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Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

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Notas del fanfic:

Naruto ni ninguno de sus personajes me pertencen, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para mi entretenimiento.

Notas del capitulo:

Este es mi primer fic que subo en esta página, de hecho este fic lo estoy escribiendo en la página hermana de amor yaoi con el mismo nombre y distintos personajes, así que quise convertirlo en yaoi por que adoro el Sasunaru, espero que les guste y si no te agrada el Mpreg abstente a leer!!!

Uzumaki Naruto a sus veintiocho años había conseguido la grandeza en todo su esplendor, es uno de los mejores abogados en el reconocido bufete "Sabaku no & Uzumaki S.C" y por decirlo en resumidas palabras, es considerado el más temible de los donceles en el ámbito de las leyes como asesor e inigualable representante en la defensa de los intereses y derechos de aquellos que lo necesiten. Caso que asume, caso que indudablemente gana. Por ello es toda una pesadilla para los que tienen la osadía de cruzarse en su exitoso camino. No obstante, a sí mismo como brilla con luz propia en lo profesional, también cuenta con una vida llena de lujos y excentricidades. Tiene unos maravillosos padres, divorciados pero amorosos al fin y al cabo que le apoyan de manera incondicional en cada una de las decisiones que toma en su alocada vida. Su círculo de amigos son punto y aparte, tan atolondrados como él mismo, pero simplemente encantadores. No podía pedir más, gozaba de todo aquello que muchos y muchas quieren y hasta cierto punto envidian, "estabilidad". Sin embargo, no todo puede ser perfecto en su mundo de ensueño, su vida amorosa era lo contrario a todo lo demás, no tiene suerte en el amor, sus relaciones son un total caos, preguntándose cuál es la razón principal para que así mismo los hombres le llegan como moscas, terminen por marcharse de su lado, quizás su carácter extremadamente liberal, el sinnúmero de ambiciones que tiene a largo plazo o posiblemente es demasiado exigente para que un varón pueda seguirle el ritmo, sea cual sea la respuesta él no lo sabía.

Lo más cercano que conocía del "amor" era el sexo y aquello lo disfrutaba en cada encuentro que lograba concretar con algún apuesto hombre que considerara lo suficiente digno para profanar su santuario como así él nombraba a su cuerpo, pero por el resto, sus relaciones no duraban menos de 3 meses si solo se mencionaba la palabra "noviazgo", pero si pronunciaba la frase "amigos con derecho" la cuestión era totalmente diferente, podía durar años con aquel que solo pensaba en pasarla bien, por tanto, ahora se debatía si realmente deseaba continuar con relaciones de libre albedrío o seguir ilusionado en encontrar la verdadera felicidad y formar una familia...

En ese preciso instante como si el destino se empecinara en darle ideas descabelladas, se encontraba sentado en su fino sillón importado de cuero negro en una espaciosa sala al frente de una LED de 90 pulgadas, pasando los canales de cable con total aburrimiento, continuó sin cesar hasta que dio con un interesante programa que llenó con euforia su ser, subió el volumen y se acomodó lo mejor posible para leer el resplandeciente título "La llegada de un bebé cambia tu vida".

Escuchaba con toda su atención los testimonios de parejas, donceles y madres solteras de cómo su vida dio un giro de ciento ochenta grados al tener en brazos a un niño, una inocente criatura que dependía de ellos al cien por ciento, al que debían cuidar, proteger y sobretodo velar día a día. Los distintos desafíos que debían enfrentar cuando aquel pequeño empezaba a crecer en el interior de su vientre, cómo surgía ese instinto sobreprotector de defender con uñas y dientes a ese bebé como si de ello dependiera todo y lo sumamente increíble era presenciar los diferentes cambios que sufría el cuerpo de un doncel o mujer al tener tan hermoso ser desarrollándose.

Naruto sonreía embobado y con lágrimas en los ojos ante esa realidad que jamás se hubiese planteado: "un bebé". Tomó un cojín y lo colocó debajo de su holgada camisa, simulando una barriga de embarazo. Rio divertido, acariciando el almohadón, soñando por esa ilusión. Tenía todo para cumplir con el rol: es un doncel saludable, tiene un estatus más que favorecedor, a ese niño nunca le faltaría nada, lo tendría viviendo como un rey o una reina, le daría todo el amor del mundo, sería "madre" y "padre" por igual. Además, contaría con unos abuelos cariñosos que protegerían y cuidarían a su pequeño como hicieron con él y muchos planes que volaban en un santiamén, mientras formaba un plan de vida con un hijo. 

—¡Tendré un bebé! —corrió como niño pequeño a su habitación y se vio en el enorme espejo con marco de roble macizo de cuerpo completo, imaginándose con una enorme barriga en estado avanzado de embarazo. Decidido y con toda la fuerza de voluntad, tendría un niño. No sería un simple capricho, necesitaba una prioridad para sentar cabeza y qué más que convirtiéndose en "madre", estaba próximo a cumplir los treinta años y él ya necesitaba tener su propia familia, ya sea con un hombre cualquiera o producto de los avances científicos, había maneras y él ya pensó en una sin titubear.

—¡Inseminación artificial! —dio un grito de emoción más que satisfecho por ese paso que daría, solo le quedaba analizar a los futuros candidatos para ser el padre y él podía darse el lujo de escoger a quién pedirle su semilla. Sonrió malicioso, pensando en su amigo. Naruto sabía qué artimañas utilizar para chantajearlo, por algo era conocido "como el mejor abogado de la ciudad" y no dudaba en mover sus piezas. Tomó su iPhone y antes de buscar aquel nombre en su celular, empezó a sonar antes de tiempo, llamándolo prácticamente con el pensamiento.

—¡Qué sorpresa, Sasuke! Estaba a punto de llamarte —el doncel rio feliz, necesitaba contárselo a él, a ese chico que ha sido más que su amigo, su confidente, su compañero de juergas, su todo. ¡Qué mejor varón que el moreno! que le conocía más que nadie para pedirle semejante proposición.

—¡Vaya! Si no te llamo, tú no lo haces. ¡Ingrato Naruto! —su voz varonil como de costumbre, mostraba esa felicidad que solo él radiaba y era contagiosa. Hablaron y quedaron en verse en el restaurante favorito del moreno al mediodía. El rubio vistió con rapidez, necesitaba en demasía hablar con su salvador o hacer el esfuerzo de convencerlo. Se arregló con ropas sencillas, nada fuera de lo común, era un soleado fin de semana y no tenía el menester de salir a la esquina con saco y finura. Buscó sus llaves y fue a su punto de encuentro.

Miró a su alrededor y ahí sentado vio a su viejo amigo, a ese pelinegro atractivo de alta estatura y sonrisa llena de galantería, saludándole con emoción. Se acercó y lo abrazó con calidez, ambos se vieron y sonrieron. Sasuke le conocía muy bien, demasiado bien para su fortuna o desgracia, sabía con antelación que su rubio amigo quería contarle algo. Veía cómo el exuberante chico movía sus manos, ansioso por hablar y le dejó hacer.

—¡Hoy tuve una revelación! Jamás imaginé que un programa de televisión me haría ver la vida de otro color.

—¿Revelación? Ya quiero imaginar qué clase de locura vas a inventar ahora, Naruto —expresó el pelinegro.

—No es una locura, es la realización de todo doncel o mujer, y necesito de tu ayuda. Lo que pienso proponerte es tan sencillo como nacer y crecer, nada de lo que te tengas que alarmar.

—Realmente no comprendo, pero te escucho...

—¡Quiero tener un bebé! —el mutismo por parte del azabache era abrumador. Naruto no quitaba su encantadora sonrisa, observando con detalle la mirada sorpresiva de su interlocutor—. ¡Di algo Sasuke! no sé de qué te sorprendes, ya es hora de que ponga en orden mi vida y qué mejor forma que con un bebé a mi lado.

—¡¿Qué?! —el de cabellos oscuros no apartó su vista del chico que tenía al frente, lo veía tan seguro que no dudaba que ese extraño capricho de su amigo se hiciera una realidad.

—Me quiero embarazar, eso deseo, prácticamente estoy entrando en la tercera edad, estoy próximo a cumplir los treinta, lo que viene siendo la cúspide del abismo en todo campo para un doncel y quiero tener a un niño al quién cuidar. Mis relaciones no son de lo mejor y lo sabes, por eso tomé la decisión. Podré cuidar de él o ella, mis padres son el retrato mismo, me criaron siendo divorciados y soy un doncel feliz y del mismo modo haré con mi bebé, solo nosotros dos. Lo único que necesito de ti, es que me des de tu esperma para poderme inseminar.

—Estas bromeando, ¿cierto? —el pelinegro cuestionó anonadado, aún no podía salir del shock emocional con que el rubio le atacó.

Oír al blondo hablar decidido era abrumador, no solo para él, sino para cualquiera que escuchara semejante disparate. Naruto solo se comportaba como él realmente es, cuando están juntos o con sus seres más cercanos, dejaba la fachada de soberbio doncel de mundo con su elaborado léxico locuaz, dialogando con sinceridad y sin rastro de vergüenza, únicamente siendo él y ahora en ese instante lo hacía, dejando a un azabache en medio de una deriva de asombro.

—Tengo cara de que estoy bromeando Uchiha, por supuesto que no, es en serio lo que te estoy diciendo. Solo necesito que me des de tu semen y listo. No te tienes que hacer responsable de absolutamente nada, el bebé solo será mío, llevará mi apellido y por lo demás, me lo dejas a mí —Naruto expresó la euforia que sentía con su típica sonrisa zorruna, intimidando al moreno varón, sabía que aquella noticia era sorpresiva, conociendo los excesos de Sasuke con notoriedad.

—¿Por qué pensaste en mí? —cuestionó el Uchiha.

—Eres mi mejor amigo, te tengo toda la confianza, nos conocemos prácticamente desde que estamos en pañales, solo tú conoces cada uno de mis secretos y también debo añadir que eres atractivo. Tienes todo el derecho de oponerte. Además, tengo una lista bastante extensa de candidatos, así que no te creas el importante —Sasuke sonrió con orgullo, que su amigo pensara en él le hacía feliz de cierta forma. Naruto es demasiado especial, pero eso no quitaba que se asombrara de su sueño por "ser madre" no se imaginó que ese bello doncel naturalmente rubio, de ojos color azul zafiro, piel acanelada y cuerpo de infarto tuviera ese ideal.

—Por qué tienes esa sonrisita, ¿eh? que te quede claro que solo eres una opción y tampoco estoy del todo seguro que precisamente serás tú el indicado, eres un pintor renegado, pintor, a fin de cuentas, sumándole también que eres un completo amargado que vive en su mundo de fantasías y encima eres un tipo con altos indicios de sufrir de depresión. No quiero tener un hijo que herede esos problemas, pero creo que no tendré que preocuparme de antemano, en mi familia la mayoría de los hombres, mujeres y donceles llevan una salud física, psicológica y emocional de la mejor manera. Por tanto, sé que aquel gen predominará —el orgullo del azabache se fue a pique con la sinceridad mordaz del rubio, siempre tan honesto que no se quisiera imaginar si él no fuese su mejor amigo, posiblemente le estuviera masacrando con cada uno de sus comentarios atroces.

—También estuve pensando en Kankurō, es alto, guapo y con él no habría mucho dilema para convencerlo, luego están Kiba y Lee, ellos son unos completos pervertidos y sería mucho más sencillo, solo un par de palabritas bonitas y los tengo enganchados, siguiendo por el mismo camino, el más difícil y que definitivamente sería la opción correcta, Neji, cuerpo y cara de ensueño, inteligente, simpático, pero él seguramente querrá jugar a la casita con mamá, papá e hijo y si acepta, no sé cómo tomarlo, aunque viéndolo bien, no resulta ser mala idea —Naruto sabía cómo manipular al de ojos ónix. Sasuke tenía un enorme ego y pensar que él ya podía escoger a cualquier varón era un golpe bajo para su narcisismo.

—No sé cómo sentirme al respecto, ese pequeño también sería mi hijo, llevaría mi sangre...

—Comprendo lo que dices, pero analízalo de esta forma, Sasuke. No te estoy obligando a que lo hagas, si no quieres yo lo entenderé y estaremos igual que siempre, siendo amigos, los mejores amigos como toda la vida, si aceptas, llevaría algo tuyo en mi interior como símbolo de amistad, nuestro secreto y no habrá obligaciones de por medio, cuidaría del pequeño como el mejor regalo que me podrías dar y tú continuarás con el libertinaje de costumbre, teniendo mujer o doncel cada noche en el lugar o hora que te plazca, en cambio yo, quiero olvidarme de la vida tan desenfrenada que he llevado durante tanto tiempo, es momento para que tome prioridades. Estoy completamente seguro que un bebé es lo que quiero. Te confieso que siento envidia al ver a muchas mujeres y donceles con sus niños en brazos, siendo ellos sin importar el lujo y el dinero y yo lo tengo todo, pero ese calor de tener un pequeño al que le pueda dar todo mi cariño, me hace falta —Sasuke observa el rostro expresivo de su amigo y no pudo evitar conmoverse al ver tanta emoción de su parte.

—Está bien, lo haré por ti —sonrió sincero, ganándose un efusivo abrazo y beso en la mejilla de su rubio amigo.

—¡Ese es mi semental! Ahora solo tendrás que hacer lo tuyo y embarazarme. ¡Por Dios! ¡Eres el mejor Sasuke! —la propuesta había sido aceptada, solo quedaba embarcarse en ese caótico camino que cambiaría no solo la vida de Naruto, sino también la de Sasuke directa o indirectamente...

Notas finales:

Espero que les guste el fic, los comentarios, sugerencias y criticas son más que bienvenidos y nos estaremos leyendo prontamente!!!


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