Estaba cansado de siempre lo mismo, estaba cansado de ver como el mayor se vestía después de tener un buen polvo, ¿Cuál era la razón? Simple y sencillamente que su pareja de cama, por el momento, tenía pareja. Ya estaba cansado de siempre tener que ocultarse, ya estaba cansado de siempre esperar a que el mayor tuviera un tiempo libre para que fuera a verlo, claro siempre entre las 4 paredes de su departamento.
Ni el mismo sabia porque era que aguantaba tanto, en el pasado, hace como unos ocho meses, no había puesto tantas trabas ni preguntas, porque simplemente estaba enamorado de ese chico de linda sonrisa, pero ahora lo único que sentía era cansancio, si se había cansado y no estaba seguro de poder continuar, no así, ya no.
Muchos chicos del bar donde trabaja alguna que otra vez se le habían insinuado pero el muy tonto, siempre les rechazaba diciéndoles que tenía novio, Si era idiota el mismo se lo decía cuando los chicos buenorros de alejaban de él. Pero es que tenía la esperanza de que Myungsoo sintiera algo por él, de que dejara a su novio pero aún seguía en tan larga espera.
Dejo salir un suspiro, se sentó en la cama viendo la perfecta espalda de Myungsoo. Estaba decidido.
-Se acabó – anuncio sin más provocando que el mayor se volteara a verlo deteniendo su trabajo de abrocharse la camisa.
-¿De que estas hablando? –pregunto dudoso.
-De esto, de lo que tenemos, aunque no sé si en verdad tu y yo tengamos algo –se preguntó a sí mismo- Pero lo que si se, es que se acabó.
-No puedes hacer eso – Myungsoo no entendía que mosca le había picado al menor para que saliera con semejante idiotez.
-Oh claro que si puedo –se levantó de la cama, poniéndose los pantalones.
-Pero… ¿Por qué? –Pregunto tratando de acercarse a Sungjong
-¿Por qué?..... bien veamos… me he cansado, me he cansado de esperar por ti, de siempre tener que escondernos, de no poder llamarte en ciertos horarios, de no poder salir a tomar algo o ir a ver una película, de aparentar que entre tú y yo hay solo una amistad…. Me canse de las migajas que me das.
Sungjong no quería llorar pero tenía un nudo enorme en la garganta y empezaba a ver borroso debido a las lágrimas que se arremolinaban en sus ojos, se aclaró la garganta para seguir hablando sin que se le atoraran las palabras.
>>-Ya no puedo más, soy joven y no quiero seguir viviendo en esta fantasía que solo dura unas cuantas horas. Recoge tus cosas que hay aquí y vete.
Termino de vestirse y paso a su lado, tenía que salir cuanto antes de ahí, si escuchaba una sola palabra cariñosa del mayor iba a volver a caer. Tomo las llaves del departamento pero cuando iba a abrir la puerta una mano se cerró en torno a su muñeca, lo siguiente que sintió fue como su espalda se pegaba a la fría madera.
-¿Hay alguien más? –Myungsoo lo miraba enfadado.
-¿Qué? –Sungjong no entendía por completo las palabras del mayor, hace unos cuantos minutos le había explicado los motivos y el otro venia hacer preguntas incoherentes- ¡Suéltame!
-No hasta que me contestes – le tomo la otra mano y lo pego a la puerta. Es que el mayor no entendía que había pasado se suponía que estaban bien ¿No?
-Idiota que parte de que me canse no entiendes –se soltó de su agarre- Siempre piensas en ti, nunca en mí, nunca en Sungyeol, solo eres tú, tú y tu –cerros los puños y los estrello sobre su pecho.
>>-¿Alguna vez has llegado a siquiera pensar en cómo me siento? ¿En qué es lo que yo quisiera? No lo creo –contesto el mismo- Ya no quiero seguir engañando a Sungyeol, él es mi amigo, es tu novio. Y por décima vez ¡Se acabó! Ya no seré más tu puta y ¡Lárgate!
Abrió la puerta y aprovechando que el mayor estaba como en una especie de shock lo empujo afuera del departamento, cerrándole la puerta casi en las narices, se deslizo por la madera hasta caer al suelo, donde sin más comenzó a llorar.
Myungsoo caminaba por la acera preguntándose que había salido mal, hace una hora tenia al menor debajo de él, deleitándole con sus preciosos gemidos y ahora estaba aquí, en la calle, solo y con frio, se había dejado la chaqueta en la casa de Jongie.
No podía, no quería acabar la extraña relación que tenía con Sungjong, era lo único que le hacía feliz en estos momentos, ya no sentía nada por Sungyeol, de eso se había dado cuenta ya hace unos meses pero aun no hallaba la forma de hacérselo saber. Lo único que lo hacía feliz eran esos escasos momentos cuando se veía con el menor, tenerlo entre sus brazos, hacerle el amor, ver como sonreía como un niño pequeño, ver los pequeños pucheros que hacia cuando se negaba a darle algo, besarlo, acariciarlo, en fin amaba todo lo que pasaba en esas horas.
Ahora era que se daba cuenta de lo mucho que amaba al pequeño, y las palabras dichas por él le llegaron como bomba oprimiéndole el corazón ¿Le había perdido? No, no podía ser, sin él sería algo difícil seguir en su común vida. Recordaba los momentos y desde hacía casi un mes que Sungjong no sonreía con ese brillo ¿Acaso él lo había apagado?
Lo había cansado, y si como el pequeño había dicho solo pensaba en él, pero ya no mas ahora pensaba por los dos o más bien tres, tenía que recuperar a Sungjong, a su Jongie. Corrió hacia su casa, primero tenía que terminar con Sungyeol.
Había pasado una semana, semana en la cual Sungjong no contesto ninguna de sus llamadas, ni regreso sus mensajes, ni se dignó en abrirle la puerta las veces que había ido a su casa, era por eso que ahora lo esperaba afuera del bar donde trabajaba, no había querido entrar porque seguro que si el menor lo veía, escaparía de él. Se acomodó la chaqueta y espero a que saliera.
El día que Sungjong había terminado con él y él a su vez con Sungyeol, fue el peor de su vida, cuando había llegado al departamento, el castaño le recibía con un caluroso abrazo como siempre, pero al ver la expresión del moreno se había soltado de su cuello.
-¿Se acabó cierto? ¿Es por él?
-Lo siento de verdad – fue lo único que dijo.
Lo primero que Sungyeol tomaba le llovía, como pudo esquivo algunas cosas, se salvó del florero pero no del portarretratos, le había dado gusto en la mejilla, haciéndole un corte no tan profundo, se fue del departamento con solo lo que estaba vistiendo. Ahora estaba viendo en un hotel. Patético.
Se había jodido en tan solo unas horas, pero esperaba recuperar algo de su felicidad, por fin vio que el menor salía pero no iba solo estaba con un chico de cabellos negros que lo abrazaba de la cintura. El menor reía de nuevo con ese brillo ¿Acaso lo había olvidado?... oh eso sí que no lo iba a permitir, se acercó hasta ellos, cuando Sungjong lo vio se soltó del otro chico.
-¿Qué haces aquí?
-Es obvio ¿No? … Tenemos que hablar…. A solas –comento viendo que el otro chico no se iba.
-Lo que tengas que decirme dilo aquí, Woohyun no se ira, él es mi novio y no tenemos secretos – Woohyun lo vio con cara de no entender y el menor le apretó la mano para que lo ayudara.
-Ah sí, si…. ¿De que quieres hablar con mi chico?
Myungsoo se quedó clavado en el lugar, sintió como un pequeño latigazo de dolor se instalaba en el pecho causado por las palabras del menor, aun así lo ignoro y soltó una carcajada.
-¿Debes estar bromeando? ¿Esto es tu novio? –Se acercó a Sungjong ignorando el “oye” ofendido del tal Woohyun - ¿Acaso ya me olvidaste? ¿Ya no sientes nada por mí? –Le aventó contra la pared y le beso.
-Está bien maldito, no es mi novio y no por desgracia no he podido olvidarte – Myungsoo sonrió y le beso de nuevo esta vez mas demandante
Cuando acabaron de comerse la boca, Sungjong enterró la cara en el cuello del mayor impregnándose de su aroma, esa deliciosa colonia que le encantaba, le había extrañado como loco en esos 7 días, había salido todas las noches porque el simple hecho de quedarse en su casa le recordaba a Myungsoo, hasta el más pequeño rincón.
-Vamos a casa, quiero decirte algo…
Cuando llegaron a la casa, todo pensamiento de hablar se había esfumado con solo haber cerrado la puerta, se necesitaban, se deseaban, besándose fueron directo a la alcoba donde Myungsoo tiro al menor sobre la cama, se quitó la playera tirándola en el piso, se subió a la cama acercándose al pequeño, llevo su boca a ese cuello que le encantaba, lamio, beso, succiono y mordió, oyendo como suaves suspiros salían de su boca, su mano se coló por los pantalones del menor.
-Myungsoo… -el menor gimió cuando sintió la mano fría de su amante cerrarse en torno a su erección, Myungsoo comenzó a masturbarle, cuanto había extrañado el cuerpo del menor, tan blanco y suave.
Le bajo los pantalones junto con la ropa interior, la carne dura y sedosa salto a la vista, lo masajeo de arriba abajo y sin más se metió el miembro a la boca, Sungjong se retorcía en la cama, la boca de Myungsoo era demasiado caliente, amaba cuando se la chupaba de esa forma, tan duro y delirante, sentía las succiones sobre su tronco y la lengua hacer círculos sobre la punta, jodida y perfecta cavidad húmeda.
Le tomo de las cabellos pero no marco un ritmo solo dejo la mano sobre ellos apretando cada vez que sentía los dientes del mayor rasgar con suavidad su extensión, no podía más, y no quería terminar aun, por eso atraso su orgasmo y quito a Myungsoo de su tarea, en unos segundos los papeles se cambiaron, el moreno estaba acostado sobre el colchón y Sungjong en medio de sus piernas.
Le desvistió y el termino de quitarse la playera que voló hasta caer quien sabe dónde, le miro con una sensualidad que casi Myungsoo gime de puro gusto, se puso a horcajadas sobre él y comenzó a frotarse en la entrepierna del mayor, estiro la mano y del cajoncito de la mesa de noche saco un pequeño frasco de lubricante, vacío un poco sobre la palpitante erección del mayor untándolo bien con su mano.
Se agacho para poder besarle, un beso demasiado brusco que le robo el aire a los dos, Myungsoo le tomo de las caderas y se hundió en él, Sungjong tuvo que reprimir el jadeo que amenazaba por salir, Myungsoo eran tan bruto pero lo amaba, si, aún sentía amor por él.
Comenzó a moverse despacio oyendo los gemidos de Myungsoo en su oído, era tan excitante y sucio, el mayor le tomo de las nalgas separándolas un poco para poder hundirse más profundo en ese perfecto cuerpo, que era suyo, Sungjong era de él. Jong gimió cuando el otro había dado en ese pequeño punto que le hacía ver estrellitas, le beso mientras se movía más rápido encima del otro.
Myungsoo le abrazo de la cintura y de nuevo las posiciones se invirtieron, se quedó mirándole unos segundos, era tan hermoso, tan perfecto, le retiro el cabello cobrizo de su frente, el castaño sonrió y Myungsoo sintió como su pequeño corazón latía desesperado, le beso y comenzó a moverse de nuevo. Sungjong subió las piernas a la cadera de Kim y las aferro ahí.
Las embestidas se volvían mas rápidas, los gemidos más audibles, los besos más desesperados, los dos estaban a punto de llegar, sus ojos se conectaron y sabían que después de eso los dos se necesitarías aún más, y la idea les parecía encantadora. Myungsoo le tomo de las mejillas, necesitaba decirlo, era ahora, no antes no después, justo ahora.
-Te amo
Los ojos de Sungjong se llenaron de lágrimas, cuanto tiempo había soñado con esas palabras, cuantos sueños tontos había tenido imaginándolas y escucharlas ahora justo en este momento cuando sentía a Myungsoo tan dentro de él que dolía y viendo sus ojos llenos de placer era lo mejor, muchos deseaban oír esas palabras junto con un ramo de flores, pero él las deseaba con un buen orgasmo y era justo lo que Myungsoo le había dado.
-¡Te amo! –grito justo en el momento que había alcanzado el clímax.
Sungjong estaba recargado sobre el pecho desnudo de su amante viendo la noche a través de la ventana.
-¿Qué era lo que querías decirme? –Pregunto recargando el mentón sobre su pecho.
-Termine con Sungyeol
-¿Por mí? –sus ojitos se abrieron.
-No tonto por mi abuela –sonrió.
-Idiota –se quitó sobre de él y se acostó en la cama, dándole la espalda, fingiéndose enfadado.
-Claro que por ti idiota, porque te amo. ¿Quieres aceptare otra vez? –le abrazo de la cintura, besando su hombro.
-¿Serás solo mío? –ladeo el rostro para poder verlo.
-Siempre lo he sido –sin esperar más le beso, con amor, con pasión, con dulzura iniciando así una nueva etapa juntos.