KyuMin siempre observo que la gente cree que los niños cuando hacen algo no son más que cosas de niños, pero él por su parte no podía estar más en desacuerdo. Como monitor de una escuelita de verano en una pequeña ciudad dormitorio a las afueras de Busan, aprendió que a veces los niños pueden enseñar grandes lecciones o provocar situaciones que incomoden hasta el más maduro de los adultos y conmover con actitudes tan inocentes como humanas, que a veces no son debidamente apreciadas.
Aprendió también a atesorar esos momentos, adoraba estar rodeado de niños y disfrutaba el tiempo con ellos, ya que estos siempre lo sorprendían con algo nuevo.
Después de la primera semana en la escuelita, KyuMin ideo un juego para comprobar que todos los niños se sintieran integrados o por lo menos que los nuevos estuvieran motivados a integrarse y los antiguos a integrar.
La sala principal de la Ludoteca donde se hacia la escuelita de verano estallo en gritos de alegría y anticipación cuando se comunicó a los niños que irían al parque con KyuMin a jugar, ya que él era el hyung/oppa favorito de la mayoría.
Una vez en el parque, KyuMin los formo a todos en un gran círculo y repartió corazones de papel de todos los colores a cada niño, con el propósito de que se lo regalaran a otro niño, a quien ellos quisieran y cada corazón tenía esta frase escrita en él:
“Te regalo 10 minutos de mi tiempo”
Para sorpresa de KyuMin, el resultado fue mejor del esperado. Varias peleas que había habido a lo largo de la semana se solucionaron con ayuda del juego, surgieron nuevas amistades y también hubo algún que otro problema sin demasiada importancia, pero dos niños en especial llamaron su atención.
Yixing el niño chino que todos decían que era raro, no había dado su corazón ni había recibido uno y lucia bastante molesto por ello, a su lado un indeciso JongDae que si bien había recibido algunos corazones, para asombro de KyuMin, no los había aceptado, pero tampoco había entregado el suyo. KyuMin seguía con atención la escena, pero decidió no intervenir y esperar a ver en que acababa todo aquello.
Una vez repartidos los corazones y pasado un rato, los niños comenzaron a compartir su tiempo indiscriminadamente. Las risas llenaban el aire, unos jugando en los columpios, otros jugaban al pilla-pilla, a mamas y a papas, también algunos de los mayores armaron un grupo y se pusieron a jugar básquet y KyuMin noto que a un lado de la pista donde estaban jugando básquet, estaba JongDae, él era el único niño que no estaba jugando, ¿Por qué? se preguntó KyuMin y decidió que la mejor forma de averiguarlo era acercarse y preguntar.
-Jongie, ¿no juegas?-JongDae lo miro y negó con la cabeza -¿No?, bueno es que ellos son mayores, ¿Por qué no vas con los otros niños?
-¡MinKyu -Hyung!- una exclamación interrumpió la conversación – ¡Este chico se llama Kevin, es chino igual que yo y es amigo mío!- decía Yixing mientras se acercaba rápidamente con un chico bastante alto siguiéndolo de cerca –Él es Kevin –presentó a su amigo una vez que llegó donde se encontraban MinKyu y JongDae
Ahora parecía que el humor de Yixing había cambiado bastante y se veía muy contento.
-Oh, bienvenido Kevin, ¿pero cuántos años tienes?- pregunto KyuMin un tanto preocupado.
-Tiene la misma edad que yo, solo que es muy alto- contesto Yixing.
-Ah, ya veo- dijo MinKyu sonriendo a todos.
-¿Hyung, le podrías dar un corazón?- repuso un ansioso Yixing –Yo ya le eh dado el mío-
Instintivamente MinKyu observo de reojo a JongDae quien tenía la mirada clavada en el suelo, se volvió a mirar a Kevin pero el parecía tener la mirada perdida en algo que había más allá, siguió su mirada y al parecer observaba detenidamente como otros niños jugaban en el arenero. MinKyu dudo un momento, tenía la sensación de que aquello no iba a acabar como Yixing quería pero finalmente le dio un corazón a Kevin y le explico cómo funcionaba el juego.
Una vez que Kevin tenía el corazón en la mano y entendió la dinámica del juego, se detuvo un momento a pensar. Yixing de pronto se dio cuenta de que su amigo lo estaba pensando demasiado, ¿qué tanto había que pensar?, se lo tenía que dar y ya. Pero Kevin había tomado una decisión diferente y para sorpresa de todos y sobretodo de Yixing, Kevin se acercó a grandes zancadas al arenero donde estaban los niños que había estado observando y no solo obsequio su corazón si no que entrego también el que Yixing le había dado, a JoonMyeon.
¿Amistad a primera vista?, pensó MinKyu ya que un rato después, JoonMyeon y Kevin hablaban y jugaban como si se hubieran conocido de toda la vida. Sin embargo Yixing se había enojado, no era eso lo que él había planeado y se sentía frustrado.
Yixing se sentía molesto porque nadie le había dado un corazón, se enfadó con todos sus compañeritos y decidió marcharse a casa, ya que según él nadie lo quería allí. Sin embargo Yixing no había notado que una personita le había estado siguiendo los pasos toda la tarde, intentando hablar con él, consolándolo e incluso apoyándolo cuando estaban jugando a basquetbol, pero MinKyu si se había dado cuenta y lo detuvo cuando vio que no desistía de su propósito.
-Jongie, no puedes salir- MinKyu detuvo al niño tomándolo del brazo.
-Pero quiero acompañar a Yixing-hyung…- JongDae hizo un puchero.
-Lo sé, pero Yixing es mayor y por eso él puede salir, pero a ti debe acompañarte alguien mayor-
JongDae agacho la cabeza y dudo un momento.
-Mmm… ¿MinKyu-hyung me puedes acompañar?- pregunto finalmente, con esperanza en su rostro.
MinKyu sonrió, no podría negarse, ¿cómo podría?, sentía debilidad por niños tan dulces como JongDae.
-De acuerdo, pero me vas a tener que esperar un momentito a que llame a otro monitor para que se quede de mientras con tus compañeritos-
JongDae sonrió complacido y asintió enérgicamente.
Una vez estuvo todo solucionado MinKyu tomo a JongDae de la mano y se dirigieron a casa de Yixing.
-Hoy vi que no entregaste tu corazón a nadie Jongie, ¿puedo saber porque?-
-Mm-mm - contesto JongDae negando con la cabeza.
-De acuerdo, no hay problema, ¿pero piensas dárselo a alguien?-
JongDae dudo un momento, pero finalmente contesto.
-Mmm sip-
-Ah, entonces está bien- Sonrió MinKyu
La casa de Yixing estaba cerca asique llegaron en un momento. Llamaron a la puerta y al ratito abrió Yixing.
-Oh… Jongie, MinKyu-hyung, ¿Qué sucede?, no pienso volver…-
-Tranquilo- contesto MinKyu sintiendo como la manita de JongDae comenzaba a temblar en la suya- Solo hemos venido porque Jongie quería saber cómo estabas y como no puede venir solo porque aún es peque, yo lo acompañe-
-Ah, pues estoy b…-
-¿Por qué dices que no vas a volver?- interrumpió JongDae con voz temblorosa.
-Pues porque no, no tengo amigos allí- respondió Yixing encogiéndose de hombros.
-Pero hyung, yo… yo pensaba que éramos amigos, yo pensaba que era tu amigo…-
-Más o menos- respondió Yixing sin darle demasiada importancia al asunto- tu eres pequeño aun Jongie, tú tienes tus amigos pero yo no, yo no tengo amigos, ¡nadie quiere ser mi amigo!- exclamo enojado otra vez Yixing –Me tengo que ir…-
Yixing cerró la puerta y volvió dentro dejando a un pequeño JongDae al borde de las lágrimas. MinKyu que se había limitado a observar decidió que debía buscar una solución para aquello. De repente JongDae se suelta de su mano y sale corriendo tirando al suelo un bollito de papel.
-¡Jongie, espera!- grito MinKyu, se agacho para recoger el bollito y salió corriendo detrás de JongDae, aunque se relajó un poco al ver que se dirigía a su casa, aminoro el paso y mientras caminaba a casa de JongDae decidió inspeccionar el bollito de papel.
Para su sorpresa era el corazón de JongDae y MinKyu sintió que se le partía el corazón al leer lo que JongDae había escrito con su puño y letra.
“Te regalo 10 minutos de mi tiempo mil años”
MinKyu finalmente llego a la casa para encontrarse con un JongDae sentado en la orilla de la acera, escondiendo su cabecita entre las piernas.
-Jongie, ¿estás bien?- MinKyu se agacho y acaricio suavemente la espalda del niño.
JongDae con un sollozo se abalanzo a los brazos de MinKyu llorando a moco tendido. El llanto de JongDae era tan sentido que incluso a MinKyu se le hizo un nudo en la garganta, le impresiono que algo así pudiera ser tan importante para un niño.
MinKyu se dedicó a confortarlo, hasta que este se calmó y dejo de llorar, ahora solo se escuchaban unos suaves hipidos.
-¿Estas mejor?- pregunto MinKyu secando las mejillas húmedas de JongDae.
-Ss-si- contesto JongDae con un hipido de por medio.
-Ok, será mejor que entres a casa, ¿sí?, tú no te preocupes, ya nos veremos mañana, ¿ok?- MinKyu sonrió y levanto el dedo pulgar enfrente de JongDae de forma cómica.
JongDae sonrió un poquito y asintió.
Cuando JongDae entro a su casa, MinKyu tomo una decisión, se dirigió a casa de Yixing, aliso el corazón de JongDae lo más que pudo, lo deslizo por debajo de la puerta y volvió al parquecito.
MinKyu nunca supo que sucedió luego, pero a juzgar por cómo se llevaron JongDae y Yixing desde entonces, juraría que su plan surtió efecto. Yixing y JongDae se volvieron inseparables.
Yixing entendió varias cosas cuando su madre le entrego lo que había encontrado en la puerta y que el reconoció como el corazón de JongDae. Entendió lo injusto que había sido con el pequeño y la pureza de los sentimientos de este, reconoció que siempre estuvo cuando lo necesito y que el también apreciaba su presencia y lo mucho que lo echaba en falta cuando no estaba, ahora estaba feliz y agradecido, pero también quería pedir disculpas.
Esa tarde Yixing corrió, corrió lo más rápido que sus piernas podían correr y cuando se encontró con JongDae lo abrazo y le pidió perdón.
Esa tarde JongDae y Yixing jugaron juntos, miraron tele juntos, cenaron juntos y hasta incluso Yixing se quedó a dormir en casa de JongDae.
Y esa noche Yixing prometió que estarían juntos por más de mil años antes de quedarse dormido abrazando a JongDae.
-Fin-