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My special Christmas por BombayLove

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Notas del fanfic:

Este oneshot es una continuación del fic Tainted Love.

Si bien no es estrictamente necesario leerlo antes de este, lo comento a modo de quién no quiere la cosa (?

Inhaló el aire invernal antes de abrigarse lo más que pudo con una bufanda hecha especialmente para él. Olió su aroma. Aunque ya había perdido su perfume, se sentía la escencia del amor que habían puesto para su armado.

Sonrió dentro de aquel abrigo y empezó a caminar los pocos pasos que lo separaban de la parada del taxi. Allí esperó unos momentos, con el cuerpo apoyado sobre una columna. Miró el cielo. Poco a poco, la nieve estaba comenzando a caer.

Ya no llovía como siempre solía suceder cada vez que se encontraban. Esta vez, nevaba.

Quiso creer que era por la fecha que se estaba acercando. Que no lloviera, que no hubiera ningún sonido más fuerte que el débil tintineo de las campanas y las risas de los amantes que caminaban tomados de la mano, significaba algo. Estaba seguro de eso.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por las incandescentes luces de un taxi, el cual se detuvo frente a él. Abordó el mismo y le dio una dirección sumamente familiar para su persona. Camino hasta aquel lugar, hizo una parada al ver algo que llamó su atención.

Jamás había pensado que volvería allí. Bajó el único bolso que tenía y, con la llave que le había dado, abrió la puerta principal. Dejó que el ascensor lo llevara al piso deseado y se encaminó con pasos lentos al departamento. Podía oír con claridad los fuertes latidos de su corazón. El trayecto desde el ascensor hasta la puerta del departamento pareció eterno.

Suspiró y golpeó la puerta suavemente. Dentro podía oírse un débil sonido. Había alguien, pero al parecer no lo había oído. Reparó en el timbre que, en el nerviosismo, había olvidado, por lo cual, lo hizo sonar para llamar la atención de la o las personas al otro lado de la puerta. Dentro del departamento, pasaron escasos segundos hasta que abrieron la puerta.

La cara de asombro del dueño del lugar le generó ternura, así que sonrió sinceramente.

- Regresé.

- ¿P... Por qué...? ¡¿Por qué no me dijiste que hoy salías?! - Exclamó el muchacho que había abierto la puerta, sin salir de su asombro.

- Quería sorprenderte, supongo - Respondió, hincándose de hombros -. ¿Me vas a dejar entrar? - Preguntó, husmeando el lugar por sobre los hombros del muchacho.

- Ah... Lo siento - Se disculpó el aludido, haciéndose a un lado para que el recién llegado entrara. Él lo siguió y se quedó contemplando su mirada devorando cada nuevo sector de la casa -. Quise hacerlo lo más acogedor y parecido a tu hogar, pero..., hice lo que pude - Recibió un lento asentamiento con la cabeza por respuesta. Sonrió. Rodeó su cuello con los hombros, abrazándolo por detrás -. Bienvenido a casa, Sousuke - Susurró, dándole un suave beso sobre su mejilla, haciéndolo agachar la cabeza. Pudo sentir el contacto de sus brazos sobre los suyos. Se dio cuenta que estaba ahogando el llanto al oír un suspiro exagerado de su parte.

- Gracias..., Jun...

- Te dije que te esperaría, no importaba el tiempo que te llevara recuperarte.

- Gracias - Repitió, antes de salir de aquel cálido abrazo, sosteniendo aún su bolso con ambas manos.

- ¿Quieres darte una ducha? Te compré algo de ropa que puedes encontrar en el armario.

Sousuke asintió con la cabeza y se dirigió al cuarto de baño, cruzando antes por el dormitorio. No estuvo mucho tiempo bajo el agua. Todo el tiempo que le fuera posible, quería pasarlo junto a Jun ahora que había vuelto, quería oír sus quejas, sus miedos, lo que a él le gustaba. Quería saberlo todo de él. Al ver su reflejo en el espejo, al ver sus propios ojos, los vio distintos a como los veía antes de todo lo sucedido. Podía ver un brillo destellante sobre ellos, podía ver vida en ellos. En eso se había convertido Jun para él, en su vida y su fuerza. Él era el empuje que necesitaba para seguir adelante.

Mientras se cambiaba en el dormitorio, mirando de a ratos a sus alrededores, tuvo miedo. Dubitativo, llegó al comedor, donde Jun servía la cena.

- ¿Sucede algo? - Le preguntó, al verlo pensativo.

- Quiero que nos mudemos.

- ¿Eh...? - Preguntó el menor, sonriendo.

- Sé lo que te ha costado todo esto, pero...

No podía decirlo, tenía miedo de sólo pensarlo. Quería correr los pocos metros que los separaban de él y abrazarlo, pero le daba terror. En cambio, Jun se acercó a él y lo miró fijamente.

- ¿Qué sucede, Sousuke?

- Tengo miedo de volver a hacerte daño - Susurró.

- Eso no va a suceder - Dijo Jun, sonriéndole tiernamente mientras acariciaba una de sus mejillas.

Por un momento, sintió que los roles se habían intercambiado. Que quien necesitaba ser amado contra viento y marea, quien ahora dependía del otro, era Sousuke. Y quien ahora era seguro de sí mismo, era Jun.

- ¿Por qué estás tan seguro?

- Porque cambiaste - Le dijo Jun, sentándose en su usual lugar en torno a la mesa -. Lo noto en tu mirada, en tus acciones. Lo vengo notando todo este tiempo que estuve contigo.

- Pero... allá tenía la seguridad de no hacerlo. Allá, si hubiera intentado atacarte, los médicos me habrían suministrado algún calmante, o en el peor de los casos, alguien del personal de seguridad me habría dejado insconciente, pero aquí, Jun, si intento atacarte, ¿quién me detendrá?

- Tú lo harás - Sousuke se lo quedó mirando. Su desesperación no le permitía procesar tan ambigua respuesta -. Sousuke... Si hoy estás aquí, no es del todo por mí. Sí, quizás yo haya sido una de las razones por las cuales quisiste curarte, pero, la otra, fue tu propia voluntad.  Nadie te obligaba a estar en aquel instituto mental, si querías, podías idear algún plan para fugarte, estoy seguro que un lugar como ese debe tener muchas rutas de escape, pero aún así, no lo hiciste. Permaneciste ahí, hasta hoy.

- Lo hice por ti. Porque tú me apoyaste. Porque tú me dijiste que me esperarías.

- Y lo hice, porque confíe en ti. Y es de esa misma forma en que debes empezar a confiar en ti mismo.

- Pero aún así...

Jun volvió a acercarse a él y lo abrazó.

- No volverá a suceder. No tengas miedo.

- No quiero estar aquí - Susurró, hundiéndose entre sus brazos.

- ¿Quieres que mañana vayamos por muebles nuevos? Incluso podemos cambiar las cosas de lugar si quieres. Sousuke..., esta también es tu casa. Nunca lo olvides - Jun buscó su rostro para poder mirarlo a los ojos, pero lo que encontró en cambio fue el sonido del estómago de Sousuke advirtiéndole que tenía hambre, por lo cual, sonrió -. Vamos a cenar.

Aunque Jun intentaba llamar la atención del mayor, Sousuke no podía dejar de pensar lo peor de sí mismo, no podía dejar de temerse a él mismo. Lentamente, ayudó a Jun a levantar los platos y llevarlos hasta el fregadero.

- ¿Puedo ir a recostarme?

- Claro - Le respondió Jun -. Termino con esto, y voy. Descansa.

Sousuke respondió asintiendo con la cabeza y se dirigió al dormitorio. Cambiándose tan sólo de remera, se acostó en su lugar, pero cuando advirtió que al cerrar los ojos, miles de horribles recuerdos empezaron a acosarlo, se giró sobre sí mismo para ocupar el lugar de Jun.

- No me dejes - Musitó entre sueños hasta sentir un cálido contacto sobre una de sus manos, por lo cual, despertó. Sintió cómo una de las lágrimas fugaces que salieron de sus ojos, era secada por Jun, quien había tomado su mano.

- Nunca voy a dejarte - Le susurró, sentado de cuclillas en el suelo.

- Perdón por... ocupar tu lugar - Dijo Sousuke, volviendo a girar sobre su propio cuerpo, en el instante en que Jun se incorporaba y rodeaba la cama para encontrarse ambos en la otra punta de la misma.

- Puedes quedarte ahí. Yo ya he ocupado tu lugar sin darme cuenta.

- ¿Eh?

- Siempre me acostaba de mi lado, pero, cuando amanecía, siempre estaba ocupando el tuyo, abrazando la almohada. Creo que fue... la necesidad de tenerte a mi lado - Se sinceró, sintiendo sus mejillas rojas y rascándose una de ellas.

Se quedaron unos momentos en silencio. Sousuke estaba con el cuerpo atravesando la cama, inmóvil, contemplando a Jun, quien aunque parecía que había cambiado por completo, en realidad, era ese mismo muchacho de secundaria de quien él se había enamorado completamente, por primera vez. Lo sujetó de la mano y lo hizo acostarse a su lado. Se quedaron un buen tiempo mirándose, recordando su piel con sus manos, con sus labios, sonriendo al sentir ambos eso que hacía mucho tiempo habían dejado de sentir.

- Jun...

- ¿Mh?

- Te amo.

- Yo también te amo, Sousuke.

Lentamente, sin que Jun se percatara, en medio de un dulce beso, Sousuke metió la mano en el bolsillo de su pantalón y sacó un pequeño estuche, que terminó quedando en medio de ambos.

- Feliz Navidad - Le dijo, abriendo luego el pequeño estuche frente a la atónita mirada de Jun.

Eran un par de alianzas de oro con una imperceptible franja de oro blanco en el medio. Sousuke sacó el correspondiente a Jun. Dentro del anillo podía leerse la inscripción: "Juntos para siempre." El mayor sostuvo la mano izquierda del muchacho y puso el anillo con delicadeza, basando luego su dorso. Jun hizo lo mismo con él, aunque con algo de torpeza a causa del nerviosismo.

- El mejor regalo de Navidad que pude haber tenido... eres tú, Sousuke - Le dijo, dejando que su cuerpo sea estrechado entre sus brazos.

- Desde que me di cuenta que si te perdía yo sería el único culpable de eso, rogué curarme lo más rápido posible para volver aquí. Para mí, no hay mejor lugar en el mundo para descansar que sintiendo tu cálido cuerpo a mi lado, Jun. Gracias, por no soltar mi mano todo este tiempo, mi amor.

Jun se incorporó para mirarlo. Sousuke acarició sus facciones, sostuvo su rostro con ambas manos y lo besó con ternura.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado el oneshot ^____^

Nos vemos en alguna próxima actualización

¡Gracias por leer! ^3^ *chu~ ♥*


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