Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eres mi mejor regalo por Wajiwaji

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Se sentía tan emocionado que los nervios apenas dejaron dormir en paz al pelirrojo de Starish . Desde hace unos días atrás  estaba preparándole una sorpresa a Tokiya, hoy era su cumpleaños  y se había esmerado en hacer algo que le pudiera agradar. Mando a hacer un pastel de frutos rojos que tanto les gustaban al peliazul y bajo en grasas, pues Tokiya cuidaba su dieta. También compro unos cuantos adornos para decorar la habitación que compartían.

Poco después de haber ganado el UtaPri Award , ambos comenzaron con una relación. Otoya no tenia palabras para expresar lo feliz que se sintió el día en que sus sentimientos fueron correspondidos, se había resignado a ser el único enamorado, milagrosamente no fue así. Pese a que eran novios su relación no había cambiado mucho,  bueno por parte de Tokiya podía decir que este había vuelto más amable y cariñoso con él, hasta soportaba todas sus malas costumbres. Pero el pelirrojo seguía siendo como siempre y  no sabía muy bien qué hacer para demostrarle a Tokiya cuanto lo amaba. Su cantante favorito le había dado tanta felicidad que estaba decidido a hacer de este día uno de los mas especiales para el chico. Era una de las cosas que se sentía capaz de hacer y con la que quería expresar todos sus sentimientos.

Hoy Tokiya pese a ser su cumpleaños había ido a trabajar, sin duda era apasionado con su trabajo. En un comienzo quiso protestar y decirle que se tomara el día libre y salieran juntos a celebrar, se contuvo, pues cuando a Tokiya se le metía algo en la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Por esta razón cambio todos sus planes, el parque de entretenciones podía esperar. Hoy solo haría una pequeña celebración para ellos dos, con un pastel y una cena ligera.

Un suave toqueteo en la puerta lo interrumpió de sus actividades.

–¿Itokki–kun, estas aquí?– Era Nanami quien lo buscaba.

–Ya voy, dame un momento– Termino de poner las velas en el pastel y fue a abrir.

–Buenas tardes Itokki–kun, lamento molestarte– Nanami se disculpaba tímidamente– ¿Ichinose –san aun no ha llegado?

–Ehh… No aun no llega ¿Quieres dejarle algún recado?

¿Por qué Nanami preguntaba por Tokiya? Tal vez quería felicitarlo por su cumpleaños. Seguro era muy egoísta, pero no quería que nadie le quitara parte del tiempo que pasaba con Tokiya.

–¡Qué bueno! ¿Puedo hablar contigo un momento?

–¡Claro!– salió de la habitación intentando no abrir mucho la puerta para que la chica no alcanzara a ver el interior del cuarto y se diera cuenta de lo que tenía preparado.– ¿Qué es lo que pasa?

–Bueno veras, con los chicos hemos preparado una pequeña fiesta sorpresa para celebrar el cumpleaños de  Ichinose–san y vengo a buscarte para que lo esperemos.

¡EEEEHHH! ¡PERO POR QUE! ¿Por qué a los chicos se le había ocurrido hacerle una fiesta también? No era justo, él quería ser el único en darle una sorpresa y en pasar tiempo con Tokiya. Pese a sentirse molesto y enojado, logro ocultarlo lo suficiente para que su compositora no se diera cuenta de cómo su invitación había arruinado por completo su estado de ánimo.

–¿Donde será?–

–La haremos en la sala de ensayos.

–Está bien bajo en unos minutos.

Al entrar a su habitación observo todo lo que había preparado. Ya no podría estar a solas con su novio y seguramente no lograría comer nada de lo que le había preparado después de la fiesta que le habían preparado sus amigos…. Amigos, amigos con los que estaba molesto, no solo había arruinado sus planes y destruido la sorpresa que tenía preparada para Tokiya, tampoco le habían dicho de la fiesta hasta último momento ¿Por qué no le habían dicho antes? Realmente se sentía mal, su compañeros no le mencionaron nada cuando les pregunto qué harían para Tokiya, de hecho le habían dicho que no sabían si tendrían tiempo para poder organizar algo y ahora le salen con esto ¡Realmente estaba molesto! Exigiría una explicación de todo esto.

En fin ya no le quedaba de otra que guardar todo… ¡Al diablo con ordenar! A Otoya no le quedaban ánimos ni para eso, solo se limito a volver a poner el pastel dentro de la caja, lo demás lo dejo tal cual. Al menos así Tokiya vería su esfuerzos ¿No?

El chico llego a la sala de ensayos y todo estaba bastante animado, pensó que sería una fiesta más intima pero habían muchas personas invitadas y a muchas no las conocía.

–¡Otoya! –Lo llamo Syo llegando a su lado–¡Hasta que llegas!

–Hubiera llegado mucho antes si me lo hubieran dicho desde el principio– no pudo evitar reprocharle al pequeñín.

–Vamos Otoya no te molestes, no te dijimos solo por un método de precaución.

–¿Precaución? Si Claro, precaución de que.

–De que se te escapara algo, se supone que debíamos mantener todo en secreto de Tokiya.

–Vaya muchas gracias por tener tanta confianza en mí.

–No te enojes, a Tokiya no le va a gustar verte de mal humor.

Miro a Syo sonrojado, preguntándose si solo había sido un inocente comentario o lo había dicho consiente de la relación que mantenía con Tokiya.

–A Tokiya le da igual–comento intentando mantener la apariencias no sería muy agradable para sus compañeros saber que dos de sus amigos son novios.

–Si, si, como digas. Solo cambia esa cara.

Syo siempre tan despreocupado pidiéndole cosas imposibles, como iba a estar de buen humor si el regalo que le tenía a su Tokiya había sido arruinado y ahora ya no tenía nada para darle. Con solo pensarlo lagrimas de tristeza e impotencia querían salir de sus ojos.

–Damas y caballeros, présteme su atención por favor– hablaba Cecil por el micrófono.– Gracias a todos por estar aquí con nosotros esta noche. Me acaban de informar que nuestro querido cumpleañero ya ha llegado. En cuanto se apaguen las luces guarden silencio por favor y al entrar Tokiya–san ya saben qué hacer. –Pedía lleno de entusiasmo.

Al saber que Tokiya ya estaba aquí su estado anímico cambio por completo. Una sonrisa flujo por sus labios y su corazón comenzó a latir  muy rápido, como cada vez que lo veía.  Estaba  tan enamorado del peliazul que la sensación de no poder respirar con solo estar al lado de él no había cambiado en absoluto.

Aunque sus planes hayan sido arruinados celebraría el cumpleaños de Tokiya con todos sus amigos, debería estar feliz por eso también pues nunca antes había tenido tantos amigo y personas con las que compartir su felicidad…  Además aun tenían muchos cumpleaños por delante en los que podría estar con Tokiya.

Las luces se pagaron quedando todo oscuro de golpe. ¿Qué es lo que había que hacer luego? El no tenía idea, no le contaron nada de nada… ¿Gritar "sorpresa" tal vez? o … ¿Feliz cumpleaños? No sabía qué hacer y tampoco podía buscar a alguno de sus amigos para preguntarle.

–Preparados… 1…2…3

La luz volvió a iluminar el lugar  y todas las personas lanzaron serpentinas. En la puerta podía ver a un Tokiya sorprendido de pies a cabeza. Nunca olvidaría esa expresión en su rostro… Que cara hubiera puesto al ver lo que le había preparado en el cuarto ¿ Sería esta misma? ¿O sonreiría y le daría las gracias?... Como sea, seguro que eso ya no lo vería en esta ocasión.

La fiesta trascurrió muy animada y alegre era algo para estar contento, pero el pelirrojo no podía estarlo lo único que había podido hablar con Tokiya fueron unas palabras de felicitaciones y nada mas…  Ahora solo podía ver a la distancia como Tokiya era saludado por diferentes celebridades.

Por otra parte mucha gente le hablaba y no estaba de humor para dar sonrisas falsas, así que desganado decidió que lo mejor sería salir de ahí, pues le dolía tenerlo tan cerca y no poder estar junto a él.

Camino desganado en cada paso se podía notar lo decepcionado que estaba, era un día especial y no fue capaz de hacer nada para la persona que amaba. Con suerte le había hablado y eso le hacía sentirse a un más triste, de hecho estaba luchado con el deseo de llorar cosa que ya era imposible pues las lagrimas ya desfilaban por sus mejillas. Se apresuro a entrar en su habitación, no quería que alguien por casualidad lo viera.

–¡No es justo!–lloriqueó una vez dentro secándose las lagrimas con la muñeca. – Quería estar con Tokiya.

Se quedo parado en medio no se tomo la molestia encender la luz.  En esas cuatro paredes su corazón lloraba en silencio, lo único que iluminaba la instancia era la luz de la luna que se filtraba por la ventana como si la luna intentara consolarlo.

–Otoya…– Tokiya había entrado encendiendo la luz.– Que bueno que te encontré.

No fue capaz de darse la vuelta para mirarlo, seguro que tenía los ojos rojos por haber llorado… Y no podía dejar que su novio lo viera así, se suponía que era el cumpleaños de este y  solo se la había pasado llorando.

–Tu… ¿Preparaste todo esto para mí?

–Si… pero no sirvió de nada. Limpiare todo en un momento… Puedes volver a la fiesta, no es necesario que estés aquí –ahora que al fin estaba solo con Tokiya lo arruinaría de esta forma.

–Otoya mírame.–en solo unos segundos el peliazul ya estaba a su lado– Se que no estás siendo sincero, tu no dirías eso.

Tokiya lo conocía tan bien que mentir no tenía sentido, el chico siempre era capaz de ver a través de él.

–Yo… Yo quería … La verdad que yo te quería solo para mí–confeso sin ser capaz de alzar el rostro, pues las lagrimas nuevamente se adueñaron de sus ojos– Quería ser el único en darte una sorpresa, en hacer algo especial para ti… pero … pero

Fue silenciado por Tokiya quien lo había envuelto en un abrazo. Sus lagrimas se detuvieron  y un sonrojo baño su rostro. Podía escuchar el latir acelerado del corazón de su compañero.

–lo siento…  debí haberme preocupado más por tus sentimiento. Yo también quería estar solo contigo, no me esperaba una fiesta. De hecho fue un milagro que lograra escaparme.– el peliazul enterró su rostro en su hombro–En la fiesta estaba tan molesto contigo no me hablabas, apenas me mirabas y mucha gente estaba contigo. Lo único que quería era sacarte de ahí y arrastrarte hasta aquí. No quería que nadie estuviera a tu lado… fui tan patético, ahora me doy cuenta de lo mal que estuve… –alzo el rostro para mirarlo. Tokiya se veía avergonzado–Por favor perdóname.

–No te preocupes– tomo el rostro del peliazul entre sus manos y unió sus frentes– Yo actué de forma patética toda la tarde… Estuve molesto con los chicos por no haberme dicho nada de la fiesta, así hubiera podido prepararte un regalo diferente, ahora no tengo nada para darte.

–Y esto que has hecho ¿No me lo darás?

–Estás seguro… no estarás satisfecho con la comida de la fiesta.

–Si es algo que me has hecho tu lo comeré con gusto.– sonrió y le dio un pequeño beso en los labios– Comamos de ese pastel.

Otoya sonrió totalmente feliz. Tokiya había dejado la fiesta solo para estar con él era razón más que suficiente para estar feliz y también le gustó el regalo que le había preparado.

–Espera…–Tokiya lo detuvo antes de que pudiera sacar el pastel de la caja en la que estaba guardado– Cambie de idea …Creo que mejor te como a ti…

Se sonrojo por completo, tanto que no se podía diferenciar su rostro de su cabello. Miro a Tokiya avergonzado por las palabras que le había dicho.

El peliazul tomo su mano y deposito un delicado beso en ella. Se perdía en el azul de esos penetrantes ojos. La mirada de Tokiya era tan intensa en este momento que hacía a su corazón latir con ímpetu.

–¿Puedo tomarte como mi regalo?–pregunto dudoso, como si le estuviera pidiendo permiso. Tal vez Tokiya estaba tan nervioso como él.

Tomo todo su coraje para acortar la distancia entre ellos y besar a Tokiya, no era bueno tomando la iniciativa en este tipo de situaciones siempre era el peliazul quien lo hacía, pero esta vez quería que todo fuera especial. Se había dicho que le demostraría todo el amor que sentía por él y así lo haría, aunque le diera vergüenza decir palabras tan atrevidas, las dejaría salir de sus labios.

–Puedes hacer lo que quieras conmigo, seré tu regalo.

–Otoya, te amo– pronuncio el peliazul antes de abrazarlo por la cintura y besarlo.

Comenzó como un beso tímido, como si tuvieran miedo de que lo que ocurría no fuera real, lentamente su cuerpos se llenaron de confianza atreviéndose a ir más allá de los besos de siempre. Tokiya subió una de sus manos por su espalda causándole un estremecimiento que recorrió su cuerpo hasta escapar por su garganta en un suave gemido. Su pareja al oír aquello no se detuvo de hecho tocaba  su cuerpo con más urgencia haciendo que mas gemidos escaparan de la boca del pelirrojo. Con cada toque del pelinegro sentía su cuerpo arder, un calor indescriptible se apoderaba de él. Era la primer vez que sentía algo como eso. Quería que lo tocara aun mas, que cada parte de su cuerpo fuera presa del calor de Tokiya.

–Tokiya…– con un suspiro dijo su nombre–Mi cuerpo… mi cuerpo se siente tan caliente.

–Otoya, si me dices cosas como esas me es aun mas difícil controlarme. Mira –tomo una de sus manos y la llevo hasta su entrepierna– Estoy así solo por ti…¿Puedo hacerte el amor ahora? No creo que pueda aguantar más, te deseo por completo.

–Te dije que soy tu regalo ¿No?– hablo lleno de vergüenza intentando ocultar su rostro tras su flequillo cosa que claramente era inútil– Yo también te deseo.

Y sin previo aviso el peliazul lo tomo en sus brazos cargándolo como si fuera una princesa. Lo cargó hasta la cama donde lo recostó con delicadeza como si fuera un frágil cristal.

–Si hago algo que no te guste… solo dímelo y parare–la voz de Tokiya sonaba nerviosa.

–Nada de lo que hagas podría desagradarme– tomo la mano del ojiazul entrelazando sus dedos demostrándole lo seguro que estaba de sus palabras.

–Te amo tanto… que me da miedo, nunca había sentido algo tan profundo por alguien…– Podía ver el temor en los ojos de Tokiya – Los celos y el deseo son tan nuevos para mi, tengo miedo de asustarte y te vayas de mi lado.

Que Tokiya lo amara tanto lo hacía sentirse tan feliz. Estar con él era lo más hermoso que le había pasado junto con ser  cantante y ese era un sueño que ambos compartían. Desde pequeño había estado rodeado de gente, pero siempre estuvo solo no tenía a nadie con quien compartir su felicidad hasta ahora. Tokiya había cambiado su mundo por completo.

–Yo nunca te dejaría, eres lo más importante que tengo… Sin ti estaría totalmente solo. –abrazo al hombre que hace unos minutos se veía tan temeroso– Yo te amo, desde el fondo de mi corazón.

–Otoya…–Murmuro su nombre y se hundió el rostro en su pecho.– Me haces tan feliz. Nunca olvidare este día.

Rodeo a Tokiya con sus brazos sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo. Inhalo el aroma de su cabello. Amaba la flagrancia de Tokiya lo llenaba de una reconfortante calidez.

El peliazul se posiciono sobre él dedicándole la más honesta sonrisa ,y por milésima vez lo beso, era un beso lleno de pasión y cargado de deseo por parte de ambos. Las manos de Tokiya  recorrían su cuerpo acariciando por sobre la ropa del pelirrojo que tanto lo amaba.

–Aaaah…– escapo de sus labios al sentir las manos del peliazul por debajo de su camiseta–Tokiya..

Rodeo el cuello de Tokiya con su manos algo temblorosas por el placer que estaba sintiendo nada mas con ser tocado. Estaba nervioso no sabía muy bien que hacer pero lo que tenía claro es que no quería ser el único en sentirse bien… El también quería causar las mismas sensaciones en el peliazul.

Otoya acerco su rostro hasta el cuello de su amante donde comenzó a depositar pequeños besos que recorrían desde el nacimiento de su mandíbula hasta llegar a la unión de sus clavículas. Con vergüenza pero con valor  desabotono la camisa de Tokiya, no se detendría pese a que sus manos temblaban de puro nerviosismo.

–Me encanta que seas así de atrevido–dijo el chico cerca de su oído– Y me excita demasiado que me toques con esa timidez que tanto me encanta de ti… ¿Podría pedirte que hagas algo aun más atrevido?

Lo miro confundido sin comprender a que se refería. Tokiya al ver su confusión dejo escapar una pequeña risita. El chico tomo su mano llevándola a su boca, donde en vez de besarla como él creyó que haría, el pelinegro lamio sus dedos sin dejar de mirarlo… apartar la mirada de esos ojos azules era algo imposible pues eran tan hipnotizantes que para él, dejar de verlos era similar a dejar de respirar.

El chico apoyo su cabeza en su hombro, podía escuchar lo agitada que estaba su respiración.

-Podrías…Podrías tocar aquí-un estremecimiento recorrió su cuerpo al sentir su voz tan cerca de su oído.

Y en un movimiento que nunca hubiera imaginado Tokiya llevo la mano que aun sostenía hacia sus pantalones, donde pudo sentir su miembro excitado aprisionado en sus pantalones.

-Solo acaríciame, no es necesario que lo toques directamente.

Hiso como Tokiya le pidió, tímidamente toco su erección por sobre sus pantalones, frotaba su mano en un lento vaivén inseguro de estarlo haciendo bien nunca había tocado un pene que no fuera el propio y quería que Tokiya se sintiera tan bien con sus caricias tal como él cada vez que era tocado por el peliazul.

-Otoya…-salió de los labios de su amante.

No sabía cómo complacer a su pareja, por más que masajeara su miembro sentía que de esa forma no lograría producirle ningún placer a Tokiya.

La respiración de Tokiya cada vez se oía más agitada y roncos gruñidos salían de su garganta. ¿Podía tomar esto como una señal de estarlo haciendo bien? Movió su mano con mas ansia quería oír mas de aquello. Deseaba descubrir aun mas de este Tokiya.

-Ya no puedo más… Abriré mi regalo ahora-

Con esa sentencia el peliazul se posiciono entre sus piernas y le quito la ropa que tenia puesta dejándola caer en el piso junto a la cama. Su cuerpo estaba expuesto casi por completo de no ser por los bóxer que cubrían su animado miembro.

-Estas tan duro como yo… ¿Te gusta que te toque, verdad?

-Mucho-confeso con timidez, era tonto negar lo evidente.

Su novio repartió besos por su torso desnudo el toque de sus labios le hacía estremecerse y gemir suavemente. Los besos continuaron hasta llegar peligrosamente cerca de su zona más intima. Miro como Tokiya no se detenía al contrario había bajado la ultima prenda de ropa que lo cubría y la vergonzosa erección que tenia se vio expuesta ante el peliazul.

-No, no, me da vergüenza. No lo veas tanto- le pedía ocultando su rostro tras sus brazos -…Aaaah!- gimió  al sentir como su miembro era envuelto en la calidez de la boca que poco antes había besado -Tokiyaaa…

-Esta noche te hare mío por completo.

El fervor en los ojos azulados de Tokiya lo consumió por completo. Sentía que iba a calcinarse bajo aquella mirada. El peliazul reclamo su boca, dándole un beso más apasionado que nunca sus lenguas se entrelazaban en una frenética danza buscando probar aun mas del otro.

Era la primera vez que su novio se atrevía a tocarlo de esta forma y todo su cuerpo reaccionaba ante él, como si supiera que le pertenecía a ese chico de ojos azules. Estremeciéndose al sentir el roce de sus pieles, Otoya poco a poco necesitaba más, su cuerpo pedía a gritos ser tomado por el chico que había llenado su corazón de felicidad.

-Quiero ser tuyo- dijo con la respiración agitada-…Para siempre.

-Gracias, Otoya … Te atesorare más que a nada en este mundo.

Y como si fuera el más fino y frágil cristal, Tokiya repartió dulces besos por su pecho desnudo deteniéndose a en sus pezones donde estos fueron besados con dulzura. El pelirrojo excitado ya no podía contener su voz, cada vez los gemidos eran más altos.

-AAH-exclamo con sorpresa al sentir los dedos de Tokiya acariciar su entrada para luego introducir uno de sus dedo.

-¿Te he hecho daño?-pregunto lleno de preocupación el peliazul.

-No, no eso. Solo me tomaste por sorpresa.

-Perdón, pero pensé que si te decía podrías sentirte avergonzado.

Solo pudo sonreír ante aquello, sin duda ese hombre sabia todo de él, sus pensamientos sus reacciones.

-Prometo decirte si algo me llega a doler.

Confiado Tokiya continuo con su tarea de prepararlo. Sentir como los dedos del chico de introducían en él y se movían lentamente le provocaba una sensación de incomodidad que poco a poco era remplazada por el placer.  Otoya ya no tenía control sobre sus acciones, sonoros gemidos brotaban desde su garganta y sus caderas instintivamente se movían buscando sentir más placer.

-Recuerda decirme si te duele… Aunque no creo que pueda parar...

Con delicadeza el miembro de Tokiya se abría paso dentro de él, fue un poco doloroso al comienzo pero fue capaz de soportarlo , pues el quería esto tanto como su pareja.

El pelinegro con sumo cuidado inicio con las penetraciones. Esto no se comparaba nada a los dedos que habían estimulado su interior con anterioridad. El pene de Tokiya era mucho más que tres simples dedos y obviamente le dolía con cada movimiento, pero por muy loco que sonara le gustaba esa sensación que lo enloquecía mas y mas.

-Tokiya, Tokiya …mas, mas- pidió desvergonzadamente.

El chico sin dudarlo separo aun mas las piernas de Otoya, con el fin de llegar aun más profundo dentro de él. Un grito lleno de placer salió de su boca logrando con ello alentar al peliazul a aumentar el ritmo con el que lo penetraba.

-Estoy por venirme- afirmo Tokiya.

-Yo… yo también- logro decir entre gemidos-

Dicho esto ambos llegaron al orgasmo. Otoya se vino manchando su pecho con su esencia a la vez que sentía como el peliazul lo llenaba por dentro. Sus respiraciones agitadas hacían eco en la habitación.

Exhausto el mayor se recostó sobre su pecho, seguro que podía sentir los agitados latidos de su corazón.

-Gracias… Este ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.

Y sin esperar respuesta sus labios fueron capturados por su novio.

Sonrió feliz, por fin había puesto sus sentimientos en sincronía con la persona que tanto amaba. Esta noche, en este día tan especial el daba las gras a Dios por haberle permitido conocer a Tokiya y darle la oportunidad de tener a una persona la cual poder amar. Ese era su mejor regalo.

 

Notas finales:

Holaaa!! 

He escrito este oneshot para una buena amiga a la que le tengo mucho cariño y que hace dos dias estuvo de cumpleaños *-*  He escrito cada palabra con mucho cariño, me ha encantado escribir este Fic.... Es que amo a estos dos, son el uno para el otro

Exia sé que esperabas esto con ansias y espero aque te haya gustado y haber cumplido con tus espectativas.

Y a cada personita que lo lleyo espero que tambien lo hayan disfrutado


Muchas gracias por leerme :3 



Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).