Toma mi mano
La nieve cae… en este lugar siempre está frío. Siempre, siempre… es tan desolador. El frío entume mis brazos y mis pies. La adrenalina de la batalla se esfuma, se apaga como la flama de una vela, se extingue entre tanta obscuridad.
La tarde cae, la nieve parece caer también… la poca claridad se acaba. Me aterra mirar a mi alrededor. Me aterra reconocer a mis amigos, mi familia, entre los cadáveres esparcidos por la pradera.
Toma mi mano
Ya todo estará bien
No debes llorar
¿Por qué mis peores… temores, aparecen cuando hay nieve? El dolor y la incertidumbre, ¿Están ligados a la fría nieve? ¿Será, que el frío está ligado a mis temores? ¿Será que el frío siempre será un mal recuerdo?
Entre el frío me siento solo… me siento vacío… me siento perdido. ¿Por qué sigo estando solo? ¿Por qué cuando creo encontrar familia… desaparecen… mueren?
Sé que es difícil
Pero yo estaré aquí
No te sientas solo
Y justo hoy… hoy, alguien me había ofrecido algo más. Alguien me ofrecía otro tipo de amor. Me ofrecía protección, compañía, calidez… y amor. Sólo para mí. Sólo mío. Yo sería suyo y él sería completamente mío.
Ante semejante oferta, mi corazón latió debocado, era él después de todo… era él. Era el único que lograba hacer que mi soledad se minimizara, que el frío disminuyera.
Si todo está mal
Y no puedes más
Puedes buscarme
Cuando estaba a punto de empezar con mi efusiva respuesta… el ataque inició. Él y yo sabíamos que, si luchábamos en el mismo espacio, la preocupación por el bienestar del otro nos distraería. Sin pensarlo dos veces nos separamos.
Cada uno con un oponente. Cada uno en su batalla esperando terminar para volver avernos… y, escuchar mi respuesta.
Sé que tú en mi lugar
Lo harías también
Sin pensarlo
¿Por qué no contesté enseguida? ¿Por qué no simplemente le dije todo lo que quería decirle? ¿Por qué simplemente no le besé? ¿Por qué la batalla tuvo que durar tanto tiempo? ¿Aún será el mismo día?
No tengo noción del tiempo, la perdí después del traslado a diferentes campos de batallas… y terminamos juntos otra vez. A pesar del tiempo, de los distintos lugares en que peleamos, terminamos en este prado. Rodeados de nieve. Con manchas rojas en ella. Con los cadáveres de la última familia que tuve.
Sé que duele caer
Yo ya estoy aquí
Para ti
Ya ha pasado mucho, él no viene, no hay rastros de movimiento más que el de los copos que caen. Tal vez debe ir yo en su búsqueda… tal vez, no lo encuentre entre los cadáveres… tal vez… tal vez el terror me ha acobardado.
Tengo miedo de verle ahí, tendido entre la nieve roja, envuelto entre cuerpos sin vida, con sus ojos vacíos… esos ojos que sólo me miraban a mí.
Como ayer
Como hoy
Sabes que
Puedes buscarme
Ya no siento mi cuerpo. Si no me muevo ahora, será demasiado tarde, la pérdida de sangre por la batalla y la ausencia de adrenalina en medio de toda esta nieve, me causarán hipotermia. Ta vez, aún hay sobrevivientes, tal vez tampoco se mueven por temor a descubrir lo que quedó de la batalla.
Debo ayudarlos. A quienes siguen vivos, a quienes aún tengan oportunidad, a quienes siguen luchando por vivir. Quizá lo encuentre a él. Quizá él esté esperándome, debo ir por él, debo hallarlo… y debo decirle mi respuesta.
Sé lo que sientes
Y aunque parezca así
No es el final
Gemidos ahogados resultan de mi intento de ponerme en pie. Las heridas que me causó Tikki parecen más profundas de lo que aparentan. Después de desplomarme más de una vez, mis piernas logran reaccionar; con esfuerzos, camino en busca de sobrevivientes.
Esto es más perturbador de lo que creí. De tanto frío, mis lágrimas no pueden salir. Ya pasé a Miranda, Krory… Lena… y varios buscadores. Juro que estoy a punto de derrumbarme.
Esto no es fácil
Pero yo estaré aquí
No te sientas solo
Hasta ahora hay tres sobrevivientes, buscadores, ningún exorcista. Realmente espero encontrarlo… vivo. No sé qué sería de mí sin él.
No quiero perderlo.
No lo soportaría.
Tengo que encontrarlo, le debo una respuesta, le debo demasiado. Él me dijo un día que nunca me dejaría solo, y le creo. Hoy, cuando me hizo esa propuesta, lo repitió. Esta batalla no pudo haberle hecho cambiar de opinión. ¿Dónde está? No puedo hallarlo. ¿Dónde está?
Sé que tú en mi lugar
Lo harías también
Sin pensarlo
Ahí, ahí está… ese cabello lo reconocería en cualquier lugar. Apresuro mis pasos y llego a su lado. Tiene sus ojos fijos en el cielo, tiene el rostro cubierto de nieve. Me acerco y le veo parpadear al reconocerme. Una sonrisa de alivio y ojos aguados es lo que creo que él está viendo. Me arrodillo a su lado y le miro a la cara.
--Allen –susurra –Allen, Moyashi… No estés triste. Recuerda que siempre estaré contigo, Moyashi.
Siento como brotan lágrimas de mis ojos congelados, quisiera reprenderlo, pelear con él como siempre lo he hecho… gritarle que se levante y cumpla su palabra. Pero esas cosas atravesando su abdomen, su pierna derecha y ambas manos. Él lo sabe, sólo está ahí, esperando su final. Y yo no puedo hacer nada para evitarlo.
Sé que duele caer
Yo ya estoy aquí
Para ti
Como ayer
Como hoy
Sabes que
Puedes buscarme
Ya no dijo más. No me atrevía a decir nada… me limité a estar a su lado, mirarlo sin pestañear. Él me dedicó una pequeña sonrisa. De esas que sólo me dedicaba a mí. Se acercaba el final… ambos lo sabíamos.
Estoy seguro que si hablaba, solo haría le daría un mal recuerdo de esta despedida. Mejor, me incliné y junté nuestros labios. Un beso que marcaba muchas cosas: el primer beso como ‘pareja’… un beso de despedida… el beso que sellaba nuestro amor.
Sólo escuché que él volvía a susurrar… “Te amo”… y luego solo hubo silencio. Él se había marchado y yo quedé en medio de la nieve, junto a su cuerpo, en medio de un frío que congelaba mi respiración.
“Te amo” susurré.