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El Columpio por 2EN3

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Notas del fanfic:

Este OneShot es una traducción de "The Swing" escrita por dino-tastic.

Creo que ya hay una hecha, pero no me gustó, se notaba que la habían hecho con el traductor de google, asique decidí hacer la mía propia con permiso de su autora, a quién doy muchas gracias por haberme permitido traducir tan bonita historia.

Sin más os dejo que comencéis la lectura, espero que la disfrutéis tanto como yo.

2EN3

Nunca entendí qué es lo que ve la gente en los columpios.

En el camino de mi casa al colegio siempre paso por un parquecito. A veces veía a los niños columpiarse, adelante y atrás, adelante y atrás, con sus risas llenando el aire.

En las tardes, cuando volvía y pasaba por el parquecito, podía ver tipos solitarios y tristes, colegialas pensativas y parejitas felices demostrándose su amor, sentados en los columpios.

Los columpios parecían ser importantes para ellos, pero a mí simplemente me parecía algo extraño. Una vez lo intenté, pero no me gustó. Mis piernas eran demasiado largas y por mucho que lo intentara siempre acababa arrastrando los pies en el suelo, el asiento era muy pequeño y las viejas cuerdas ensuciaron mis manos.

Cuando empecé la secundaria mi familia y yo nos mudamos a otro país. Ahora viviría en Corea del Sur, pero realmente no era mi hogar.

Cuando hacía el camino de mi casa a la secundaría, ya no pasaba por ningún parquecito. Se sentía raro no ver más a esos niños columpiarse tan felices, ni a esa gente que solía usar los columpios. De alguna manera lo echaba de menos a pesar de que nunca lo entendí.

-Kevin – Escuche que alguien me llamaba. Alce la vista y miré un poco adormilado al profesor de Inglés que estaba parado frente a mí. El viejo Sr. Yong sin lugar a duda, nadie más me llama por mi nombre inglés aquí,  todos preferían Yifan. “Porque es más fácil de pronunciar” me explicó Luhan una vez. –Presta atención, el hecho de que hables inglés fluidamente no es razón para que te duermas mis clases-

El Sr. Yong me regañó en inglés, pero su acento era tan pronunciado que solo pude asentir, mientras intentaba contener una media sonrisa de pura simpatía.

El resto del día transcurrió tranquilamente, ya estaba acostumbrado al hecho de que mis días fueran rutinarios. Pero esa tarde sería diferente.

-Yifan, hoy vienes con nosotros ¿no?- era la voz de mi mejor amigo, Luhan. Con “nosotros” siempre se refería a él y a Sehun, su novio.

Para ser honestos, la primera vez que los vi me parecieron gemelos, pero después descubrí que, además de haber cuatro años de diferencia entre ellos, Luhan tenía 19 años y estaba por graduarse y Sehun solo 15, ¡ni siquiera habían nacido en el mismo país!, Luhan es chino como yo. Fue bastante raro para mí, la verdad.

-Depende- fue mi respuesta, guarde cuidadosamente en mi mochila los libros de clase y miré a mi “sorprendentemente-mayor-que-yo” amigo – ¿A dónde se supone que iremos?-

-Bueno… queremos salir a comer con uno de los amigos de Sehun, el cree que os llevareis bien. Tiene 18 años y siempre está muy animado. Tú necesitas un poco de eso, ¿no? Buenas vibras, felicidad… ánimos-

Ah, así que esa era la razón oculta detrás de la intención de salir a comer. Libere un profundo suspiro al tiempo que negué lentamente con mi cabeza.

-Ge, no tienes por qué hacer de cupido, ya tengo 19 años, estaré bien- desvié la mirada –No necesito tu ayuda-

-¡Pero Yifan!- lloriqueó. Siempre me molesto que la gente lloriquee. Lo que quiero decir es que, está bien cuando eres un niño, pero pienso que nadie debería lloriquear pasados los 10 años, es así  – ¡Le hemos prometido que irías!-

-Una promesa bastante estúpida- cerré mi taquilla y me puse la mochila –Tú sabes que no me gusta salir entre semana. Tengo mi rutina y me gusta que sea así- acabe haciendo un gesto tajante con mis manos para enfatizar mis palabras.

-¡Pero eso no es bueno!, la rutina nunca es buena, ¿me oyes?, ¡NUNCA!- Lo quedé mirando y negué con la cabeza nuevamente ante el comportamiento del que es “supuestamente-más-maduro-que-yo” –Yifan, escucha, si vienes con nosotros yo… yo pago, ¿Qué te parece?-

Levanté una ceja considerando la propuesta y solté un sonoro y dramático resoplido.

-¿Incluso si pido toneladas de Sushi?- pregunté finalmente.

-Eww… eso es asqueroso- respondió Luhan y yo sonreí triunfal al ver su cara de asco. Pero me sorprendí cuando asintió lentamente a pesar de lo mucho que odia la sola imagen de la comida japonesa –Pero, si… incluso si pides toneladas de sushi, tú solo ven con nosotros-

-…Ok, pero solo porque eres tú-accedí finalmente.

Luhan dio un salto de alegría haciendo el gesto de “fighting” repetidas veces mientras nos dirigíamos al aula de Sehun.

Desde el principio de nuestra amistad en el primer año de secundaria, hace casi cuatro años, siempre fue así. Yo nunca fui una persona demasiado extrovertida, pero Luhan es justo lo contrario. Cada fin de semana me arrastraba a algún sitio, ya fuera un club, el parque de atracciones o una simple cafetería, con su novio, y una cuarta persona sin falta.

Tenía 17 años cuando empezó y hacia ocho meses desde que rompí con mi primer novio. Luhan no pudo contener su emoción después de descubrir que soy gay, me contó cientos de cosas sobre Sehun, quien tenía solo 13 años entonces, como se conocieron, lo que le gustaba y que yo ya lo conocía. Ese mismo día también le confesé que pensaba que ellos eran gemelos, Luhan se rió de buena gana ante mi comentario y me contó que solían decirles eso a menudo.

En fin, después de contarme cosas raras y sin importancia sobre su muy joven novio, Luhan tuvo una idea. “La mejor idea en toda su vida” la tituló y espero sinceramente que no se le vuelva a ocurrir nada parecido.

Decidió que sería divertido arreglarme citas a ciegas, ni siquiera acepto mi “No” como respuesta, él simplemente no había preguntado mi opinión.

La primera vez que pasó, fue con uno de los compañeros de clase de Sehun, Zitao. El chico parecía tener bastante más de 13 años, asique al principio no tuve ninguna clase de reparo en conocerlo y no podía dar crédito cuando supe que tenía la misma edad que Sehun. Pero a pesar de la diferencia de edad, nos caímos relativamente bien.

Me contó que era bueno en artes marciales y sonreí. Me contó sobre lo mucho que le gustaba cierta marca de ropa y sonreí. Me contó que le recordaba a un angry bird y sonreí. Pero siempre era una sonrisa forzada, esa sonrisa educada que uso cuando me siento incómodo.

Zitao y yo no volvimos a quedar después de esa tarde.

En otra ocasión decidieron presentarme a alguien mayor. Minseok era un amigo de Luhan, creo que estaban en el mismo club de futbol.

Totalmente lo opuesto a Zitao, el parecía más joven de lo que en verdad era, cuando me dijo que tenía 18, mientras que yo aún tenía 17, el shock fue bastante más intenso que cuando supe la edad de Zitao.

Minseok era un buen chico, siempre que bromeaba yo me reía sinceramente. Hablamos sobre algunos intereses en común, uno de ellos: la música. A mí siempre me gustó rapear, mientras que a él le gustaba cantar y bailar. Intercambiamos números y decidimos quedar otra vez.

Después de eso, recuerdo haber tenido que escuchar los grititos de alegría de Luhan y el hecho de que él pensaba que, “Os veis realmente muy, muy, bien juntos, porque Minseokie es adorable y junto a él te ves menos rudo, Yifan”

Minseok y yo quedamos alguna veces más después de la primera vez, pero yo ya sabía que no iba a funcionar, además luego me confeso que le gustaba otro chico, asique Minseok y yo quedamos como amigos.

Esta vez mi cita a ciegas se llamaba Chanyeol. Sin dudas era el mejor de los miles de chicos con los que me habían citado. Nos caímos bien, compartíamos varios hobbies, como los videojuegos o el basquetbol. Era un año menor que yo, la verdad siempre lo preferí así.

Luhan me contó un montón de cosas buenas sobre él antes que llegáramos a destino y sorprendentemente la mayoría de esas cosas eran ciertas.

El chico era realmente animado, incluso a veces rozaba la hiperactividad, pero no me molestaba en absoluto, de hecho lo encontré bastante refrescante. Si, Luhan también roza la hiperactividad a veces, pero él es más del tipo híper-haz-lo-que-yo-digo-o-te-rajo, mientras que Chanyeol es más del tipo híper-despreocupado.

No pude dejar pasar el modo en que su ojo temblaba cuando reía demasiado o como aplaudía cual foca amaestrada cuando algo le gustaba o le hacía gracia. Todo eso de alguna manera me recordaba a un irritante niño de 5 años, pero tampoco era demasiado malo, asique no me importó.

Luhan no paraba de lanzarme miraditas todo el tiempo, me estresaba tanto que al final moví mi cabeza suavemente de forma negativa dándole a entender que aquello no pasaría a más que una simple amistad entre Chanyeol y yo, a lo que Luhan hizo un puchero. Un maldito puchero, otra de las cosas que detesto que haga la gente mayor de diez años.

-¿Yifan-hyung?- la profunda voz de Chanyeol me llamó, ganando mi atención. Desvié la mirada de Luhan hacia él y sonreí con un suave “hm” como respuesta – ¿Te apetece que demos una vuelta? ¡Me gustaría mostrarte un lugar alucinante!-

Asentí en respuesta y me puse en pie de un salto, comenzaba a sentirme incomodo por el modo tan abierto en que Luhan y Sehun se “mostraban afecto”.

-Ge…- lo llamé y sonreí con suficiencia cuando Luhan me miró –Nos vamos, mantén tu promesa y paga por nuestra comida, ¿neh?-

Una vez estuvimos fuera, Chanyeol señaló rápidamente la dirección que tomaríamos, yo solo asentí y me limité a seguirlo unos pasos por detrás. Ninguno de los dos habló durante los 15 minutos que duró la caminata, el silencio solo era interrumpido por el pasar de algún coche, el trino de los pájaros o los chillidos de los niños. Me gustaba, me hacía recordar a cuando iba de casa al colegio y del colegio a casa en Canadá.

Pasamos por un parquecito y me volví a mirar a los niños en los columpios, se veían tan felices. De alguna manera me hacía feliz verlos columpiándose con sus piernecitas regordetas flotando en el aire sin llegar a tocar el suelo, y aun así seguía sin entenderlo.

-Hyung, ¡ya hemos llegado!- la animada voz de Chanyeol me sacó de mis pensamientos y miré a mi alrededor, el “lugar alucinante”, como él lo llamó, era solo una colina. Le sonreí para demostrar que me agradaba el lugar y eso pareció hacerle feliz.

El comenzó a subir la colina y yo lo seguí hasta que volvió a detenerse.

-Te sientes incomodo conmigo, ¿verdad?- me preguntó y a pesar que en su voz sonaba dolido, sus ojos decían lo contrario -¿puedo saber por qué?-

-No es que me sienta incomodo, Chanyeol-ah. Yo soy así con mis amigos, siempre evito tener demasiada cercanía con la gente- le explique con una pequeña sonrisa en mi rostro.

El asintió lentamente y continuamos hacia la cima de la colina, esta vez yo iba a su lado.

-Pero… si te soy sincero, no creo funcionara… Luhan Ge nos presentó y tú eres una buena persona, pero es que no hay “feeling”… química, ¿sabes lo que quiero decir?- Me sentí horrible por cortarle incluso antes de si quiera comenzar nada –Lo siento mucho, en serio, pero igual…-

-¿Esta bien?, quiero decir que no creo que hiciéramos una buena pareja de todas formas. Tú eres guay y eso y tenemos varias cosas en común, pero para serte sincero… no eres exactamente mi tipo ¿sabes?, prefiero chicos más bajitos que yo y tiernos, ¡mientras que a tu lado me siento como si fuera pasivo!-  soltó una sonora carcajada y yo simplemente sonreí. Nunca me gustó hablar de ese tipo de cosas en público, de hecho nunca me gusto hablar en público, punto. Siempre fui hombre de pocas palabras –Pero a decir verdad, creo que cualquiera se sentiría así estando junto a ti, ¿no?, ¡tú eres tan alto, tan masculino y bien proporcionado! Me sorprendí cuando Luhan-hyung me contó que no te gusta salir, ¡apuesto que serías un imán de miradas en cualquier sitio!- quizá tuviera algo de razón, a menudo sentía las miradas de la gente sobre mí.

Nos sentamos en el césped y él continuó hablando.

-Y también me contó que no te gusta hablar demasiado, pero antes estuvimos hablando, ¿verdad?, ok, vale quizá no dijiste mucho y básicamente era yo el que más hablaba pero aun así era una conversación y… ¡oh, mira!, ¡está aquí otra vez!-

Me quedé a cuadros ante el repentino cambio de tema y solo me lo quede mirando.

-¿Quién?-

-No sé su nombre, el aparece aquí cada vez que yo estoy, ¡lo que es casi siempre!, además siempre esta solo… me pregunto por qué- me explicó y yo solo asentí – ¿Lo ves? es el que está en el columpio del árbol-

Gire lenta pero seguramente mi cabeza y sonreí.

-Si… lo veo-

Todavía recuerdo cuando lo vi por primera vez, ¿es extraño que lo mirara de esa forma? Quizá, pero no me importo en ese momento.

Recuerdo claramente como la luz del sol, que ya se estaba poniendo en el este, iluminaba su pálido rostro y le daba a su piel unas cálidas sombras entre naranjas y rojas. Cómo su pelo era despeinado por la suave brisa que corría en la colina. Sus ojos brillaban con la luz del atardecer y vi que el simplemente miraba delante, con la vista recorriendo la verdosa llanura de más abajo y sus rosados labios se juntaban en una delgada línea, casi fruncí el ceño por lo serio que se veía.

Incluso desde lejos podía notar que no era demasiado grande. Sus pequeñas manos sujetaban con sus delgados dedos las viejas cuerdas del columpio. Su diminuta figura parecía encajar perfectamente en la vieja madera que el columpio tenia por asiento y, sus piernas y pies colgaban varios centímetros sobre el suelo.

“Angelical…” pensé en el instante en que lo vi, “Es como un ángel”.

Y quizá tenía razón, porque había algo en él que me hacía picar la curiosidad. Curiosidad por saber su nombre, por saber cuántos años tenía, curiosidad por saber de donde era y porque estaba allí. Curiosidad por saber qué tipo de persona quería y no quería ser. Simplemente… Simple y llanamente curioso sobre él.

¿El modo en que actué fue extraño?, muy probablemente, porque cuando escuche a Chanyeol llamarme, no hice caso y continué mirando a aquel chico, porque cuando escuche que mi móvil sonaba, no me importo demasiado, porque cuando se escucharon a lo lejos las campanadas de alguna iglesia anunciando que ya eran las 9 de la noche, el chico se fue caminando lentamente y yo me sentí decepcionado. Si, probablemente me comporte de modo extraño.

No sé qué pasó para llegar hasta aquí, pero unos días después de mi supuesta “cita a ciegas” con Chanyeol, estaba sentado en la habitación de Luhan escuchándolo a él y a Sehun quejarse de mí y mis defectos.

-Eres demasiado serio…- afirmó Luhan y yo asentí, ¿Por qué debería negar la verdad?- Y no te gusta hablar, eso no es normal ¿sabes?, tampoco te gusta salir, NUNCA sales y  si te pasas el día en tu casa ¡por lo menos podrías limpiar! Qué asco…- Desvié la mirada lentamente hacia Sehun, quien asentía en total acuerdo con su novio. No me sorprendió, ese chico prácticamente adora a Luhan  – ¡Encima hay un montón de cosas que no te gusta de la gente! Lloriqueos, pucheros, aegyo… ¡eso es raro!, Ah sin contar que tampoco te gustan los helados, no te gustan los parques, no te gusta ver dramas ni películas. ¡Prácticamente te desagrada el 99% de la población de este planeta y cualquier cosa que haya sido creada por manos humanas!, ¡¿Por qué me molesto si quiera en buscarte pareja?! No tienes arreglo…-

-Sí, sí, ya lo sé, no tengo arreglo, no podrás encontrarme pareja, es verdad, ¿Qué le vamos a hacer?- asentí lentamente y fingí una expresión triste, quizá así se daría por vencido y yo podría finalmente continuar con mi vida en paz o por lo menos eso era lo que yo esperaba. Lamentablemente se me olvido como era Luhan y como su ingenuidad lo impulsaba a creer cualquier mentira que yo le dijera.

-¡Oh, no, no!, no pierdas las esperanzas, Yifan, ¿neh?, encontraremos la persona indicada para ti, tú no te preocupes- sonrió quizá un poco demasiado contento y Sehun también sonrió pero burlonamente, Uff… como desee borrar esa sonrisita tan estúpida de la cara del mocoso en el mismo instante en que apareció –Sehunie, peque, ¿podrías ponerte en contacto con Yixing mas tarde? -Me miró otra vez-  Yixing es un chico muy simpático, aunque vive en su propio mundo, es muy guapo y tiene 18 años como Chanyeol. Yifan, lo que me recuerda… ¿Por qué no sales con Chanyeolie? ¡Os veis realmente bien juntos!-

Suspire profundamente.

-Ge…- masajeé mis sienes con los dedos- No necesito tú ayuda…- tome mi chaqueta y me fui sin más.

Todavía no sé cuál fue la razón que me llevó a la colina ese día. Quizá fue el silencio que había la última vez, cuando estuve allí con Chanyeol, quizá fuera el hecho de que el lugar parecía solitario, como un buen lugar para pensar, quizá la razón fue el chico del columpio, quizá fueran todas en general  o ninguna en particular, pero al final me encontré a mí mismo de pie en la colina observando la pequeña figura de aquel chico.

Ese día, él llevaba un jersey que le quedaba enorme, las mangas esconderían sus manos si no fuera porque estaba cogiendo las cuerdas del columpio.

No sé cómo hice para acercarme a él sin tropezar ya que no había apartado la mirada de su pequeña espalda ni un segundo, mi respiración se había acelerado asique intente calmarme respirando más pausadamente. ¿Por qué me sentía tan ansioso de ver nuevamente a ese chico?, no tuve demasiado tiempo de pensar sobre ello porque me interrumpieron unos suaves sollozos provenientes del columpio.

-Estas llorando…- bruscamente movió su cabeza hacia arriba y me miró con unos enormes ojos oscuros. Sus labios habían formado un pequeño puchero, pero se le veía tan natural… si, odiaba los pucheros pero el parecía un niño y simplemente le quedaba bien.

-¿Por qué?... no sé, yo…- su voz era suave, temblorosa, casi un susurro. Noté que sonaba un poco fuera de tono, casi nasal y pensé que era algo muy tierno– Creo que las lágrimas simplemente… ¿aparecieron?-

-No te creo- dije y una sonrisa hizo acto de presencia en mis labios cuando él pronuncio un poco más su puchero –Las lágrimas no aparecen así porque sí, siempre hay alguna razón, ¿no?-

Sus ojos brillaron húmedos nuevamente y atrapo suavemente su labio inferior entre los dientes. Me rompió el corazón ver a este angelical niño así.

-¿Por qué debería decirte…? yo… ni si quiera te conozco-

-Bueno, veamos. Me llamo Wu Yifan, pero a mi profe de inglés le gusta llamarme por mi nombre inglés: Kevin. Tengo 19 años, estoy en el último año de preparatoria. A mi mejor amigo le encanta concertarme citas a ciegas con tipos con los que nunca llegaré a nada y su pequeño novio disfruta molestándome por ello- Él rió tímidamente con mi tonta presentación y me sorprendí a mí mismo sonriendo también –Ahora que me conoces,  ¿me contarás porque llorabas?-

- ¿Por qué te importa tanto?- me pregunto con voz dudosa, yo solo me encogí de hombros y pude notar un suspiro mientras dirigía su mirada al suelo –Es una tontería, supongo que… simplemente me sentí… ¿solo?, ni si quiera creo que sea una razón para llorar. Quiero decir que… mucha gente se siente sola, ¿no?, yo solo soy uno más- una triste sonrisa acompaño sus palabras –Oh, por cierto, me llamo Kim Joonmyeon, tengo 17 años, mi segundo año en la secundaria está siendo horrible y no puedo decir nada sobre mi mejor amigo porque realmente, no creo que tenga uno…-

-Bueno… es un gusto conocerte… –le sonreí complacido- … Kim Joonmyeon-

Sus ojos volvieron a mi otra vez y una sonrisa cruzó su rostro, no alcanzó sus ojos pero era hermosa, realmente hermosa, aunque no me gustó del todo, no me gustó porque no la sentí sincera, asique decidí que quería ver su verdadera sonrisa, una sonrisa que mostrara felicidad y que no escondiera secretos.

-Joonmyeon-ah - lo llamé y el inclinó su cabeza hacia un lado como respuesta- Estuve aquí con un amigo y él me contó que tu vienes aquí a menudo- noté como sus ojos se iluminaron ligeramente y como su sonrisa se ensancho un poquito más.

-Si… vengo aquí todos los días para ser honesto, me gusta estar aquí, me gusta sentarme en este columpio porque mis pies no tocan el suelo. Me gusta cómo se siente, es relajante, se siente como si volara… sabe como a libertad- miró al descampado detrás de mí y rió suavemente. Me gustó como sonó su risa, liviana y despreocupada -¿Te parezco raro?-

-Para nada, puede… puede que entienda lo que quieres decir- miré mi reloj y suspire desanimado –Debo irme, lo… lo siento- No sé exactamente porque me disculpé, ¿quizá por qué él había estado llorando porque se sentía solo y yo estaba por dejarlo solo nuevamente? – ¿Volverás por aquí mañana?-

-Sí, mañana y pasado mañana y pasado, pasado mañana…- me dedico una triste sonrisa –no tengo nada mejor que hacer-

El tiempo pasó desde que hable con él por primera vez. Un día se convirtió en dos, dos días se convirtieron en una semana y la semana dio lugar a una segunda.

Recuerdo estar sentado en el césped junto al columpio y simplemente disfrutando del silencio con él. Recuerdo confortarlo cuando lloró otra vez, diciéndole que ya no estaría solo nunca más. Recuerdo contarle mis aventuras con las citas a ciegas de Luhan y como él reía dulcemente. Recuerdo la primera vez que su sonrisa llego a sus ojos y no pude evitar pensar que era hermoso, adore como sus ojos formaron esas pequeñas medias lunas. Me gustó como sus dientes blancos iluminaron su rostro. Me gustó como parecía aún más angelical mientras sonreía… no, no me gustó, me encantó.

Me sorprendí a mí mismo sonriendo siempre que él lo hacía, riendo siempre que él lo hacía, sonriendo cuando él hacia un puchero.  Sí, siempre me molesto que la gente mayor de 10 años hiciera pucheros, pero quizá porque Joonmyeon lucía como un niño a mis ojos, como alguien a quien tenía que proteger, hizo que amara su forma de hacer pucheros. Me gustó el modo en que sacaba fuera su labio inferior cuando lo molestaba por su corta estatura o cuando le llamaba “Blanca Nieves” debido a su piel de porcelana o cuando le decía que él no era guapo, lo que no le decía, es que él no era guapo porque era bello, hermoso.

Dos semanas se convirtieron en tres.

Recuerdo cuando nos sentamos juntos en el césped por primera vez, era la primera vez que estábamos lado a lado y que él no estaba sentado en el columpio. Quizá esa fue la primera vez que fui del todo consciente de la diferencia de tamaños entre nosotros. Sí, siempre fui alto, tengo buen porte asique realmente parecía alto al lado de cualquiera, pero al lado de él parecía un gigante además él de por si se veía bastante frágil, pero se veía aún más frágil a mi lado, me hizo querer ser su protector.

-Yifan-hyung- me habló un día. Me volví hacia él con una pequeña sonrisa en mi rostro. No estábamos sentados muy lejos el uno del otro y nuestros brazos se rozaban al mínimo movimiento. Su mano estaba apoyada a escasos centímetros de la mía, con un pequeño movimiento habría sido capaz de unirlas – ¿podríamos ir… no sé…  a tomar un helado?-

Intente con todas mis fuerzas no hacer ningún gesto. Siempre odie las cosas dulces, el helado no era una excepción, y según Luhan este era uno de los muchos factores que me hacían ver como un desequilibrado mental, ¿pero cómo podría decirle que no a Joonmyeon?, sus grandes y profundos ojos negros me miraban esperanzados. Puede que no me gustara salir, puede que no me gustaran las cosas dulces, pero quizá, solo quizá por él valía la pena intentarlo, y quizá esta fue la razón por la que asentí, provocando que hiciera la sonrisa más grande que jamás vi, haciéndome sentir feliz… extrañamente feliz.

Cuando nos pusimos de pie, conseguí reunir el valor suficiente como para unir nuestras manos de verdad esta vez. Me gustó como su mano era bastante más pequeña y más suave que la mía, me gustó como nuestras manos parecían encajar a la perfección, me gustó como un tono rojizo cubrió sus pálidas mejillas, que lo hicieron ver aún más bello, pero lo que más me gusto de todo, fue el hecho de que él no rechazo mi agarre si no que entrelazo sus dedos con los míos. Si, definitivamente me gustó tomar su mano.

Recuerdo la heladería a la que fuimos, era pequeña con paredes azules y, sillas y mesas blancas. Cuando nos sentamos, una camarera se acercó hasta nuestra mesa. Ella era alta, brillantes ojos marrones y pelo tintado de rojo. No pegaba mucho con la heladería, era demasiado luminosa.

-Annyeong- deje que Joonmyeon hiciera su pedido primero. Le sonreía a la camarera pero no me importo, su sonrisa no alcanzaba sus ojos como cuando estaba conmigo –Emm… yo quiero un cucurucho con crema cookie y vainilla- Sr. Ojos negros miró en mi dirección expectante a lo que simplemente me encogí de hombros –Emm… y… y… oh, ya lo tengo, y un cucurucho de chocolate amargo y café para mi amigo-

La camarera termino de apuntar rápidamente en su libretita y volvió dentro de la heladería. Me volví hacia Joonmyeon, que sonreía como nunca.

-Realmente no… me gustan los helados- le confesé casi en susurros y parpadee una vez, pero volví a parpadear cuando Joonmyeon se rió suavemente -No me gustan las cosas dulces-

-Lo sé, ya me lo habías dicho- levante mis cejas sorprendido, ¿es posible que le haya contado cosas tan irrelevantes? –Pero no te preocupes, el sabor del chocolate amargo es… amargo –volvió a reír- y el del café es más bien agridulce, la verdad a mí no me gustan, pero creo que contigo pegan más-

-¿Cómo es que a ti no te gustan, pero a mí me pegaran más?, ¿debería sentirme ofendido?- él sonrió divertido y negó con la cabeza.

-Para nada, dicen que los opuestos se atraen, ¿no?-

 

Todavía recuerdo mi enfado con Luhan cuando vino a casa con Sehun y otro tío. Me lo presentaron como Yixing, Zhang Yixing. Era de estatura media-alta, una bonita sonrisa que formaba un hoyuelo en su mejilla derecha, tenía buen porte y era bastante guapo, si él era guapo, pero yo prefería los chicos bonitos.

-Ge, creo haberte dicho que no quería que me concertaras más citas- miré de reojo a Luhan mientras tome una camiseta del suelo y me la puse. Eran las 10 de la mañana de un sábado y había estado durmiendo hasta que ellos me despertaron –Además, planeaba salir hoy-

-¡¿Tú, Wu Yifan, el hombre más anti-social que conozco, planeabas salir?!- hizo una pausa- estoy impresionado- Sehun bufo a modo de burla, tsk y Luhan que siempre dice que su novio es pura dulzura y blah, blah, blah… dulzura los cojones – ¿Y se puede saber a dónde vas?, ¿Al fantástico mundo de “Grand Fantasia” que está dentro de tu ordenador?-

-Muy gracioso, pero no. Voy a comprar helados y después a encontrarme con un amigo, si no te importa…- entré en mi habitación y a Luhan & company, les faltó tiempo para seguirme y observar mientras elegía que ropa me iba a poner.

Recuerdo la expresión de sorpresa en sus rostros, la avalancha de preguntas de Luhan y las burlas de Sehun y también la sonrisa educada a mas no poder de Yixing que parecía no entender muy bien el coreano.

Esperaron mientras me duchaba y me terminaba de arreglar, esperaron mientras le enviaba un mensaje  a Joonmyeon avisándole sobre que probablemente llegaría un poco tarde, esperaron mientras buscaba mis llaves y me ponía las zapatillas, y hasta que salí de casa.

Esperaron y además me siguieron.

Me siguieron hasta la heladería, donde pedí dos cucuruchos, uno de crema cookie y vainilla y otro de chocolate amargo y café.

Luhan abrió los ojos como platos cuando comencé a comer mi cucurucho de chocolate amargo y café.

-Deja de mirarme con esa cara- le dije de mala gana, quería continuar mi camino – ¿nunca me habías visto comer helado, verdad? Bueno, ya lo has visto, ahora eh quedado con un amigo, ¿os importa?-

 

La segunda vez que Luhan se sorprendió a mas no poder fue un día que vino a mi casa solo. Todavía no puedo creer que le hubiera gritado “¡la puerta está abierta!” para que entrara, definitivamente no fue una buena idea.

La sorpresa se alojó en la cara de Luhan desde el momento en que entró a mi cuarto y todo estaba en orden, pero fue aún mayor cuando me vio sentado frente al televisor. No era que yo no mirara nunca tele, cuando sentía que todo estaba demasiado silencioso no me importaba encenderla y de vez en cuando ver las noticias o algún “Variety Show”, supongo que el shock fue más por el hecho de que, lo que estaba mirando era “Iris”, un drama, y esto dejo patidifuso a mi amigo.

-¿En serio?, Puedo aceptar lo del helado de chocolate amargo y café, pero ¿dramas?, ¡¿Dramas, en serio?!- solo pude asentir a modo de respuesta. Luhan después de un momento de silencio soltó un suspiro resignado y se dejó caer en el sofá a mi lado, tomo el mando de la tele y detuvo el drama –Déjame adivinar… un amigo te dijo que valía la pena verlo-

-Algo así…-asentí con la cabeza mientras resoplaba y después tiré mi cabeza hacia atrás apoyándola en el respaldo del sillón, cerrando los ojos con fuerza.

Decir que me sentía exhausto era poco, mis ojos ardían después de ver tanta tele y mi estómago rugía de hambre.

-¿Fue el mismo amigo que hizo que comieras helado?, ¿el mismo que te motivo a limpiar tu cuarto?, ¿el mismo con el que sales tanto últimamente?- solté un gruñido, tantas preguntas me estaban estresando, no quería contarle a Luhan sobre Joonmyeon. Sabía que en cualquier momento querría conocer a mi chico de la piel de porcelana y era algo para lo que no estaba preparado, no todavía – ¿Quién es el, Yifan, huh?, ¿quién es?-

-Ya sabes…- el volumen de mi voz se convirtió en un susurro intentando encontrar las palabras adecuadas- él es… es el chico que le gusta sentarse solo en el columpio-

 

Tres semanas se convirtieron en un mes y un mes en dos y luego en tres.

Con cada día que pasaba Joonmyeon y yo nos hacíamos más y más cercanos, nos gustaba pasarnos tardes enteras juntos y aprendí muchas cosas sobre aquel pálido niño.

Ahora sé que vivió toda su vida en Seúl pero que dejó la casa de sus padres hace un año. Sé que tiene un compañero de piso, Kyungsoo, y que el novio de este, Jongin, lo molestaba siempre que podía. Sé que ama cualquier cosa que tenga vainilla, tanto que incluso su champú favorito huele a vainilla, aunque de esto último ya estaba al tanto antes que él me lo dijera.

Ahora sé que disfruta viendo dramas hasta tarde en la noche aunque después se le haga cuesta arriba al día siguiente en el colegio. Sé que le gusta mucho la música, que disfruta mucho cantando y que le gustaría aprender a bailar mejor. Sé que siempre quiso aprender inglés pero nunca tuvo la oportunidad. Sé que quiere visitar Japón solo porque adora el Sushi. Sé que odia hablar de su altura y que el querría crecer un poco más aunque en el fondo duda que eso suceda. Sé cuál es su color favorito, su comida favorita, su drama favorito y él también aprendió todo sobre mí.

A medida que las semanas fueron pasando, comenzamos a actuar diferente el uno con el otro. Yo ya no tenía miedo de entrelazar nuestras manos aunque el aún se sonrojaba. Él comenzó a abrazarme cuando nos encontrábamos poniéndose de puntillas para colgarse de mi cuello mientras yo enlazaba mis brazos alrededor de su cintura, él escondía su cara en mi pecho  y yo mi nariz en su pelo, absorbiendo su dulce aroma y luego alzaría una de mis manos y acariciaría sus cabellos.

Nos sentábamos en el césped muy cerca el uno del otro, a veces posaba suavemente su cabeza en mi hombro y yo le pasaba un brazo por su cintura. Hablábamos durante horas, yo pillé la costumbre de llamarlo Joon, Joonie o Blanca Nieves, mientras que el, que también le gusto mi nombre inglés, comenzó a llamarme Kevin o simplemente hyung.

Un día, a principios de verano, no sé cómo tuve el valor suficiente, pero cuando nos encontramos decidí que no quería abrazarlo, en vez de eso me incline sobre él, tome sus brazos y le di un beso en la mejilla, haciendo que tomara un adorable tono rosado.

-Joonie…- Lo mire buscando sus ojos, el levanto la vista hacia mí y sonrió sincera pero tímidamente- Quiero… quiero que estemos juntos para siempre, quiero que seas mío…-

Sus labios se curvaron en la sonrisa más bonita que jamás haya visto, sus ojos brillaron y finalmente asintió.

 

Recuerdo el día que arrastre a Luhan y Sehun conmigo con una gran sonrisa autosuficiente en mi rostro. Llame a Chanyeol para que viniera con nosotros también y cuando llegamos a la colina le di un sentido abrazo para sorpresa de todos.

-Gracias amigo- dije sinceramente- nunca podré agradecértelo lo suficiente. Tú…  tú me has ayudado sin si quiera intentarlo, ¿sabes?-

Luhan me dio un toque en el hombro y me miró confundido.

-¿De qué hablas Yifan?- me preguntó.

Los miré a todos y sonreí una vez más.

-¿Veis el chico que está en sentado en el columpio?- todos asintieron y Chanyeol me miró sorprendido- Se llama Joonmyeon y es mi novio-

 

 

Nunca entendí que es lo que la gente veía en los columpios, me parecía ridículo hasta cierto punto. Pero entonces lo conocí a él y él me enseño que los columpios significan algo diferente para cada persona. Felicidad para aquellos que están tristes, fantasía para aquellos que se sienten estancados en la realidad, libertad para aquellos que se sienten enjaulados, compañía para los que se sienten solitarios.

Cuando lo conocí los dos éramos solitarios, yo no estaba solo pero era solitario, él en cambio estaba solo y era solitario. Cuando nos conocimos, ninguno de los dos volvió a sentirse solo, cuando llegamos a conocernos, la soledad que nos acechaba desapareció y cuando desapareció, el amor llamo a nuestra puerta y con el amor, el columpio significo algo diferente para nosotros. Significaba felicidad, significaba recuerdos juntos y por sobre todo significaba amor, mucho amor.

Aún nos gusta pasar tardes enteras sentados en nuestra colina, aunque ya no nos sentamos el uno al lado del otro, ahora Joonie se sienta en el césped entre mis piernas, apoyando su espalda en mí pecho y yo lo rodeo con mis brazos, otra veces él se sienta en el columpio y yo en el césped, pero siempre con nuestras manos enlazadas.

 

- Fin -

Notas finales:

Y? Que os ha parecido? Yo amé la historia desde el minuto 1! Tengo corazón de KrisHo shipper aunque se hayan divorciado (?) (malditos u.u) además no hay muchas historias sobre ellos PORQUE??????!!!!! Son una hermosa pareja casi tanto como el KaiSoo o el BaekYeol ><

En fin, lo que os quería contar es que la autora tiene una secuela (no vinculada) de esta historia que se titula “Everyone” y que si queréis con gusto pido permiso para traducirla también. Decírmelo en los comentarios, no seáis lectoras/es fantasma, por fa!!!  Comentar!!!!!

Nos vemos la próxima, no os olvidéis de comentar!

2EN3


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