El sonido del bar aturdía sus oídos, los gritos de los hombre borrachos denotaban que en cualquier momento se armaría una pelea, lo mejor que podía hacer era salir de ese lugar de mala muerte antes de que le terminaran disparando o algo por el estilo.
Abrió la puerta de madera vieja con una pequeña brusquedad, el viento y la nieve en su cara le recibieron con las luces de las farolas de las calles y con la luz de la luna de casi medianoche, el gélido invierno le golpeaba fuertemente, acomodó su chaqueta y se colocó sus guantes negros para abrigarse más, una pequeña vibración en su bolsillo le indicó que su celular sonaba.
—¿Hola? —Contestó.
—Mello, ¿en dónde estás? —Escuchó la voz de su amigo desde la otra línea —, será mejor que vengas rápido, ha perdido la cabeza otra vez.
—No puede ser, Matt, ¿ahora qué ha pasado? —Preguntó el rubio algo alarmado.
—No tengo idea, pero apresúrate antes de que termine matando a alguien —Dijo su compañero con una voz temblorosa.
—Voy enseguida —Dijo colgando el celular.
"Joder Beyond, ¿ahora qué has echo?" Pensó exasperado.
Caminó con paso apurado hacia el estacionamiento, la tormenta de nieve había inundado tanto la acera que le llegaba hasta los tobillos, dificultándole el andar. Podía ver los automóviles patinando sobre la fina y delgada capa de hielo que cubría las calles.
Pudo divisar su motocicleta debajo de un deteriorado techo metálico protegida de la nieve, cuando llegó a ella se colocó el casco negro y la encendió, pero algo le llamó la atención, sintió una extraña sensanción que le revolvía el estómago, cómo si algo malo hubiera pasado o fuese a pasar. Fijó su vista en aquella esquina de ese callejón y notó algo raro, apagó su motocicleta y se acercó al oscuro lugar, miró hacia el blanco suelo y notó una especie de bulto cubierto completamente de nieve, lentamente se acercó al misterioso objeto, notó que algo sobresalía de la nieve, cuando se fijó en qué era soltó un quejido y retrocedió unos pasos, era una mano, una muy pálida mano.
"¿Qué diablos es esto? ¿un cadáver?" Se preguntó un poco asustado.
Se volvió a acercar a aquel extraño enigma, comenzó a escarbar para saca lo que sea que esté bajo ese montón de nieve, unos minutos después encontró el cuerpo.
"¿Un albino?" Pensó algo aterrado al ver aquel niño supuestamente muerto en la nieve.
Un débil sonido le llamó la atención, y rápidamante tomó al joven entre sus brazos y colocó su oído en su pecho congelado, lo pudo escuchar; sus débiles latidos y su casi nula respiración.
"¡Está vivo!" Alejó su cabeza de su pecho y lo miró sorprendido.
—¡Oye! ¡despierta! —Gritó mientras lo zarandeaba suavemente.
El muchacho estaba muriendo de hipotermia, quién sabe cuantas horas había pasado bajo la nieve sin protección alguna, pero la cuestión era: ¿qué hacía él ahí?. No era buen momento para investigar eso, Mello tenía qué hacer algo y rápido, de lo contrario el albino moriría.
No podía llevarlo al hospital, por su mala reputación se armaría un gran problema, tendría que ir con él, lo cual no era tampoco una buena idea, pero Mello no tenía una mejor alternativa.
Se quitó la chaqueta y la colocó sobre el blanco cuerpo casi muerto y congelado del misterioso albino y lo cargó en sus brazos, corrió hacia su motocicleta y la encendió lo más rápido que pudo.
Partió rápidamente, seguía preocupado, podía sentir su cuerpo temblar, pero al menos estaba seguro de que aún seguía vivo por un pequeño suspiro que soltó el joven.
"Maldición, ¿en qué lío me he metido?"
Mello sabía que llevar a ese niño a su "casa" era una muy mala idea, era cómo llevarlo a un nido de víboras, sólo esperaba que Beyond no se enterara, pero, eso no le intrigaba, en primer lugar ¿porqué lo salvó? Mello nunca haría algo cómo eso, probablemente se estaba volviendo loco, o quizá sólo sintió lástima, no estaba seguro, en lo único que pensaba era en ¿cómo diablos haría para salvarlo? estaba en un alto grado de hipotermia, en unas cuántas horas podría morir, la mayor parte de su cuerpo estaba congelado, era un estado muy delicado, un caso muy serio, curar ese alto grado de hipotermia sin ayuda de un profesional era cómo buscar una aguja en un pajar, sólo debía hacer lo mejor que pudiera.
Después de un viaje que se le hacía infinito llegó a lo que parecía ser una estación de tren abandonada, estacionó su moto y comenzó a correr, levantó lo que parecía ser una palanca que estaba en la vieja taquilla de boletos y abrió cómo una especie de puerta subterránea, miró a ambas direcciones para asegurarse de que nadie lo observaba. No había nadie, así que bajó por las escaleras metálicas haciendo un pequeño ruido con sus botas.
—Mello ¿en dónde estuviste? —Preguntó el pelirrojo algo alarmado —, Beyond está completamente enfurecido, tenemos que... ¡¿qué tienes en los brazos?! —Los ojos de Matt se abrieron desmesuradamente al ver a ese niño blanco en los brazos de su amigo.
—Cállate idiota —Susurró con el ceño fruncido —. Encontré a este niño en la nieve, se está muriendo, necesito que me ayudes, pero Beyond no debe enterarse.
—¿Porqué quieres salvar a este niño? —Cuestionó aún sorprendido por verlo en sus brazos —. Beyond te matará si te ve con él aquí.
—Lo sé, pero tenemos que salvarlo, por favor Matt, hay que hacer algo.
El pelirrojo suspiró, se acomodó sus goggles y pensó por un minuto.
—Bien, pero hay que apurarse antes de que Beyond regrese. Sígueme —Dijo comenzando a avanzar por el pasillo.
—Gracias —Susurró.
Caminaron por el angosto y oscuro pasillo hasta llegar a lo que parecía ser una habitación, colocaron con cuidado al albino en una cama y lo cubrieron con varias mantas, y encendieron algo parecido a un chimenea, sólo esperaban que no fuera demasiado tarde.
—¿En dónde encontraste a éste chico? —Preguntó Matt.
—Estaba en un callejón cubierto hasta el tope de nieve, no tengo idea de cómo llegó ahí.
—Sea lo que sea, hay que mantenerlo oculto de Beyond, de lo contrario lo aniquilaría.
—Ya lo sé, por cierto ¿qué le pasó a Beyond? ¿porqué está tan enojado? —Mello volteó a ver a su compañero con una ceja levantada.
—No tengo ni la menor idea, me da miedo preguntarle, pero lo que sea, era algo muy grave, casi parece cómo si le fuera a salir humo de las orejas y fuego de la boca.
Ambos suspiraron y voltearon a ver al extraño albino, de alguna manera casi parecía feliz.
"¿Qué te ha ocurrido?" Pensó Mello antes de que él y Matt abandonaran la habitación para ir a ver a Beyond...