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Príncipe y siervo. Amor idiota y leal por albert2822

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Notas del fanfic:

Aviso Importante: Continuación del fic: "El baile de los abanicos", pero he intentado escribirlo para que a lo mejor no sea necesario leer la primera parte. Aunque es recomendable, además, la primera parte esta centrada en Zoro y Sanji.

Notas del capitulo:

Bueno, hola a todos/as, aquí vuelvo con la segunda parte de la historia. Esta vez la he centrado en Luffy y Law. Aunque también apareceran otros personajes, incluso la pareja del anterior fic.

 

Agradecer a todas las personas que leyeron la primera parte, y ahora espero que les guste esta nueva historia o continuación. Muchas gracias, y espero que os gusta el primer capitulo.

Escena Primera. En mis brazos

 

28 de Julio de 1914, Londres, Inglaterra.

 

Sobrevivir, esa era el único pensamiento de los ciudadanos londinenses tras el comienzo de aquella fatídica noche.

 

Durante unos instantes, el ruido proveniente de las reales industrias quedó engullido dentro del fuerte estruendo causado por la explosión en el centro de la ciudad. Los habitantes salían de sus casas desconcertados y atemorizados a causa del ruido que les había despertado de su plácido sueño. Fue un único sonido ensordecedor, pero estaba sembrando el caos entre todas las personas. Poco a poco, la luz de las estrellas que se asomaban en el alto cielo fue cubierta por las intensas llamas que se observaban desde la lejanía. El casco antiguo de Londres estaba a punto de desaparecer. Los edificios quedaban consumidos por el fuego, muchas de las casas estaban destruidas y numerosas vidas habían perecido en el intento de salvarse. Ni siquiera los lugares más emblemáticos y prestigiosos se escapaban de la destrucción. La sede del periódico News Coo se derrumbaba por momentos, mientras que el banco Water Seven estaba envuelto en las cegadoras llamas que hacían inevitable su desaparición. Sus trabajadores salían huyendo de aquellos lugares, los que podían, y se unían al grupo de gente que deambulaba por las calles intentando salvar sus vidas y las de sus seres queridos. Pero justo entre esos dos edificios se situaba la cumbre del placer de las clases adineradas londinenses, el Big Mom Cabaret, o más bien, estaba.

 

Aquel lugar de tan prestigiado renombre, había quedado reducido a ruinas en unos insignificantes segundos de horror. Los escombros del Thousand Hall cayeron hasta el Sunny Hall, quedando ambos salones d completamente destruidos. Ninguna de las pobres personas que se encontraban disfrutando de la celebración por el aniversario del cabaret pudo sobrevivir, y quedaron sepultadas perdiendo sus vidas. Aunque si hubo dos hombres que gracias a la ayuda de cierta bruja y de la suerte, pudieron escapar de la muerte, despareciendo del lugar donde descansaban tras hacer el amor.

 

La noticia de la destrucción de la ciudad fue corriendo rápidamente hasta llegar al Palacio de Buckingham, residencia de la actual reina vigente, la joven reina Victoria de Inglaterra, conocida entre su entorno como Vivi. Los guardias reportaban la noticia a los militares, mientras ayudaban a los habitantes a evacuar la ciudad. De la misma manera, la armada inglesa disponía a todos sus efectivos en la protección del reino.  Pero mientras, en palacio la situación iba a ir a peor.

 

Minutos antes de la gran explosión, en la residencia de su majestad, Vivi acompañaba a la habitación a su hermano mayor Luffy, el verdadero heredero de la corona quien renunció a su título por cumplir su sueño de ser el rey de los piratas, aunque eso era imposible. Parecía casi una costumbre desde la muerte de sus padres, los anteriores reyes de Inglaterra, pero todas las noches la joven reina leía un cuento de bárbaros piratas y sus aventuras a su hermano mayor, en todo menos en la inteligencia. Un cuento que le aliviaba de las pesadillas, ya que a pesar de ser el príncipe, en ocasiones el joven Luffy se sentía muy solo entre esas paredes de palacio, y solo le reconfortaba la presencia de su hermana y la de su fiel siervo. Era como si el resto de personas lo trataran como muy infantil, e incluso como un loco, sobre todo después de su renuncia al trono.

 

Ya en la estancia del príncipe y una vez Luffy estaba tumbado en la cama, Vivi se recostó a su lado y comenzó a leerle el cuento que portaba en sus manos.

 

-Fortuna, fama y poder. El hombre más poderoso del mundo fue el rey de los piratas, Gold D. Roger, y las palabras que dijo antes de morir lanzaron a un montón de hombres al mar. “¿Mis tesoros?, ya os los podéis quedar. Ir a buscarlos, allí he dejado todo lo que conseguí”- dijo Vivi diciendo los diálogos textuales del libro e imitando la voz de un pirata rudo y feroz, causando cierta risa en su hermano, para más tarde proseguir con la historia- Piratas, ya podéis ir a buscar vuestros sueños a la Grand Line. Ahora es la era de la aventura.

 

-Ojalá yo pudiera zarpar al mar y buscar el One Piece- dice el joven Luffy entre cerrando sus bellos ojos, y  con algún que otro bostezo proveniente de su boca. Y tendría una tripulación que me quisiese, tal y como soy.

 

-Luffy, ya estás con esas tonterías. El One Piece no existe- contesta la reina Vivi un poco cansada de las tonterías de su hermano menor, aunque lo quería de verdad y haría lo que fuera para protegerlo- Hermano, yo te quiero, así que deja esos sueños idiotas.

 

-¡Si existe! Y yo lo encontraré y me convertiré en el rey de los piratas- responde Luffy con la voz adormilada.

 

-No sé para qué me molesto en discutir. Mejor continuo con la historia- dice Vivi con una sonrisa, viendo lo feliz que vivía su hermano creyendo en ese sueño- Mis sueños perduraran en las mareas del tiempo, porque mientras haya gente que busca la respuesta en la libertad, no morirán nunca.

 

Cuando Vivi volvió a mirar a su hermano, Luffy se había quedado completamente dormido. Era normal, ya era bastante tarde y hoy había sido un día duro, con la visita del conde y el marqués de Glasgow. Al recordar al marqués, unas mejillas sonrojadas se posaron en el rostro de la reina.  Decidió que hora de marcharse y dejarlo descansar, pero antes arropó a Luffy con la colcha y le dio un beso de buenas noches en la frente. Tras esto, la joven reina salió de la habitación, encontrándose en el pasillo con su buen amigo y fiel siervo, Law.

 

-Law, ya es tarde, creo que será mejor que vayas a tu estancia y descanses- dijo la joven reina con una tierna sonrisa hacia su viejo amigo de la infancia-  Seguro  que es agotador estar pendiente de mi hermano todo el tiempo, creo que es hora de que duermas y recuperes energías para mañana.

 

-No es agotador, es mi labor. Yo estoy a cargo de vuestro cuidado, y no me molesta no descansar- contesta el joven siervo de cabellos oscuros, siempre con la misma actitud seria y servicial por la que era conocido.

 

-Pero es mejor que descanses, así tendrás más fuerzas para seguir el gran entusiasmo de mi hermano- contesta la reina Vivi sacando un pequeño sonrojó en las mejillas de su amigo- Y no hace falta que seas tan cortés, ya sabes que eres nuestro amigo, no nuestro cuidador.

 

-Gracias reina Vivi, pero prefiero mantenerme en el cargo de su cuidado. Creo que así estaría mucho más tranquilo si pudiera seguir cuidando de ustedes dos- contesta Law quien se quitó como pudo su cara ruborizada- Esa ha sido mi función desde que llegué a palacio, aunque me hace feliz ser alguien importante para ustedes dos.

 

-Como quieras. Pero no te sobre esfuerces.- contesta la reina sabiendo como era de cabezón su amigo, aunque eso no se lo podía decir- Voy a atender al conde y al marqués, como se van a hospedar esta noche aquí.

 

-Dirá atender al joven y apuesto marqués- dice Law en voz baja, sin llegar a los oídos de la reina.

 

Cuando la joven no había dado ni siquiera dos pasos por el largo pasillo, algo la detuvo en seco.

 

¡¡¡BOOM!!!

 

Los  dos amigos se miraron con una cara completamente aterrorizada por lo que pudiera pasar. La inercia les hizo asomarse a una de las ventanas de palacio, viendo como el casco de la ciudad ardía en llamas y se destruía por momentos. La peor situación que se podían imaginar, se estaba haciendo realidad. Intentaron analizar los hechos sin decir palabra. Vivi pronto dedujo que sería un ataque enemigo y eso la hizo actuar.

 

-Trafalgar Law- dice completamente seria la reina Victoria, con una cara que Law nunca había visto, e incluso le había llamado por su nombre completo.

 

-Sí, mi reina- contesta con la misma seriedad Law, a causa de la situación en la que se encontraban.

 

-Coge a Luffy y ponlo a salvo. Huir a otro país lejano, y quedaros allí hasta que todo se arregle. Por favor, Law, salva a mi hermano- dice la reina ahora sí entre lágrimas.

 

-Como usted ordene, su majestad. Pondré su vida antes que la mía y lo protegeré para que pueda seguir viviendo feliz- contesta Law abrazando a la reina para calmarle las lágrimas.

 

-Toma, llévate esto- la reina Vivi le da a Law un dispositivo de la telegrafía Den Den Mushi- Con esto podremos comunicarnos, pero utilízalo solo en caso de vida o muerte, ya que nuestros enemigos pondrían interceptar el mensaje.

 

-Por supuesto, mi reina- dice Law mientras se dirige a la habitación del príncipe Luffy, pero es detenido por el brazo de la reina.

 

-Protege a mi hermano Law y despídete de mi parte- dice la reina a modo de despedida y con los ojos llorosos.

 

-Lo haré- contesta firmemente Law- Protéjase usted reina Vivi y salve a su país.

 

Ambos se dirigieron en direcciones contrarias del pasillo. La reina Victoria se encaminaba a la primera planta para que le informaran de la situación y de la gravedad del problema que había visto desde su ventana. Por otra parte, Law se puso camino a la habitación de su joven amo, con una pequeña lágrima en el ojo por despedirse de su amiga. Nunca podría agradecerle la vida que le regaló al ofrecerle un trabajo en palacio.  Y esto era lo mínimo que podía hacer. Cumplir las órdenes de su majestad.

 

Entró velozmente a la estancia y se dispuso a despertar al joven príncipe. Era tarea difícil ya que era de sueño profundo, y de normal le trataba de despertar calmadamente. Pero era una emergencia y usó la brusquedad y tras unos gritos lo consiguió.

 

-Torao, ¿ya es de día?- pregunta el joven adormecido y volviendo a acurrucarse entre las sabanas.

 

-Luffy, rápido, vístete, debemos irnos- dice firmemente el chico de cabellos oscuros dejando por alto que le había llamado Torao, cosa que no le terminaba a gustar.

 

-Solo un ratito más- contesta Luffy todavía medio durmiendo y sin dar señales de que iba a levantarse.

 

Law se acercó a la cama y se puso frente a él con un semblante serio, dejando completamente desconcertado a Luffy. Cara con cara se miraron fijamente durante unos instantes. El joven príncipe conocía de sobra la actitud seria de su amigo, pero hoy era diferente, no era seriedad, era miedo y preocupación. Se levantó rápido y observó que aún era de noche, y que escasamente habían pasado unos minutos desde que se había dormido.

 

-¿Torao, qué pasa? ¿y mi hermana?- pregunta Luffy tras levantarse y empezar a vestirse pero sin respuesta de su compañero, que parecía estar en otro mundo.

 

-Torao, ¿qué está pasando? Estoy asustado, dime algo- dice Luffy frente al otro chico, haciendo que Law reaccionará ante el miedo de su joven acompañante.

 

-Lo siento Luffy. Parece que la ciudad está siendo atacada y la reina Vivi me ha ordenado que te ponga a salvo- contesta el leal siervo ante la mirada de preocupación de su amo.

 

-Pero, entonces, iremos al refugio y dentro de unos días volveremos a la normalidad, ¿no?- pregunta algo preocupado por la respuesta que pueda recibir.

 

-Debe de ser un asunto serio, porque la reina me ha ordenado que huyamos a otro país- contesta Law sin saber la reacción de la otra persona.

 

-Pero, ¿y me hermana?, ¿qué pasará con la personas que conocemos, con nuestro amigos? ¿qué le pasara a la gente del pueblo?- dice Luffy un montón de preguntas por las cuales Law se siente abrumado para ser capaz de responder.

 

-Debemos darnos prisa, coge lo más indispensable y vayámonos- contesta Law intentando mantener la templanza.

 

-Pero yo no me voy sin mi hermana- dice Luffy a gritos, como si la situación le estuviera sacando de su actitud serena y entusiasta.

 

-Son ordenes de la reina, no podemos desobedecerlas- contesta Law a punto de estallar por la situación, discutir con él le dolía más que nada en el mundo.

 

-Me niego a dejar a mi hermana- responde Luffy con fuerza pero llorando a mares, no podía creer que hace unos minutos su vida era de felicidad y pacífica, apenas hacía unos minutos de la discusión con su hermana, y pensar que sus últimas palabras eran discutiendo.

 

-Luffy, ya no más, por favor, ya es bastante difícil. Seguro que la reina estará bien, hay mucha gente a su alrededor para protegerla. Ella te quiere, y quiere protegerte aunque le duela separarse de ti- contesta Law desbordado por las lágrimas de Luffy y abrazándolo fuertemente para que se tranquilice. Vayámonos, Luffy.

 

-Torao- Luffy se sentía seguro entre esos brazos que le abrazaban y le calmaban las lágrimas- Vamos.

 

Los dos jóvenes dispusieron todo lo necesario para su partida en muy pocos minutos. Prácticamente eran unos cambios de ropa, algo de comer y un poco dinero para poder sobrevivir los primeros días. Empaquetaron todo en sus bolsas y se marcharon de palacio por la parte de detrás. La única forma de salir de Londres era por el puerto, ya que Inglaterra era una isla. Y allí se dirigieron.

 

Un poco tiempo antes, la reina bajaba las escaleras de palacio, con los ojos llorosos. Pronto fue al encuentro del conde y el marqués, que estaban en una de las salas informándose de la situación que sufría el país. Al entrar, la situación pudo con  la templanza de la reina y  se echó a llorar en brazos del marqués, su viejo amigo. El marqués de Glasgow, o más conocido como Ace, la reconfortó en sus brazos y así calmó los nervios tras la dura despedida de su hermano. En ese momento, Ace se acordó de su amado, de la muerte del general inglés Sabo, y le fue difícil no llorar. Pero debía conservar la calma y así ayudar a la reina y al país.

 

El conde de Glasgow, el viejo Edward Newgate, el más fiel consejero de la reina y padre de Ace, se encontraba atendiendo la información recibida por los soldados que venían de la ciudad.  Al encontrarse con la reina, se dispuso a contarle todos los datos recogidos hasta ahora.

 

-Reina Victoria, según la información recibida por los soldados, la ciudad ha sido bombardeada con una bomba justo en el casco antiguo. A causados numerosos destrozos en esa zona, las casas están destruidas e incendiadas. Además el número de bajas es incontable- explica el conde de Glasgow, con cierta serenidad por la experiencia en ese tipo de problemas.

 

-Es un desastre- dice la reina al enterarse de la situación tan problemática que vivía el país.

 

-No es un desastre, es un atentado, mi reina- contesta con una cara seria el conde.

 

Mientras la reina y el conde mantenían la conversación sobre lo que le ocurría al país, el telégrafo personal de la casa real se puso en marcha, recibiendo un mensaje. Ace, quien estaba más cerca de la máquina lo recogió.

 

-Padre, acaba de llegar un telegrama de los cuarteles generales de la armada inglesa, exactamente del capitán Aokiji- dice Ace para informar a su padre, el conde de Glasgow.

 

-Hijo, léelo en voz alta- contesta el conde esperando saber más noticias sobre el problema que tenían.

 

Reina Victoria, nuestro mayor temor se está haciendo realidad.

 

Fuentes fiables nos informan que el ataque ha sido causado por la Alianza, la organización de los países de Austria, Hungría, Alemania y los Países Bajos. El general de la Alianza, Akainu, ha decidido atacar y conquistar el mundo. Numerosos reportes nos llegan de otros países como Francia o Rusia que están siendo atacados por las tropas enemigas. La armada inglesa pondrá todos sus esfuerzos en detener el ataque al país, pero nuestros efectivos han sido reducidos. La mitad de los hombres, incluido el general Sengoku se encontraban en la celebración del Big Mom Cabaret, y me temo que estén muertos. Pero conseguiremos frenar el ataque, se lo aseguró por mi honor.

 

Atentamente, el capitán Aokiji de la armada inglesa.

 

-Me temo que es el inició de una gran guerra- contesta el conde de Glasgow y antiguo militar de la armada inglesa tras escuchar esas palabras y ver la gran gravedad del asunto.

 

-La primera guerra mundial- especifica la reina Vivi cada vez más atemorizada por la nueva información que iba llegando.

 

Justo en ese momento cuando las tres figuras mantenían un momento de silencio para pensar en posibles soluciones, un nuevo problema se les acercaba. Desde el pasillo que finalizaba en aquel salón, unos  estruendosos pasos se escuchaban. Los tres miraron atentamente la puerta hasta que alguien la abrió.

 

Entró un hombre robusto y mayor, de apariencia pobre pero con engalanadas ropas que decían que tenía nivel adquisitivo. Se quedó parado en la puerta, frente a las tres personas. Pero lo más terrible no era su apariencia, sino lo que portaba. En cada una de las manos, tenían dos personas, aplastándoles la cabeza con sus manos. Aunque desgraciadamente ya no eran personas, porque estaban muertas.

 

-¡Igaram! - gritó fuertemente y entre lágrimas la reina al identificar a su mayordomo como uno de los cadáveres que portaba ese hombre maligno.

 

-¡Marco!- dice con la misma desesperación el joven marqués cuando identificó al otro muerto, su fiel mayordomo.

 

-Jajaja, veo que el general Akainu ha hecho bien su función, jajaja- dice el hombre robusto y con cara malvada- Hacia tiempo que no nos veíamos, Edward Newgate.

 

-¿Qué haces aquí, Marshall D. Teach?- pregunta muy preocupado el conde por la presencia de su antiguo enemigo de batallas.

Notas finales:

Espero que os halla gustado. Me gustaría que comentarais que tal este cambio de argumento y de personajes. Además, hay algo que no me termina de converncer y es el titulo, estaría bien si me contais si os gusta o no.


Publicare el segundo capitulo pronto, ya que estuve mucho tiempo sin publicar.

 

TO BE CONTINUED=)


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