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solo a tú lado por Zack Engel

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Notas del fanfic:

hello~ hace mucho que no publicaba nada,  ¿que mejor que volver en una fecha de romanticos? pues aqui me tienen, atormentandoles con una nueva pareja

estos personajes son la primera vez que los escribo asi que espero que me ayuden a mejorarlos si quieren que vuelva a escribir de ellos

 

El entrenamiento de Hyotei iba terminando, cualquiera podía decir que había sido un entrenamiento perfecto ya que como siempre Atobe Keigo había derrotado nuevamente a todos los que se atrevían a desafiarlo, pero no era así, claro que no hoy era el día más diferente que había tenido todo el colegio.

El hecho era simple para los titulares y algunos jugadores del mismo club. La mejor pareja que tenían, silver pair,  había tenido la peor discusión de todo el club  y ahora mismo no se hablaban para nada, eran como dos desconocidos con una mala química al tan solo verse por primera vez en la calle, pero  ¿Cuál era la razón de esta discusión? Wakashi en simples rasgos.

Podía ser extraño y de hecho Shishido desconocía la razón, mas Ootori la encontraba justa y precisa, en su mente no podía existir más que celos de aquel castaño que lo tenía todo en su vida o al menos eso era lo que pensaba en su mente cada vez que lo veía atraer la atención del capitán o de sus compañeros de clase “el perdió cuando jugo contra un menor que él, ¡yo gane, él no!” pensaba una y otra vez en su mente golpeando la muralla con frustración, era la primera vez que tenía tantos celos de otra persona.

Ootori dio un suspiro en lo que reanudo su paso al camerino, no podía estar todo el día enojado, quería ver la sonrisa de su compañero en dobles e intentar olvidar todo aquello, así que decidido tomo el pomo de la puerta y la iba a girar para entrar, más se quedó completamente quieto al escuchar como unas personas se encontraban adentro hablando de manera tranquila, quería irse y no escuchar nada, pero algo lo detenía ¿Qué podía ser si él no era curioso o metiche? Quizás el hecho de que Shishido y él eran tema de conversación “fue lo mismo que en la mañana, no debería escuchar, pero… pero… ¿Por qué dijo eso?” pensó bajando la vista al recordar que en la mañana había escuchado la conversación de sus superiores y que una vez más Wakashi se llevaba los votos del próximo capitán del grupo.

Él conocía perfectamente la situación, él sabía que no quería ser capitán del equipo ni tampoco tenía madera para ello, el sabia todas las condiciones existentes de porque era mejor que no se metiera en aquello, pero ¿era necesario decirlo con las palabras más hirientes del mundo? No lo creía así, aunque lo hubiera entendido si el que lo hubiera dicho fuera Atobe, Yuushi o incluso Gakuto, pero no, tenía que ir Shishido y abrir su boca para dejar en claro todos sus defectos. Sin pensarlo apretó con fuerza aquella manilla y su gesto se convirtió en tristeza apenas recordaba todo “sé que no soy el mejor compañero, pero… porque tenía que dejar en claro que me odia… que solo soy una carga para él y nada más… ¿Por qué tenía que decirlo precisamente ahora Shishido-san?” pensaba sin poder comprender para nada la situación que tenía frente a su propia nariz. La situación era simple, solo debía desligarse del mayor y todo sería bueno, incluso salirse del club de tenis podría ayudar a que el castaño dejara de tener problemas con su persona.

-es una lástima ¿no? Pelean cuando ya no queda nada ¿Qué es lo que vas a hacer Shishido? – la voz de Yuushi retumbo en los oídos del peli plateado haciendo que levantara la vista aunque la puerta interfería su vista

-hmm… eso no es de tu incumbencia Oshitari – la voz fuerte de su compañero hizo que sonriera levemente, quizás Shishido haría algo por salvar la situación o diría algo defendiéndolo – por lo demás no es mi problema, no lo entiendo y no me interesa hacerlo… ya se le pasara

-¿aso que lo dejaras estar por el momento?

-por supuesto, son pataletas de niño, mi preocupación más importante es pasar inglés y asistir a los nacionales, es por lo que siempre lucho y siempre luchare son metas que quiero cumplir y nadie se interpondrá en mi camino

Ootori bajo la vista apretando su puño con fuerza, sintió que poco a poco su corazón se rompía en miles de pedazos haciendo que toda esperanza se convirtiera en tan solo un oscuro hoyo lleno de decepción y angustia ¿Qué creía? ¿Qué Shishido correría  a sus brazos para ayudarlo y acariciarlo? ¿Qué le declararía su amor latente oculto en estos años? Era un iluso, el castaño nunca lo había visto de esa forma y nunca lo vería de todos modos, solo era un buen utensilio para poder cumplir su meta de llegar a los nacionales y ganar el torneo.

Sin soportarlo mucho más salió corriendo del lugar sin cambiarse ni nada, solo corría por el colegio y luego por las calles hasta que poco a poco sus piernas iban perdiendo la fuerza necesaria para mantenerse en pie, por lo que con la respiración agitada se arrodillo en medio de un parque desolado aparentemente, solo habían pequeños niños jugando a la pelota y riendo como si eso fuera lo más entretenido del mundo

En la cabeza del peli plateado solo estaban las palabras de su amigo diciendo duras palabras, la realidad era simple…. Shishido siempre vio esa relación como un mal necesario, si seguían así él podría ser titular, solo jugando dobles Shishido sería el titular que tanto deseaba así que era obvio que tenía que mantener una buena relación con el amable chico, pero ¿tantos problemas solo por ser titular? No creía que eso fuera cierto, la verdad es que Ootori no creía ni veía capaz al castaño de utilizar tanto a una persona por su conveniencia. Shishido era el ser más justo que conocía en la vida, como traicionarlo de tal forma solo por un capricho “debe haber un error, tiene que estar faltando algo que no he visto… pero ¿Qué? Shishido-san por favor… dime que me equivoco, dime que puedo confiar ciegamente en ti de nuevo” pensaba oprimiendo los deseos de llorar, aunque todo era en vano porque sus ojos no dejaban de llorar y sus manos abrazadas a sus piernas reafirmaban en un agarre fuerte dejando en claro como era que se encontraba el peli plateado.

“la persona que más quise impresionar… a quien mas quería ver sonreír… a quien más amo en esta vida, habla mal de mí y solo tiene concepciones erróneas de mi… soy pasivo, pero… “ sus lágrimas seguían saliendo y su cabeza se intentaba esconder cada vez más en sus rodillas para que nadie lo notara, por un momento se le volvió a cruzar por la cabeza dejar el club, pero era el mal necesario para Shishido y si lo dejaba ahora quizás no podría continuar jugando como titular y realmente a pesar de todo no quería verlo triste, no quería interponerse en sus metas así que debía ser fuerte, tenía que soportar solo unos meses más “es irónico, mi gran oportunidad de decirle lo que siento por el 14 de febrero se arruino completamente… pero es mejor, así no lo hago pasar más malos ratos “ una sonrisa triste apareció en su cara, quizás era el mejor regalo que podía darle al mayor

-lo sé perfectamente… pero duele – lloriqueo hasta sentir una cosa peluda refregarse contra su pierna y al verlo noto un gato que prontamente acaricio con una leve sonrisa - ¿te sientes igual amigo?

-¿hmm? ¿tú no eres Ootori-kun? – una voz suave e infantil se escuchó cerca del peli plateado

-¿eh? – alzo la vista encontrándose de lleno con la imagen de Marui Bunta- hmm… si… soy yo – dijo intentando controlar su llanto, pero nada podía hacer

-¿Qué haces aquí y porque lloras? – pregunto torciendo la boca un poco para luego tomar uno de sus dulces y extenderlo al contrario – ten, si comes podrás llegar a sentirte mejor, te falta azúcar

-hmm… gracias – dijo tomando el pastel y se secó las lágrimas con su mano limpia – yo… solo salí corriendo del entrenamiento… me siento algo… frustrado – comento bajando la vista y con lentitud le dio un mordisco al pastel encontrándolo delicioso- me siento… frustrado…

- ¿vamos a sentarnos a una banca? – dijo sonriendo y sin más agarro el brazo del más alto para poder caminar hacia el otro lado - ¿Por qué te sientes frustrado?

-somos de escuelas diferentes… ¿Por qué me ayudas? – pregunto confundido siguiendo al mayor y con una leve sonrisa se sentó a su lado, quería un amigo, pero no tenía gente cercana para hablar, Bunta era simpático- la verdad es que… Shishido-san ya no me soporta y yo… solo soy un inútil

-pronto no seremos rivales, somos amigos de todos modos, estoy seguro que independiente de todos nos ayudaremos, por algo somos personas – dijo comiendo su siguiente pastel con satisfacción escuchando lo que tenía que decir el menor - ¿Shishido no te soporta? Creo que te estas equivocando,  él te debe mucho

-gracias… pero lo escuche… solo soy útil para él – dijo bajando la vista, solo le había dado dos mascadas a su pastel, pero no se sentía para nada bien – siempre quise ayudarlo, pero no lo soporto… - dijo medio herido sin poder evitar controlar su llanto - ¿Cómo puedo hacerle saber lo que siento?

-¿Por qué no lo pruebas? – su sonrisa se volvió algo traviesa  y comenzó a comer su cuarto pastel, era un fanático y nadie lo detendría en ese sentido- averigua si realmente te utiliza o te quiere, deberías hacerlo antes de san Valentín, así podrás disfrutar o llorar ese día, mas no te sentirás patético al estar ignorante

-¿pro… barlo? – pregunto confundido  y dudoso pensando en cómo hacerlo, ya había sentido celos, pero simplemente no podía pensar en algo así como engañar al castaño, no se veía capaz- es imposible

-nada es imposible, si algo no te sale bien pruebas soluciones hasta que consigas la victoria, no existe el beneficio sin sacrificio – dijo orgulloso el pelirrojo recordando palabras similares de su sub capitán – puedo ayudarte, será entretenido y Jackal también

-¿eh? ¿Cómo me ayudaras? – pregunto volviendo a ver al contrario, sentía un poco de esperanza en los ojos del contrario y creía que eso era bueno

-mañana no lleves tu ropa deportiva, no asistirás al club y te iras conmigo, tenemos que actuar antes del 14

-pero mañana es 13 y…

-no digas más, tengo que irme a planearlo con jackal, debo hallar un método para escapar de Sanada – dijo juguetón pensando en pedir ayuda a Niou, pero por el momento se levantó terminando el ultimo pastel que quedaba en la caja – nos vemos Ootori-kun, no me hagas esperar

Sin poder articular ninguna palabra vio como el chico salió corriendo y una suave sonrisa apareció en su cara asintiendo levemente, si tenía esperanza, aunque fuera el 1% la quería tomar, no se quería rendir tan rápidamente solo por ver el gesto de odio del mayor hacia su persona.

Con un fuerte suspiro se limpió el rastro de lágrimas que le quedaban y termino su pastel encontrando por fin el delicioso sabor dulce que este contenía para luego pararse e ir a Hyotei  nadie decía que eso iba a ser sencillo, pero tampoco tenía que ser demasiado complicado, solo tenía que soportar un día y los regaños de Atobe para saber los sentimientos de Shishido “pero vale la pena realmente vale la pena” pensó caminando por la calle viendo a las chicas entusiasmadas por la fecha, ya muchas estarían practicando o preparando lo que sería su mejor arma para conquistar a su chico deseado y en cierta forma sentía envidia de ellas, él también quería poder conquistar a su pareja de tal forma sin sentir prejuicio alguno

Al día siguiente Ootori se levantó temprano, después de lo ocurrido no se había encontrado con Shishido ni ningún titular en el colegio así que todo había sido más fácil.

Bañado y peinado se vio su bolso deportivo, seguía dudoso eso no lo podía negar, pero era la primera vez que recibía tanta ayuda de otra persona así que con un gran esfuerzo de auto control ignoro sus raquetas y zapatillas para tomar su pequeña mochila, el uniforme era raro sin llevar sus raquetas en la espalda, pero también era de alguna forma relajante y tranquilizante saber que no tendría que fingir que todo estaba bien y que debía disculparse para que nadie los separara, aunque cabía la posibilidad que lo hicieran de todos modos “es el todo por el nada, no existe beneficio si no hay sacrificio, no existe beneficio si no hay sacrificio” se repitió la última frase un par de veces más antes de salir de su cuarto.

Impresionando a su familia tomo desayuno con una sonrisa y se despidió de ellos, no escucho las preguntas del porque no llevaba su bolso, así que no le dio mayor importancia y fue caminando directamente a la escuela, el día brillaba más de lo común y además los pájaros cantaban a viva voz dejando ver su felicidad latente “hoy será un buen día, lo sé”

Llegando al colegio todo cambio, su confianza se volvió nula cuando vio a lo lejos a Oshitari con Gakuto llegar por el lado contrario hablando animadamente, si lo veían preguntarían porque no tenía su bolso así que haciendo un intento sobre humano corrió adentro del lugar e ignoro a todos los demás estudiantes del club hasta llegar a su sala, si no salía de ese lugar podría sentir que se encontraba a salvo sin peligro alguno o eso pensaba él porque compartía la misma sala que el famoso Wakashi “debería dejar de sentir celos, no es su culpa… el solo cumple sus objetivos mientras yo solo me dedico a ser un estorbo” pensó recordando algunos momentos de su vida con Shishido mientras veía por la ventana, como la mayoría de los titulares entrenaban entre ellos se encontraba también Shishido, “a ninguno parece interesarle el que no esté allí, es irónico, sin pelear ya se la respuesta” pensó sintiendo como su día comenzaba a verse nublado a pesar que las nubes ni si quiera se asomaban.

Soltó un suspiro y apoyo su cabeza en su mano para poder descansar un poco y tal como otras veces soltó un suspiro y paseo su mirada por todos los titulares  con desagrado ¿el mirando con desagrado? En su vida había sentido aquel la “cosa” y sinceramente le asustaba demasiado por lo que dejo de mirar  y saco uno de sus cuadernos para poder dibujar  un momento cualquier cosa que se le venía a la cabeza.

De un momento a otro, no supo cuándo, su celular sonaba con mucha insistencia  y todo el curso le veía mal, quizás porque no dejaba de hacer ruido  así que lo saco y noto que era un número desconocido. Quería ignorarlo de verdad, pero cabía la posibilidad que fuera Marui Bunta y no quería ser descortés después de todas las molestias que se había tomado con él por lo que con un momento de pausa se decidió a contestar y poner su celular en el oído

-hola~ hasta que contestas… supongo que no llevaste tu equipo como te dije

-hola… no, no lo traje Marui-san

-quita el “san” ahora se supone que fingiremos ser una “pareja”… te pasare a buscar como a las 5 de la tarde, te veré afuera de las canchas

-eh…. Hmmm ¿estás seguro de esto?

-es para ti, si no quieres ni me molesto,  pero que sepas que yo también me estoy saltando el entrenamiento

-ah… disculpa no quería ser descortés… entonces lo veo a las 5 de la tarde…. Hmm muchas gracias de verdad Marui-sa…. Marui

-de nada, nos vemos ahora pone atención a las clases

Tan pronto colgó una sensación fría se vino a su cuerpo congelando todos sus órganos, congelando su cerebro, su garganta… su corazón. No  entendía realmente, pero la pequeña conversación con el pelirrojo le hizo sentir demasiado bien ¿feliz? Demasiado para poder describirlo, incluso podía decir que se sentía mucho más feliz que cuando veía la sonrisa de Shishido al poder hacer puntos o cuando ganaban un partido y podía mostrar toda su genialidad en la pista haciendo que todo el mundo lo viera a él.

Entonces la pregunta ahora es ¿de que sentía feliz? Quería volver a experimentar esa sensación tan placentera que era el hecho de poder sentirse bien consigo mismo “quizás… y solo quizás me siento bien porque Marui-san me miro y se preocupó por mí, solo de mí… es una hermosa sensación” pensó sonriendo ampliamente viendo como era que los estudiantes que practicaban empezaban a entrar y detrás de ellos el profesor de turno.

Cuando cruzo miradas con Wakashi no pudo más que tragar fuerte y con un gran nerviosismo bajar la mirada, se sentía avergonzado hasta no decir basta, pero tampoco era una cosa que debiera retractarse, las cosas ya estaban hechas y nadie ni nada le haría cambiar de opinión sobre el plan que llevaría a cabo, ni si quiera Atobe por lo que con determinación subió nuevamente la mirada e ignorando al castaño se dispuso a tomar apuntes sobre la clase.

Así se la paso durante todas las clases, cada vez que veía al castaño acercarse para poder hablar arrancaba fuera de la sala y evadía a todos los titulares que se encontraba en el lugar, incluso tuvo la osadía de no hacer caso a su pareja de dobles cuando le llamo para conversar. Se sentía raro por ello, pero a la vez era una sensación tan hermosa como si fuera un prisionero de 10 años que recién pudo volver a ver la luz del día, que pudo tocar un árbol sin esposas en sus manos, que pudo socializar sin acudir a la violencia… se sentía libre y lo  gozaba enormemente.

Las clases terminaron y el dio un suspiro de satisfacción, eran recién las 4:45 así que tenía tiempo para caminar tranquilo a la cancha y esperar al pelirrojo con una sonrisa en la cara. Sin pensarlo más se levantó y puso su mochila en la espalda para comenzar a caminar, pero el castaño fue mucho más rápido y se interpuso en su camino, sus ojos eran completamente serios y sus brazos estaban cruzados “está molesto” pensó el peli blanco tragando algo nervioso, no le gustaba pelear con sus amigos, pero una parte de su cuerpo le decía que podía golpearlo y demostrar que era mejor ¿golpear a otra persona para demostrar superioridad? No podía hacer eso, no sabía en lo que se estaba convirtiendo así que retrocedió un paso y empuño fuertemente sus manos para controlar cualquier impulso tonto.

Lo vio abrir la boca, noto como la lengua iba a moverse y no soporto más, así que salió corriendo del lugar empujando a cualquiera que se le cruzara en el camino, escucho muchas quejas pero a ninguna le hizo caso realmente “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿En qué me estoy convirtiendo? Dios ayúdame” pensó frunciendo más el ceño de su cara y llego hasta el patio  respirando agitado y nervioso “se siente así… tener  celos se siente así, no me gusta, dios no me gusta” pensaba negando con la cabeza fuertemente  y apretó más fuerte sus manos para negar todo lo que llegaba a sentir, si era así prefería olvidar esos sentimientos por el mayor, no quería terminar siendo un idiota que dañaría al amor de su vida.

-Choutaro –una voz fuerte y ruda se escuchó frente a él

-shishi...do-san – dijo entrecortado levantando la vista, no podía evitar que todos los sentimientos volvieran a salir y lo quemaran por dentro

-quiero saber qué es lo que te pasa, tienes aspecto lamentable, no te disculpas y no vas a las practicas, ¿Qué mierda te pasa? – pregunto completamente enojado aunque sus manos estaban relajadas en sus bolsillos

-yo… hoy tengo una… hoy no puedo ir… tampoco es como que se extrañe mi presencia- dijo sonriendo de lado

-¿de que estas hablando? ¿Dejaras el equipo? Eso estas diciendo… ¿Qué pasara conmigo, soy tu pareja de dobles?- su voz se alzó mucho más y puso sus manos sobre los hombros del menor

-es que yo… no digo que lo deje, hasta que usted este me quedare y no le fallare… es solo por hoy – dijo bajando la vista

-no es necesario, si no quieres seguir se te reemplazara, no quiero gente sin ambición en mi equipo, Shishido tendrás otra pareja de dobles – la voz de Atobe retumbo en sus oídos haciendo que Ootori se sintiera cada vez peor, se esperaba esta resolución

-¡no lo acepto! Chotarou es el único que puede ser mi pareja, ya se acoplo y se acercan las nacionales, necesitamos una pareja que gane si o si Atobe, tiene que ser Chotarou

-…- “siempre querré mas, siempre desearé tener más de ti Shishido-san, no puedo quedarme contigo” pensaba casi enojado consigo mismo por no poder soportar tan poco

-eso es muy romántico, pero ahora te pediré que sueltes a mi cita, tenemos que irnos ya

- Marui Bunta – se escuchó de los dos mayores y Ootori alzo la vista sintiéndose extrañamente salvado

-¿Qué haces aquí? – la voz de Shishido era demasiado cabreada y malhumorada, primera vez que lo veía así

-ya lo dije~ - hizo un globo con su goma de mascar y le sonrió a ambos cuando exploto – he venido por Chotarou~  vamos a tener una cita

-así que de eso va todo – dijo el castaño bajando un momento la vista y su mano, pero en cuanto perdió el contacto con el menor al ver que este se movía le tomo de la muñeca - ¿vas a ir con él?

-el me invito Shishido-san… no podía negarme

Sin ninguna palabra más, solo con un gruñido Shishido salió del lugar junto al peli blanco lo más rápido que pudo, no sabía a donde iba, no, si sabía perfectamente a donde iba en ese instante por lo que apuro un poco más el paso sintiendo como el menor se quejaba, pero no le dio importancia porque para su mente no cabía la posibilidad de perder a su mejor amigo, a su compañero, a su pareja.

Cuando llegaron Ootori se dio cuenta del lugar que se encontraban, abandonado y desolado, casi cayéndose en pedazos ambos entraron al edificio hasta llegar al lugar en el que muchas noches entrenaron hasta sentir que sus cuerpos no daban nada más, hasta que sus manos se lesionaban o solo querían descasar al lado del otro.

Inmediatamente el menor formo una pequeña sonrisa de nostalgia en su cara y soltó un suspiro sentándose donde solía hacerlo, al poco tiempo sintió como el mayor hacia lo mismo quedándose a su lado y en silencio. Así pasaron muchos minutos, incluso el peli blanco pudo apostar que paso una hora completa antes de que un ruido se volviera a escuchar en el lugar, aunque no era externo, era su corazón que retumbaba tan fuerte que paralizaba sus oídos y garganta. Shishido había puesto su mano sobre la suya y no la había quitado “quizás no se ha dado cuenta”  pensó apostándolo todo y movió uno de sus dedos para ver si el mayor la quitaba, pero nada de eso pasaba.

No entendía que era lo que eso significaba, pero le gustaba demasiado sinceramente, era como si todo su mundo se hubiera paralizado, la felicidad había sido mucho más que cualquier otra cosa, solo por un pequeño contacto entre ellos.

-¿no jugaras más tenis?

-no he dicho eso Shishido –san… es solo que yo – bajo la vista, no deseaba formarle más problemas al mayor

-te necesito en esto Choutaro, necesito que estés conmigo, sin ti no poder ganarle a la Golden pair – dijo seguro mirando al peli blanco, quería parecer cool, pero no sabía que decir

-le puede ganar usted solo, pero si quiere le daré todo mi apoyo, eso solo que – desvió la vista y no pudo más que suspirar y enfrentar su problema, mirarlo a los ojos – si esto sigue solo le traeré problemas

-¿problemas? Somos una pareja de dobles, no puedes darme problemas y aunque lo hicieras lo resolveríamos juntos como siempre lo hacemos, tú me ayudaste para conservar mi puesto en Hyotei, quiero que estés conmigo en esto – decidido tomo la mano del menor y vio un hermoso sonrojo en el otro, no entendía como poda ser tan tierno – me di cuenta que disfruto más del tenis en dobles, pero jugar con otra persona no me trae la misma satisfacción que como es contigo

-pero… soy mala persona, existen partes de mí que desconozco y no entiendo, me enojo con cada quien que se acerca a usted y… no creo que pueda superarlo porque siempre deseo más, si se trata de Shishido-san siempre querré mas  - dijo haciendo una leve mueca, tenía felicidad y tristeza ahora

-¿más? A que te refieres con eso

-lo amo – dijo decidido mirándolo a los ojos con una pizca de confianza y el resto solo era nerviosismo y duda por la aceptación del mayor

-¿eres gay?- quito su mano y vio cómo el contrario dejaba ver toda su frustración y miedo- espera… yo no lo soy, pero no te dejare ir –tomo la mano del contrario y acaricio con uno de sus dedos – puedo soportar tenerte pegado a mi si quieres

-¿en serio?... pero y si deseo mas ¿Qué pasara? – pregunto afianzando el agarre del mayor, era tan maduro a sus ojos que estaba feliz

-confórmate con esto por hoy – dijo soltando un suspiro y sacándose el gorro azul que siempre llevaba le dio un beso en los labios- aunque no vuelvas a aceptar a Marui algo, ni tampoco hagas cita con otra persona, menos un día antes de san Valentín

-Shishido-san ¿usted celebra esa fecha? – pregunto atónito, había sentido los labios del mayor, eran dulces y suaves, duros y salados, tibios, no sabía eran todo y a la vez nada, era la mejor sensación que había sentido en toda su vida

-no lo hago, pero prefiero que me des los chocolates a mí que a cualquier otra persona – dijo algo sonrojado - ¿ya no vas a dejarme cierto?

-Shishido-san yo…

-Ryou, para ti y cuando estemos solos puede ser  Ryou… es como un pequeño regalo para ti

-… - sonriendo amplio y con ojos llenos de esperanza asintió con la cabeza, le daba igual parecer un perro para cualquier otra persona, él era feliz de aquella manera – gracias Shi… Ryou, mañana le llevare chocolate y si no quiere no lo dejare

-entonces lo esperare – sonriendo confiado se estiro y no supo que más hacer

Se quedaron otro momento ms en silencio sin siquiera mirarse al no saber qué hacer, su amistad ya había cruzado los límites que eran imposible pasar si no querías tener problema, pero ahora solo tenían que seguir adelante, tenían una promesa, no se dejarían por nada del mundo, el tenis era su mundo y su vida, pero aquello no podía ser posible si no tenían al contrario a su lado.

Sin pensarlo y con gran nerviosismo y lentitud se volvieron a acercar, deseaban otro beso que los hiciera sentir bien nuevamente, por lo que juntaron sus labios  y se dieron un pequeño beso, que poco a poco fue aumentando de intensidad, no pasaron los límites de lo absurdo, no fue pasional y quizás pasarían muchos días para que fuera pasional entre ambos chicos.

Al separarse se quedaron mirando un momento, el peliblanco estaba con la sonrisa pegada en la cara y el castaño medio sonrojado y avergonzado por lo que había pasado hace poco, pero eso no impidió a que le tomara la mano  cuando salieron del lugar y caminaran lentamente hasta la casa del menor hablando de cosas triviales del tenis, tampoco del que prometieran que ganarían si o si contra la Golden pair para poder demostrar que eran la mejor pareja del mundo en el tenis y nada podía separarlos nunca más.

La mañana apareció sin pena ni gloria, Ootori despertó quejándose de no querer ir a  clases, pero en cuanto vio el calendario que tenía pegado en la muralla salto de la cama y se fue a bañar rápidamente para estar listo antes de tiempo, tenía la emoción a flor de piel, al fin después de dos años podría darle ese regalo que tanto deseaba al mayor.

Sin más se acercó a la cocina y del refrigerador saco un regalo cuadrado, pero que adentro tenía un chocolate en forma de corazón, sin más con todo listo, bolso del club y su mochila salió corriendo para poder ir al colegio en donde evadió a una cuantas chicas que le ofrecían su chocolate, donde saludo a sus amigos y pidió disculpas por su error del día de ayer, pero que no volvería a ocurrir.

Cuando llego al camerino se cambió de ropa y se sintió nervioso, no sabía si lo de ayer había sido verdad o no, pero no se iba a retractar por lo que dando un suspiro se decidió a sacar su regalo y guardarlo en su bolsillo de la chaqueta para salir. En cuanto dejo la habitación vio a Gakuto todo coqueto y confiado entregándole chocolates al peli azul que tenía una sonrisa coqueta “yo no podría actuar así… tengo nervios” pensó caminando hasta donde estaba su pareja de dobles y le saludo con una pequeña sonrisa en los labios, en eso el castaño le miro y con la raqueta en el hombro estiro su mano libre.

-Feliz san Valentín Ryou… - dijo sonriendo y alegre entregándole el regalo al mayor

-feliz día Choutaro – respondió tomándolo y lo guardo en su bolsillo – entrenemos por todo lo de ayer y demostremos que somos la mejor pareja

-si –asintió con la cabeza y acomodo su raqueta- ¿quieres hacer esa técnica contra la Golden pair?

-la única forma de lograrlo es sincronizados, tenemos tiempo suficiente para poder perfeccionar el “pile mirage” así que pongámonos en marcha

-si

Sin ningún acto meloso ni romántico ambos se pusieron a practicar como nunca antes lo habían dicho, y lejos de ellos observándolos detrás de un árbol se encontraba Marui y Jackal con una sonrisa en la cara, el moreno no entendía muy bien la situación, pero le agradaba que el otro estuviera feliz así que solo se quedaba imitándole hasta que decidiera hablar

-es bueno, cuando te das cuenta que creces y deseas más, el amor es algo espectacular – dijo Marui con una sonrisa comenzando a caminar – serán un hueso duro de roer

-¿Por qué los ayudaste?

- es obvio, todos somos amigos de una u otra forma, pero por sobre todo no puedes mejorar si no tienes adversarios dignos que te obliguen a hacerlo, ellos estaban estancados, pero ya no más… tenemos que prepararnos porque cuando vuelvan a cruzar el limite quizás sean invencibles

Notas finales:

bueno espero que les haya gustado y que si encontraron algo que falto me diran para mejorar estos dos personajes

sin mas que decir se me cuidan~

 

bye bye

Zack Engel


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