Draco, mi amado dragón
One-shot
La luna cierra los ojos e impide que su luz me alcance. Suspiro, los sollozos de la tierra desesperados, marchitos no logran calmar mi dolor.
Te quiero tanto, aun ahora, aun así y el no verte duele, ojalá te tuviera junto a mí ¿Sabes, mi amor? La luna está siendo cruel, porque cuando más solo me siento la miro y brilla con tal intensidad que su luz me recuerda a ti, a tu sedoso cabellos deslizándose entre mis dedos.
Draco, mi Draco. Mi amado Dragón.
¿Por qué tuviste que irte? No fue justo ¿Qué hay de Scorpius? Cuando lo veo, por mal que suene, tengo sentimientos contradictorios: le quiero, para poder protegerlo y porque me recuerda a ti; pero a la vez hay momentos cuando no lo quiero cerca porque me hace daño verle, es como verte a ti en versión pequeña, eso me trae recuerdos de ti y hace que duela más el saber que ya no podré tenerte más.
Extraño tu cuerpo bajo el mío, tu piel suave y clara, tus mejillas sonrojadas, tus ojos vidriosos, oír tu voz, sentir tus labios bajo los míos y creer que con tanto calor que sentía podría morir de deseo y pasión. Tu sedoso cabello que hacía cosquillas en mi rostro cuando nos quedábamos dormidos juntos después de hacer el amor. El calor tibio que desprendía tu cuerpo, tu aliento junto al mío. Nuestros corazones bailando un vals eterno con sincronía infinita.
Mi vida, mi alma.
No sabes cuánto me dolió tu partida. Creí que todo había terminado, que seríamos felices juntos.
Creí que ya no tenía nada más que perder. Cuan equivocado estaba.
Voldemort me había quitado a mis padres, a mi padrino, a todos quienes pelearon y perdieron sus vidas en batalla. Incluso a ti.
Pasé días y noches comiéndome la cabeza, quería protegerte porque en algún punto me llegué a enamorar de ti. Quería tenerte y escribir un nuevo futuro contigo. Al inicio me rehuías a pesar de que habíamos llegado a una especie de tregua educada después de la guerra, tú aún me veías como tu enemigo y eso me dolía, pero a la vez entendía. Nunca fuiste confiado ni con los que te rodeaban.
Además te veías feliz con Astoria y tu hijo. ¡Cuánto te amé en ese momento! Serías un buen padre, había madurado, estaba seguro que darías lo mejor de ti.
Me extrañó mucho cuando supe que se divorciaron.
-Fue de acuerdo mutuo.
Escuchaba muchos rumores pero luego tú me confirmaste la verdad.
Debías estar con Astoria hasta que Scorpius por lo menos hubiera cumplido los cinco años para poder ser reconocido como heredero Malfoy por la magia familiar. Astoria era una buena amiga tuya, había sido una compañera excepcional. Y estaba enamorada de alguien más.
Tú lo sabías pero no podía decirle el secreto a nadie, por eso acordaron divorciarse en cinco años.
Fue desagradable escuchar los comentarios que soltaban las personas en el Callejón Diagon sobre lo que creían había pasado. Que eras infiel, que ella era infiel, que eras un "marica", que de seguro se cansó del legado oscuro que tenías. Puras mentiras. Perdóname amor, en ese entonces no sabía la verdad ni siquiera hablaba contigo; casi lo creo.
El tiempo fue pasando, conocí a Scorpius un día en el Callejón Diagon, ¿recuerdas? Aquel día lo habías llevado para que te acompañe a recoger unas túnicas nuevas y él se salió para observar las vitrinas, me sonrió, le sonreí y entonces llegaste con porte educado y, estoy seguro, aguantándote las ganas de decir algo desagradable frente a tu hijo. Fue el comienzo de nuestra historia.
Solíamos conversar un poco de vez en cuando, Scorpius siempre era nuestro intermediario. Poco a poco fuiste colándote en mi vida. Mi dragón, en ese entonces ¿cómo iba a saber que al llegar a amarte también nos condenaría a separarnos, a perderte?
Fue un mortífago fugitivo. Una venganza de familia.
¿Por qué a ti? ¿Por qué ahora?
-Está con Harry Potter, maldito traidor.
-Asqueroso bastardo.
-Se merecía morir.
¿Qué…? ¿Qué es lo que acababan de decir? ¿Qué merecías morir?
Habías cometido errores, todos los cometemos a lo largo de nuestra vida pero lo que se valora es intentar cambiar eso ¿no? Tú cambiaste, por tu hijo, por Astoria, por tus amigos, por mí. No sabes cuan feliz me hiciste cuando me lo dijiste aquel día.
No merecías morir así. ¡No merecías morir sin ver crecer a Scorpius! ¡No merecíamos que nos separaran sin un "te amo" de despedida!
Fue todo tan rápido, tan confuso… Tan sombrío.
Te dije que saliéramos a pasear, se acercaba Navidad, podíamos ir a comprar los regalos en familia. Ya eras mi novio hace más de dos años, en vísperas de noche buena se cumplirían 3 años de noviazgo. Nuestro tiempo de estar juntos era mucho más. Y, aquel día que salimos, y te pediría ser mi esposo.
La vida es tan injusta.
El rayo verde te impactó cuando protegiste a Scorpius, no pude ver de dónde vino el primer ataque, no pude prever que era una trampa. No pude salvarte.
Recuerdo claramente tus ojos sin vida. Ya no habría un "te amo", ni un "ya regreso", "nos vemos", "mi amado león". Te habían arrebatado de mi lado. La imagen se grabó a fuego lento en mis pupilas, en mi alma, mi mente, mi corazón.
¡Oh, Draco! ¡Quiero gritar, maldecir! Me siento frustrado, desesperado, impotente. No puedo expresar lo que siento… Nadie nunca podría hacerlo… El dolor es grande, me carcome, me hunde, me lleva…
No más… No más… Ya no tengo lágrimas Draco, todas te las has llevado tú.
Te amo, dragón. Aun cuando ya no te tengo a mi lado, jamás dejaré de hacerlo.
Porque te volviste imprescindible, te fuiste metiendo de a poco en mi corazón, invitándome, con esas caricias tímidas, con las sonrisas casi imperceptibles, con las miradas sinceras y carentes de odio. Tu risa era música para mis oídos.
Te extraño.
Te necesito.
Regresa.
Es muy triste esta vida si no estás a mi lado.
Eres mi otra mitad Draco, la parte faltante de mi corazón que busqué por tantos años.
No puedo pensar más… No quiero sentir más… Duele demasiado.
Sé que te volveré a encontrar, no muy pronto, lo sé, es lo que dirías.
-Debes cuidar a Scorpius.
Claro que lo haré.
Y esperaré pacientemente el día de nuestro reencuentro.
Nunca olvides que eres mío así como yo soy tuyo, porque las almas que están destinadas a estar juntas se volverán a encontrar cada vez hasta el fin de los tiempos porque, así como el tiempo, mi amor hacia ti es inmortal.