Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

«Shh» por Gee Sully

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

One-Shot

No tiene nada que ver con estas fiestas, fue para un concurso de Halloween, pero ^^ si no lo subo temo perder el documento.

 

¡¡Espero que les guste!!

«Dan»

 

¿Qué podemos hacer por ti? Vemos que no has logrado absolutamente ningún cambio desde la última vez que estuvimos aquí. Verás, imaginamos sería algo parecido pero hasta el momento has rebasado todas nuestras expectativas.

 

¿Recuerdas que juraste a lágrimas muchas hacer algo al respecto? No fue aquel sentimiento de impotencia tuyo lo que nos hizo dar un «Sí» a tu petición, estábamos desolados, sumergidos en el olvido y toda aquella sangre que ofreciste regó el agrietado estado nuestro. Fue la sangre y no tus sacrificios lo que nos trajo de vuelta a tu lado. Estamos hambrientos y queremos tanta sangre como aquella vez.

 

—Es más que claro, obvio; Duck los fantasmas no mandan correos electrónicos.

 

— Por supuesto que no…

 

— Hablo en serio, Duck, estoy que me muero de nervios, no sé quién ha podido estar mandando ese tipo de mensajes pero, en definitiva, no es alguien que está en sus cabales.

 

— Creo que no tienes que preocuparte por nada, todos hemos recibido ese tipo de cadenas, no es nada del otro mundo.

 

— ¿Te parece una cadena?

 

¿Mayor tragedia al alcance de tu mano tendrías alguna vez? Preferiste susurrar por ayuda en vez de mencionar nuestro código. La última sangre que aceptaríamos sería la tuya, no basta con eso. No desesperes, aún hay tiempo y aún no estamos lo suficiente molestos; esperaremos detrás de ti  ¿Vale? En cuanto llegue el enfermero y se asome por la puerta, vomitaremos todos en su rostro y el resto será todo tuyo.

 

— Me parece que es demasiado tarde como para estar hablando contigo. — Finalizó intranquilo, el reloj de su computador avanzaba demasiado rápido, hacía apenas unos minutos había planeado su hora de dormir, tenía listo su portafolio para el trabajo y el reloj bajo su almohada. — Me voy, estoy muriendo de sueño.

 

— Yo también, estoy que me muero, pero de miedo. ¿Sabes lo horroroso que es leer esos mensajes? ¡No sé si hay algún demente rondando por aquí y tú dices que no me lo tome personal!

 

 

— Mira Dan, si te están amenazando o no, ese ya no es asunto mío, ¿No te parece? Tienes que dejar de marcarme cada que escuchas gatos en tu tejado, desde aquí nada puedo hacer por ti, Laredo no queda a la vuelta de la esquina, es más fácil que llames a la policía si notas algo extraño o bien, que dejes de “meterte eso” cuando sabes que estarás susceptible.

 

¿Creo que ahora sabes que estás en problemas, no? Bah! Imaginamos que algo así pasaría, los corderos siempre son así de predecibles. ¿De qué te sirve ahora rezar tanto cuándo has deshonrado a tu dios con tus silencios?

 

— Idiota. — Dan bufó insatisfecho y apuñando sus manos sobre el auricular, colgó la llamada completamente convencido. — Vamos, vamos, ese idiota no ha querido decir aquello — Tan dilatadas sus pupilas que era imposible no percibir los cambios que su cuerpo rebelaba. —

 

— ¿Te ha colgado el muy idiota, no? Yo te lo dije, engaña una vez a ese tipo de personas y será imposible que puedas conseguir algo de ellas. — En el marco de la puerta, dejaba ver una sonrisa apenas visible a través del pasamontañas — ¿Qué harás ahora?

 

— Voy a ir a buscarle. — Dan tomó las llaves de su mesita y se encaminó hasta la puerta.

 

— Claro idita, y yo te esperaré aquí paciente a que vuelvas con mi dinero ¿No?

 

— Por dios ¿Imaginas que huiré?

 

— Estoy seguro de que tratarás de hacerlo.

 

— No lo haré.

 

— Consigue dinero de otro más, el enfermero no pagará ni un céntimo por ti.

 

¡De nada! Por supuesto que de nada, los rezos no nos hacen daño ni las supuestas aguas venditas, estamos atados, nos sumergimos en ti, profundo, muy despacio y nos enterramos como anzuelos, si te mueves demasiado podríamos desgarrarte y ni aun así, podrías lograr que te dejemos ir.

 

— Yo ya te he pagado suficientemente bien mi libertad.

 

— Te saqué del «loquero», ¿No crees que eres un poco avaro? ¿Quién más habría arriesgado su pellejo por ti? Eres la mejor inversión de mi vida, así que atengo, voy a pedir cuanto yo quiera porque la libertad no tiene precio.

 

— Pero me he quedado sin nada y es muy difícil conseguir algo cuando no tengo documentos.

 

¡De nada! Por supuesto que de nada, los rezos no nos hacen daño ni las supuestas aguas venditas, estamos atados, nos sumergimos en ti, profundo, muy despacio y nos enterramos como anzuelos, si te mueves demasiado podríamos desgarrarte y ni aun así, podrías lograr que te dejemos ir.

 

— Ese no es problema mío.

 

— Con todo lo que te he dado, podría incluso haber planeado algo para que te mataran.

 

— Pero es porque eres un loco inútil que no lo pensaste antes.

 

— Idiota... — Dan levantó su dedo corazón y sin más tomó las llaves de su auto para salir del departamento en Busca de Duck, aquella noche tenía un extraño presentimiento; y fuera de todo lo imposible, había un extraño presentimiento. Juraba que aquella misma noche se libraría de aquellas amenazas por parte de Carl pero no estaba seguro de que forma podría conseguirlo. —

 

— Te he dicho que no irás a ningún lado.

 

— ¿Por qué no vas conmigo si tanto desconfías de mí?

 

— ¿Y conocer al enfermero? — Sonrió de medio lado— Vaya, hasta que dices algo inteligente.

 

…porque eres nuestro también. Mucho antes de que fueras consiente, ya te habíamos reclamado como nuestro, no tienes existencia alguna si no estamos acompañándote. La mayor de las delicias es esta verdad, eres nuestro y sólo para nuestro bien puedes moverte… arrástrate y danos esa sangre deliciosa que nos encanta.

 

«Duck»

 

— Sí, diga. — Preguntó con ojos cerrados, el móvil bajo su cama, era estridente a aquellas horas de la madrugada.  —

 

— Duck, soy yo, Dan. Ábreme. —

 

— ¿Dan? — Despegó el celular de su oído para observar la pantalla, tres de la mañana. — ¿En dónde estás?

 

— Te dije que estoy afuera de tu departamento, ábreme, tengo frío.

 

— ¿Qué te pasa Dan? ¡No puedes estar hablando en serio!

 

— Por favor, necesito tu ayuda.

 

— Más te vale que no estés en donde dices, no voy a tener contemplaciones para llamar a la policía.

 

¡Qué fascinante! Sentimos el poder en nuestras manos, podemos, todos nosotros unificarnos, ¿Dormirás después de esto? Es lo conveniente, aquella última vez que estuviste consiente terminamos siendo atrapados.

 

«Popy»

 

— No me trates de aquella forma tan ruda, me lastimas — Duck abrió los ojos con terror, hacía frío, demasiado y él no se había atrevido a mover ni un centímetro, no era como en los cuentos de niños, tenía el presentimiento que con o sin sabanas cubriéndole, algo andaría bastante mal ya… cerró los ojos y escuchó el rascar de la madera, el tambor de su cama, podía sentir incluso como el colchón empezaba a ser rasgado.

 

— ¿Estás debajo de mi cama, Dan? —

 

— Dan no está aquí, soy Popy. Mucho gusto enfermero…, un enfermero inteligente, si tengo que confesar, efectivamente, estoy aquí abajito, junto a tus pantuflas y al gato panzón.

 

— Popy… a ti no te conocía. — Susurró empezando a levantarse del colchón y tomó su celular nuevamente empezando a escribir un mensaje.

 

— No te lo recomiendo enfermero… tú haces alguna tontería y nosotros nos encargaremos de que sea lo último que hagas.

 

— Ha qué has venido…

 

— Todos tenemos sed y el mojigato de Dan últimamente se ha vuelto un perezoso… por eso pensamos en castigarle, buscaremos nosotros mismos a nuestra presa, ya verás cuando despierte… ok, no lo verás, no volverás a ver nada de nada, pero ten seguro que le gustará mucho, el sabor de tu sangre… enfermero.

 

 

¿Qué podemos hacer por ti? Vemos que no has logrado absolutamente ningún cambio desde la última vez que estuvimos aquí. Verás, imaginamos sería algo parecido pero hasta el momento has rebasado todas nuestras expectativas.

 

 

▲Gerard Sully►
▼Le Blanc ◄

 

:3 Visitanos

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).