TICK TOCK, TICK TOCK…
Las agujas marcaban insistente el paso del tiempo que era imposible de detener. JaeJoong lo sabía, por ese motivo ya no giraba su cabeza a ver cuántos minutos le quedaban.
Estimaba que aún faltaba dos horas para que comience su último fanmeting. Desde su asiento, dentro de su camerino, podía sentir como la gente del staff corría de un lado al otro ultimando todos los detalles. Normalmente él estaría allí, controlando que todo estuviera en perfectas condiciones. Pero esta ocasión era diferente, y cualquier rastro de energía se veía opacado por el desaliento que circulaba en su cuerpo desde hace semanas atrás.
En los últimos días no había podido conciliar el sueño. Ni siquiera había podido distraer su mente. Y, aunque JunSu y YooChun le hubieran insistido en que podía contar con ellos para expresar sus preocupaciones, sabía que con decir en voz altas todos sus pensamientos pesimistas solamente terminaría preocupándolos más. Porque él no era el primer artista que se iba al servicio militar, ni el último. Inclusive su soul mate lo haría tan solo un mes después. Por lo que creía que aquel sentimiento de tristeza que se apoderaba de su pecho era algo exagerado. Y, aunque era consciente de ello, no podía evitarlo.
Ahora observaba su nueva apariencia en frente del espejo de su tocador. Notando como el cabello corto acentuaba su cara delgada y pálida, a pesar de encontrarse ya maquillado para el evento. Un detalle que a lo mejor en otras ocasiones le hubiera agradado, pero que en esos momentos solamente lo llenaba de amargura.
Tomó la gorra que descansaba en frente de él y con cuidado cubrió toda la zona de su cabello. Dejando salir un profundo suspiro de sus carnosos labios. Tan sumido en sus propios pensamientos que no había notado que la puerta del camerino había sido abierta y que una silueta masculina lo observaba detenidamente.
Aprovechando la evidente distracción de JaeJoong el intruso se acercó a él con lentitud. Haciendo que el cantante se sobresaltara cuando le tomó la gorra y la deslizara fuera de su cabeza de un solo movimiento.
Kim se sobresaltó y giró su cuerpo en reacción, solamente para encontrarse con una silueta conocida.
-¡YunHo! ¡Casi me matas!-
Gritó al retroceder un poco. Entrecerrando su mirada al intentar parecer molesto, pero sus labios delataban un pequeño puchero. Porque a pesar de que la intromisión de su ex líder hubiera sido inesperada, su corazón estaba latiendo rápido de la alegría.
El bailarín sonrió en respuesta, haciendo que sus ojos se volvieran un poco más pequeños con esa simple acción. Cruzando sus brazos por encima de su pecho al verlo con cuidado, analizando lentamente las facciones del más grande ahora que su rostro se encontraba libre de cualquier estorbo.
-No me mires de esa forma…-
JaeJoong se quejó porque se sentía intimidado. Girando su cabeza a un costado para morderse con fuerza el labio inferior. Porque normalmente no dudaba de su propia apariencia, pero ahora que se encontraba bajo el análisis crítico del menor su pecho se comprimía en duda.
-Tranquilo. No hay nada que no te quede bien, JaeJoong ah.- le susurró, ganando que la mirada del más grande volviera en su dirección.
-¿En serio…?-
Era como un niño pequeño a pesar de sus treinta años. Consiguiendo que YunHo sintiera ternura por él de inmediato. Pero intentó no ser demasiado obvio en ello, por lo que dejó a un costado la gorra para extender con suavidad su mano. Así deslizando pausadamente la punta de sus yemas por aquella blanquecina mejilla. Subiendo luego por el costado de su rostro hasta acariciar en su nuca. Sintiendo apenas el suave tacto de los cabellos oscuros y cortos contra su piel.
-No tendría porque mentirte.- su tono de voz fue suave y la caricia se detuvo sobre el final de su nuca. Dejando que el mayor supiera que estaba siendo sincero al observarlo directamente a los ojos, sin perder aquella suave sonrisa sobre sus labios.
Una cercanía que no era mayor a un metro y provocaba que las manos de JaeJoong se ciñeran en nerviosismo. Ladeando un poco su cabeza a uno de los costados, como si intentara esconderse.
-Me sorprende el verte aquí…- dijo procurando desviar el tema de conversación y que el bailarín no notará el nerviosismo que le estaba recorriendo.
-¿Preferirías que no estuviera?- YunHo aflojó con suavidad al enlace de su mano y tomó un poco de distancia de él. Dejando que JaeJoong enderezará mejor su espalda al alterarse, arrugando su nariz de inmediato al negar. –YooChun nos ayudó a llegar. Nos mezclamos entre la gente del staff. No nos podríamos perder el concierto de hoy.-
Aunque no lo expresara en palabras la sonrisa que se plantó en los labios del más grande era completamente sincera. Tal vez se debía a la sensibilidad de sus pensamientos en los últimos días, pero JaeJoong no pudo evitar elevar sus manos para aferrarse a su chaqueta, temblando con suavidad mientras mordía su labio inferior.
-Sera el último por un buen tiempo. ¿No es así?- YunHo sintió como la melodiosa voz de su ex compañero era demasiado baja, como si él mismo no quisiera pronunciar esas palabras. –Por favor… En estos dos años no me olvides… ¿Puedes hacerme ese favor, Yunnie ah?-
Su tono de voz había sido tan desesperado que el menor había sentido como si un golpe hubiera dado directamente en su corazón. Notando con claridad como los oscuros ojos de Kim se habían cristalizado por las lágrimas que se asomaban. Quiso reprocharle, pero su anatomía se movió primero guiada por la preocupación, envolviendo a ese cuerpo más pequeño que el de él entre sus brazos. Como si quisiera refugiarlo de esos malos pensamientos entre sus brazos.
-¿Cómo podría olvidarte, bobo?- dijo con aire de frustración. Ciñendo fuerte sus brazos en su cuerpo mientras dejaba salir un profundo suspiro. Sintiendo como su hombro iba siendo mojado por las lágrimas por el otro hombre. –Encontraré alguna forma de verte. Nuestros batallones no estarán demasiado lejos… Encontraré la forma de coincidir y te escribiré cada día. ¿Está bien? Jamás, jamás podría olvidarte.-
Intentaba que en aquel abrazo que mantenía él pudiera sentir que cada una de sus palabras eran sinceras. Inclinando su rostro para dejar que sus labios besaran el hombro que temblaba a los sutiles sollozos.
-Hemos superado peores etapas, BooJae. ¿Recuerdas en el 2009 cuándo pensábamos que todo estaba perdido? Si pudimos con eso podremos con algo como esto.- intentó alentarlo, hablando sobre la suave piel de su cuello.
-Pero en esa época podíamos hablarnos. Aquí solamente podré recibir cartas cada determinado tiempo… ¿Y si encuentras a alguien mejor que yo? ¿Si me dejas de querer por no poder verme?- entre aquellas palabras las manos de JaeJoong se aferraron a su camisa, tirando de ella con desesperación.
-¡No va a pasar, JaeJoong!-
Por unos segundos la desesperación envolvió el pecho de YunHo. Lo dejó de abrazar solamente para tomar su rostro entre sus manos, haciendo que sus ojos se encuentren directamente.
-No luchamos para estar juntos para separarnos por algo así. Al menos no yo. Te dije que quiero mi vida a tu lado. ¿No es cierto? Y eso haré… Hoy y siempre deseo estar a tu lado, Kim JaeJoong.-
Con tan solo esas palabras la garganta del cantante se contrajo y se volvió a abrazar fuertemente contra él. No quería que los minutos corrieran, quería mantenerse abrazando al pecho de su pareja mientras él acariciaba su cabello para siempre, como en ese preciso momento.
..:TIME:..
-Estoy seguro que a JaeJoong le hará feliz tenerlos aquí. La fiesta después del concierto será privada, así que pueden quedarse. Ya sabes… Habrá comida.-
ChangMin soltó una ligera carcajada cuando JunSu mencionó lo último. Aunque intentara no hacerlo obvio, sabía que su intención era convencerlo.
-La comida es demasiado seductora como para rechazarla, hyung.- aseguró mientras giraba su rostro a verlo y torcía una pequeña sonrisa en sus labios.
Ambos cantantes iban caminando por aquel largo pasillo que se encontraba prácticamente vacío. El staff se encontraba ocupado haciendo que las fans ingresaran al recinto por lo que podían darse el lujo de tener algo de privacidad en aquel sitio.
JunSu mostraba su carácter fresco y juvenil con la carcajada que había soltando a tal comentario, a pesar que su apariencia con aquel cabello turquesa era algo desconcertante. Pero era algo a lo que ChangMin estaba acostumbrado a los largos de los años.
-¿Mañana deben regresar a Japón?- preguntó una vez su risa hubiera cesado, y estuvieran ya cerca del camerino del protagonista de ese concierto.
-Sí. Sabes no creo en las casualidades y justo AVEX nos planificó para mañana una presentación en un programa.- respondió rodando apenas sus ojos, mientras chasqueaba su lengua en un gesto de molestia.
JunSu curvó sus labios cierta ironía en su tono, mientras agitaba su cabeza en una pequeña negativa.
-No me sorprende. Pero al menos pudieron estar hoy.-
ChangMin aceptó aquel comentario estando de acuerdo en ello. Sonriendo en respuesta en el instante en que llegaban al camerino de JaeJoong. Fue JunSu el que se adelantó para girar la perilla y abrir, pero fue Shim quien se detuvo primero y sostuvo de la camisa a quien fue su compañero para evitar que siguiera avanzando dentro de la sala.
-¿Qué…?- susurró de repente el que apodaban delfín, pero calló cuando el menor señaló al sofá que se encontraba a un costado de la sala.
Los ojos en forma de dos gotas de agua se giraron a donde le habían señalado, quedando sorprendido a semejante imagen. Allí, encima del mueble, Kim JaeJoong se encontraba profundamente dormido mientras que Jung YunHo sostenía su cuerpo abrazándolo firmemente contra su pecho. No había ningún tinte sexual en aquella imagen, solamente eran dos adultos aferrándose al otro como si en cualquier momento alguien pudiera separarlos aun estando dormidos.
Como JunSu no reaccionaba el otro hombre lo arrastró fuera de la sala. Cerrando despacio la puerta, para luego soltar una pequeña risa divertida.
-Sabía no debíamos dejarlos solos.- dijo en tono sarcástico ChangMin, sin poder contener más aquella risa divertida.
El otro se sonrojó de inmediato y golpeó con su codo su abdomen en forma de queja.
-No estaban haciendo nada… Por suerte. Pero al menos JaeJoong hyung ahora puede dormir. Hace días que no podía conciliar el sueño.- su mirada se dirigió de reojo a la puerta, sin poder ocultar la preocupación que lo envolvía por su compañero.
En su sitio, Shim hizo una pequeña mueca, controlando su sonrisa.
-¿Por qué de alguna forma no me sorprende?- le comentó negando con su cabeza en desaprobación. –Tenemos algunos minutos, podemos ir a buscar a YooChun para comer algo antes de despertarlos. ¿No es una gran idea?- sugirió más interesado en la mención de los alimentos que en otra cosa.
El cantante de musicales lo miró con cierta incredulidad pero luego palmeó la espalda de aquel pequeño que lo superaba por mucho en altura. Empezando a caminar para guiarlo al menor por los pasillos del estadio.
-Estoy seguro que Chunnie nos está esperando.-
..:TIME:..
-¿Estás listo?-
JaeJoong observó directamente a los ojos de YunHo luego de escuchar su pregunta. Terminando por negar mientras que su mano soltaba lentamente la de él. Pero no se alejó. Mantuvo aquella distancia corta por unos segundos antes de que sus labios se acercaran por completo pegándose con los suyos. Pausado y lento, sin prisa alguna lo besó, mientras que sus manos estaban apoyadas sobre su pecho para poder llegar a su altura. Dejando que sus bocas se probaran unos segundos entre caricias íntimas que le permitieran sentir ese calor y dulce sabor de la boca ajena.
Fue el mayor quien se separó y sonrió con suavidad, observando con el cariño que solamente él podía producirle.
-Ahora lo estoy. Nunca dejes de mirarme, Yunnie ah.- susurró antes de alejarse de él. Se giró y acomodando el gorro sobre su cabeza dio pasos adelante. Mientras el staff lo acompañaba y las fans gritaban eufóricas al momento en que salía al escenario. En su sitio, el líder suspiró apoyando su espalda contra uno de los pilares, subiendo su mirada a observar la pequeña pantalla que le proyectaba lo que estaba sucediendo en escena. Sonriendo como un bobo, porque ese era el efecto que tenía Kim JaeJoong en él.
-Jamás podría dejar de mirarte, BooJae.-
Susurró al aire. Porque su corazón estaba palpitando con fuerza, y no le importaba si le tocara estar separado dos años de él. Una y otra vez iban a encontrarse. Porque el tiempo podía ser lento y cruel. O rápido y dulce. Pero sin importar como transcurriera. Él estaría esperando encontrarse una vez más con los ojos de JaeJoong, sin importar el tiempo.
Fin…