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Primer capricho por estheyaoista

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Notas del fanfic:

Hola, aquí dejo una de mis locuras, espero que les guste.

 

Notas del capitulo:

Bueno, sin mas y esperando que les guste, les dejo este fic.

Dando tumbos entre los objetos que se encontraban a sus lados, dos amantes se encaminaban a su lecho de amor, el cual compartía secretos que nadie más que ellos podrían saber. El juego de labios no tenía final, parecía que se devoraban entre ellos y las caricias dejaban un camino ardiente en la piel del contrario.

Encontraron la manija de la puerta, como pudo y sin detener el beso, el dominante extendió su mano desocupada hacia la perilla y la abrió dejando ver la habitación obscura a espaldas del dominado, quien era excitantemente acariciado por el otro.

Chocaron con algunos objetos, hicieron bulla con otros, se rieron de su torpeza y su afán por seguir como estaban hasta llegar al lugar en donde iban a demostrar el fogoso amor que se profesaban, no solo en el acto sexual, sino también en esas dulces palabras llenas de verdad absoluta que siempre antes, durante y después del acto se repetían sin cansarse.

-Te amo.

-C-cállate.

Una sonrisa traviesa apareció en los rojizos labios del dominante, ver a su dominado sonrojado hasta no poder, con sus labios hinchados y sus ojos llorosos de placer le provocaban la mayor satisfacción sentida, estaba orgulloso de ser el único que pudiera ver esa expresión.

Introdujo su mano bajo la camisa celeste de botones que se encontraba ocupando en ese momento su adorado tormento y acaricio el vientre con delicadeza, apenas asentando sobre su piel las yemas de sus dedos fríos.

El contacto tan repentino hizo que el dominado se erizara sin reparos y liberara un pequeño gemido de sus labios, el que hizo que su dominante le sonriera con más satisfacción.

-¿Y lo negabas?

Hace unos pocos minutos, entre esos dos amantes había nacido una pequeña polémica, en la que ambos se contradecían sin dar vuelta atrás. El mayor de nombre Usami Akihiko había asegurado a su dulce tormento, Takahashi Misaki, que con tan solo tocar un poco de su piel, así sea en una de sus mejillas, el pequeño se sonrojaba sin dejar un momento a tan siquiera dudar del roce.

El menor al sentirse avergonzado por lo que había dicho, y tras haber quedado como un lujurioso, negó todo con creces alegando que era una vil mentira del mayor para hacerlo avergonzar.

Las palabras no llegaron a nada y decidiendo que mejor era actuar, el mayor comenzó con sus besos dulces por todo el rostro de su tormento.

Misaki, buscaba de alguna forma evitar esconder esa sensación gratificante que le daba el tener los labios del mayor en su piel, pero fue poca su convicción que termino cediéndole paso en su boca a su lengua traviesa. Un roce llevo a una caricia y una caricia al acto terminal.

Ahora se encontraban así: ambos desnudos, con sus cuerpos calientes y sudorosos, excitados hasta no poder hablar y esperando el momento de la unión completa de sus cuerpos.

El mayor llevo uno de sus dedos a la entrada del menor y comenzó a acariciar ese punto rosado que tanto conocía, que muchas veces lo había recibido gustoso dentro del otro. Introdujo su dedo mientras veía la expresión que ponía el menor en su rostro.

Suaves y saladas lágrimas recorrían las mejillas del menor, eran lágrimas de la mezcla entre el dolor, la pasión y la desesperación que sentía en ese momento. Abrió sus ojos acuosos y pudo ver a su amor sonriéndole con dulzura mientras limpiaba con sus dedos las lágrimas que brotaban de sus verdes ojos.

-E-estoy bien—Fue su respuesta en ese momento—Y-ya entra.

Su voz temblorosa fue la anunciante de su ya listo cuerpo, y como si fuera su prioridad principal, el joven escritor se adentró en la cavidad de su castaño amado dejando tras de él un gemido de placer al sentirlo profanando su cuerpo.

Espero unos minutos, aunque este acto lo llevaban haciendo desde algún tiempo, aún era un poco doloroso para el menor, y lastimarlo en el acto seria como un pecado para el gran escritor. Cuando sintió que las caderas del menor eran movidas a voluntad, empezó a moverse con cuidado.

-M-más Usagi-san, m-más rápido.

Esas palabras fueron la llave del baúl en donde se escondería por ese momento su cordura.

El frenesí con el que ahora se movía provocaba la excitación suprema del menor, no se había sentido así en semanas, las cuales fueron en las que el gran escritor Usami Akihiko se encontraba trabajando en su nuevo libro al que pronto se le acabaría el plazo.

Retener el deseo carnal era un dolor tremendo para ambos, pero habían prometido que no sucumbirían ante actos así en momento importantes, como lo era la entrega del manuscrito a su editora, Aikawa Eri.

Los besos se volvieron constantes y las caricias más profundas, el tiempo culminante había llegado, ambos se encontraban en la cúspide de la excitación extrema.

-U-Usagi-san.

-Mi Misaki.

El movimiento de los cuerpos junto con las sábanas blancas se volvía más errante mientras pasaban los minutos del infinito tiempo.

El sonido de la puerta al abrirse provocó que ambos amantes detuvieran sus movimientos, nuevamente habían sido interrumpidos, pero esta vez había sido peor.

No porque hubieran interrumpido el acto final, no porque se encontraban excitados hasta no poder hablar, sino por la persona que había interrumpido su momento.

En la puerta, siendo casi imperceptible su figura por la molesta luz de afuera, se encontraba, con una alta y elegante parada, Takahashi Takahiro, sus ojos eran inexpresivos y su rostro no dejaba ser leído por nadie en el mundo.

Tras esa gran muralla que era ahora el mayor de los hermanos Takahashi, aparecía como pidiendo disculpas, Aikawa Eri.

El frio que recorría sus venas era su sangre congelada por el miedo que los invadía, los ojos violetas de Usami se dilataron hasta el punto de parecer que se iban a salir de sus dos cuencas. Misaki por otra parte no se quedaba atrás, el pálido rostro del menor parecía el de un enfermo en sus últimos minutos de vida ¿Qué hacia su hermano en el departamento?

-Lo siento,  esperare afuera.

La tranquilidad con la que había hablado dejo a todos en la habitación confundidos, a excepción de  Misaki, quien sabía lo que significaba esa expresión en su rostro.

Aikawa salió cerrando la puerta y los dos amantes se quedaron callados en la habitación, mirándose en la obscuridad, como intentando saber en la mirada del otro lo que tendrían que afrontar y dándose ánimos mutuamente.

Se levantaron en silencio y tomando la ropa esparcida por todo el lugar, se comenzaron a vestir.

-Bueno, ha llegado el momento en que debemos de decirle la verdad a Takahiro, Misaki, en malas condiciones pero ha llegado el momento.

-Su rostro—susurró Misaki mientras se acomodaba la camisa de botones—No es buena señal.

Usami sintió el miedo en la voz de Misaki y se le acerco lentamente hasta tenerlo en frente suyo, le acaricio su cabello y le sonrió tiernamente, intentando de alguna forma, darle ánimos.

-Tranquilo, veras que todo va a salir bien.

-¿Y si intenta llevarme con él?

-No lo vas a permitir ¿verdad?

-¡Por supuesto que no!—Le gritó alterado—B-bueno, lo que quise decir es, bueno.

-Tranquilo, ya te dije, si tú no lo permites, tampoco lo permitiré yo. Además, eres mayor de edad, puedes decidir por ti mismo que es lo que quieres en tu vida.

Misaki bajó el rostro, aunque fuera mayor de edad, aún se creía incapaz de contradecir a su hermano, por el gran amor que le sentía y por el aprecio de haberlo sacado adelante solo, sin ayuda alguna.

Salieron de la habitación, pudieron ver desde la parte alta a Takahiro, quien tomaba un poco de café y se encontraba sentado en uno de los rojos sillones de la sala. Misaki sintió nervios, no porque le iba a decir de su relación con Usami, sino porque lo había visto de esa forma, una forma que jamás espero que el viera así supiera de su relación con el escritor.

-B-buenas tardes, Nii-chan—su voz sonaba quebrada, como si en algún momento se fuera a romper en un llanto indetenible.

-Takahiro—La voz de Usami sonaba seria, debía de comenzar una conversación que debieron haber tenido mucho antes, por eso debía de ser serio desde el comienzo.

Takahiro los miraba, alzo su taza de café y dio unos sorbos rápido para luego asentarla encima de la mesa de centro, acomodo un poco a Suzuki a su lado y se puso recto ante los otros dos que lo miraba.

Aikawa en silencio acomodaba lo que había ocupado para hacer el café y sentía que en eso ella no debía de estar presente. Como pudo tomó su bolso y solo la puerta al cerrarse fue lo que dejo tras irse.

-Nii-chan yo.

-No digas nada—La interrupción del mayor de los Takahashi había dejado nervioso a Misaki.

-Takahiro, sé que debes de estar molesto por cómo te enteraste de esto pero.

-Usami—Nuevamente había interrumpido y esta vez utilizando el apellido del escritor, lo que les dio a entender que iría serio desde el principio—Dime ¿Cuánto tiempo llevan así?

Misaki palideció, no es que su relación fuera de recién, llevaban ya algunos años con su romance ¿Cómo lo tomaría su hermano?

-Desde que nos conocimos—La seriedad que mostraba Usami también era admirable, Misaki solo permanecía callado en su lugar.

-¿Desde hace cuatro años?—la molestia en el tono de voz de Takahiro había sido tan notoria. Si, eran ya cuatro años en los que estaban juntos, incluso un poco más de cuatro años—No lo puedo creer, cuatro años y nunca tuvieron el valor de decírmelo ¿Por qué?

Misaki pudo ver en sus ojos la tristeza y decepción que albergaba el corazón de su hermano, sintió por un momento remordimiento, si en verdad decía que lo quería ¿Por qué entonces no le había dicho de su relación con su mejor amigo? Simple, tenía miedo a ganarse el odio de su hermano.

-O acaso el—Miró a Misaki intentando encontrar en su mirada asustada la respuesta que quería saber— ¿Él te obliga a hacer eso?

De inmediato y como si le hubieran exigido ponerse de pie, Misaki se levantó de su puesto y formo el rostro de seriedad que debía de haber tenido desde el inicio.

-¡Por supuesto que no! ¡Él no me obligó a hacer nada!

-¡Misaki!—Takahiro se había puesto de pie—No me mientas ¿Te obligó no es cierto?

-Takahiro.

-¡Tu guarda silencio!—se dirigió al escritor, quien se mantuvo callado tras el reclamo de su amigo—Has estado extorsionando el cuerpo de en ese entonces un menor de edad ¿Sabes cuántos años tienes?

-Nii-chan, él no me obligaba a nada, si lo que he hecho hasta ahora lo he hecho a mi voluntad. Yo lo amo.

Takahiro miro a su hermano, quien tenía sus ojos llorosos, sus mejillas sonrojadas y sus manos temblorosas. Miro a su mejor amigo, tal vez y desconfiaba en esa persona ¿Pero si su hermano lo defendía no debía de ser cierto? En ese momento recordó cuantas veces Misaki ocultaba la verdad para no lastimar a las personas que quería.

-No ¿Cómo sé que no me estas mintiendo para no lastimarme?

-¿Eh?

-Sabes que Usami es mi mejor amigo, y sabes que el enterarme de una cosa así podría hacerme discutir con él, por lo que te sentirías culpable, y tú siempre intentabas ser una persona que no diera molestias a nadie. Entonces ¿Cómo yo sé que el en verdad no te obligaba a hacer lo que haces?

-El—respondió rápidamente a su hermano—El me mostro que de vez en cuando ser un poco caprichoso era bueno, que nadie causa molestias a nadie cuando en verdad se quiere ayudar. Al principio si me negaba, pero era porque me avergonzaba de lo que me decía, no porque no quisiera en verdad tener algo con él, si él me quería besar, me avergonzaba y lo evitaba para que no me viera avergonzado, pero en verdad si quería. Él nunca me obligó a nada. Nii-chan, en verdad lo quiero y mucho. Por favor no me separes de él.

Takahiro se acercó a su hermano y le dio una bofetada. El sonido seco hizo eco en toda la sala, los ojos de Misaki derramaron más lágrimas de las que ya podía, nunca había recibido un golpe de su hermano, seria esa la primera vez que le hubiera golpeado, sentía dolor en su corazón.

Usami miraba sorprendido la acción de su amigo, había escuchado de Misaki que nunca se habían lastimado físicamente ninguno de los dos, esta vez era algo más que serio.

-¿Cómo puedes defender a una persona así? Aunque él no te haya obligado, hasta antes de conocerlo tú estabas interesado en las chicas, incluso me hablaste de una chica de tu preparatoria que te gustaba, lo que significa que él te cambio a cómo eres ahora. No tengo más razones para llevarte conmigo, esta es más que suficiente. Te vienes a vivir conmigo y mi familia, y no acepto peros de por medio.

Lo tomó del brazo y lo levanto, por la sorpresa y la fuerza había caído de sentón en el suelo. Misaki derramaba más lágrimas y el sollozo era más fuerte conforme daba los pasos hacia la puerta, donde se iba a terminar esa felicidad que había tenido por años.

Escucho la puerta ser abierta y regresó a ver a Usami, quien se mantenía de pie con el rostro bañado en lágrimas y esa expresión que el mismo Misaki juró nunca más volvería a hacerle poner en su vida juntos.

Y recordó ese primer momento, el primer momento en que tuvieron su encuentro para las clases personales, lo que había ocurrido en ese momento y todo lo que le seguía lleno de felicidad y sonrisas, amor y ternura. No había persona que lo comprendiera más de lo que lo comprendía el escritor.

Recordó la primera y única vez que vio un semblante tan abatido en el rostro del escritor, fue en aquella pelea que había tenido al cumplir veinte años Misaki. Había llegado tarde tras celebrar con sus amigos, Usami lo esperaba con la cena  que había hecho junto a las indicaciones de Aikawa. Tras recibir reclamos del mayor, Misaki se molestó tanto que le gritó muchas cosas que no sentía en lo absoluto.

“Eres una molestia, no sabes nada más que hacer que escribir, fumar, beber y tener sexo conmigo ¿Y ahora te intentas meter en mi vida? Odio esa forma de ser de ti, no, odio todo de ti, como quisiera  nunca haberte conocido”

Fue en ese momento que reaccionó a lo que había dicho y, aunque quería disculparse, las lágrimas del escritor ya recorrían sus mejillas, fue la tristeza absoluta que sentía en ese momento. Misaki vio la mesa en donde esperaba una cena a medio quemar pero que aun así parecía comestible. Se disculpó con Usami y ambos prometieron, nunca más volverse a tratar de esa forma. Desde entonces su relación había progresado de gran manera que incluso Misaki ya no negaba que lo amaba y aceptaba las caricias que le hacía.

Decidido a no dejar atrás todo el esfuerzo que habían hecho para que esa relación sea normal, se soltó del agarre de su hermano y parándose firme, le dio a conocer todos los puntos que quería dejar claro pero que su miedo no lo permitía.

-¡No! No me iré contigo, por primera vez, seré caprichoso contigo. Me voy a quedar con Usagi-san, mi felicidad está en vivir con él, yo a él lo amo y no voy a permitir que tú, ni nadie nos separe. Pasamos por esto una vez, aunque fue diferente, el padre de Usagi-san quiso alejarnos de una forma discreta, pero de igual forma le dejó en claro Usagi-san a su padre de que no permitiría que nos aleje ¿Entonces porque yo no haría lo mismo?—Se acercó a Usami y lo tomó del brazo, apretándolo fuertemente—Mi lugar, mi vida y mi felicidad es al lado de Usami Akihiko.

Usami miro sorprendido a Misaki, no creía que se iba a plantar en frente de su hermano alegando todo eso, ni siquiera pensó en que iba a defender su relación, siendo que su hermano era lo más preciado ni lo imaginaba, ahora entendía cuanto lo amaba el castaño a él.

Takahiro les daba la espalda, no mostraba su rostro a las dos personas que luchaban por su amor.

-Estarás feliz ¿No es así Akihiko? Has conseguido que Misaki sea caprichoso ante mí por primera vez—Se volteó y los miro, tenía su rostro serio, pero de sus ojos brotaban lagrimas—Misaki ha cambiado al lado tuyo, no lo voy a negar, quizás y hasta supero la perdida de nuestros padres, ya no se siente como una carga para nadie, y eso me causa felicidad—formó una leve curva en su rostro que sorprendió a la pareja—Claro que estoy molesto, pero no es porque estén saliendo, sino porque me lo han ocultado mucho tiempo. El hecho de que mi hermano con ese trauma de que era una molestia y mi mejor amigo con la enfermedad de superioridad estén saliendo, es como si me llenara de felicidad.

Los dos amantes miraron sorprendidos al hombre que les hablaba, sonrieron al ver que los iba a aceptar.

-Nii-chan.

-Pero—su rostro se volvió sombrío—No me causa gracia saber lo que han estado haciendo todo este tiempo.

-Bueno, eso—El nerviosismo invadió a Misaki, quien se encontraba sonrojado hasta las orejas al recordar lo que había pasado anteriormente—Pero entonces eso significa que ¿Me podre quedar con Usagi-san?

-Si ese es tu capricho, lo concedo.

Misaki corrió donde su hermano y lo abrazó, en el tiempo que había pasado, Misaki seguía con su mismo porte, quizás unos milímetros más grande, pero nada mas.

-Takahiro, entonces ¿Estamos en paz?

Takahiro dio un suspiro y le sonrió dulcemente a su amigo, no podía hacer nada si en verdad su hermano se había enamorado de él. Además, no le quedaba duda alguna de que el escritor se había enamorado de su hermano, el hecho de que hayan tenido una relación de cuatro años significaba que en verdad lo amaba, ya que no solía tolerar a las personas por tanto tiempo.

-Sí, Akihiko, quedamos en paz. Te encargo a mi hermano mucho—su voz se volvía tétrica—Y si llega algún día a mi casa, llorando o diciendo algo malo acerca de esto, juro que te mato sin importarme nada.

-Trataré de mantenerlo feliz como hasta ahora.

-Ahora que lo recuerdo Nii-chan ¿Cómo entraste al departamento?

-Ah, eso fue porque me topé con la editora de Akihiko justo en el estacionamiento, como tomamos el mismo piso le dije que venía a visitarte. Ella me dijo que entre junto a ella y así lo hice. Ella corrió a la parte alta pero se quedó callada y quieta. Y cuando escuche los sonidos en el cuarto abrí y el resto ya saben.

Misaki se volvió a sonrojar y esquivo la mirada de su hermano, Usami al contrario del castaño lo miro intensamente.

-Ahora estoy más que convencido, le quitare la llave a Aikawa-san.

Misaki le sonrió nervioso a su hermano como diciendo que iba a ser otra discusión.

Al final Takahiro se marchó del departamento disculpándose con su hermano por lastimarlo. Quedándose solos los dos, tomaron asiento en el gran mueble y dieron un suspiro.

-Qué día más molesto—Dijo Misaki sobándose la mejilla.

-¿Te duele?

-Un poco, no puedo creer que me haya golpeado.

-Ni yo, pero logramos estar juntos—Dijo Usami mientras abrazaba a su adoración de ojos verdes.

Misaki se sonrojó intensamente y asintió algo nervioso, sentirse ahora totalmente aceptados por su familia era muy gratificante, no tenían ahora nada de que temer.

Usami acercó sus labios a los del menor y los besó con tanta desesperación, como demostrándole lo asustado que estaba de no poder hacer eso nunca más. Misaki le respondió igual o más intenso, mientras unas lágrimas se le escapaba, no era como si no hubiera tenido miedo de perderlo por todo ese tiempo que habían estado discutiendo su relación, incluso parecía que habían sido años en los que había estado intentando salvar su relación de la incomprensión.

-Misaki, prometo hacerte feliz, nunca te alejes de mí ¿de acuerdo?

-Tonto Usagi-san, claro que no te dejaré nunca, y menos ahora que tenemos nuestra relación más que aceptada por nuestras familias—le sonrió dulcemente y el escritor le respondió de igual forma.

-Ahora ¿Por qué no terminamos lo que nos interrumpieron?—Dijo mientras lo cargaba entre sus brazos.

-¿Qué? Oye, espera, Usagi-san, dije que esperes—Dijo mientras intentaba bajarse de los brazos de Usami— ¡Ah! ¡Qué diablos!—dio una expresión de resignación y lo beso mientras subían las escaleras.

La puerta de esa habitación se cerró, dejando tras de sí el amargo recuerdo de un fallido intento de separarlos. Siempre estarían juntos, sin importar que viento y marea intenten arrasar su muro de amor, este sería cada vez más resistente a las adversidades que tuvieran que enfrentar.

-Te amo, Usagi-san. Siempre estaremos juntos.

-Yo también te amo, Misaki. Lo prometo.

.

.

.

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Fin

Notas finales:

Bueno, esperando que les guste este fic, aceptamos tomatazos y piedrasos si es que quieren y no les gusto el fic.

Si me animan seguire con otras historias que tengo en mente.

Nos vemos.


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