarme de ese lugar y llevándome a mi habitación.

A unos pocos metros de la puerta pude escuchar los insultos y golpes que Sebastian le daba a Charles por la acción que había hecho de atacar a su amo; lo único que alcance a oír antes de que pudiera encerrarme en mi cuarto fue a Charles diciendo – si no lo habría detenido, habría matado al señorito Ciel y a su hijo – y luego de eso nada.

Mire con angustia a Emily, y ella a pesar de que estaba nerviosa por la situación me esbozó una sonrisa como queriéndome decir “todo estará bien”. Camine hasta mi cama sentándome en ella y apretando fuerte los lugares donde Sebastian me había golpeado, intentado no llorar del dolor que sentía en ese momento, más emocional que físico. La persona que yo amaba y que tenía un hermoso bebe me había intentado asesinarme. Si fuera Londres o cualquier lugar de la tierra, habría llamado a la policía y habría denunciado a mi esposo, pero esto era el infierno, y no creo que existan ese tipo de castigos a demonios que intenten matar a sus esposos o sus hijos.

Lo único que pensaba en aquel momento era saber si mi hijo estaba bien. Emily me lo pasó, y vi que solo tenía un pequeño raspón en su mejilla, nada de qué preocuparse; mientras ella corría por toda la habitación con una maleta de viaje pequeña y guardando algunas cosas en ella – Señorito Ciel, debe irse, este lugar es muy peligroso para usted… Llamaré inmediatamente a un coche para que se lo lleve a un lugar seguro, pero no debe ser aquí en el infierno; si no el señor Sebastian lo encontrará rápidamente – me dijo mientras angustiada trataba de cerrar la pequeña maleta.

-       Pero Emily, a donde puedo ir?, y que pasará contigo y con Charles; si me voy Sebastian seguro los matará – dije con alarmante preocupación

-       No se preocupe Señorito, aunque soy una demonio, ya estoy bastante vieja y pues si es por salvar la vida de usted y la de este niño soy capaz de morir

-       Emily – realmente estaba sorprendido, nunca nadie había hecho esto por mí, arriesgar su vida por salvar mi vida y la de mi pequeño

-       Señorito Ciel, no hay tiempo, el coche estará aquí en dos minutos, haré lo posible por detener al señor Sebastian todo lo el tiempo que pueda, usted solo corra y pase lo que pase, no mire hacia atrás- me dijo ella tomando la maleta en un mano y en la otra estrechó la mía.

Era ahora o nunca, yo solo la mire fijamente y abrazando fuertemente a mi bebe, corrimos hacia la puerta, Emily la abrió y haciendo acopio de su poder detuvo los ataques de Sebastian, mientras yo corría tratando de no hacer caso a todo el dolor y cansancio que mi cuerpo empezaba a sentir.
Baje rápidamente las escaleras hacia el segundo piso y corrí por el largo pasillo, con Emily siguiéndome de cerca; en uno de los ataques Sebastian derribó a Emily haciendo que ella soltara la maleta, regrese unos metros tratando de ayudarla, pero ella me grito para que me detuviera y escapara. La mire fijamente le dije “gracias”, tomé la maleta y corrí de nueva cuenta por el pasillo. Al ver a mis espaldas Sebastian me seguía muy de cerca, estaba a punto de alcanzarme, y si lo hacía sería mi fin.

-          Ciel detente en este instante – me gritó llamando mi atención

-          NUNCA! - “si lo hago vas a matarme” pensé

Sin detenerme y cerrando mis ojos me concentré en hacer desplegar mis alas y poder escapar de una manera más rápida, mis piernas estaban empezando a dolerme. Cuando la fin pude sentir que las había desprendido, levanté le vuelo y rápidamente baje por las escaleras hacia la puerta principal, la cual se encontraba cerrada. Lanzando un poco de mi poder de demonio intenté abrirla pero esta no cedió, Sebastian la tenía cerrada con un conjuro, así que lo único que pude hacer fue aumentar la velocidad y acurrucando a mi hijo contra mi pecho, me lance contra uno de los ventanales que había a un lado de la puerta. El vidrio se rompió en miles de pedazos, ocasionando hubiera algunos rasguños en mis piernas, pero nada grave.

Divisé a unos metros el carruaje que estaba esperando por mi llegada. – Pon el carruaje en marcha – grite con toda la fuerza que pude. El cochero al escucharme y ver que huía de Sebastian, se subió rápidamente y dando galope a las criaturas avanzó a una velocidad moderada, ni rápida para que no pudiera alcanzarlo, ni lenta para que Sebastian llegara a su alcance. Rápidamente llegue a la puerta y al tomar la perilla la abrí y entre en su interior, que por la velocidad y la fuerza termine sentado en el suelo. Me levante rápidamente y cerré la puerta de un golpe, el cochero al escuchar la puerta entendió que era hora de aumentar la velocidad y con otro galopazo la velocidad de la carroza aumento considerablemente. A penas y Sebastian se encontraba a un par de metros de la carroza cuando empezó a atacarla tratando de hacerla detenerse. Lo bueno era que estas carrozas eran contratadas para transportar a demonios importantes y estaban hechas para proteger su interior, es decir que cualquier ataque de poderes era inútil, al menos en eso estaba a salvo. Sin embargo Sebastian estaba aumento la velocidad y se acercaba a tomar de una barrilla que tenía la base del coche. Antes de que pudiera alcanzarlo me concentré y le lance un ataque a Sebastian haciendo que este se desviara de su vuelo y perdiera el control del mismo, ocasionando que el cayera estrepitosamente al suelo a un lado del camino.

Aprovechando eso el cochero elevó por los cielos la carroza y aumentando la velocidad voló hacia un punto del Norte. Antes de poder perderlo de vista, pude ver sus ojos llenos de rabia y su voz gritándome – Te encontraré Ciel Phantomhive, mataré a ese hijo tuyo y de paso te mataré a ti también.

 

Continuará~~~

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Que tal les pareció?? Les gusto? ... No?

 

Si quieren hacermelo saber dejen un review con sus criterios, comentarios, etc etc etc...

 

Nos vemos en el proximo capitulo

 

Nikoru-chan

 


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