Por fin, habían repartido golpes, patadas, ambos estaban exhaustos, totalmente cansados y totalmente heridos. Para Gon, un terrible dolor en el cuerpo, pero su fuerza de voluntad era más fuerte, siempre había sido así, y como siempre, jamás se rendiría. Para Hisoka, fue fascinante y excitante, Gon no le causó decepción alguna, estaba totalmente conforme con el poder y la fuerza que poseía. Pero lo peor, era la sensación que en ese instante tenía, con ambos cuerpos agotados y completamente heridos, costaba moverse, sangre en la cara, les nublaba la vista, huesos rotos, apenas podían hablar.
Sin más, vio como Gon cayó, delante de él, estaba seguro de que Gon hubiera seguido luchando, si no fuese porque su cuerpo ya no lo sostenía más, pero él tampoco podía mantenerse mucho tiempo de pie. Después de creer sentir la victoria, se dio cuenta de que esto no es victoria. No logró asesinar a Gon, pero tampoco perdió, no estaba muerto.
Aun podía mantenerse de pie, Gon ya había caído y estaba dispuesto a irse, no iba a matar a Gon, no se sentiría lo mismo, así Gon inconsciente no le servía para sentirse superior. Ya pelearía nuevamente con él, en donde supiera que podría ganar de manera satisfactoria. Ahora lo mejor era irse de ese lugar apartado de la ciudad.
-Ya nos veremos otra vez, Gon- Decía el asesino, aun sabiendo que el pequeño no lo podía oír, debido a su inconciencia.
Pero por alguna extraña razón, vio el cuerpo de Gon ahí tumbado, sin protección de que algún ave se lo pudiera comer, o cualquier otro animal. ¿Qué podía hacer? Si lo dejaba podría morir, y obviamente eso no era parte de su plan, ¿Cómo iba a dejar morir al niño que tanto esperó a que creciera?
-Bueno, supongo que te cargaré hasta un hospital, al menos estarás más seguro ahí- Le decía Hisoka.
Y así lo hizo, lo tomo, casi cae en el intento de tomarlo, ya que su cuerpo también estaba delicado en ese momento. Camino, camino y camino hasta cerca de un hospital, con Gon en su espalda, ya estaba llegando, pero se desplomo casi a una cuadra del hospital más cercano que tenía.
Vio un techo blanco, estaba borroso, ya no sentía el olor de sangre, ni el sudor picándole el rostro, se sentía mejor si no fuese por las costillas rotas, el dolor de la mandíbula, de espalda, y sobre todo de piernas. Había despertado en el hospital al que se había dirigido. “¡Maldición!” pensó el mago, y es que pensaba en ir con Machi a que le ayudara con sus lesiones y heridas. Miro ligeramente a la otra cama que estaba a su lado. Y ahí estaba Gon, aun dormido.
Lo más probable es que esté durmiendo para recuperar fuerzas, posiblemente Hisoka resultó más herido que Gon, pues Gon era capaz de muchas cosas, miro nuevamente al techo, le dolía todo para moverse, en eso la voz de Gon le habla:
-¿Si sabes que no era necesario que me cargaras? Yo podría conmigo mismo- Decía Gon muy serio- De todas formas, Gracias.
-No era mi intensión salvarte- decía el mago fríamente- hubieras muerto solo, si te dejaba allá, además no es primera vez que te dejo vivir, ¿no crees, pequeño Gon?- Dijo finalmente, sabiendo que él se molestaría, ya que anteriormente en el examen del cazador le había ayudado crudamente.
-No es primera vez, pero yo jamás he querido que hagas algo por mí, no quiero deberte nada a ti- dijo con desprecio.
-Lastima, ya me lo debes- dijo Hisoka con una sonrisa un tanto satisfactoria.
En eso entra una enfermera, a ver a ambos pacientes. Ve por un momento la máquina del lado izquierdo de Gon, para luego mirar al pequeño.
-Bueno, joven… Gon Freecs- dijo la enfermera mirando un papel que tenía en las manos, probablemente la ficha médica de Gon- Su estado está un poco mal, aunque podrá recuperarse, se le podrá dar de alta mañana, así que no se preocupe, de seguro ustedes dos- refiriéndose también a Hisoka- recibieron una muy fuerte golpiza- lo decía todo con una sonrisa muy segura- Pero a decir verdad, joven Gon, a usted lo enviaron a nuestro hospital mucho más herido que el señor Hisoka- dijo cambiando de expresión a una de preocupación.
Con esto, Hisoka se dio cuenta porque la enfermera no estaba horrorizada con golpes tan mortales como los que tenía él y Gon. Los tenían en un hospital de la asociación de Cazadores, no era gran cosa, pero si fuese un hospital cualquiera no les darían de alta tan rápido. Además, algunas veces ya había estado ahí, cuando le decían que tenía que tomar reposo se iba a su departamento, estaba cerca de ahí.
-Bueno señor Hisoka- al mirarlo a él su expresión cambio seriamente- a usted también se le dará de alta mañana, sus heridas son menos críticas que las del joven, aunque eso no significa que hayan sido leves, también tendrá que estar en reposo en su hogar, hasta que se recupere- decía, y nuevamente retomaba esa sonrisa segura- sin embargo, por cualquier dolor que ambos estén sufriendo, deberán acudir rápidamente al hospital para que se les trate, si se mantienen con el reposo, no demorarán en sanarse, pero eviten hacer movimientos bruscos.
Gon ya había escuchado, mañana apenas saliera de ahí se iría, no sabe a dónde pero se iría lejos, no tenía intenciones de volver a pelear contra Hisoka, al menos todavía no.
-Joven Freecs- dijo preocupada la enfermera- creo que lo mejor que podría hacer en su estado, sería que esté cerca del hospital por un tiempo, ya que no es muy garantizado que se vaya a sanar muy rápido, y si está lejos podría ser demasiado tarde al momento de necesitar tratarlo- dijo, a lo que le derrumbo los planes a Gon, tal vez si fuese el Gon de siempre no haría caso, pero Killua le había dicho que tenía que empezar a cuidar su salud, ya que eso también se toma como parte del entrenamiento, también era importante, así que por ahora lo iba a llamar, para que estén juntos un tiempo y no se aburra- Bueno eso es todo por ahora, solo esperen hasta mañana.
Y así hicieron, Hisoka pensaba irse a su departamento, e iba a dejar irse a Gon donde quisiera, que se las arregle sólo como siempre lo había hecho, pero un impulso lo llevó a preguntarle.
-Gon, ¿Dónde te vas a quedar?, no creo que tengas donde vivir por aquí cerca, ¿verdad?- le pregunto finalmente Hisoka.
-Mmm… no, no tengo donde quedarme por aquí, pero llamaré a Killua para que busquemos algún departamento, así me voy a poder curar normalmente, y para no aburrirme también, jeje- dijo Gon con una sonrisa nerviosa al final.
-¿Y dónde está Killua?- pregunto Hisoka- ¿No que estaba ahora con su hermana?
-¿Eh?, ¿y cómo sabes tú eso?- preguntó dudoso y sorprendido a la vez.
-Entonces, sí está con su hermana, y ¿quieres llamarlo mientras está con su hermana?, no crees que tal vez ni siquiera estén en esta ciudad, o en este país- le dijo Hisoka, juzgándolo porque molestaría a Killua, la verdad es que Hisoka, con esto trataba de molestarlo ya que le encantaba escuchar lo que diría Gon, con sus respuestas incoherentes e insistentes, siempre ese niño lo entretenía.
-Oh, verdad- dijo Gon dándose cuenta de lo que ocurría- ¡Maldición! Que haré en todo este tiempo libre- miro con preocupación el techo- ¿Qué puedo hacer?- miro de repente a Hisoka, como si él tuviera la respuesta. ¿Es que después de ver cómo quedó en una pelea contra Hisoka no le teme?
-Pues no lo sé, puedes…- también quedó en blanco, él tampoco sabe que hacer después de que le den el alta, pensó, pero no llegaba ninguna idea a su cabeza, de verdad que estar completamente herido le resultaba una gran molestia- en fin, ¿Dónde piensas quedarte? No tienes departamento cerca, ni casa, ni amigos, estas en un lugar totalmente desconocido.
-Ya he pasado muchas veces por momentos así- dijo Gon- mmm, no tengo donde quedarme, ¡ah!- había movido su brazo muy rápido, tal vez lo que decía la enfermera era verdad- ¿te digo algo? Me siento satisfecho conmigo mismo, casi igualo tu poder, estamos a la par, y lo mejor es que eso no me detiene, me volveré mucho más fuerte- dijo contento y con esa mirada que a Hisoka le gustaba.
-Si- no pudo decir mucho, aunque el poder de Gon llegó muy lejos, la pelea según él fue una total decepción, cuando creyó que por fin la fruta había madurado, termino por un poder igual que el suyo, no hubo vencedor, y por tanto no lo pudo matar, no valió la pena esperar tanto tiempo para matarlo, ya que al final no pudo asesinarlo.
-Pero Hisoka- lo miró totalmente desafiante, aunque feliz- algún día te derrotaré, con este poder u otro, pero prometo que ganaré.
-Yo creo que sí, aún tienes un futuro prometedor Gon, pero ahora no puedes hacer mucho, estás herido y no sabes dónde quedarte, eso sí podría empeorar tu futuro, algo que no quiero que pase, porque aun creo que vales la pena asesinarte- así le dijo lo que hace años atrás ya le había dicho, cuando lo dejó vivir en el Examen del Cazador- lo mejor será que te quedes conmigo.
Gon quedo con cara de desconcierto, ¿Qué le había propuesto? ¿Quedarse con su enemigo?, incluso Hisoka se extrañó al darse cuenta de lo que había preguntado.
-¿Qué?- preguntó Gon.
-Pues… eso, y tampoco sé que hacer en este tiempo libre, solo lograré que me aburra, así que ¿Quieres o no? No te pienso obligar a nada, niño- dijo Hisoka calmado, aunque en el fondo estaba impresionado por lo que estaba diciendo.
-Eh, supongo que…- se limitaba a decir- Está bien, simplemente será durante el tiempo de reposo, ¿No?- dijo de una buena vez el pequeño Gon
-Por supuesto, no sería tan caritativo como para tenerte hasta que cumplas la mayoría de edad- espetó satisfecho Hisoka de que Gon no lo haya rechazado.
Así durmieron esa noche en el hospital esperando hasta el día de mañana, donde tendrían esta vez que tomar caminos iguales: hacia el departamento de Hisoka.