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Doble Shinichi por MimichanyCanina

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Notas del fanfic:

Tanto los personajes de Detective Conan, como los de Magic Kaito son de absoluta propiedad de Gosho Aoyama, yo solo los uso para escribir cosas sin sentido que nacen de la nada XD

Muajajaja, aqui mimi nuevamente con estos dos que me traen vuelta loca Dx, esta vez con una historia larga, la cual me ha mantenido varias noches en vela hasta que finalmente la pase a word (estupida inspiracion que llega cuando uno quiere dormir >:c)

Notas del capitulo:

En fin espero les guste y tengan mucha imaginacion para comprender y aceptar las incoherencias que aqui escribo. Esta es una esecie de prologo(?) por lo que obviamente no dice nada XD

Sin nada mas que agregar, enjoy it ^u^

Capítulo I

 

- Nee Shin-chan~ - canturreó el moreno de pelo alborotado - ¿sabes qué acontecimiento sucederá dentro de tres días? - preguntó con tono juguetón acomodándose a un lado del detective en el sillón de la biblioteca.

- April fools’ - contestó despegando sus ojos de la recién estrenada novela de Kudou Yuusaku, su padre - supongo que Kid montara algún extravagante show pero no robara nada, fastidiando a la policía - prosiguió indiferente - como lo haces todos los años Kaito - estiró los brazos ya que llevaba bastante tiempo leyendo en la misma posición.

- Buu, respuesta equivocada - negó mirando con mala cara al ojiazul - es nuestro a-ni-ver-sa-rio - deletreó molesto.

- ¿De qué? - cuestionó ladeando su cabeza.

- Que cruel es Meitantei-san, mira que olvidar una fecha tan importante - refunfuñó cortando el contacto visual, haciendo reír a Kudou.

Contempló al enfurruñado mago con ternura, teniendo absoluta consciencia del suceso al que este se refería, y el cual Shinichi fingía desconocer, le encantaba verlo como un pequeño cachorro deprimido.

- Que rápido pasa el tiempo - murmuró lo suficientemente alto para que Kuroba lo oyera - se cumplirán dos años ya - Kaito se giró en un parpadeo.

- Shinichi, tú...

- Idiota, cómo podría olvidar el día que me pediste salir dos veces además - se abrazó al ojivioleta, ocultando su expresión avergonzada en el pecho de este.

- Quería asegurarme que mi Shin-chan salía con Kuroba Kaito y Meitantei-san salía con Kaito Kid - afirmó envolviendo sus brazos en la espalda del otro - pero sí lo sabías no debiste hacerte el desatendido - le regañó acariciando el cabello del chico.

- Me gusta verte amurrado - confesó aflojando su agarre sólo lo suficiente para que sus rostros quedasen relativamente cerca.

- Tsk, a veces me pregunto quién es realmente la mente criminal entre nosotros - espetó para desaparecer la distancia entre sus bocas, compartiendo y saboreando la dulzura del otro que ya conocían tan bien - pero olvidas otro hecho ocurrido ese mismo día aunque dos años antes.

- ¿Hace cuatro? Eso fue...- quedó pensativo unos instantes, hasta que finalmente dio con la respuesta - nuestro primer encuentro - afirmó victorioso.

- Con ese enfrentamiento nuestros destinos fueron sellados - acarició suave y tiernamente el rostro del castaño - siempre decías que me capturarías, pero nunca creí que me encadenarías de esta forma.

- Aun planeó meterte tras las rejas señor ladrón - lo empujó y se colocó sobre el cuerpo de Kaito.

- ¿No te sentirás sólo? - Shinichi negó recostándose encima del moreno.

- Prometo visitarte todos los días - declaró mirando con suficiencia al mago.

- Que novio más considerado - lo sujetó del mentón, listo para acortar una vez más la separación de sus bocas.

- Lamento interrumpirlos muchachos - dijo abriendo la puerta un hombre bajo y regordete que respondía al nombre de Agasa Hiroshi - tienes una llamada importante - avisó tosiendo forzosamente.

- Aga-chan, podrías haber recibido tú el mensaje - se quejó Kaito cuando Kudou se levantó.

- Es Ran-kun - apenas la nombró, el ojiazul dejó la habitación a gran velocidad.

- ¿Por qué Mouri-chan es siempre tan importuna? - reprochaba también colocándose de pie - y Shin-chan podría haberla llamado más tarde - se rascaba la nuca saliendo del cuarto seguido por el anciano.

- Sabes que es capaz de tomar un avión en el acto sí no le responde - acotó Agasa.

- Supongo que lo haría sólo para golpearlo y de paso a mí también - ambos contemplaron al chico que hablaba con una cálida sonrisa.

- Sí, está aquí - miro de reojo a Kuroba antes de alejar el auricular de su oreja - Kaito, Ran quiere decir hola - tomó el objeto entre sus manos.

- ¿Qué tal Mouri-chan? Me da gusto que hayas llamado para perturbar mi tiempo con Shin-chan - oyó la suave risa al otro lado de la línea.

- 'También me alegra hablar contigo' - respondió divertida.

- ¿Y qué quieres? - preguntó fastidiado.

- 'No te enojes Kuroba-kun, sabes que no puedo llamarlos en otro momento por la diferencia horaria' - explicó aun riendo - 'sólo quería saber cómo les estaba yendo a ustedes dos' - cambio a un tono más maternal.

- Estamos igual de acaramelados que siempre.

- 'Me lo esperaba, Shinichi se oía bastante feliz también' - Kaito sonrió igual que el otro - 'cuídalo, a ese idiota le gusta meterse en problemas'.

- Tu solo disfruta de tu luna de miel, yo me encargo de tu "hermanito" - le aseguró con plena confianza.

- 'Te lo encargo'.

- Adiós.

- 'Hablamos mañana' - y cortó.

- Tch y eso que le dije que no se preocupara - se quejó colocando el teléfono en su lugar.

- Ran es así - intentó calmar a Kuroba, pero al ver su relajada expresión, supo que no era necesario.

- Es hora de irme - anunció dirigiéndose a la puerta.

- Creí que comerías con nosotros - le reclamó Shinichi tras él - no me digas que te enojaste por la llamada de-

- Debo preparar todo para nuestro día - dijo encarando al castaño.

- ¿Me darás libre hasta el primero? Al fin podré descansar - Kaito frunció el ceño - estoy jugando idiota - golpeó con su índice entre las cejas del mago.

- Mañana vendré a dejarte personalmente la invitación - declaró tomando su mano para luego depositar un pequeño beso en ella.

- Lo estaré esperando con ansias - ambos se miraron y sonrieron con complicidad.

Kaito lo atrajo, sujetándolo por la cintura y Shinichi rodeó su cuello con sus brazos para también apegarse a él. Sus labios no tardaron en encontrarse, sellando con delicadeza y a la vez pasión, aquella promesa del mutuo amor que tanto los adormecía.

 

~(^w^)~

 

Después de una larga y agobiante jornada en la universidad, además de un caso sencillo tras esta, nuestro detective llegó agotado a su mansión, dejándose caer con pesadez en algún sofá de la casa.

A los minutos después, recibió un mensaje de Kaito, informándole que llegaría un poco antes de la cena. Su celular timbro una vez más, siendo ahora una llamada del profesor, quién le pidió que lo fuera a ver en cuanto pudiera. Así que prácticamente a rastras se dirigió al hogar de su viejo amigo.

- Profesor, ya estoy aquí - anunció entrando en la propiedad como si fuera la propia.

- Espérame en el laboratorio, voy enseguida - le gritó desde quién sabe qué cuarto.

Kudou sin dudar, obedeció al científico. Al ingresar, el lugar era un completo desastre, papeles y trozos de vidrios esparcidos por todos lados, seguramente a causa de alguna explosión por un invento fallido.

- "¿Humo?" - chequeó la estancia al percibir aquel inconfundible olor.

En una esquina de la habitación, se hallaba una máquina que lucía bastante compleja y extraña. Shinichi con su curiosidad a flor de piel, se acercó a ella ya que no la había visto nunca en sus anteriores visitas.

- ¿Qué rayos es esto? - tenía un tablero numérico a un costado, y como no pudo detener su impulso, presionó un botón.

Nada ocurrió por lo que perdió rápidamente el interés al creer que era otra creación fallida del gordinflón. Pero no fue así. Apenas se dio media vuelta, esta comenzó a sonar estrepitosamente, advirtiéndole al joven de que algo malo podría ocurrir, mas no tuvo el tiempo suficiente para tomar una distancia segura de la máquina, dándole alcance la mini explosión que se produjo y dejándolo inconsciente en el acto al golpearse con algún objeto.

 

~(^w^)~

 

Kuroba luego de depositar la carta anunciando su siguiente atraco, se quitó los guantes blancos y guio sus pasos al hogar de su amado detective.

Cruzó el umbral al descubrir que estaba abierto y que nadie había salido, pese a haber estado llamando a la puerta hace bastante rato ya. Observó su alrededor atentamente, deseando no encontrarse con el indicio de algo desagradable.

- Shinichi debe estar en casa de Aga-chan - afirmó luego de no ver nada fuera de lo normal - el ladrón que intentara entrar a la casa de un detective sería un completo estúpido, "aunque yo no soy quién para hablar" - pensó con sarcasmo lo último.

- Sería más bien un acto suicida - corrigió una voz amenazadora, cuyo dueño se ocultaba de la vista del mago - tienes diez segundos para identificarte - sentenció, provocándole escalofríos a Kuroba por la intensa mirada que sentía sobre sí.

- "Esta voz me resulta encantadoramente familiar" - buscaba al sujeto, mientras trataba de recordar de dónde la conocía - ¿qué me harás si no accedo? ¿matarme? - cuestiono incrédulo - además es de mala educación preguntar por un nombre sin siquiera presentarse primero.

Escuchó la ligera risa del tipo, la que le seguía causando aquella sensación de dejavu. Sin embargo sus pensamientos fueron cortados al oír pisadas en dirección a su actual posición.

- Para tratarse de un individuo que invade propiedad privada, tienes el descaro de exigir y apelar a los buenos modales que tú claramente no posees - se mofó, mientras el ladrón se giraba para enfrentar a aquel tipo.

- Muéstrate - exigió fastidiado al no hallarlo.

- Estoy aquí idiota - se congeló unos instantes que parecieron eternidad, antes de bajar la mirada con pavor y encontrarse finalmente con el dueño de la voz, quien era un infante de apenas unos siete u ocho años de edad.

- T-tu-tu e-eres...- estaba petrificado ante la conocida y nostálgica persona frente a sus ojos escépticos.

- Soy Edogawa Conan - dijo un poco confuso por la reacción del moreno.

El mayor retrocedió instintivamente, atónito y mudo de aquella imagen, de aquel ser que no veía hace poco menos de tres años. No podía creer lo que sus ojos violetas le enseñaban, no podía estar frente a ese chico que luchó durante tanto tiempo para volver a su forma original, pero como lo conocía tan bien, tampoco cabía el error y la confusión.

- Oye, ¿qué sucede contigo? ¿Se fundió tu diminuto cerebro? - preguntó burlesco.

- Shinichi - susurró, mas fue lo suficientemente alto para que el más bajo lo oyera, colocándose en guardia nuevamente.

- ¿Qué acabas de decir?

- Eres Tantei-kun...

Notas finales:

Que mala yo al cortarles el hilo en la mejor parte >:D

Espero que les haya, por ultimo, aliviado un poquitin el ocio y si llegaron hasta aqui, en verdad muchas gracias por darle una oportunidad.

Como estoy tan entusiasmada escribiendolo, no creo tardar "mucho" en acualizar, por lo que solo ruego paciencia c:

Y espero que deseen continuacion de esto o solo me quedare con las ganas de escribir TT.TT

bye bye ^w^


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