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Solo una noche [Two-shot ] por Nielie

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Notas del fanfic:

Nunca pensé hacer un two shot, pero aquí esta~

Espero lo disfruten y comenten que les parecío (:

nota: me cuestan los resumenes/sinopsis ;;

Las fiestas no eran lo mío, prefería estar en mi hogar practicando algún baile o simplemente ejercitándome, odiaba el olor a tabaco y este lugar lo tenía por doquier. Pero mis amigos me habían estado insistiendo en salir con ellos aunque sea una vez a esta discoteca; que según ellos era la mejor de la ciudad. He de admitir que tenía  una buena estructura, cómodos espacios y un buen bar.

 

—¡Hey Changjo! ¡Por qué no vas con aquella chica, te ha estado mirando desde que llegamos!

 

Mi amigo L.joe  estaba gritándome al oído, señalándome no tan disimuladamente a la chica,  aquel que insistió tanto en que saliera. Tan solo lo mire y reí haciendo ademán de que no lo haría.

 

—¿Por qué no? —Insistió— ¡Tienes  dieciocho años por dios! Deberías estar entreteniéndote en algún lugar con alguna novia.

 

—¡Simplemente no es mi tipo! –Respondí, prácticamente gritando debido al bullicio del lugar.

 

—¿Cuál es tu tipo entonces?

 

—Preferentemente alguien que no regule estos lugares. —Tome un poco del trago que tenía en la mano.

 

—¿Entonces te he traído en vano? —Me miro incrédulo— ¡Vaya!

 

De la nada una hermosa chica rubia se acercó a L.joe, con más que obvias intenciones.

 

—Bueno si tú no quieres aprovechar la noche —tomó  a la chica de cintura— Yo si lo haré.

 

Se fue con la chica a quién sabe dónde, porque a bailar lo más seguro que no. Reí en mis adentros por mi amigo, si pensaba que iba a dejarme solo en este lugar; se equivocaba, y ahora él tenía que arreglárselas para ver cómo irse, porque el auto me lo iba a llevar yo.

 

Deje el vaso de licor en la barra y me dispuse a salir, pero algo atrapo  mi atención. Un chico se había puesto al lado mío, tenía el pelo castaño oscuro, casi en una melena, estaba seguro que si lo hubiera visto por detrás lo hubiera confundido con una chica, pero lo tenía de perfil al lado mío.

 

Pidió un pequeño trajo y se sentó a beberlo tranquilamente, no me había dado cuenta de que me había quedado mirándolo fijamente, sino hasta que él se dio cuenta y sonrió divertido, no sabía cómo explicarlo, pero el chico tenía un aura especial a su alrededor. Después de eso me quede ahí sentado sin hacer nada más que mirar; entre las personas en la pista de baile y el chico al lado mío. En un momento cuando termino de beber lo de su vaso, paso su lengua por esos labios gruesos que tenia de una manera tan erótica, colocando a sus labios una base brillosa que los hacia ver muy apetecibles. Esperaba que aquello haya sido mera coincidencia, porque una pequeña corriente eléctrica había pasado por cierto lugar, y me estaba poniendo a duda sobre mi orientación  sexual.

 

Luego de unos minutos en los que jugo con el vaso de licor, lo dejo en la mesa, se levantó y se dirigió a la salida, pero al llegar cerca de ella, volteó a verme y me miro de una manera muy intensa mientras sonreía de lado. Mi cuerpo involuntariamente —o eso quería creer— se había movido y seguido el rumbo de aquel chico. Fuera de aquel caluroso lugar hacia un frío que casi calaba los huesos. Pocas personas estaban en los alrededores y las que estaban, en su mayoría estaban produciendo su propio calor.

 

Lo busque tranquilamente con la mirada, y lo encontré caminando lentamente a unos cuantos metros, seguí su rumbo sin saber exactamente por qué, y me di cuenta de que a unos pocos metros más estaría mi auto, lo había puesto en un callejón. Según L.joe ese era el lugar más seguro para guardarlo, aunque yo dudaba un poco, pero al parecer no había nadie en aquel callejón. 

 

Me bastaron unos cuantos pasos alcanzarlo, pero imite su paso lento y me ubique detrás de él, ahora que lo tenía cerca no sabía qué hacer. ¿Por qué vine exactamente?

De pronto paro su caminar a unos pocos pasos del callejón y volteó con una sonrisa coqueta.

 

—Así que has venido —me dijo, y su voz sonaba casi angelical a mis oídos.

 

—Yo… bueno, supongo, aunque- —no me dejo terminar.

 

—Eres mi tipo —dijo de la nada y me sorprendió escucharlo. ¿Su tipo? —  Sígueme.

 

Se encamino al callejón y se perdió en él. Dude unos segundos, pero mis pies me guiaron en su búsqueda. Para mi grata sorpresa cuando llegue al callejón me tomo de la chaqueta que traía puesta y embistió sus labios con los míos, me congelé al instante por su rápida iniciativa pero de a poco fui cayendo en los movimientos de sus labios, se sentían suaves y esponjosos. Al mínimo abrir de mi boca su lengua ingreso sin esperar. Una fuerte sensación se apoderaba de mí mientras sentía el calor de su lengua contra la mía.

 

No me había dado cuenta como paso, pero lo tenía aprisionado contra la pared del callejón, mi pierna se había posicionado entre las de él y sus manos exploraban mi torso debajo de mi polera. Pude sentir leves rasguños en mi espalda, pero eso no me importaba, me había perdido en el sabor de su boca.

Para mi desagrado tuvimos que separarnos para poder tomar aire, ambos más que agitados, su rostro con un suave tono rosa, sus labios rojos e hinchados; se veía demasiado sexual.

 

—¿Por qué no vamos a un lugar más cómodo? —Dijo mientras se arreglaba la ropa.

 

Solo seguí mis instintos, y ellos me decían que debía de tomar a aquel chico. Lo arrastre a mi auto, vi como sus ojos se abrían levemente al verlo, no por nada me cargaba un Aston Martin, auspicio de mi padre cuando cumplí los diecisiete. Me tomaría unos diez minutos llegar a mi hogar, que por suerte estaba vacío, ya que mis padres estaban de vacaciones.

 

—¿Está muy lejos? —dijo mientras conducía.

 

—Unos minutos más —contesté y lo mire de reojo, se mordía un labio mientras miraba hacia adelante. Decidí que verlo de esa forma interrumpiría mi concentración y solo mantuve la mirada en el camino— ¿Estás seguro de esto? —no sabía como pero me daba curiosidad saberlo, nos habíamos hablado por primera vez hace unos minutos y ya estábamos pasando a un nivel muy alto.

 

—Claro cariño —ronroneó con una voz cargada de excitación, moría de ganas por ver la expresión de su rostro, pero no me desconcentraría. Pise el acelerador y en pocos minutos estábamos a la puerta de mi hogar.

 

Casi lo arrastre en el camino a mi cuarto, y maldije porque mi hogar fuera tan amplio. Sus ojos de nuevo estaban sorprendidos, desde que habíamos bajado del auto pude ver sus muchas miradas por todo el lugar, quizás nunca había visto una casa tan grande. Sí, era uno de esos chicos adinerados, y no me quejaba de ello, simplemente vivía mi vida.

 

Estábamos por llegar a mi cuarto, cuando abrí la puerta él la volvió a cerrar para mis sorpresa.

 

—A domicilio es más caro bebé.

 

Me congelé ante sus palabras, solo pude soltar un leve “¿Qué?” antes lo dicho.

 

—Lo sabía —soltó un suspiro pesado y molesto, su expresión volviéndose agría— ¿Piensas que es solo un polvo y ya verdad? —yo claramente me había congelado, bufó ruidosamente ante mi silencio— Por Dios, me largo. —Dispuso a irse, pero lo atrape de un brazo.

 

Durante el tiempo que me había congelado, lo había entendido un poco, pero no estaba cien por ciento seguro. Lo acorrale contra la puerta de mi cuarto y lo besé con fiereza hasta que sus brazos cedieron ante mí.

 

—¿Eres lo que creo que eres? —pregunté con nuestros rostros muy cerca, no dejaría que se escapara.

 

—Lo soy. —Sonrió de lado, pero pude notar la incomodidad en su voz al decirlo— ¿Me soltarás o pagarás?

 

Nos quedamos mirando fijo por un minuto, sinceramente no podía creer que la criatura frente a mí se ganara la vida de esa manera, quizás debí intuirlo por cómo sucedieron las cosas, pero ahora mismo solo quería tenerlo entre mis brazos. Pocas veces podía tener acción con alguien debido a la protección de mis padres, pero ahora no estaban, y aunque la verdad no estaba necesitado de ellos, quería con todas mis fuerzas poseer a aquella delicada criatura frente a mí.

 

—Pagaré lo que sea necesario, cariño. —una sonrisa maliciosa posándose en mi rostro y el sonrió de la misma manera en respuesta.

 

Torpemente llegamos a mi cama, mi polera no estaba ya, y mis pantalones estaban desabrochados; definitivamente era muy hábil en esto. Lo empuje contra la cama y reboto una vez mientras soltaba un leve gemido. Me apresure a ubicarme entre sus piernas, las cuales enredo rápidamente alrededor mío, rozando nuestras intimidades que ya estaban más que despiertas e impacientes. Luego de unos minutos de ardientes caricias y besos, comenzamos a quitarnos ambos la ropa que estorbaba, y mientras lo hacíamos recordé algo.

 

—¿Cómo te llamas? —pregunte y soltó una pequeña risita.

 

—Eso no importa ahora mismo —ambos estábamos solo en ropa interior, su cuerpo aunque delgado se me hacía muy apetecible, baje a morder su cuello.

 

—Claro que importa. Dime tu nombre —le ordené mientras mordía y besaba su cuello, el soltando varios gemidos de placer.

 

—N-niel. —dijo entre pesados suspiros, y aunque supe que era un mote, no me importo del todo, no por ahora.

 

—Changjo  —dije mientras presionaba fuertemente nuestras ya demasiado evidentes erecciones.

 

—¿P-por que las presentaciones? —baje mi mano a su entrepierna acariciando con fuerza su miembro por debajo de su bóxer.

 

—Para que tengas que gritar mientras te hago disfrutar —dije malicioso para después volver a devorar su boca, pude sentir como se le formo una sonrisa entre el beso.

 

Una vez por completos desnudos  atrapé nuestros miembros con mi mano y comencé a masturbarnos suavemente, mientras devoraba su cuello, deje varias marcas por todo el largo de este. Escuchar los quejidos con mi nombre entremedio solo me prendía más aun, aumente la velocidad de mi mano y pude ver como arqueaba la espalda cuando se vino en mi mano, y luego de unos movimientos más yo también. El semen de los dos mezclado en mi mano y en su pecho. Me deleite viendo como tenía la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, en su rostro aun la expresión de su orgasmo. Me relamí los labios y lo bese, succionando y mordiendo levemente los suyos. Cuando abrió los ojos y se encontró con mi mirada, me sonrió.

 

—¿Te gusto? —pregunté curioso.

 

—Me encanto —se levantó a robarme un beso y atrapó mi labio inferior entre sus dientes— Pero se supone que yo debería ser quién debería darte placer a ti. —Reí levemente y me levante para buscar algo que me sirviera en mi pequeña cómoda.

 

—No te preocupes por eso —tomé una botella de crema que encontré, y puse un poco en mis dedos. No había tenido sexo con un chico, pero sabía cómo debía proceder por los relatos que mi amigo Chunji me había contado. Quién diría que los pondría en práctica algún día— Me gusta ser el dominante en este tipo de cosas. —Tire la botella en algún lugar de mi pieza y baje a besarlo de nuevo, mis dedos con crema viajando a su entrepierna.

 

Suaves gemidos salían de él, mientras jugaba con mis dedos en su entrada. El primer dedo; un fuerte gemido. Un segundo dedo; y sus piernas estaban enrolladas de nuevo en mi cintura. Un tercer dedo; un grito ahogado. Me sorprendí un poco al notar una mueca de dolor en su rostro, quizás iba muy rápido. Lo trataba de tranquilizar llenándolo de besos y caricias mientras lo preparaba. Mientras el tiempo pasaba más impaciente me ponía, quería sentirlo de una vez, saque mis dedos haciendo que gimiera cargadamente. Puse mi miembro en su entrada y de una manera no muy lenta entre en él, sus uñas clavándose en mi espalda, definitivamente eso dejaría marcas, pero poco me importaba. Estar dentro de un hombre. No, dentro de él; se sentía exquisito, su interior era suave, caliente y apretado. Comencé a moverme para poder sentir más placer, pero al buscar su mirada pude ver una mueca de dolor de nuevo en su rostro, y pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos a punto de salir.

 

—¿Quieres que pare? —sus ojos abriéndose lentamente, y me dedico una mirada de extrañeza.

 

—Si tú no quieres hacerlo, solo sigue —respondió mientras juntaba sus dientes, sabía que le estaba haciendo daño pero no dijo nada.

 

—Te había dicho que disfrutarías ¿verdad? —lo posicione bien entre mis caderas y con una mano limpie las lágrimas que estaban a las orillas de sus afilados ojos— Esperare hasta que estés listo —un lindo rubor se posó en sus mejillas, desvió su mirada y rostro hacia un lado; asintiendo suavemente. Sonreí ante aquel acto, aunque se supone que otra era la situación, encontré aquella acción muy tierna.

 

Me agache y mordí sus pezones, los suspiros volvían a su boca junto con mi nombre, y me encantaba escucharlos, saboreé por un buen tiempo sus rosados pezones hasta que decidí torturarlo en su cuello, deposité besos húmedos a lo largo de este hasta llegar a su lóbulo, con el cual jugué un rato. En un rápido movimiento tomo mi rostro con ambas manos y estampo sus labios con los míos, besándome de una manera muy necesitada, seguí su ritmo hasta que se separó de mi para volver a tomar aire, antes de que volviera a hacerlo lo detuve y esta vez fui yo quién lo beso, pero no de la manera anterior, sino que de una manera tierna y sensual, lenta, saboreando bien sus labios en el proceso.

 

—P-puedes moverte —dijo de una manera tan calmada y tímida, su rostro aun con ese rojo en sus mejillas, no pareciera que fuera alguien que vivía del sexo.

 

Lentamente obedecí, marcando un ritmo suave, tratando de que se acomodara a mí lo más posible. No quería volver a ver una mueca de dolor en su rostro. Hundí mi rostro en el espacio de su cuello mientras me movía, su respiración dándome justo al lado de mi oído. Después de unos minutos comenzó a pedir más, “Más rápido... Ah, sí, así, más rápido… por favor… Changjo” Y con eso no pude seguir reteniéndome, lo embestí con más velocidad y fuerza. Los sonidos de gemidos, pesados suspiros, besos, y pieles chocando llenaban mi cuarto. Sentí como de a poco llegaba a mi limité, tomé entre mis manos su miembro desatendido y comencé a masturbarlo al ritmo de mis embestidas, su espalda curvándose y su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y su boca abierta  al sentir mi mano complaciéndolo.  Unos minutos más de aquellos movimientos, y ambos llegamos a la cumbre al mismo tiempo, su semen en su pecho y en mi mano, y el mío llenándolo, mi orgasmo fue más placentero al escuchar mi nombre cuando él había llegado al suyo. Me recosté encima de él, mis pulmones buscando aire mientras me recuperaba de aquel maravilloso orgasmo.

 

Nos habíamos acurrucado en mi cama, su rostro en mi pecho y mis brazos alrededor de él, aprisionándolo, se había quedado dormido luego de una tierna sesión de suaves besos. Por otro lado yo aún seguía despierto y acariciaba su suave cabello. Podría dormir de esta manera todas las noches.

 

El sueño me venció a los pocos minutos, pero mi mente estaba llena de una pregunta ¿No lo volveré a ver nunca más?

 

Notas finales:

La segunda parte la subire en unas horas más -esta de salida- espero sus comentarios y/o criticas contructivas, se que no soy una experta, pero estoy aprendiendo :)

 

Viva el ChangNiel~ xD


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