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Esclavo y Amo del Universo por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Personajes de FMA pertenecien a Hiromu Arakawa y los personajes de HP a J.K. Rowling.

Notas del capitulo:

Espero que les guste este nuevo proyecto.

 

 

Esclavo y Amo del Universo

I

Influencia

 

 

 

Hace unos años, antes de los tiempos obscuros, un joven de singular aspecto inició sus estudios en Hogwarts colegio de Magia y Hechicería, fue recomendado por el profesor de Trasfiguraciones y guiado por un tutor: unos de los jóvenes más brillantes del colegio.

Era un joven bastante inteligente, piel acanelada, rubio de pelo largo que rozaba su espalda baja, ojos dorados cubierto de diferentes matices según la ocasión, sonrisa deslumbrante, aunque, a veces estaba rodeado de un aura melancólica, misteriosa… poderosa.

Era alguien difícil de pasar desapercibido.

Era alguien difícil de olvidar.

Este joven peculiar se ganó el reconocimiento de sus profesores, el respeto de los alumnos, el orgullo de su mentor y, la atención de joven que le tutoraba.

Ese brillante joven que se nombró su tutor era el mejor alumno del colegio, su mera presencia imponía respeto, su sola mirada robaba suspiros, su brillantez asombraba a los profesores. Este joven extremadamente educado pero intimidante, con sueños de grandeza, poder y vida longeva, de pelo azabache corto, piel nívea y, ojos negros… rondaba al nuevo estudiante.

Esa nueva adquisición del profesor de Transfiguraciones debía pertenecerle.

El rubio era demasiado bueno para no estar a su lado.

Con esos pensamientos, el pelinegro se acercaba al joven rubio sediento de conocimiento, el mundo mágico era algo que deseaba entender, cada que el rubio necesitaba algo el pelinegro estaba ahí para él.

Cuando el rubio tenía dudas, dejó de acudir a su mentor para ir hacia el pelinegro.

Cuando tenía inquietudes, dejó de pedir consejos a su mentor para ir hacia el pelinegro.

Cuando tenía miedos… dejó de buscar refugio en su mentor… para ir bajo la protección del pelinegro.

 

***     *** 

 

Con el paso de los años, el rubio se volvió más allegado al pelinegro que a su mentor, la confianza y lealtad hacia su pelinegro tutor incrementaban con cada año… dejó de convivir con sus compañeros de su casa Griffindor, para estar más tiempo con el pelinegro. La actitud del rubio se restringía hacia sí mismo, hacia el círculo de ‘amigos’ del pelinegro.

La graduación del tutor llegó, él se fue del colegio pero, dejó la custodia del rubio en su último año bajo algunos fieles compañeros, de su antigua casa: Slytherin.

Cada mañana el rubio recibía una carta del pelinegro donde le contaba de los viajes que realizaba… nunca perdieron contacto. En la ausencia del pelinegro, el rubio pasó la mayor parte de su tiempo en la biblioteca, en la torre de astronomía, en el séptimo piso o en paseos demasiado cerca del Bosque Prohibido… siempre, siempre, rodeado de la pequeña escolta seleccionada por el pelinegro.

Hasta la graduación del rubio.

Pese a las peticiones que el rubio recibió de parte de su mentor y de varios otros personajes para trabajar junto a ellos, ya sea en colegios, en el Ministerio, con investigadores de prestigio en distintos campos… el rubio declinó y se fue con el pelinegro.

Ambos se desaparecieron por un largo tiempo.

Ambos dejaron de responder a las cartas del Profesor de Transfiguraciones.

 

***     ***

 

Una amenaza se cernía sobre el mundo mágico. Surgió un selecto grupo de magos que se hacían llamar Mortífagos… fieles servidores de Lord Voldemort…y, de su mano derecha, Acero.

 

***     ***

 

Tiempo después, llegaron un par de extraños preguntando por un hermano y colega perdido, ante la Orden del Fénix, después de probar que no eran espías, que no practicaban las Artes Obscuras, y, que uno de ellos demostrara no ser Tom Riddle… solicitaron información.

Buscaban a un joven rubio, temperamental y de ojos dorados.

Uno de los extraños, el más joven de ellos, clamó ser su hermano, el otro hombre, dijo ser su jefe. Mientras intercambiaban conocimientos sobre el rubio extraviado, escucharon las noticias, el pasado del rubio, la discontinuidad de tiempo, algunas anécdotas del pasado y, las malas nuevas. Sin duda, Acero, les era familiar.

Después algunas horas de negación de parte del hermano menor, algunas afirmaciones y juramentos del pelinegro, llegaron a la conclusión que debían encontrarlo. Si la pista del paradero del rubio les dirigía hasta Lord Voldemort y Acero, entonces, ambos viajeros irían hacia ellos.

No importaron los riesgos.

No importaron las advertencias.

 Alphonse Elric y Roy Mustang, irían a la boca del lobo a preguntar por… Edward Elric.

 

***     ***

 

Grandes batallas desataron los viajeros, la magia no les afectaba tanto como a los mismos magos, sus habilidades eran diferentes, eran únicas… eran poderosas. Ágiles movimientos, estrategias durante las batallas, un aire de energía en cada uno de ellos… destellos de luces azules que deforman lo que tocan convirtiéndolo en una herramienta, fuego abrazador que uno de ellos controlaba a voluntad.

Cuando los Mortífagos reportaron las anomalías en la forma de pelear que distinguía a los viajeros, el mismo Señor Obscuro halló semejanza en alguien que ya conocía.

Envió un mensaje. Envió una invitación. Los viajeros asistieron pese a las advertencias de la Orden del Fénix que los querían reclutar, según las mismas palabras del joven Elric y el joven Mustang: “Ésta no es nuestra guerra, nosotros sólo hemos venido por una persona que es especial para nosotros. Hay muchas otras personas que esperan su regreso, ellos confían en que estaremos de vuelta… junto con Ed.

 

***     *** 

 

Fue una extraña reunión, dos simples viajeros frente a dos filas de encapuchados con máscaras blancas flanqueando a un hombre con pálida piel, sin pelo y de facciones viperinas, poseedor de penetrantes ojos rojos que acentuaban su aspecto repugnante.

“El tiempo no pasa en vano” pensaron los viajeros, después intentaron imaginar cómo Ed se vería, qué tanto habría cambiado, cuánto de lo que conocían de él habría conservado. Tan inmersos en sus recuerdos estaban que no escucharon el monólogo que uno de los Mortífagos recitaba. Buscaban entre la multitud que tenían frete a ellos, quizá podrían reconocer al alquimista de acero, Al se desesperaba porque su hermano saltara y fuera a su encuentro, y Roy moría de ganas de gritar algún insulto para que el rubio saltara en defensa, ambos habían esperado demasiado… aunque, no tanto como Ed lo había hecho.

Cuando los Mortífagos comprobaron que los viajeros no estaban escuchando, atacaron, fácilmente fueron vencidos, con un ágil movimiento de Roy, las varitas fueron calcinadas y con acto reflejo de Al, los Mortífagos fueron atrapados en el concreto por gigantes puños que les arrebató la consciencia. El único en pie, era Voldemort, los viajeros se miraron y decidieron avanzar.

Solo dos metros separaban a los viajeros del mago obscuro cuando una mancha roja y amarilla se atravesó en su camino, bloqueando cualquier acceso al hombre viperino que les miraba con superioridad. Era Edward Elric, el Alquimista de Acero. Sin ningún cambio aparente, igual de rubio trenzado, igual, con esa aura de poder, igual, con esa mirada llena de tristeza y remordimiento, igual, igual de enano. Sin embargo, antes que cualquiera de los dos viajeros pudiera decir algo, el señor obscuro lo llamó a su lado.

Ante la sorpresa de ver al alquimista más propenso a romper las reglas y a desafiar cualquier orden por parte de algún superior con evidente poder… los viajeros no pudieron abrir la boca en estupefacción al ver a Ed… obedecer como fiel  mascota.

Ed caminaba con lentitud, se acercaba a Voldemort con pasos decidido, casi con una voluntad absoluta, ciega y devota. Al llegar al lado del hombre serpiente, se sentó a un lado de la silla donde él estaba, a una señal de la serpiente Ed se sentó en suelo y recargó su cabeza en las piernas de Voldemort. Ese hombre viperino llevó su mano izquierda al rostro del rubio, Ed movía su cabeza de manera que simulara una caricia.

Roy levantó la mirada del espectáculo que su rebelde soldado estaba brindando, miró con rabia al hombre con cara de serpiente quien sonrió con cinismo.

Al estaba petrificado, su hermano, su querido hermano mayor estaba siendo tratado como una mascota, como un animal domesticado. Sin querer, una lágrima se deslizó de su ojo izquierdo.

 

 

>>Continuará...

Notas finales:

Gracias por leer.


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