Tener una relación, vivir en pareja y hasta tal vez formar una familia es hermoso siempre y cuando mantengas la relación interesante y llena de pasión para así ser felices, esto parecería fácil para nuestros segadores favoritos: William T. Spears y Grell Sutcliff los cuales llevan ya un año y medio de relación y se juraron amor eterno muchas veces, el problema es que el número de veces en que hicieron ese juramento fue superado por el número de veces en que se hicieron daño.
Su relación se ha vuelto muy monótona, despertar solo, desayunar solo, ir a trabajar solo, regresar del trabajo solo, encontrar la casa sola, leer un libro y beber té solo, ir a la cama también solo, por ultimo sentir que él llega a casa con ese maldito olor infernal y dormir abrazados, como si se quisieran, esta era la nueva vida de William el cual ha perdonado miles de veces a Grell por haberle sido infiel a pesar de luego romperse en mil pedazos. Se siente la tensión entre estos dos cuando están solos, ya no es la misma pareja amorosa que por fin podía consumar su amor, ahora más bien es un par de conocidos que viven en la misma casa y que de vez en cuando tienen sexo, su relación es tediosa, está rota, un William sumiso y un Grell promiscuo, eso es ahora.
Un día más siguiendo esta rutina, William está en su oficina y entra el joven Knox avisando que no encuentra a su Sutcliff-senpai por ningún lado en toda la sede, obviamente el moreno ya sabe dónde encontrarlo y directamente se va a la mansión Phantomhive y si, como pensó, el pelirrojo se encuentra con ese demonio, pero hay un problema, como dice el dicho “El que busca encuentra” William termino de romperse, tal vez afortunada, o más bien infortunadamente el moreno llego justo en el momento en que la persona que más ama se encuentra intimando con tan odiada alimaña, la parca oscura con la poca dignidad que le quedaba decidió no hacer nada, simplemente se retiró a su trabajo, claramente sin el carmesí, termino sus deberes correctamente y dejo todo en orden para después irse a casa, todo sin haber visto a Sutcliff en ningún momento después de tan desagradable encuentro.
Se encontraba bebiendo té frente a la chimenea, ya había planeado todo, sabía exactamente lo que iba a decir además de haberse imaginado todas y cada una de las reacciones de Grell, y es que ya todo estaba mal desde hace tiempo, el carmesí ya no ama a William y él aunque si ame al menor y le duela tanto esta decisión sabe que si siguiera con Grell se van a lastimar mutuamente ¿Quién iba a decir que una buena señal de menos acoso, como era que Grell ya no se asomara tantas veces a la oficina de su jefe y dejara de hostigarlo a la hora de la comida, fuera realmente una señal de que estaba perdiendo el amor de su amante? Grell desde hace tres meses cambio totalmente su forma de comportarse con William, él supo desde el primer momento la razón de esto, Sebastián Michaelis, esa maldita alimaña le estaba arrebatando a su amado y lo peor de todo es que el demonio solo juega con Grell, no lo toma en serio, el simplemente no le ama, no como William, el moreno se ha comido su orgullo y ha intentado creer las mentiras del carmesí, no hay peor tortura de escuchar mentir a quien más amas, y hoy le pondría fin a esto, a todo su sufrimiento.
Como siempre llega Grell con su común hedor infernal y como si un hubiese pasado nada, se sienta en el regazo de William con una extraña ternura y felicidad, lo abraza y dice “Te amo”, casi se lo cree el pelinegro, este baja cuidadosamente al carmesí y aquí es donde la amargura llega.
-Grell, necesitamos hablar. –El hablo serio pero con cierta tristeza en su voz.
-¿Qué pasa cariño? –El carmesí se desconcertó un poco.
-Grell esto es importante… lo nuestro, lo nuestro se acabó. –Will intento sonar tranquilo pero no pudo evitar estar listo para invocar su guadaña de la muerte en caso de que el menor enloqueciera.
-Will n-no entiendo. –El pelirrojo comenzaba a alterarse.
-Nuestra relación termino Grell…
-Pero… ¿Por qué? –Dijo en tono triste y sus ojos se tornaron cristalinos.
-Sabes bien por qué… -El intento ser lo más serio posible pero ver a su amado en ese estado y vivir esta situación le provocaba un mayor dolor en el corazón y que se le hiciera un nudo en la garganta.
-Will… Will no, prometo no volverlo a hacer. –Se aferró a la camisa del moreno y hablo con tono suplicante.
-Grell… -Sonrió tristemente- ya no me amas, yo lo sé y tú también lo sabes, no hay que lastimarnos de tal manera.
-¡Yo te amo! Siempre te he amado, lo de Sebas solo es una tontería mía. –Las lágrimas comenzaban a rodar por el rostro del carmesí.
-Te he visto jurarle amor eterno al demonio además de decirle que te de un hijo, un viejo sabio dijo “Si algún día te enamoras de dos personas quédate con la segunda porque no amaste lo suficiente a la primera como para quedarte con ella” es exactamente tu situación, tal vez no te has dado cuenta pero desde una perspectiva diferente, en este caso la mía, te puedes percatar de todo lo que sucede. –Hablo y le dirigió una sonrisa falsa al menor.
-¡El amor que le profeso no es verdad! Nunca podre amar a Sebas-chan tanto como a ti. –Se aferró aún más a su camisa causándole un poco de molestia a William.
-Puede ser que sí, pero no puedo arriesgarme a estar en una relación tan disfuncional, no sé qué haría si un día ya no me puedo controlar y te lastimo, lo siento Grell… -William tomo las manos del pelirrojo.
-¡Eres un mentiroso! ¡Prometiste que me amarías para siempre! –Hablo entre sollozos.
-Y te sigo amando, nunca he dejado de amarte pero… esto es necesario. –El intento consolar al menor.
-Mentira, si me amaras lucharías por mi… hasta el final.
-Lo hice Grell, solo que no te diste cuenta, ¿Recuerdas cuando te fuiste a jugar a Jack el destripador con la humana? ¿Cuándo te mandaron a juicio? No sabes todo lo que tuve que hacer para que no te condenaran a muerte, no quería perderte, en ese tiempo no éramos nada, ni siquiera tenía claros mis sentimientos hacia ti, lo que si sabía era que debía protegerte y estar junto a ti hasta el final, y creo que ese final ha llegado.
-Por favor Will, una oportunidad más, no quiero dejarte.
-Aléjate de mi amor, comprende que lo hago por nosotros dos, no lo tomes como un castigo sino como algo que después se habrá convertido en la mejor decisión que pudiste tomar, Grell… yo también estoy deshecho, no creas que no me duele, entiende que aunque pida que te vayas no quiero perderte pero es lo mejor. –Con esto al moreno se le volvió a formar un nudo en la garganta y sus ojos se hicieron cristalinos.- Te puedes quedar esta noche pero te pido que te vayas cuanto antes, si es mañana posible mejor, te dejo la recamara. Yo dormiré en el sofá, no te preocupes que ya me acostumbre a dormir sin compañía. –Le dirigió una sonrisa amable al menor que aún se encontraba en shock y después se fue a darse una larga ducha.
Al pelirrojo no le quedo más que ir a la habitación y preparar las maletas con algo de ropa, con la misma que vino para ser exactos, estaba enojado y por eso dejo la ropa que le había regalado Will, solo quería dejar todo listo para mañana irse.
Al acostarse solo se puso una sábana encima y se colocó en posición fetal para después empezar a llorar, él sabía que tuvo toda la culpa, siempre amo a William pero sentía algo especial por Sebastián, él le daba algo que el moreno nunca le quiso dar, dolor, a Grell siempre le gustaban los juegos donde salía lastimado, le daba placer, un masoquista, eso era, a William nunca le agrado la idea de los golpes y menos si eran hacia Grell ¿Cómo un caballero lastimaría a su pareja? Tal vez por eso lo engaño Grell, el moreno era un hombre tierno, dulce, romántico, amoroso y no hay que olvidar lo guapo, el hombre perfecto, pero como al pelirrojo le gusta sufrir se le ocurrió la fascinante idea de comenzar una aventura con su deseado Michaelis, que idiota pero suele suceder cuando no sabes lo que tienes, y ahora por no saberlo, el pelirrojo lo perdió.
-Will… perdón… no quiero que me dejes… -El carmesí sollozaba debajo de las sabanas.- Soy un idiota… no te quiero perder… -De momento el carmesí sintió un poco de peso enseguida de él.
-Pase lo que pase siempre te amare Grell. –El moreno le dio un beso en la cabeza al menos y después se levantó para irse al sofá.
-Will… yo si te amo…