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Oda Masamune por Umi chan

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Notas del fanfic:

Este fanfic también se encuentra publicado en Mundo yaoi por mí (cuenta en Mundo Yaoi: Umi-chan, sip xD lo mismo pero con guión)

Los personajes de Sekaiichi Hatsukoi no me pertenecen, le pertenecen a Nakamura Shungiku-sensei :3 La historia en sí es mía xD

Mi cuenta de facebook: https://www.facebook.com/umi.belen

     Takano Masamune, un hombre bastante serio a primera vista, de cabellos azabaches, ojos del color de la avellana y de tez clara, jefe de la sección de manga Shojo de la editorial Marukawa Shoten, donde, en ese momento, el primer y único amor de su vida trabajaba como uno de sus subordinados.

     Era principio del ciclo y el trabajo estaba muy ligero, pero aun así fue extraño cuando los subordinados del famoso hombre que había logrado llevar al éxito de ventas a Emerald estuviera absorbido en su mente, con la mirada perdido en algún punto del escritorio por sobre los papeles que aun sostenía inconscientemente en sus manos. Sentado en su lugar de trabajo, fue visto por miradas extrañadas que aumentaban a cada momento.

     ¿Takano Masamune… distraído en el trabajo?

     ¡Era una de las cosas más inexplicables que podrían haber visto! Un escalofrío recorrió la columna vertebral de todos aquellos que lo habían notado… Tal vez, podría tratarse de un mal augurio.

     Por otro lado, hace tan sólo unos minutos había pasado ese tipo maldito, según Takano, que hace tiempo había invitado a Ritsu a beber unos tragos después del trabajo y que además le había ofrecido cambiarse a Literatura. Tal parecía que solamente había ido a entregarle algo a Ritsu, y éste, como normalmente lo hacía, le agradeció cordialmente con una sonrisa demasiado tierna a su parecer. ¿Por qué Ritsu no podía entender que tenía que dejar de tener contacto con ese hombre? Esos pensamientos frustraban al editor en jefe… entonces recordó todas aquellas veces de hace diez años cuando “Oda” Ritsu le sonreía muy tiernamente, con ese sonrojo que cubría todas sus mejillas hasta enrojecerles las orejas, que se notaba aun cuando solía bajar el rostro la mayoría del tiempo por la vergüenza.

     Vio de soslayo a Ritsu trabajando con todo su esfuerzo como siempre. Aunque fuera distinto que antes… el sentimiento había vuelto con fuerza, al ver su fuerza de voluntad, sus actos de vergüenza y nerviosismo —que al parecer de Masamune, eran demasiado tiernos y reveladores en cuanto a lo que sentía—. <<¿Por qué será… que ahora se niega tanto a este sentimiento?>> se preguntó extrañado. Él había quedado devastado después de eso, ya que también había estado arrastrando las peleas y el divorcio de sus padres, que pensó podría dejar de lado siendo feliz con Ritsu, pero este había desaparecido, y lo había destrozado por completo…

     Y esa era una de las pocas cosas que no entendía, <<¿Por qué Ritsu, que seguramente creció rodeado de amor y protegido, se rindió ante la idea de un amor puro y de telenovela?>>. Para Takano, al imaginarse la vida de Ritsu le era imposible no pensar en un adolescente con la loca idea de que un día encontraría el amor de su vida sin importar que, como en un cuento de hadas, y que aunque saliera lastimado —como Takano supo después de descubrir que todo fue un malentendido—, buscaría un nuevo amor para tener una vida de ensueño, de igual forma que debió ser su infancia y buscar una vida perfecta. En simples palabras, la vida debería haber vuelto a Ritsu en alguien quien jamás desconfiaría totalmente del amor.

     —¡TAKANO! —la voz del temible Oso de Marukawa lo sacó de sus pensamientos. Frunció el ceño y levantó la vista del punto inexistente en donde la tenía. Se molestó aún más al notar la mirada de muchas personas sobre sí, pero al ver su expresión todas desaparecieron en un santiamén. Llevó sus ojos hasta su mejor amigo con hastío, si él estaba ahí lo único que podría esperar era terminar discutiendo por algún número de copias, excesivas ventas de algún manga, o algo parecido.

     Y no era mentira, así terminó la discusión, en gritos y ceños más fruncidos. Realmente ellos sí que sabían separar su amistad del trabajo.

     El resto de la tarde volvió a la normalidad. Masamuno no había vuelto a caer en sus pensamientos durante el trabajo, lo cual tranquilizó a todos los trabajadores del lugar.

     Sólo había podido acercarse a Ritsu un par de veces para besarle la mejilla a escondidas o acorralarlo contra alguna pared y ahogarlo con palabras de un amor eterno. Lo habría hecho más, pero un pequeño inconveniente era que en ese lugar no sólo trabajaban ellos dos —por desgracia del pelinegro—, y tenía que asegurarse de que no los vieran en situaciones así. Suficiente tenía con que su amado lo rechazara constantemente, como para sumarle que todos sus compañeros de trabajo lo vieran como un acosador sexual.

     En cuando la hora de salida llegó, el primero en salir fue Onodera Ritsu, excusándose con que tenía pendientes familiares que atender esa tarde y que eran realmente importantes. Lo único fuera de lugar en todo su discurso es que se mantuvo nervioso y algo sonrojado a cada palabra; eso sí sacó de quicio al azabache… ¿Es que acaso estaba mintiendo para ir a encontrarse con algún amante o algo parecido? La rabia le carcomía las venas.

     El siguiente en salir de aquel edificio fue nada más ni nada menos que Takano Masamune, y no, no estaba siguiendo a si querido castaño —por más que él quisiera— tenía cosas que importantes que hacer de igual manera. Debía ir a casa de una mangaka que vivía en uno de los distritos más lujosos de Tokio. Takano siempre había pensado que al ser una chica joven y adinerada, el ser mangaka sólo era un capricho que había logrado sonsacarle a sus padres, pero después de un tiempo notó que la joven realmente tenía talento y que estuvo mucho tiempo intentando lograr la aceptación de sus padres que eran muy tradicionales, y al ver que no la apoyaban decidió hacerlo por sí misma, de tal forma que sus padres terminaron cediendo ante sus deseos por esta ocasión.

     Tadatoshi Lucia —un nombre escogido por un padre extranjero—, vivía en una de las casas más grandes que había visto en su vida. Si pensaba que la situación de sus padres cuando era adolescente se podría tomar como acomodada, no era nada comparado a la de esta reciente mangaka. Y lo peor es que todas las casas que la rodeaban eran iguales o más grandes, lo que lo hacía sentir algo pequeño aunque no lo demostrara.

     Tuvo una larga charla con la joven sobre su nuevo y primer proyecto, sobre la trama, que tipo de entorno quería que transmitiera y cosas de igual o mayor importancia. Todo con un lenguaje formal ya que era importante la primera impresión de una nueva mangaka sobre su editor, a quien tendría que confiarle sus historias y su trabajo.

     Al salir de aquella enorme casa, siendo despedido por la joven mangaka, dobló hacia la derecha para ir camino a la estación de trenes. Ya era tarde y estaba algo oscuro, así que tenía que apurarse si quería llegar y al menos poder ver a su preciado castaño.

     Ya a un par de cuadras escuchó unos ruidos extraños proveniente de su espalda. Giró un poco su rostro y notó a un hombre de apariencia bastante normal viniendo tras él, y “normal” no era lo normal en aquellas calles. Frunció el ceño y avanzó un poco más rápido, pero en ello notó como otro hombre al otro lado de la cera lo seguía de manera sospechosa. << ¡Maldición! Seguro que me confunden con uno delos ricachones que viven acá>>, pensó molesto.

     Al llegar a la esquina y justo antes de cruzar, un hombre de apariencia algo más “desalineada” que los demás, se le tiró encima. Gracias a sus reflejos pudo esquivarlo rápidamente y cruzó corriendo la calle. Las veredas estaban desiertas, y los hombres tras él lo venían persiguiendo sin pudor alguno. <<Malditas cuadras, ¿Por qué tienen que ser tan largas?>>  pensó frustrado.

     En cuanto llegó a la siguiente esquina y dobló a la derecha, se dio cuenta de que era mucho más larga que las demás. Frustrado y sabiendo que no podría escapar en un lugar así, vio la alta reja de aquella gran mansión y usando toda su fuerza y habilidad, trepó y saltó dentro antes de que aquellos hombres lo encontraran. Las murallas eran de cemento con puros diseños de relieves por lo que no lo verían estando dentro, pero no contó con caer de mala manera y golpearse contra la cabeza. No fue lo suficiente para noquearse inmediatamente, pero por un momento todo se volvió negro, gimió adolorido retorciéndose un poco. Lo último que percibió al poder abrir los ojos por un instante fue el cielo azul de la mañana, las hojas verdes y resplandecientes de los árboles y unos ojos verdes e inocentes que lo miraban curiosos.

Notas finales:

Espero que os guste y les llame a seguir leyendo está historia :3

El primer y segundo capítulo serán publicados inmediatamente para quedar al corriente con el que está publicado en Mundo Yaoi.

Cualquier opinión, critica o error ortográfico que hayan visto xD pueden dejarlo en un comentario :3

Muchas gracias por leer.

Atte. Umi chan

Bye Bye~

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