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Secretos por estheyaoista

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Notas del capitulo:

Hola, espero que la conti sea de su agrado, sin más que decir...A leer.

20.- Respiro de paz: De nuevo a clases parte 1.

Yuuri miró el mensaje que había enviado, no tenían por qué preocuparse antes de tiempo, había intentado que su mensaje no presentar atisbos de preocupación. Imaginó que ya se encontrarían de camino a casa por lo que no tomaría mucho tiempo en que aparecieran por el lugar.

-Murata, por favor ¿Puedes acompañarme a la entrada del hospital? Creo que si voy solo las alteraré un poco y no quiero eso hasta que llegue con Conrad y Gwendal.

-No te preocupes, Shibuya, te acompañaré.

-Nosotros nos quedaremos aquí por cualquier cosa.

-Muchas gracias—Susurró Yuuri un poco nervioso por lo que se avecinaba.

Las dos horas de espera habían pasado rápidamente, agradecía al cielo que en ningún momento se presentaran inconvenientes con Wolfram, su presión cardiaca estaba mejorando y el suero había permitido que la pinta de sangre sea bien aceptada.

Bajaron por las escaleras para matar el tiempo, las manos de Murata se encontraban en sus bolsillos mientras caminaba a paso ligero, su leve sonrisa lo delataba, en algo estaba pensando.

-¿Qué sucede?

-Nada.

-¿Y esa sonrisa a que se debe?

-Por haber cumplido mi misión como era debido.

Yuuri llevó sus brazos por detrás de la cabeza y entrelazó sus dedos, seguía mirando la sonrisa de Murata ¿Algún momento había llegado a sentir pánico? No sabía y tampoco quería preguntar.

-Tu padre era antes oficial de policía ¿Verdad?

-Sí, hace un tiempo renunció, yo lo ayudaba un poco en su trabajo y ahí conocí a Gwendal y Conrad, ellos me apoyaron desde un principio con lo de Wolfram.

-No puedo creer que sean hermanos, es algo imposible de creer, es decir, Chery-sama no tiene apariencia de una mujer que haya tenido tres hijos los cuales están bien crecidos.

-Es porque Cecile-san se conserva bien.

-Vaya, si mi madre la conociera de seguro que quisiera saber su secreto.

Ahora fue momento de que Murata inspeccionara a Yuuri, su rostro era relajado, nada parecido al que había visto cuando estaban con Wolfram en la empresa de Reiko, un rostro lleno de desesperación y angustia, sin mencionar la agónica expresión que hizo cuando descubrió que “No” tenía pulso. Una leve idea se pasó por su mente que no demoró en hacerla saber.

-¿Wolfram y tu son algo?

-¿Disculpa?

-Me refiero a una clase de relación más íntima a los amigos.

-¿P-porque preguntas eso? N-no somos más que amigos.

-Tu expresión me dice lo contrario, te has puesto rojo apenas toqué el tema.

-E-es porque…bueno es porque lo has tomado tan a la ligera.

-No me importa de hecho, tengo una mente abierta con respecto a eso. Pero imagine esa teoría por la forma en que te comportaste por Wolfram, te alteraste mucho, incluso sufriste y lloraste además de arriesgar tu vida por el en una ocasión. Y cuando llegamos contigo después de subir por el ascensor estabas con un gesto de felicidad plena. No me recrimines por pensar eso.

-Y-yo solo lo hice porque es mi amigo, uno de los buenos.

Murata entrecerró los ojos mientras asentí sin creer ni una sola palabra de lo que decía el pelinegro.

-A-ahora que me acuerdo—Yuuri se sintió incomodo, con aquellas palabras había conseguido recordar esos tres momentos vergonzosos que había pasado con Wolfram: El roce de su mano en su entrepierna, la leve caricia de sus labios y la verde mirada de Wolfram cuando estaban en su habitación. Todo eso le acaloró las mejillas y no era bueno, es por eso que decidió cambiar de tema— ¿Por qué demoraste en abrirnos la puerta? Dijiste que esperáramos unos quince minutos luego de llegar y fueron más de media hora.

-Oye. Debía conseguir información que ayude a Wolfram—Dijo mientras le enseñaba una grabadora que llevaba en su bolsillo, aplastó el botón de reproducir y la voz de Reiko se hizo escuchar solo un poco.

-¿Grabaste una conversación de Reiko con Wolfram?

-Fue por su bien.

-¿Pero qué dice?—Murata miró hacia el frente, no sabía si decirle o no lo que estaba en esa grabadora—Si no puedo saber no hay problema, al menos estoy tranquilo de que Wolfram está con bien y fuera de las manos de esos tipos.

-No te preocupes, pronto lo sabrás.

Miraron la entrada a la que habían llegado, de ella aparecieron dos mujeres con un gesto de preocupación. Yuuri elevó su mano en un saludo y Murata solo se hizo aún lado.

-Cariño—Vociferó Meiko abrazando a su nieto con tanta fuerza—Te extrañe.

-Yo también, abuela.

-Yuuri-kun que bueno verte de nuevo—Cecile lo apretó entre sus senos de forma cariñosa.

-T-también me da gusto verla, Chery-sama.

Ambas mujeres miraron a su entorno sin ver a Wolfram, el corazón de Cecile se aceleró, entonces algo le había pasado a su hijo.

-Yuuri ¿Dónde está Wolfram?—Cuestionó Cecile enseguida.

-Bueno pues él…

-Señora Bielefeld, Meiko-san, es un placer volverla a ver.

Cecile y Meiko atendieron al llamado de Murata, enseguida supo reconocerlo por el brillo de sus ojos tan peculiares, sonrió mientras lo abrazaba levemente.

-Oh, pero si eres Ken-kun, te has vuelto un muchacho apuesto.

-Gracias, Cecile-san—Miró a Yuuri sonriéndole levemente para supiera que él se encargaría de todo hasta llegar a donde estaban Gwendal y Conrad.

-Ken, es bueno verte saludable y grande—Meiko le revolvió los cabellos animadamente mientras Murata solo sonreía ante los mimos de ambas mujeres.

-Cecile-san, Wolfram se encuentra por acá, síganme.

Las mujeres lo observaron dudosas pero lo siguieron, Yuuri iba al margen de la situación, subieron por el ascensor hasta el cuarto piso donde enseguida se vieron de pie en la puerta de C.I que estaba con la luz verde encendida.

-Pasen por favor, dentro encontrarán ropas adecuadas para seguir.

-K-Ken-kun ¿P-porque vinimos aquí? Yuuri-kun ¿Qué sucede?—Cecile estaba nerviosa, sentía que algo malo había sucedido con su hijo, pero la sonrisa de Murata se lo ocultaba.

-Entren por favor.

Las empujó levemente y casi las obligó a colocarse las batas con los gorros, guantes y mascarilla. Al llegar a donde estaban Conrad y Gwendal, luego de dar unos pasos considerablemente alejados, Cecile reprimió un grito con sus manos, sus hijos estaban ahí, en la sala de Cuidados Intensivos, su pulso se aceleró más sin poderlo detener. Con paso tembloroso se alejó de los otros y se acercó a la ventana insonora que estaba en frente de ella. Apretó las manos en el frío vidrio y dejó escapar unas lágrimas por sus mejillas que derramaron su maquillaje. La imagen de su hijo, con tubos en ambos brazos, vendas por todo el cuerpo y aparatos conectados que marcaban la vida de su hijo le desmoronó el alma. Se dejó caer al piso, Gwendal corrió a su ayuda mientras la levantaba y obligaba a que se sostenga de su cuello.

-Mi hijo.

Meiko imaginó lo que sucedía, no tenía valor de ver a través de la ventana, el miedo la invadía, pero debía saber en qué se habían metido esos dos en el tiempo que se marcharon. Dio unos leves pasos hasta encontrarse con la vista de su “nieto”. La imagen le desgarró el alma y desequilibró su mente. Conrad la sostuvo de los hombros para no dejarla caer en ningún momento llevándola hacia la banqueta en la que ellos habían estado sentados por todo ese tiempo.

-Pero que sucedió—El llanto desgarrador de Cecile le permitía que apenas se entendiera lo que quería preguntar. Sus ojos se empezaban a enrojecer y su nariz estaba empapada de un carmín intenso. Conrad la apresó entre sus brazos como intentando apoyarla psicológicamente.

Murata solo observaba, lo que luego les tendría que decir iba a ser demasiado fuerte, si la imagen de Wolfram en la cama de C.I las había dejado así, no se imaginaba con lo que tenía que contarles.

-Escuchen—Empezó a decir Murata mientras sacaba la grabadora de su bolsillo y la movía entre sus manos—Todos deben prestar la mayor atención que puedan, porque lo que les voy a decir es un tema demasiado delicado. Sobre todo para usted, Cecile-san—Miró a la mujer que se intentaba erguir sin conseguir nada, todo en ella estaba derruido—Todo esto se arrastra desde la muerte de William von Bielefeld, el padre de Wolfram.

“Al momento de conocerse William y Reiko Matsumoto gracias a las empresas de ambos, su rivalidad se reafirmó. La empresa Bielefeld con la empresa Matsumoto siempre fueron rivales en ventas. En un tiempo la empresa Bielefeld empezó a tener buenos incrementos en ventas, lo que provocó la envidia de Reiko y decidió acabar con todo eso. Citó a William a una reunión que se hizo abiertamente en su empresa, William aceptó esto por el simple hecho de que le había dicho que se trataría de negocios que beneficiarían ambas empresa. A esa reunión, William llevó a su hijo, Wolfram, de apenas cinco años. Reiko al ver que Wolfram interrumpía en sus planes, lo mandó a jugar con su hijo menor, Akira. Es así como en el momento que estuvieron los dos solos, Reiko desató agresiones a William que no pudo defenderse. El disparo de la pistola quizás alarmó a Wolfram y al pequeño Akira por lo que terminaron dentro del salón. Wolfram vio a su padre tirado en el suelo, lastimado y pidiéndole que se vaya, Akira, se tomó de la basta del pantalón de su padre y tembló de miedo, claro que sentirían terror ante lo que estaba sucediendo, ambos eran pequeños niños de apenas cinco años de vida”

Miró a Cecile, ella prestaba bastante atención, la sorpresa en el rostro de todos no podía dejar de ser notoria, Murata suspiró y siguió relatando.

“William se levantó, dio un golpe a Reiko y este perdió la pistola, cayendo a unos pasos de Wolfram. William volvió a ser derrumbado por Reiko, quien con intensiones bajas, empezó a patear el estómago del padre de Wolfram. El pequeño Wolfram no supo que hacer, se veía desesperado por ver a su padre ser tratado así. Así que hizo lo primero que se le vino a la mente…Tomo la pistola y apuntó a Reiko. William miró horrorizado la escena, las pequeñas manos de Wolfram quizás estaban temblando y sus manitos fallaron en su propósito. Al disparar, a quien le cayó la bala no fue a Reiko o a su padre, sino a Akira, quien en un agonizante grito perdió la vida, pues la bala traspasó directamente su corazón. Reiko al ver esto, dio un iracundo grito mientras arrebataba de las manos de Wolfram la pistola y dispara en la cabeza a William. El llanto de Wolfram, según relataba orgulloso Reiko, fue uno lleno de agonía”

Yuuri abrió sus ojos desmesuradamente, la impresión de todo lo que había dicho lo dejó sin habla, simplemente saber que Wolfram había tenido que cargar con ese peso en los hombros le hacía sentirse como la persona más dichosa de todas. Aunque la muerte de su padre tampoco era cosa de nada.

“-Estuve presente cuando lo mataron, tenía cinco años en ese entonces. No fue, la mejor escena que pude haber presenciado, pero es la que recuerdo con mayor solidez.”

Ahora ese recuerdo lo hacía sentirse tonto al preguntarle aquello. Murata decidió de una vez terminar con toda la historia.

“Luego de eso, Reiko y sus hombres llevaron el cuerpo de William y al pequeño Wolfram a un callejón, en donde tiempo después aparecería en los periódicos como “Director de la empresa “Bielefeld” muere asesinado en un callejón” desde ese momento Wolfram calló todo por miedo a una amenaza que le hicieron “Si dices algo, muere tu familia y seres queridos” claro está que Wolfram decidió mantenerlos a todos bajo protección y no decir nada. Años después, doce años después, Reiko apareció y extorsionó a Wolfram tras una nueva amenaza con fotos denigrantes a través de su hijo, Matsumoto Kyo” Cecile-san, desde ese momento Wolfram empezó a trabajar con ellos, entregando paquetes de droga a quienes le indicaban. Esto no tiene mucho tiempo de sucedido, pero el caso lo llevo siguiendo al menos cinco años.

-E-entonces esos golpes, sus llegadas tardes a casa y su forma de actuar fueron por esto—Dijo Cecile tomando con fuerza el brazo de su hijo mayor—He sido una ciega al no darme cuenta de nada. Todo esto es mi culpa.

-Cecile, nadie tiene la culpa en esto, solo esos desgraciados que ahora pagan condena en prisión y que pronto serán apresados en una cárcel de máxima seguridad. Su hijo escondió todo perfectamente, solo por su bienestar, Cecile, Meiko.

Cecile miró a su amiga y madre, sintió pena de que escuchara todo el problema que su familia tenía, pero ella con su dulce mirada le dio a entender que todo estaba bien. Su vista se pasó a Yuuri, de él sí debería estar apenada.

-Lamento que te hayas visto involucrado en todo esto, Yuuri-kun.

-Yo…sabía—Cecile posó intensamente sus ojos verdes en Yuuri que mantenía la cabeza baja—Yo sabía lo que Wolf hacía, el me lo contó e intenté ayudarlo más de una vez.

-Entonces, el estado en el que llegaste hace unos días ¿Fue por eso?

-B-bueno sí, me vi secuestrado por el hijo de Reiko, Kyo, y lo hizo en forma de amenaza.  A esos desgraciados no les  hubiera temblado la mano al momento de hacerles daño, lo aseguro.

Cecile se levantó de su puesto y abrazó con fuerza a Yuuri, se había quedado junto a su hijo aun sabiendo la mitad de los problemas que lo aquejaban, sinceramente ese era un excelente amigo.

-Gracias por cuidar a mi Wolf.

-Chery-sama, no debe de agradecerme, Wolfram es mi mejor amigo. De hecho, estoy agradecido con usted por dejarme quedar en su casa y poder conocerlo.

Cecile lloró en el pecho de Yuuri, estaba sinceramente agradecida que al menos su hijo hubiera tenido alguien que lo apoyara e intentara aconsejar. Tantas cosas que habían pasado y ella no se había enterado de absolutamente nada. Desde ese momento, iba a ser una madre que supiera de todas las hazañas de su hijo.

Pronto. Desde ese momento en el que toda la verdad, o al menos la gran mayoría fue revelada por Murata, habían pasados dos días. Era sábado en la tarde cuando todos se encontraban reunidos en la sala general que le pertenecía por el momento a Wolfram. Su estado había mejorado y hace un día lo habían bajado a la sección de enfermos consiguiendo así, que lo pudieran visitar más seguido.

-Yuuri-kun. Toma, aquí está tu parte de manzana.

-Gracias, Chery-sama.

En la sala estaba Yuuri, quien había hecho la noche anterior guardia en compañía de Wolfram, recordando la vez que el rubio lo había cuidado. Cecile, quien había pedido a la vicepresidenta que se encargue por el momento de la compañía para poder estar en la tarde con su hijo. Meiko, quien se encargaba de llevar los almuerzos a todos los presentes y uno que otro aperitivo como en ese momento. Conrad y Gwendal también estaban en el lugar, incluso Yozak había ido ese día de visita un par de minutos para saludar a la familia Bielefeld. Murata estaba tranquilo mirando por la ventana, desde el momento en que esos dos tipos habían sido apresados, una paz interior lo había invadido, ahora podía respirar tranquilo sabiendo que había cumplido su promesa.

-¿Tú también quieres manzana? ¿Murata?

Cecile le extendió un recipiente con manzana cortada en forma de conejo, un sabor amargo le recorrió la garganta al ver los pequeños conejos de manzana, un amargo recuerdo fue lo que había saboreado en ese momento, negó gentilmente mientras volvía la vista al cielo.

-Shibuya ¿Pronto te irás?

-¿Irme? ¿A dónde?

-¿Cómo que a dónde? A Tokio, a tu universidad.

-Ah, eso, pues no. De hecho, tengo una semana y media de vacaciones más, pero pienso regresar a Tokio en cuanto Wolfram mejore un poco más, si es posible pasar media semana aquí y terminar la otra semana en la casa con mi madre, quizás visite a mi hermano. ¿Por qué la pregunta?

-Curiosidad. Quería saber para ir a saludar a Miko cuando vayas de regreso.

-Sí, será dentro de… Espera ¿Conoces a mi madre?

-Miko es la hija de Meiko, he ido un par de veces a su casa cuando he tenido tiempo y hemos conversado. Claro que la conozco, hace un exquisito curry.

-Esa es mi madre—Susurró Yuuri mientras miraba a otro lado, la cama de Wolfram dejaba ver unas suaves sábanas blancas. El rostro del rubio era más tranquilo, de hecho, parecía disfrutar del sueño, al menos había salido de ese semi-coma que tanto les preocupaba.

-Yuuri-kun, perdón por dejarte nuevamente en cuidado de Wolfram, quise quedarme pero…

-Tranquila, Chery-sama, después de todo es su trabajo, lo ha dejado tan a la deriva en estos días incluso cuando estaba en Inglaterra, será mejor que vaya a ver porque la llamaron y revise que todo está bien.

-Lamento molestarte. Yuuri-kun.

-Para Shibuya no es ningún problema contemplar toda la noche a Wolfram ¿Verdad, Shibuya?

-¡Q-que cosas estas diciendo, Murata!

Todos, exceptuando a Gwendal, rieron ante la respuesta de Yuuri, tan nervioso que dejaba todo a la vista. Conrad sonrió, le daba un poco de pena que Yuuri no comprendiera sus sentimientos, todos sabían de ellos y el único que lo dudaba aún era Yuuri.

-Bueno, entonces, nos vemos mañana ¿De acuerdo? Trataremos de estar aquí lo más pronto posible para que puedas ir a casa.

-No se preocupe, Chery-sama, vayan tranquilas.

Todos se despidieron de Yuuri y de Wolfram, aunque este no pudiera escucharlos. Yuuri cerró la puerta de la habitación de Wolfram y dio un gran suspiro de cansancio.

-Cielos, son demasiado animados que no puedo llevarles el ritmo. Mira que decir esa clase de cosas.

Se sentó en el filo de la cama mientras miraba a Wolfram, el cielo ya empezaba tornarse de distintos colores y la tarde empezaba a enfriar mucho más, unas cuantas bolitas de nieve caían por el vidrio de la ventana y hacían que esta se empañara. El sonido de su celular lo sacó de transe y contestó.

-¿Megumi?

-Yuuri, que bueno que contestaste enseguida, quiero decirte que volveré antes a Tokio, tengo que hacer unas cosas importantes.

-¿Surgió algo con tu familia?

-No, nada de eso. Te dejo, tengo que colgar.

Se había olvidado completamente de Megumi, de hecho, ni siquiera se había acordado de que no la había visto hace días. Era algo extraño que no quisiera estar a su lado. Tampoco había sabido de Shion en todo ese tiempo, ni había preguntado por Wolfram ¿Qué clase de novio era si no le importaba el estado de su pareja? Eso le molestaba de cierta forma.

Se levantó y cerró el vidrio de la ventana, la calefacción empezaba a funcionar y la noche ya había caído. Se quedó observando los jardines del hospital, tan tranquilo y sin preocupaciones fuertes. Así le gustaba la vida.

Se alejó y volvió a tomar puesto en el filo de la cama, las cosas habían sido tan intensas en ese tiempo que incluso se había olvidado de contactarse con su madre en ese tiempo. Luego hablaría con ella un momento.

Se volvió a levantar de la cama con rumbo al sillón de la habitación donde podía recostarse un poco. Asentó la cabeza y enseguida la levantó. Escuchó el sonido de algo caer, miró hacia donde había escuchado el sonido y se encontró con el control de la televisión tirado en el suelo. Se acercó un poco y lo volvió a levantar, el cable del suero bailaba levemente y sus ojos se centraron en Wolfram. Un gesto, solo un gesto se formó en su rostro para luego abrir los ojos.

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Continuará

Notas finales:

Todo empieza a descubrirse, los secretos empiezan a salir a la luz...¿Qué sucederá en el siguiente cap? Todo es indescifrable....

Nos vemos en el siguiente cap, no se olviden de dejar su comentario de como creen que va la historia y si le falta algo por favor me lo hacen saber y yo enseguida lo tomo en cuenta :D

Nos vemos...!!


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