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Secretos por estheyaoista

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Notas del capitulo:

Bien, como lo prometí...aquí el otro cap....espero ahora si pueda igualarme en las actualizaciones :)

       

14.- Complicaciones en el área de trabajo, y en el corazón también.

 Miko revisaba un álbum de fotos que había encontrado mientras buscaba un libro de cocina dulce (pasteles, galletas, etc.) y decidió darle una ojeada. Sonrió al ver varias fotos de Yuuri cuando era pequeño junto a su hermano mayor Shori, su familia había sido la más feliz en el tiempo que todos estuvieron juntos. Aquella foto que estaba observando en ese momento delataba la felicidad que habían vivido. Meiko estaba presente, sujetando de los hombros al pequeño Yuuri de seis años, Shori a su lado haciendo un gesto severo como siempre y su esposo con una sonrisa radiante, con sus cabellos tan negros como la noche y sus ojos con aquel brillo que la enamoró desde el primer momento que lo vio, ella estaba a su lado, tomando con fuerza su brazo y aprisionándolo cerca de su pecho, incluso recordaba que Shoma pudo sentir su tranquilo palpitar mientras lo mantenía así de cerca. Era una familia feliz, ese año nunca esperaron que iba a pasar tantas cosas importantes en sus vidas, ya que al año siguiente: Meiko se marchó con los Bielefeld para trabajar puertas adentro en su casa y su esposo fue asesinado sin razón alguna. El recuerdo apresó su corazón en un doloroso sentimiento de melancolía, hace un buen tiempo que había dejado de sentirse de esa manera, pero la partida de su hijo a Osaka la había hecho sentir tan sola y abandonada, no quería seguir sintiendo ese vacío que su esposo dejo sin manera de llenarlo.

-Yuuri, no sé qué voy a hacer cuando te cases con Megumi, siento que me quedaré como una mujer desolada a la sombra de tu matrimonio, tampoco es como si quisiera que me llevaras contigo, pero es que la desesperación de verte partir me agobia, voy a estar sola—Miró la foto de su pequeño hijo con el uniforme de la primaria y sonrió con nostalgia—Madre, no sé cómo le has hecho para vivir todo este tiempo sin mi papá, además de que cargas contigo aquel dolor de perder a mi hermana, quisiera poder apoyarte en todo, pero me has negado hablar del tema, sé que te duele recordarlo, pero no es bueno agobiarse sola. Soy tu hija ¿Verdad? entonces deberías dejarme preocupar también por ti. No sé qué voy a hacer con tantas dificultades en mi vida.

Cerró el álbum y se dispuso a seguir con la preparación del enorme pastel de bodas que le habían encargado para aquella ocasión, debía ser el más hermoso, la novia así lo quería, una sonrisa se pasó por sus labios al imaginar a su hijo pidiéndole que preparara su pastel de bodas con su nombre y el de Megumi.

-Megumi, no sé si será la mujer indicada para casarse con mi Yuuri, pero si es feliz a su lado, no tengo porque negarme a ese noviazgo, aunque creo que mejor sería que mires hacia otros destinos.

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Wolfram llegó con paso tranquilo al parque en el que Shion le había pedido verse, observó a todos los lados intentando encontrase con su amigo y lo consiguió. Estaba sentado en unas de las bancas del parque con su mirada perdida en el cielo y una leve sonrisa dibujada en sus labios. Se acercó intentando quitar todo pensamiento negativo de su cabeza con respecto al nuevo noviazgo de Yuuri y saludó a su amigo y primer amor.

-Shion ¿Qué sucedió? ¿Por qué me llamaste?

Shion miró a Wolfram y este le sonrió tiernamente mientras palmaba un extremo de la banca para que tomase asiento y se sintiera cómodo con la conversación que iban a tener. Wolfram se sentó como lo había pedido su amigo y miró hacia el frente, por donde pasaban dos mujeres con varias bolsas de comprados y conversando de muchas y pocas cosas a la vez. Sintió una leve incomodidad al saber que Shion lo estaba viendo fijamente, lo había descubierto al mirar de reojo a su amigo, tragó saliva ¿Qué era lo que quería decirle?

-¿Y qué sucede?

-Wolf, primero quiero que me respondas algo.

-Claro, dime.

-¿Ese tal Shibuya Yuuri no es tu pareja?

Wolfram casi se atraganta con su propia saliva al escuchar esa pregunta tan directamente, había sido algo inesperado de su parte y un poco inapropiado como para comenzar una conversación.

-¿P-porque preguntas eso?

-Porque ayer los vi tan bien juntos que me pareció que así era.

-N-no, es hijo de mi Nana y se está quedando en mi casa por las vacaciones de invierno, no es mi p-pareja ni nada parecido—Sonrió nerviosamente—E-es más, ahora está con su novia en mi casa ¿Por qué te interesa saber de él?

Shion frunció el ceño levemente, el saber que vivía con ese muchacho no le parecía una buena idea, pero no importaba, había dicho que se encontraba con su novia entonces eso significaba que no tendría problemas con respecto a Wolfram.  Se acercó más a Wolfram cortando la distancia entre ellos y tomó ambas manos del rubio llevándolas al nivel de su pecho, obligándolo a girar un poco su cuerpo y mirarlo frente a frente, Wolfram esquivó la mirada, pero un movimiento de Shion con sus manos lo hizo volver a mirarlo un poco confundido.

-Wolf, quiero, que esto que te voy a decir no lo tomes a broma o algo parecido—Suspiró por unos minutos y luego sonrió—Yo, creo que cuando éramos pequeños y me pediste tener un cita contigo fue de verdad, tus sentimientos eran verdaderos y no eran una simple broma. Al principio así lo creí, pero ahora me doy cuenta de que siempre has estado enamorado de mi…

Wolfram se sonrojó con furia, quería gritarle que dejara de decir esas cosas incomodas para él, pero era inútil sus palabras se trababan en el transcurso de sus cuerdas bucales hasta su boca, no las podía sacar de su garganta y eso le molestaba.

-Shion.

-Como yo de ti.

Basta, era todo lo que podía soportar en ese momento, el de cabellos rojos le estaba haciendo una mala jugada ¿Cómo iba a ser posible eso? ¿Shion le correspondió todo ese tiempo a sus sentimientos? Pero ya se encontraba enamorado de otra persona ¿Podría dejar de lado ese sentimiento e intentar salvar la pequeña chispa que aún permanecía prendida por los sentimientos de Shion? Yuuri había vuelto con Megumi y parecía ser feliz ¿Por qué arrebatarle la felicidad por un capricho suyo? No, eso no iba a ser posible, quería lo mejor para su “amigo” entonces lo dejaría estar con Megumi aunque por dentro muriera, ese sería sin duda un secreto más que quizás se llevase a la tumba como todos los demás. Cambiar un secreto por otro, el amor no correspondido de Yuuri por el amor correspondido de Shion, era buena elección, quería hacerlo feliz y ser feliz mientras hacía feliz a Shion, entonces todo era lo indicado. Debía dejar ser feliz a Yuuri con Megumi, así él se sentiría feliz de la felicidad de la persona que ama y de paso se daría una oportunidad con Shion para también hacerlo feliz. Todos serían felices.

Error.

Esos eran sus pensamientos de felicidad plena, pero lo que no sabía era que todo eso era una farsa, una mentira, no podía hacer feliz a todos, si dejaba a Yuuri con Megumi y empezara una relación con Shion (por el cual ya no sentía nada) el único infeliz sería él. No obstante, si decidiera luchar por el amor de Yuuri y lo consiguiese, Shion y Megumi no serían felices, aunque no le importaba el estado de ánimo de la castaña, también contaba. Por ningún lado iba a haber felicidad plena salvo el caso de que en verdad pudiera enamorarse nuevamente de Shion y olvidar su amor frustrado por Yuuri.

Todo esto se le escapa de sus pensamientos al rubio, pero no importaba, si para él la solución de la felicidad era estar con Shion y dejar a Yuuri con Megumi, así iba a ser. No le daría más vueltas al problema.

-Shion, te quiero.

Duras palabras que salen desde los dientes para afuera mientras por dentro se derrite el verdadero sentimiento de amor.

A Shion le brillaron los ojos y se iluminó su alma, sí, lo había conseguido, sabía que Wolfram tenía esa clase de sentimientos hacia él, sin pensarlo dos veces, jaló de las manos a Wolfram y lo llevó directamente a sus brazos, en donde lo recibió con amor y dulzura, una que tanto tiempo había esperado entregarle. Wolfram se dejó abrazar, era la única escapatoria que presentaban en la gama de literales, parecía la correcta y ya no daría marcha atrás. Sonrió intentando demostrarle que eran verdaderas sus palabras, bueno, había sentido amor por el muchacho de cabellos rojos por mucho tiempo, entonces no sería un problema retroceder un poco y volverlo a sentir.

Shion miró con ternura los verdes ojos de Wolfram y besó la punta de su nariz, haciendo el que el rubio se sonroje, sus labios pasaron un poco más abajo besando el puente entre su nariz y sus labios, su intención era besarlo sin asustarlo. Por último sus labios aterrizaron en un cálido contacto con los labios de Wolfram que lo recibieron sin negación o miedo. Fue un contacto leve, como para hacer verdaderos sus sentimientos.

-¿Quieres salir conmigo?

-Sí—No, no dudaría por un minuto, no miraría hacia atrás habiendo avanzado tanto en su estropeado camino. Iba a ser feliz costase lo que costase.

Shion lo volvió a besar así de suave, si intentaba algo más profundo podría incomodar a su reluciente novio, entonces mejor las cosas seguirían así.

-“Es lo mejor”

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Yuuri besaba demandantemente los labios de su novia, quería probar todo lo que había dejado pasar en ese tiempo que no la tuvo con él, en el tiempo que su noviazgo pendió de un hilo pero que ahora se encontraba reafirmado. Sintió como Megumi se posicionaba encima de él, a horcajadas, como muchas veces anteriores lo había hecho. La apretó de la cintura y mordió levemente su ya hinchado labio inferior, la chica rio divertida ante la travesura de su novio. Sus manos pasearon por toda la fina espalda de Megumi mientras las de ella se adentraban por la polera de Yuuri y rozaban su morena piel. El beso se estaba subiendo de nivel sin darse cuenta, cuantas veces habían llegado a ese punto y no habían tenido retorno, cuantas veces desde la primera vez que había pasado.  Nada de eso se iba a olvidar si todos los días lo recordaban, sus cuerpos lo recordaban a la perfección, nada los haría olvidar el contacto del otro en el momento de unirse completamente, nada ni nadie.

El carraspeo proveniente de la entrada de la sala los hizo volver al mundo verdadero, donde no se encontraban en su casa ni en su habitación, sino en la sala de la casa de Wolfram, una casa completamente ajena a ellos. Sintieron sus mejillas arder al darse cuenta que casi irrespetan el hogar de los Bielefeld, sobre todo Yuuri, ya que lo habían acogido tan bien como pagarles de esa forma. A Megumi le daba igual, después de todo quería y deseaba que Wolfram los viera de esa forma para dejar en claro que Yuuri era solo de su propiedad, es por eso que sonrió con inocencia mientras acomodaba sus ropas y gritaba triunfante interiormente.

-W-Wolf—Yuuri sonaba nervioso, reía levemente intentando ocultar su vergüenza. En frente suyo estaba su amigo Wolfram con las manos encima de su cadera mientras lo miraba reprobatoriamente, está bien, era su casa y debía hacerla respetar como era debido. Megumi tomó esa acción como una escena de celos que saboreó gustosa.

-Si piensas en darle una buena sesión de reconciliación, por favor hazlo en tu habitación, no es cortes tratar así a tu novia.

Megumi abrió los ojos sorprendida ¿Entonces no le iba a decir nada y salir llorando como lo esperaba? Parecía no molestarle su presencia ¿Entonces se equivocó?

-N-no digas eso, suena vergonzoso si lo dices de esa forma.

-Oh, Shibuya, que bueno vernos de nuevo.

Yuuri regresó su vista a donde había sido llamado y se encontró con la radiante sonrisa de Shion, quien tomaba de la cintura a Wolfram y acercaba a su persona un poco más, mientras el rubio solo se sonrojaba.

-¿Takamura? ¿Qué haces aquí?

-Solo vine a dejar a Wolffy-Honey-chan en su casa ¿Tiene algo de malo?—Sonrió mientras posaba la mirada en Megumi, que estaba realmente sorprendida al verlo—Megumi Kinomoto—Susurró.

-Shion Takamura.

Wolfram y Yuuri miraron a sus respectivas parejas de forma confundida ¿Qué significaba? ¿Acaso se conocían? Eso era imposible ¿En verdad era así?

-¿Se conocen?—Preguntó Yuuri a ambos.

-Sí, nos conocimos en la estación de trenes, vaya, con que es así—Sonrió al recordar cuando conoció a Megumi, había terminado con su novio y al parecer, el novio era Yuuri Shibuya, que pequeño era el mundo—Es bueno volverte a ver Megumi-chan.

-Igualmente, Shion-kun.

-Bueno, creo que debo irme, mi madre me ha pedido regresar enseguida para unas compras necesarias de la casa—Mentira, debía ir a contarle qué tal le había ido con su declaración a Wolfram, ella le había pedido exclusivamente decirle todo con lujo de detalles y él se lo había prometido, cielos, su madre si era agobiante, pero así la amaba.

-Sí, claro, te acompaño a la entrada.

-No es necesario, conozco a la perfección esta casa, recuerda que vine muchas veces a jugar aquí.

-Sí, es verdad—Respondió Wolfram mientras bajaba la cabeza de forma avergonzada—Cuídate, entonces.

-No te preocupes—Shion se acercó al oído de Wolfram con delicadeza y susurro algo que dejó sonrojado al rubio—Nos vemos pronto—Dijo a los demás mientras daba un leve beso en la frente a Wolfram que aún no salía de su sonrojada situación.

Yuuri miró confundido todo eso ¿Acaso Shion le había dicho algo verdaderamente vergonzoso a Wolfram como para que se ponga así? Es más ¿Qué habían conversado anteriormente? Cuando la puerta se cerró, Yuuri llevó su mirada a Wolfram y este se la regreso de forma nerviosa.

-¿Qué quería Shion?

-Cosas, ahora me tengo que ir a mi habitación—Miró a Megumi y sonrió—Megumi, siéntete en casa.

Subió las escaleras tras las desconcertadas miradas de Megumi y Yuuri, que no sabían porque actuaba tan desinteresadamente de las cosas.

-Algo le pasó—Dijo Yuuri en un susurro siendo escuchado por Megumi.

-¿Algo? ¿Cómo qué?

-No sé, pero él no suele ser así ¿Será que Takamura le dijo algo?

-¿Shion-kun? No creo, pero me sorprende que sean amigos, nunca espere semejante sorpresa.

-Ahora que recuerdo ¿Qué hacías dando tu nombre a desconocidos que ves en una estación de tren?

-B-bueno…es que… ¡Estaba molesta! ¿De acuerdo? Había terminado de pelear contigo y me topé accidentalmente con él y conversamos un poco. Eso es todo.

-Estoy celoso—Dijo con un puchero mientras viraba el rostro—Y sabes cómo me pongo cuando estoy celoso.

-N-no Yuuri, espera, eso no, sabes que no soporto eso.

-¡Cosquillas!

-¡Ah!—Megumi empezó a reír estentóreamente ante las cosquillas que le hacía Yuuri mientras también se contagiaba de la risa.

Wolfram escuchaba eso desde el inicio de las escaleras, oculto tras la pared mientras sonreía levemente, si Yuuri era feliz, él también lo era.

Su celular vibró dentro de su bolsillo y se dirigió a su habitación mientras abría el mensaje.

Lunes: 18H45 PM
De: Anónimo.
Asunto: Trabajo.

Espero que el regalito que te mandé haya sido de tu agrado, es mucho tiempo de descanso el que te he dado, así que es tiempo de volver a trabajar, quedan aún dos fotos ¿Recuerdas? Espero que sí. Te veo mañana a las diez de la mañana, un auto pasará por ti apenas den las diez así que quiero que estés listo y no hagas esperar al chofer.

Sintió ganas de vomitar, volver a saber de esos tipos lo hacía sentir nauseas en su estómago, no quería volver a lo mismo, pero su integridad estaba en sus manos, al menos faltaban dos fotos, tenía la ayuda interna de Murata y podría albergar la esperanza de que saliera con vida, su madre y su Nana no estaban ni siquiera en el país así que sería mucho más fácil hacer algún movimiento y ganarse las dos benditas fotos de una vez sin tener que preocuparse por sus dos madres.

-Definitivamente estoy pensando en que sería mejor matarme antes de que me maten.

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Cecile mordía levemente su labio inferior mientras revisaba nuevamente el documento, si bien con esa ventaja que tenía podía conseguir ganarle a todos esos desgraciados que querían arrebatarle lo que por ley le pertenecía, no era capaz de hacer ese movimiento tan grosero y desalmado, sabía que le iba a costar la leve relación que tenía con su cuñado, pero después de todo era su empresa, la empresa que su amado esposo y ella habían levantado juntos y que le quedaba como un grato recuerdo, eso era lo que estaba en juego.

Meiko la notó dudosa, no podía simplemente decirle que haga ese movimiento, sabía que le era difícil, según lo que ella había visto en todo el tiempo que estuvo en la casa Bielefeld, Waltorada era un ejemplo de padre ante Wolfram y lo apreciaba mucho, había sido la figura paterna que necesitaba en su crecimiento, no le era fácil y lo sabía. Debía comprender.

Colocó su mano en el hombro de Cecile y sonrió con ternura, debía de apoyarla a toda costa, no podía dejarla sufrir sola, ella debía estar con su gran amiga, esa mujer que había sido como su hija y que le había tratado como una madre. Cecile sonrió de igual forma, las caricias de esa mujer le eran confortantes, agradecía mucho a la fuerza divina que la puso en su camino.

-No debes preocuparte tanto, es tu decisión, pero debes ver por el futuro de tu hijo a la misma vez, y cualquier decisión que tomes, afectara de todas formas a Wolfram, pero debes ver lo que sea mejor.

-Tienes razón, creo que lo mejor sería que nos quedemos con la empresa, después de todo, yo tengo un heredero, él no lo tiene y no lo tendrá. Aunque es un punto a mi favor, debe ser doloroso escuchar eso de tu propia cuñada a la que aprecias un poco, o al menos estimas. Pero es por el bien de la empresa.

Puso la hoja encima del escritorio y miró con rudeza a todos los presentes, ese día iban a hacer una revisión de balances de la empresa para ver si había sido manejada correctamente en el tiempo que Cecile la administró, para fortuna de Cecile, no había permitido que ninguna moneda saliera sin dar respuestas de porque lo hacía. Ese movimiento que había notado gracias a Meiko lo dejaría para el último momento, ya que aunque lo dijera en ese momento, las pruebas y los análisis iban a ser iguales. Por eso dejaría su as bajo la manga un momento más hasta nuevo aviso.

-Mi Wolffy ¿Qué será de ellos? Ya es un día desde que nos fuimos ¿Cómo estarán?

-Yo creo que bien, recuerde que también existen comidas instantáneas si es que Yuuri no puede cocinar bien.

Ambas mujeres rieron quedamente mientras bajaban la cabeza, esos dos niños a su parecer era lo que más les importaba en ese definitivo momento.

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Wolfram caminaba rodeado de un aura sombría desde la entrada de su habitación al pasillo, miró con molestia en dirección de la habitación de Yuuri y dio un bufido, no podía creer que no hubiera conseguido dormir por esos molestosos ruidos que provenían de dentro de esa puerta blanca. Al principio sintió un dolor tremendo el pecho pero poco a poco ese dolor se fue convirtiendo en molestia hasta conseguir enfadarlo de sobremanera. ¿Cuántas veces se había tenido que controlar mentalmente para no ir y echarles agua fría como a los perros? ¿Cuántas veces se había impedido tomar el pomo de la puerta para salir y darles un buen golpe a ambos culpables? Muchas veces, eso era todo lo que podía decir. Caminó hasta las escaleras y un mareo lo hizo detenerse de la pared, al parecer la falta de sueño le había hecho grandes estragos en su cuerpo, bajó las escaleras con cuidado, no por el hecho de que podía caerse y ser encontrado en el suelo, sino por el hecho de que quizás si se caía no se iba a levantar y ahí mismo se iba a quedar dormido. Llegó a la cocina y se preparó lo único que sabía hacer, café (Porque tenían una cafetera eléctrica) tomó un poco y sintió que un poco de las energías perdidas se iban recuperando, pero la sensación arenosa en sus párpados no se iría si es que no descansaba un poco, pero tiempo para eso ya no tenía, pues debía de estar listo a las diez de la mañana para que el auto lo fuera a recoger y ya faltaban quince minutos.

Acomodó sus ropas que consistían en una musculosa blanca y por encima una camisa de cuadros desabotonada completamente, los jean que tanto le gustaba usar y sus adorados zapatos Converse, si, amaba ese conjunto. Se colocó una cadena con un dije en forma de gota color azul cielo y sonrió. Esa cadena era un recuerdo de su padre que le había dado en una de sus clases de violín. Lo utilizaba siempre, solo que muchas de las veces lo llevaba debajo de la ropa para que su madre no sintiera tristeza al verlo. Pero como ahora su madre no se encontraba, podía lucir tranquilamente aquella cadenita con el hermoso adorno. Vio el reloj y tomó el ultimo sorbo de café para salir corriendo hacia la puerta, no les avisaría a los “Invitados” de que se marcharía, solo una nota de “Enseguida vuelvo” fue lo que dejó encima de la barra. No quería “molestarlos”.

Salió de la casa y se llevó con él las llaves, quizás y después Yuuri saldría y no tendría como entrar, le dejó las de repuesto encima de la nota que estaba en la barra para que se dé cuenta que se las podía llevar. ¿Desde cuándo tanta confianza? Bueno, el hecho de que haya sido abruptamente rechazado en una confesión nunca revelada no significaba que iba a actuar distante, le costó mucho tener una amistad así con alguien por lo que no iba a desperdiciarla tan fácilmente.

Esperó cinco minutos más y en frente de su casa ya se encontraba el auto negro que siempre lo iba a ver cuando tenía que hacer entregas lejanas, dio un suspiro y observo una vez más su casa para luego entrar en el auto y marcharse a su penúltima entrega.

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Yuuri despertó por los rayos de sol que se colaban por la ventaba de su habitación, el delicioso aroma de las flores se confundía con uno que estaba tan cerca de su nariz, alzó la vista pudiendo encontrarse con la sedosa cabellera de su novia, Megumi. Sonrió con satisfacción al recordar la hermosa reconciliación que habían tenido la noche anterior, pero un sonrojo se apoderó de sus mejillas al venirle a la mente que su amigo y dueño de casa, Wolfram von Bielefeld, se encontraba a escasos metros de su habitación. Intentó convencerse varias veces de que no habían sido ruidosos pero le era imposible, incluso aún después de haber pasado largo tiempo durmiendo, tenía presente los gemidos de su linda novia.

-Solo espero que Wolf no se moleste por eso.

-¿Amor?

Megumi abrió sus brillantes y soñolientos ojos hasta ver a su novio semi-recostado en la cama, junto a ella y sin camisa, el hermoso recuerdo de la noche anterior invadió su cabeza y sonrió complacida, esto sí que era una buena reconciliación fue lo que pensó su voz interna llamada “Orgullo de mujer”.

-Buenos días amor—Yuuri sonrió a Megumi y le regaló un dulce beso en los labios para luego acariciarle la mejilla levemente— ¿Dormiste bien?

-Como nunca.

-Voy a la cocina ¿Quieres algo de tomar?

-Agua, tengo la garganta seca.

Yuuri comprendió esa indirecta enviada de su dulce enamorada, sonrió con orgullo y se levantó de la cama colocándose el bóxer que había quedado en el olvido la noche anterior. Al momento de levantarse miró por la ventana la hermosa mañana que le brindaba ese bello día, su ventana daba a los jardines de Cecile que se encontraban en la entrada de la casa, es por eso, que al ver el jardín, pudo notar el momento en que Wolfram se acercaba a aquel auto negro que había visto la vez anterior y se subía para luego marcharse. Con rapidez salió de la habitación tras la confundida mirada de su novia y llegó a la cocina, esperaba encontrar alguna nota que le dijese a donde había ido pero lo único que encontró fue aquel papel sostenido por las llaves con unas escasas y pobres palabras “Enseguida vuelvo”. Subió las escaleras y entró en su habitación, no había nada tampoco en ella ¿Por qué había albergado la esperanza de encontrar una nota especial para él que le dijese a donde se había ido? Quizás por el hecho de que sentía que su relación de amistad había cambiado, incluso ambos se veían como mejores amigos ¿Entonces porque no le dejó alguna nota que le dijera a dónde iría? En ese momento sintió una tristeza grande que le invadía el corazón.

-Bueno, puede que solo haya salido a comprar y se encontró con esos tipos—Intentaba auto-convencerse con esas palabras pero le era inútil, su cerebro tenía la respuesta correcta y la dejó escapar de sus labios—O quizás escuchó todo lo de anoche y se fue molesto sin querer decirme o avisarme donde iría—Se llevó ambas manos a la cabeza y dio un leve grito de desesperación—Agh, soy un tonto, también me molestaría si hicieran eso en mi casa, sí que soy un estúpido, ya entiendo porque tengo pocos amigos en la universidad. Solo hasta ayer teníamos una buena relación de amigos y ahora…

Los recuerdos de la divertida tarde que tuvieron viendo esas películas y de la noche anterior a esa le vinieron a la cabeza, no podía creer como en tan poco tiempo, Shibuya Yuuri, se había encargado de arruinar una amistad que parecía sincera.

Salió de la habitación de Wolfram con el rostro bajo y se encontró con Megumi parada en la puerta, mirándolo con el ceño fruncido.

-¿Qué sucede?

-Nada—Susurró sin querer hablar—Wolfram salió un momento, pero no dijo a donde.

-Debió estar de apuro—Dijo Megumi que empezaba a sentir un leve aprecio por el rubio, la noche anterior lo había meditado, si Wolfram estuviera detrás de Yuuri se hubiera mostrado más posesivo o dolido por todo, pero sin embargo había sido tan natural a su parecer.

-No, creo que está molesto.

-¿Molesto? ¿Y eso porque?—Oh, alerta, alerta Megumi. La alarma de alerta se activó en su cerebro ¿Molesto porque? ¿Por la noche que pasó con Yuuri? Ah, no, al carajo el aprecio.

-Creo que está molesto porque irrespetamos su casa, es decir, a mí tampoco me gustaría que mi amigo se tomara tantos atributos en mi casa e hiciera lo que hicimos.

La histeria de Megumi bajó dos rayitas y sonrió nuevamente, entonces si era así, no tenía de que preocuparse.

-Tranquilo, Yuuri, creo que solo estaba de apuro, no debes de pensarlo tanto.

Yuuri sonrió levemente asintiendo, si, quizás tenía razón y lo estaba llevando a límites invisibles.

-Puede ser verdad.

-Anda, en vez de preocuparte ¿Qué te parece si hacemos de desayunar? Quiero comer tus deliciosos huevos revueltos con salchicha.

Yuuri sonrió mientras aferraba la cintura de su novia y besaba su frente con tanto amor contenido.

-¿Qué te parece si mejor vamos por otra ronda allá dentro?

-¿Y no estabas hablando de respetar la casa ajena hace unos minutos?

-Al carajo eso, no hay nadie y debemos disfrutar nuestra juventud.

Oh, la cara de “Quiero y puedo” se había formado en el rostro de Yuuri, quizás para los demás le serviría, pero no para ella, estiró sus brazos con sus manos puestas en su pecho dispuesta a negarse, pero su “Orgullo de mujer” le gritaba cientos de veces que no lo hiciera, que era mejor complacerlo a perderlo nuevamente. Además quería marcar apropiadamente su terreno con algunos rasguños y chupetones que se vean por encima de sus hombros.

-De acuerdo.

Yuuri se sorprendió con la respuesta, pero dejó de lado eso pasando a sentir felicidad, la cargó obligándola a enrollar sus piernas en su cadera y entrando de nuevo a la habitación.

Pero sin saberlo—Ya que su felicidad la opacaba—Su corazón empezaba a sentir una tristeza y vacío incomprendidos.

.

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Continuará.

       
Notas finales:

Ok, las cosas van tomando un rumbo algo extraño...perdón por lo de Megumi...pero es un acontecimiento necesario en la trama....entonces...el que se dio cuenta de su amor fue Wolfram :) jajajaja eso era de esperarse ¿O no? Como sea.... espero que siga siendo material para ustedes... Nos vemos pronto...

       

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