Todos lo miraban divertidos, aún no entendía cómo diablos había aceptado en primer lugar ir a esa reunión. Cierto, su querido compañero de cuarto, Anthony Stark. Y todo porque él había sido un idiota que perdió una apuesta con Stark. El pago había sido que asistiera a la reunión.
No le desagradaban los chicos con los que estaba reunido. Rogers era un buen tipo y aunque él y Thor se la pasaban hablando de fútbol, eran agradables. Barton era divertido a su manera, Natasha (la única chica que fue aceptada en ese grupito al que Stark llamaba Vengadores vete tú a saber por qué) era ruda pero precisamente eso la hacía encajar bien con ellos. Tony… Bruce todavía se preguntaba cómo es que eran mejores amigos cuando sus personalidades eran totalmente opuestas. Y finalmente Loki, el hermano de Thor, que lo miraba también con una mueca sonriente en el rostro.
Bruce tragó saliva. En algún momento de la velada que había sido tranquila hablando de las clases, de otros chicos y chicas, de las conquistas de Stark, la competición por ver bien consumía más caballitos de tequila en un minuto y demás temas vanales, habían llegado a la conclusión de que debían jugar un juego para iniciar a Bruce en el equipo de Los Vengadores. ¡Bruce ni siquiera quería formar parte de ellos! Pero Tony había dicho que necesitaban dos mentes maestras en el grupo, y que la de Bruce no se distraía fácilmente con cualquier falda… o pantalones, según el humor de Stark.
El jueguito consistía en los más clásico y cliché que se les pudo haber ocurrido. El dichoso y nada divertido (al parecer de Bruce) juego del Armario. Para que no saliera corriendo a la primera de cambio, los primeros que habían entrado al armario durante diez minutos fueron Natasha y Thor. Ambos salieron despeinados y sonrojados; Thor más que Natasha que sonreía como cazador. Después entraron Steve y Tony… con Clint. Debió ser épico porque los ruidos que venían del armario fueron escandálosos; Tony salió lamiéndose los labios, Clint acomodándose la camiseta y Steve… bueno, había sobrevivido a lo que fuera que ocurrió con esos tres allá adentro.
Y ahora era su turno. Junto a Loki. Bruce miró de reojo a Thor (sabía que el rubio podía ser muy celoso con respecto a su hermano) pero éste sonreía igual de divertido que los demás. Debía ser una broma, ¿cierto? Ni siquiera había bebido lo suficiente como para hacer… algo con… alguien.
Loki caminó hacia él. Bruce volvió a tragar saliva y estuvo seguro de que todos los colores del arcoiris aparecieron su rostro cuando el ojiverde le tomó de un brazo para llevarlo al armario. Paralizado por el terror, en un segundo se dio cuenta de que ya estaba en la oscuridad del armario.
El espacio no era mucho, pero al menos había un metro de distancia entre su cuerpo y el de Loki. ¿Qué les habían dado en casa a él y a Thor? Eran muy altos, o tal vez Bruce era demasiado bajo. Tuvo que alzar la cabeza para atreverse a mirar los ojos verdes del otro.
“¿Asustado?”
El aliento de Loki era cálido, y un sútil golpe de tequila llegó a la nariz de Bruce. Loki tampoco había bebido mucho. De hecho quién ganó el concurso con seis caballitos seguidos en un minuto fue Natasha (¡Esa chica daba miedo!) y le hizo lo que el viento a Juárez, no como a Clint, que tuvo que devolver los tres shot en el florero de Steve, ah porque estaban en la habitación de Steve. ¡Y tan modosito que se veía el rubio!
Bruce carraspeó cuando volvió a la realidad. Loki estaba alzando una ceja y le miraba burlonamente.
“¿Qué hay que hacer?”
“Lo que quieras. Podemos pasarnos aquí los diez minutos sin hacer nada más que aburrirnos de manera alarmante, o podemos aprovechar nuestra estancia aquí, Banner”.
Bruce apretó los labios y asintió mirando todo para no tener que fijar sus ojos en el rostro de Loki. Era una pérdida de tiempo y esfuerzo. El armario era sólo un armario y esa mirada le estaba poniendo muy nervioso. ¿Y si se internaba tras las chaquetas de Steve? Tal vez podría encontrar el camino a Narnia y escapar a una aventura épica… Y ya estaba divagando.
Suspiró. Que pasara lo que tuviera que pasar. Al final de cuentas quizás esto sería lo único memorable en su estancia en la Universidad. No tenía novia, su único amigo de verdad era Tony y la chica que le gustaba -Betty- ya salía con un jugador del equipo. Además, era como una obligación el experimentar con alguien de tu mismo sexo en la universidad, ¿verdad? Al menos Tony se había jactado muchas veces de haberse llevado a la cama a varios chicos, y la cara de Rogers cada vez que veía al chico millonario… y ya estaba divagando otra vez.
Miró a Loki. Éste parecía realmente aburrido mirando su reloj cruzado de brazos y hasta bostezo con todo y lágrimita de pereza soltó.
Bruce respiró una vez más, llenando de todo el aire disponible (que no era mucho en realidad) sus pulmones. Se acercó a Loki en un arrebato, porque si lo pensaba se iba a arrepentir, y ya estaban ahí. Le tomó del cuello de la chaqueta verde y le besó.
¡Qué vergonzoso! Bruce era más bien torpe porque aunque ya había besado antes a algunas chicas con quien lo hacía ahora era un chico. Uno muy lindo, tenía que reconocer. Seguramente en otras circunstancias jamás podría haber estado en esa situación con Loki. Él y su hermano eran muy asediados y él, Bruce, nada tenía para que se hubieran fijado en él. Y no era como que él quería que se fijaran en él… y seguía divagando.
Se concentró en descubrir la suavidad de los labios de Loki, el aliento a tequila pero no fuerte, sino sutil y hasta rico. No era muy distinto de besar a una chica, excepto porque era él que estaba en una posición más baja que el otro. Pero Loki se afeitaba muy bien, su piel era suave, o tal vez no era tan peludo como Thor o como él mismo. Bruce luchaba con la cuchilla día tras día… y qué manera de divagar.
Volvió a concentrarse en esos labios. Sintió la sonrisa socarrona de Loki en su boca. Y se separó lentamente con la vergüenza invádiendolo de pies a cabeza. ¿Eso había sido un beso? Seguramente ganaría un premio al más patético y horrible.
Loki se lamió el labio inferior.
“¿Quieres aprender a hacerlo bien, Banner?”
Y Bruce se sintió ofendido. Sí, él no era un experto. Su cita más prometedora había sido con el microscopio de 40x, pasó toda la noche con él y el resultado de esa noche había sido como un orgasmo. Sí, era todo un nerd.
Loki se rió con altanería cuando vio el ceño fruncido de Banner. Él tampoco debería haber ido a esa reunión. Fue porque Thor le había encontrado caminando solo por el campus y era una noche de viernes. Según Thor nadie debería pasar la noche de viernes sin hacer nada. A Loki le valía un cacahuate, pero finalmente aceptó ir a la dichosa reunión de idiotas. La verdad es que le gustaba divertirse a costillas de su idiota hermano y sus idiotas amigos. La sorpresa fue Banner, que parecía incluso más obligado que él mismo a estar ahí.
Banner le agradaba de cierto modo porque era una persona responsable e inteligente. Era un ñoño por supuesto, pero además era lindo y torpe. De esos chicos que él, Loki, podía manipular a su antojo. O esa impresión daba Banner. Ahora lo confirmaba un poco con ese beso aguado. Bien, era su turno.
Tomó a Bruce bruscamente de los rizos y le dio una lección de besos. ¡Oh, sí! Su lengua exploró la boca de Bruce aunque los anteojos se le clavaran en el pómulo. El gemido de Bruce, ya fuera por la sorpresa o la impresión de ser besado por el gran Loki Odinson, le excitó. Vamos, que Loki era un caliente sin remedio y nadie se le escapaba para un buen faje.
Ahora tenía a Banner disponible, flojito y cooperando. Sonrió para sus adentros… Jadeó con sorpresa de repente, porque Banner no era tan ñoño como se imaginó.
Bruce se había emocionado. Pensó que no tendría otra oportunidad y Loki era sexy. ¡Wow! Lo que uno puede llegar a conocerse a sí mismo en medio de situaciones raras. Al parecer los chicos no le eran tan indiferentes. Bueno, Loki no le era tan indiferente. Besaba increíble el maldito, así que él no se iba a quedar atrás. Era nerd pero competitivo, ahora descubría. Loki metió la lengua, Bruce la aprisionó en su boca y la chupó cual caramelo. Loki acarició su espalda, Bruce bajó al trasero del otro impulsado por pura lujuria que despertaba en su cuerpo. Loki jadeó en su boca, Bruce gruñó con desesperación. Loki quiso apartarse… Bruce lo aprisionó más y devoró esa boca.
El aire le faltaba y ahora estaba seguro de todo su oxígeno reposaba en el torax de Banner. ¡Quién lo viera! Chiquito pero picoso. Las manos de Banner apretaban cada vez más su trasero y por adelante sentía ya llegar la sangre con el único objetivo de aparearse cuál bestia. ¿Por qué no…?
Porque la puerta y ellos se estremecieron cuando dos fuertes golpes se escucharon.
“¡Loki! ¡No te devores a Bruce!”
Ese fue Tony.
“¡Banner! ¡Quita ya tus manos de mi hermanito!”
Ese fue Thor.
Agitados, intentando recuperar el aliento, se separaron. Bruce volvía a la realidad cayéndose de la nube. Loki le miraba de manera curiosa y con un intenso brillo en esos ojos verdes. Una mano de Loki se posó en el pomo de la puerta, la otra acercó a Bruce a su cuerpo rápidamente.
“No me gusta dejar las cosas a medias, Banner”
“A mí tampoco”, susurró Bruce con una media sonrisa.
Loki lo separó con la misma prestanza, devorándolo con la mirada por un segundo antes de abrir al fin la puerta.
Bruce descubrió esa noche muchas cosas. Por ejemplo que ser parte de Los Vengadores era divertido. Que él no era tan santito, que le gustaba el trasero de Loki, que tenía una promesa por cumplir y que le importaba un rábano la mirada cargada de sospecha de Thor.
Loki descubrió esa noche… y las que siguieron, que salir con un nerd no era tan malo. Menos si el nerd se llamaba Bruce Banner y aprendía de inmediato cómo encenderlo.