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Secretos por estheyaoista

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Notas del capitulo:

Hola...perdón por la demora...estuve pensando seriamente en algo con respecto a la historia...más adelante se darán cuenta. 

Además...es el último cap.... TT__TT con más ganas se me ha prendido una idea en la cabeza y me ha hecho pensar. 

En este cap les daré el lemon que desearon desde un principio TT__TT Espero y les guste. :D

Al abrir la puerta de la casa a la que ahora pertenecía, Wolfram se topó con el agraciado aroma de la cena, se empezaba a arrepentir por no haber guardado al menos un espacio para deleitarse con la comida de Miko, por lo menos le pediría que le guardase un poco para el día siguiente.

Se retiró los zapatos en la entrada, saludó con energía y entusiasmo esperando encontrarse con la tierna mirada de Miko y la amorosa sonrisa de Yuuri. Dejó la maleta en la entrada junto a un recibidor de madera oscura que se encontraba adornado con unos cuantos marcos de fotos familiares en donde estaban Miko, Yuuri, su hermano y su padre de pequeños. A su lado se encontraba uno más actual donde Miko sonreía emocionadamente, Yuuri la miraba con cariño y el hermano de Yuuri, Shouri, a quien Wolfram había conocido hace unos días se mantenía perfectamente parado mirando a la cámara.

Sonrió recordando a su familia, ahora tenía a dos integrantes en ella que no se olvidaban de llamar todas la noches y preguntarle si Yuuri estaba comportándose correctamente, los celos de sus hermanos en ciertas ocasiones le causaban gracia, pero a la misma vez un tremendo miedo que no entendía.

Caminó a la entrada y pudo ver a Miko sentada de forma despreocupada comiendo la cena mientras veía la televisión, un atisbo de confusión se presentó en la mente de Wolfram al verla comer sola en la mesa principal, se acercó y con la duda en sus ojos preguntó por qué estaba vacía la casa.

-Wolf, buenas noches, Yuuri salió hace unas horas, no dijo donde se iba así que no te podría decir a ciencia cierta.

-Ah, comprendo—El rostro de Wolfram se comprimió en una mueca de tristeza que intentó esconder con una sonrisa—Estaré en mi habitación, tengo unos deberes que terminar.

-De acuerdo, te guardaré la cena para mañana.

-Muchas gracias, Miko-san.

Subió las escaleras con paciencia, como si no hubiera tiempo que marcara las manecillas del reloj. Se topó con la puerta de madera oscura que le impedía el paso a su habitación, tomó la perilla y se quedó pensando unos segundos mientras miraba la puerta contigua.

Yuuri había estado tan distante con él, no tenían tiempo para nada, pero en cuanto conseguía un poco de tiempo para estar juntos al moreno le aparecen ciertos inconvenientes que le impedían estar en un momento de tranquilidad juntos. Se empezaba a sentir estresado, amaba al moreno como no tenía ni idea y ciertos aspectos empezaban a florecer, los cuales lo frustraban.

Se había convertido en un adicto a los labios del universitario, quería permanecer mirando sus ojos por toda la vida y el roce de sus gentiles manos en sus mejillas empezaba a verse tan distante y lejano. Pero sobre todo, aquel roce y caricias que empezaba a ver necesarias no se calmaban con un beso o una caricia, quería más, algo más que en sus pensamientos era vergonzoso pero para su cuerpo empezaba a ser necesario en extremo.

Dio un gran suspiro entrando a su habitación, si tan solo el moreno supiera que sus deseos por tenerlo tan cerca de su piel empezaban a volverlo loco, a desesperarlo a tal punto que no soportaba el hecho de estar solo en casa. Por ese motivo se encontraba con sus amigos, salía por las noches porque sabía que estaría sin la compañía de Yuuri y la soledad que sentía le molestaba.

Salió al balcón para apreciar la fresca noche que se alzaba por los cielos de Tokio, las luces de las casas hacia el fondo de la ciudad parecían infinitas. Su habitación se encontraba junto a la de Yuuri, y los balcones se eran tan solo divididos por una baranda con forma de malla que bien se podría eludir para pasar al otro balcón. Al principio le pareció una idea algo vergonzosa el compartir balcón, pero ahora quisiera poder saltarlo y ver a Yuuri lo más pronto posible.

-Yuuri ¿Por qué nació esta distancia entre los dos?

La luz de la habitación de Yuuri se encendió, el corazón de Wolfram se aceleró y no supo que hacer, quería entrar y hacer como si nada pero sus piernas no se movía en absoluto. Pudo ver tras la fina cortina del ventanal de Yuuri como dejaba sobre la cama su bolso y se estiraba con gran pereza. Pronto su silueta se acercó a la puerta del balcón y la abrió quedándose con los ojos puestos en los de Wolfram.

El universitario lo miró sorprendido, pensó que tal vez se encontraba dormido, pero ahí estaba de pie mirándolo, con ese sonrojo que empezaba a desesperarlo.

-Yuuri, buenas noches.

-Wolf, pensé que estarías dormido.

-Quise tomar un poco de aire, tengo unos deberes que terminar y…

-Entiendo—Susurró Yuuri acercándose al barandal del balcón— ¿Cómo te fue con tus amigos?

-Bien, decidimos volver temprano para terminar los deberes que enviaron—Mentira, era mentira, de hecho, él había sido el único que se retiró a esa hora solo para ver a Yuuri al menos un poco antes de que se acabara el día.

-Wolf yo…tengo algo que hablar contigo.

Wolfram se congeló, la seriedad con la que había hablado Yuuri era impropia de él, por un momento sintió angustia en su pecho, tal vez terminaría con él por falta de tiempo en sus rutinarias vidas. Sonrió fingiendo que no pasaba nada y asintió acercándose a la baranda que los dividía.

-¿Qué sucede?

-Wolf…yo…me he dado cuenta de muchas cosas en este tiempo, el hecho de que no tenemos tiempo para estar junto aun cuando somos novios hace apenas un mes y…bueno creo, que una relación de esa forma no puede continuar—Wolfram sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas y empezaba sentir el deseo de gritar tan fuerte sin contenerse—Es por eso que…

-Yuuri…por favor, no lo digas… n-no, no creo que….yo…lo siento.

-Wolf ¿Por qué lloras? No llores, yo soy el que me siento culpable de todo esto, no te he dado el tiempo que mereces por la universidad y el cansancio de la rutina, soy yo quien debe pedir perdón por haberme comportado como lo he estado haciendo. Es por eso—Tomó las manos de Wolfram que se encontraban frías mientras las acunaba entre las suyas—Es por eso que a partir de ahora te prometo darte más tiempo. No quiero que nuestra relación se termine sin haberlo hecho todo para salvarla.

Wolfram miró sorprendido ¿Acaso no le iba a terminar? Sintió un alivio tremendo al escucharlo decir eso, entonces iba a estar más tiempo junto a Yuuri, la sola idea aligeraba su corazón y lo hacía brincar tan estruendosamente dentro de su pecho.

-¿E-entonces no vas a terminar conmigo?

-¿Terminar? ¿Por qué haría una cosa como esa?—Yuuri acarició levemente la mejilla del blondo, acomodó unos cuantos mechones de su cabello tras su oreja y le sonrió bajo la luz de la luna—Nunca terminaría contigo por algo como esto. Es más, en mis planes de vida no tengo la intención de hacerlo.

-Yuuri.

-Solo quería decirte que a partir de ahora pasaremos más tiempos juntos, hacerte la promesa de que cenaré contigo y también tendremos una conversación sobre nuestras vidas por las noches. No puedo creer, que teniendo nuestras alcobas tan cerca no hubiésemos hecho esto antes.

Wolfram miró con el eterno amor que le profesaba a los ojos del universitario, comprendió que no solo por parte de Yuuri eran los inconvenientes, también había aportado un granito de arena para la falta de comunicación entre ambos, solo por el miedo de aquellos sentimientos que dentro suyo empezaban a flotar libremente.

-Wolf.

El rubio regresó a la realidad, Yuuri estaba a unos pasos de distancia, saltó el barandal que los dividía y estuvo en cuestión de segundos tomándolo de la cintura para depositar un suave beso en sus labios. Wolfram lo disfrutó, quería sentirlo tan cerca de su cuerpo que incluso parecía arden ante el contacto. Se dejó besar y lo besó con necesidad, como anhelando el deseo de fundirse en ese acto. Más sin embargo Yuuri se lo impidió.

Alejándolo como si fuera la cosa más normal del mundo, el universitario de cabellos negros puso distancia con sus manos y le sonrió divertidamente, el ceño de Wolfram se frunció formando una pequeña fisura en su frente la que Yuuri intentó planchar con sus dedos.

-No arrugues el ceño que tendrás tantas arrugas como tu hermano Gwendal.

Wolfram arrugó la nariz en un mohín de burla ante lo que decía el moreno y se restregó la mano sobre la frente, ciertamente no quería que su frente pareciera a la de su hermano.

-Hoy en la tarde me llamaron preguntando por ti, como siempre me hicieron la misma pregunta de que si te estabas comportando decentemente conmigo.

-¿Y? ¿Qué dijiste?

-Bueno…que hace unas semanas me quisiste manosear y que hace unos días me tocaste el trasero.

-¡Wolf!

-¡Pero si es verdad! No he dicho ninguna mentira.

-Sabes que si le dices eso a tus hermanos estaré a veinte metros bajo tierra y ahí si habrá una distancia considerable entre nosotros. Además, no fue intencional en ninguna de las dos veces que sucedió eso.

-¿A, no?

-No, tú mismo viste que la primera ocasión fue porque me tropecé con el mueble y terminamos cayendo juntos, y la segunda ocasión tú mismo me pediste que te quitara los restos de harina que tenías ¿Quién se mancha la parte de atrás con harina?

-E-eso fue porque me limpié las manos en el pantalón para abrirte la puerta.

-Entonces no fue culpa mía en ninguna de las dos ocasiones.

Wolfram le hizo una mueca mostrando su fastidio por haber perdido esa pelea con él, sonrió luego de ver a Yuuri un tanto nervioso y comprendió lo que le preocupaba.

-No te preocupes, no les dije nada de eso, simplemente les comenté que estábamos bien y que no se preocuparan demasiado.

Yuuri dio un suspiro y se acercó al rubio tomándolo por los hombros para abrazarlo cariñosamente.

-Espero que siempre digas eso.

-¿Eh?

-Nada, no te preocupes—Yuuri miró la luna por unos segundos, su color platinado alumbraba hasta el callejón más oscuro de la ciudad y eso era lo que amaba de ese lugar, el ver las calles brillantes por su esplendor, cosa que no sucedía en muchos lugares—Wolf, tengo algo que darte y una cosa que preguntarte.

-¿Qué es?

-Bueno, dependiendo de tu respuesta a mi pregunta te daré lo que tengo para ti.

-¿Entonces tengo que acertar?

-Algo así.

Yuuri se separó de Wolfram y lo miró fijamente, sus manos fueron a parar en ambos bolsillos de su pantalón, con sus dedos sujetó lo que buscaba y apretó el puño aprisionándolo cuidadosamente.

-Wolf, quiero que cierres los ojos y que solo escuches mi voz.

-¿Qué pretendes, Shibuya?—Wolf miró divertidamente a Yuuri mientras hacía caso a lo que le había indicado, cerró los ojos y sintió el suave suspiro de Yuuri liberarse de su boca—Bien, te he hecho caso.

-Bien hecho—Lo escuchó moverse de un lado a otro, no articulaba palabra alguna cuando su pedido fue preciso, cerrar los ojos y escuchar.

-¿Qué sucede?

-Nada—Los pasos de Yuuri se detuvieron justo en frente suyo, pudo sentir como se preparaba para decir algo y en varias ocasiones lo imaginó arrepintiéndose de lo que iba a decir, cerrando la boca y empezando de nuevo—Wolf, te amo, y porque te amo eres la persona más importante en mi vida. Nunca pensé que esto podría pasarme. Creí conocerlo todo del amor, pero el amor era el que conocía todo de mí y tenía preparado mi destino. Pensé que mi destino se amarraba a la chica de mis sueños, a aquella mujer que pensé perfecta y que tú me hiciste dar cuenta que no lo era, que para el amor no importa nada sino el sentimiento mutuo.

“Nunca tuve alguna clase de rencor o recelo con esta clase de sentimientos por lo que aceptarlos me fue sencillo, lo que me complicó la vida fue entenderlos. Cuando te conocí simplemente pensé que el hecho de que mi corazón saltara en mi pecho era por la excitación de nuevas aventuras junto a ti, soy un poco despistado es lo que intento decir. Y para cuando me enteré de tus sentimientos la verdad es que me confundí más ya que en ese entonces “amaba” a la persona de mi vida.  Poco a poco me fui dando cuenta que había un error en mis cálculos, y la persona que me pertenecía no era la que estaba a mi lado, sino la que estaba en frente mío. Porque cuando uno mira a la persona especial, debe verla en su futuro, no en su pasado o en las posibles alternativas.

Es por eso, Wolf, que quiero que tú seas la persona que esté en frente mío, siendo mi futuro, no te quiero a mi lado como una simple opción, sino como mi guía hacia ese futuro. Entonces, la pregunta después de todo esto es, que si tú, Wolfram von Bielefeld, estarías dispuesto y preparado para formar parte de un futuro juntos, de un futuro donde no dependeremos de nadie más sino del uno hacia el otro. De un futuro juntos representado por una sortija, una sortija como la que ahora tengo en frente de ti y que quisiera que la vieras abriendo tus hermosos ojos esmeraldas.”   

Wolfram había escuchado todo atentamente, cada espacio entre letras y cada punto colocado después de las frases dichas estaban tatuadas en su mente, con sus ojos lagrimosos y cristalinos miró a Yuuri. No podía moverse ni impresionarse más de lo que ya estaba ante sus palabras. Simplemente estaba estático por la imagen que tenía en frente suyo.

Con un hermoso anillo de  esmeraldas incrustadas a los lados del reluciente y despampanante diamante en el centro, Yuuri estaba de pie, no de rodillas sino orgullosamente parado frente suyo, mirándolo con ojos de amor y determinación. La cajita afelpada que lo mantenía conservado parecía delicada y fina. Dejó que sus ojos escurrieran el líquido salino y tembló su labio inferior ante el intento de articular alguna clase de palabra.

-Wolfram ¿Quieres ser mi prometido para luego en un futuro pasar a ser esposos?

Sabía que era posible, en el estado Americano Norte ya era aceptado este hecho por lo que su propuesta era tan verídica como el resplandor del diamante bajo las estrellas.

Intentó mover los labios, pero le temblaban tanto que le fue imposible articular alguna clase de palabra, así que solo se contentaría con asentir varias veces con su cabeza. Yuuri comprendió enseguida y lo abrazó efusivamente agradeciéndole de que aceptara pasar el resto de su vida junto a él.

-Gracias, Wolf, de verdad muchas gracias por aceptar, no sabía que hubiera hecho si decías que no.

-Y-Yuuri, tonto ¿Por qué te diría que no? Si te amo tanto.

-Yo también te amo, Wolf.

Besó sus labios y sonrió complacido de sentirlo enteramente suyos, con un poco de nerviosismo, quitó el anillo de la caja y lo fue deslizando sobre el dedo de Wolfram, luego dejó viajar por su dedo también un anillo parecido al suyo. Ambos diamantes resplandecieron con luz propia casi como bendiciendo aquel futuro matrimonio.

-¿Sabes una cosa?—Dijo Wolfram mirando el anillo a contra luz mientras recargaba la cabeza sobre el hombro de Yuuri, sintió su mirada puesta sobre él y supo que podía continuar—Yo también tengo que pedirte disculpas.

-¿Eh? ¿Por qué?

-Pues…porque, el hecho de que nos distanciáramos mucho fue culpa mía también.

-¿Por qué dices eso?

-Bueno es que…últimamente me he sentido extraño a tu lado.

-¿Extraño? ¿Acaso te sientes incómodo?

-Incómodo no es la palabra, es solo que…estoy en la adolescencia.

Yuuri miró sin comprender lo que le intentaba decir. Estaba en la adolescencia, significaba que empezaba a cambiar su forma de pensar y de ver las cosas, también significaba que, ciertos pensamientos florecerían junto a las necesidades del cuerpo. Solo entonces y tras las deducciones sacadas por el moreno supo comprender a lo que se refería el rubio.

-¿Tú…has tenido sueños conmigo?—Wolfram asintió con vergüenza— ¿Has tenido sueños húmedo conmigo?

-¡No lo digas de esa manera, tonto!

-¿Pero entonces como quieres que lo diga?

-Agh, olvídalo mejor.

Wolfram se alejó de Yuuri con un notorio enfado pero por encima de todo, una vergüenza que no sabía cómo ocultar. Yuuri lo detuvo cerca de la entrada a su habitación sujetándolo del brazo y encerrándolo entre sus brazos mientras lo aprisionaba ligeramente al cristal.

-Wolf, el problema es que no lo puedo olvidar ya que—Olfateó los rubios cabellos de Wolfram que se enrulaban por el cuello y detrás de sus orejas—A mí también me sucede lo mismo.

Wolfram sintió el cálido aliento de Yuuri chocar contra su cuello, sus sentidos se alertaron y sus mejillas se sonrojaron furiosamente. Miró de reojo a Yuuri que hundía su nariz en sus cabellos y sintió como su estómago daba un giro dentro de su cuerpo.

-Yuuri.

-Un poco más, solo un poco más prometo no hacer nada que no quieras.

Wolfram esquivó un poco a Yuuri y se acercó a sus labios depositando los suyos con delicadeza, el sabor de su boca era dulce y le gustaba. Ambas lenguas jugaban acompasadas de una danza que no se escuchaba tan fácilmente. Las manos de Yuuri se posaron en la cintura del rubio apretándolo con todas su fuerzas a su ser, Wolfram rodeó el cuello de Yuuri con sus brazos intensificando el beso y volviéndolo más profundo.

Yuuri con varios intentos ciegos pudo dar con la manija de la puerta deslizándolo hacia un lado y haciendo que su cuerpo obligara a entrar al rubio a la habitación. Wolfram se dejaba llevar, sentía como todas las sensaciones que lo habían confundido en todo ese tiempo empezaba a clarecer en su mente. Deseaba a Yuuri mucho más allá que una simple caricia, lo quería sentir dentro de su cuerpo.

Wolfram se detuvo, y sin alejar sus labios dio un salto a los brazos de Yuuri sujetándose con brazos y piernas enroscados en el cuello y la cintura respectivamente. Yuuri abrió los ojos solo para encontrarse con el sonrojo más hermoso que pudo haber visto de su amado rubio, incluso el sonrojo más honesto e inocente que existiera en la eternidad. Siguió con el beso sonriendo entre caricias, sus ojos no se cerraban aunque así lo quisiera, le gustaba jactarse con esa escena.

Wolfram era puro, tan puro que su sonrojo era casi un pecado, no imaginaba tan siquiera al rubio excitado ya que nunca le había dado esos gestos de lujuria. Eso provocaba en Yuuri el sentimiento de Cristóbal Colón, querer descubrir más allá de lo que sus ojos podían ver, indagar hasta lo más profundo en lo que mucho pensó que era imposible llegar.

Con Wolfram apretando su cintura con sus piernas, caminó hasta la cama en donde depositó el níveo cuerpo con delicadeza, no era un santo en esos aspectos, pero Wolfram sería su primera vez en todos los sentidos.

Era su primera vez con un hombre, era su primera vez como el amor verdadero, era su primera vez con la persona a la que más amaba y con la que iba a contraer nupcias próximamente. Wolfram sería el primero en muchos buenos aspectos de su vida, y aunque él no pudiera entregarle su virginidad como el rubio lo hacía, al menos podía compensarlo el hecho de que nunca más tocaría a nadie que no fuera a él.

-Wolf.

-Yuuri, quiero hacerlo.

-Lo haremos.

-Pero tengo miedo.

-Seré tan cuidadoso contigo, no me perdonaría el lastimar un solo espacio de tu piel. Pero si no quieres.

-¡Si quiero!—Wolfram se sonrojó al notar su imprudencia, Yuuri para darle a entender que todo estaba bien le besó en los labios y siguió con un camino de caricias sobre su abdomen.

Con sutileza delineó los bordes del abdomen de Wolfram, tomó el camino de los botones y desabrochó de poco en poco dejando ver la musculosa debajo de la camisa blanca. Sintió el suspiro de Wolfram en su oído, solo quería hacerlo sentir bien y que no tenga miedo de hacer estas clases de cosas con él.

Metió las manos por debajo de la espalda del blondo y acarició con la yema de los dedos la línea que se formaba. Con su otra mano fue quitando la correa que le impedía desabotonar el pantalón.

Wolfram no se quiso quedar atrás, con sus manos temblorosas pero deseosas de reconocer lo que desde ya le pertenecía empezó a deshacerse de la camisa de Yuuri siendo ayudado por el mismo. Su piel por debajo de la prenda era más clara que la de sus brazos, podía asegurar que el sol intenso había sido injusto con la tonalidad entregada, aunque debía admitir que le daba un aspecto sensual.

Pronto un nerviosismo recorrió sus venas, la puerta sin asegurar indicaba que en cualquier momento Miko podría ingresar a la habitación y encontrarlos de esa manera tan prometedora.

-Espera… la puerta.

-No te preocupes, mi madre no es inoportuna.

-Pero…

-Tranquilo.

Besó sus labios ansiosamente, como si el momento de la conversación hubiera durado mucho tiempo.

Las manos ahora viajaban sin ningún problema sobre la piel del contrario, Yuuri se divertía viendo cómo se tornaban rosadas ciertas partes de la piel del rubio cada que succionaba con su boca una pequeña porción. Amaba la idea de dejarlo marcado para que todo el mundo supiera que ese hermoso ángel tenía dueño.

Llevó su mano de forma traviesa sobre la pretina del pantalón escolar de Wolfram, sintió como su cuerpo se tensaba y los ojos asustados de Wolfram se posicionaron enseguida sobre los suyos. Acarició con la mano desocupada la mejilla de su pareja y besó con delicadeza sus labios intentando demostrarle que todo iba a salir bien y que nada malo pasaría.

-No te lastimaré, lo juro.

-Yuuri.

Se sintió al fin seguro de lo que iba a hacer, estaba completamente convencido de que lo que iba a suceder esa noche sería solo el principio de todo lo que se venía en sus vidas. Inició un dulce beso entregando así, toda su voluntad.

Yuuri bajó los pantalones del rubio con su consentimiento y besó el abdomen contraído del muchacho deslizando sus labios hasta formar un camino desde el inicio del cuello hasta el elástico de la prenda íntima. Miró hacia arriba, Wolfram estaba con los ojos cerrados y la cabeza elevada, parecía prepararse para la vergüenza más grande del mundo, sintió ternura por el muchacho, tan puro y el corrompería su pureza, se sentía un profanador.

-Wolf, perdóname.

Wolfram abrió los ojos confundido ¿De qué pedía disculpas Yuuri? ¿Acaso se disculpaba porque no iba a continuar y por haberlo hecho ilusionar? Ya estaba preparando su puño si la razón era esa. Con el ceño fruncido levantó la cabeza y miró el rostro entristecido de Yuuri.

-¿Por qué te disculpas?

Yuuri no lo quería mirar, parecía en su interior un pecado mortal el tocar ese cuerpo tan puro y corromper esa mente tan limpia, sintió tanta pena de Wolfram y decepción de él mismo.

-No quiero robarme tu inocencia.

-¡Yuuri!—Yuuri sintió un leve golpe en la cabeza y cuando regresó a ver Wolfram estaba con su puño levantado mirándolo con ternura inyectada de una dosis moderada de molestia—Que tontería estas diciendo, no me robas nada.

-P-pero esto… tu ¿Acaso ya lo has hecho?

Wolfram se sonrojó, no es como si lo hubiera hecho hasta el final y en una cama, pero tenía vergüenza de decir que su cuerpo ya había sido tocado por los secuaces de ese desgraciado, además de que en su trabajo no le enviaban encargos para nada puros.

-Y-yo… yo debería pedirte perdón en ese caso.

-¿Y eso?

-M-mi cuerpo no es…como tú piensas….puro.

Yuuri se golpeó mentalmente al ver los ojos llenos de tristeza de Wolfram, había sido un tonto al decir eso, no recordó en lo absoluto todo lo que había pasado el rubio con la pandilla de Reiko. Tomó de los hombros a Wolfram y le sonrió.

-Wolf, tu cuerpo sigue siendo igual de puro que antes, tu mente no tiene pensamientos impuros y por eso, no quiero llevarme nada de lo que te hace ver como un ángel.

-No te llevas nada, seguiré siendo una persona limpia de pensamientos, tu podrás hacer cualquier cosa pervertida, pero yo no lo haré.

-¿Será así?

Yuuri lo tumbó y acarició ahora decidido su miembro, lo que hizo erizar al rubio liberando un jadeo de su garganta. El contacto sobre la ropa era casi como el contacto puro de la piel, besó su mejilla y sonrió con malicia.

-Si dices que puedo hacer cosas pervertidas sin corromperte entonces debemos ver si es eso verdad.

Recorrió el abdomen de Wolfram dando un beso en el centro del mismo para empezar a bajar la ropa de Wolfram. Miró al rubio y lo notó sorprendido y sonrojado, mas no decía ni hacía nada por detenerlo.

Cuando la ropa estuvo fuera, Yuuri agachó su cabeza dando un beso en el miembro del rubio quien solo se limitó a soltar un gemido ahogado. Yuuri engulló el miembro de Wolfram completamente, nunca imaginó que algo así fuera a hacer pero, como había pensado hace unos minutos, Wolfram era su primera vez en muchos aspectos.

Sintió el choque eléctrico que tuvo Wolfram al movimiento de sus labios, era como si lo hubiera llevado a otro lugar en donde nada le importó, gritó de forma ahogada el nombre de Yuuri y se tapó el rostro con la almohada para evitar ser escuchado y por ende, interrumpidos.

Sujetó el cabello de Yuuri y lo obligó a que se levantara para plantarle un beso en los labios, abrió sus piernas y las enroscó en la cintura de Yuuri, que con un acto algo sorpresivo quedaron juntas.

Yuuri aún poseía los pantalones por lo que el roce fue superficial, sintió el aliento caliente del rubio en su oído al susurrarle “Tómame” tan provocativamente y con chispas de sensualidad que provocaron un incendio dentro de Yuuri.

No esperó más, bajó sus pantalones viendo el sonrojado y deseoso rostro de Wolfram, por un momento su mente lo comparó con Megumi, pero este era cien por ciento diferente, era puro y natural.

Se colocó nuevamente entre las piernas de Wolfram las cuales lo recibieron gustoso. Sonrió como un niño travieso a punto de cometer una travesura, tres de sus dedos fueron llevados hasta la boca del muchacho que enseguida los lamió y lubricó perfectamente, preparándolos para la intromisión dentro de él.

Con delicadeza deslizó uno dentro de Wolfram, lo movió intentando dilatar la estrecha entrada del rubio. Dos dedos ahora viajaban sutilmente dentro de su cuerpo, y para cuando un tercero se hizo presente, la entrada ya estaba completamente dilatada, lista para recibirlo sin lastimarlo.

Quitó los dedos y miró con amor al muchacho colocándose perfectamente entre sus piernas, alineando su miembro a la entrada del rubio.

-Te amo, Wolf ¿Estás listo?

-Y-yo también te amo, Yuuri. Estoy listo.

Yuuri dio un beso a Wolfram y con delicadeza se fue conectando en el cuerpo de Wolfram, lo sintió temblar y liberar un leve quejido con unas cuantas lágrimas que se escaparon de sus ojos. Se quedó quieto, incluso mantuvo la respiración por miedo a lastimarlo. Wolfram agitado miró al moreno, sentía un leve dolor y cierto ardor en el contacto, pero sabía que era el costo para luego sentirse bien.

Con la indicación de las caderas de Wolfram al empezar a moverse, el moreno empezó el vaivén de sus caderas siendo aferrado por las manos de su pareja. Se sintió bien recibido dentro de Wolfram, cada que ingresaba sentía ser succionado más y más, le parecía el mejor acto que hubiera hecho en su vida, y sobre todo por el hecho de estar haciéndolo con el amor de su vida, con Wolfram.

Los movimientos pronto se volvieron más intensos, ahora solo disfrutaban, pues el precio de la felicidad había sido saldado.

-Y-Yuuri…Ah…

-Wolf…te amo.

-Yo también…también te amo, Yuuri.

No querían que el acto terminara, sabían que luego la soledad los acompañaría al estar fuera del otro. Querían mantenerse siempre en esa posición, pero el deseo de sentir nuevamente la electricidad recorrer sus cuerpos los incitaba a que sus movimientos fueran deseosos.

-N-no quiero…que te alejes.

-Wolf…

-Te quiero sentir…Y-Yuuri.

El jadeo de Wolfram volvió loco a Yuuri, despertó sus instintos y apretó las caderas del muchacho, esto provocó un nuevo gemido por parte de Wolfram, Yuuri sabía que pronto terminaría y no sabía si podría hacerlo dentro del rubio.

-S-siento…un dolor….placentero.

-Wolf…y. Ya casi terminamos…¿P-puedo…correrme dentro?

Wolfram asintió poco interesado en la pregunta, la voz de Yuuri lo excitaba y nublaba su coherencia, solo le gustaba sentirlo dentro y su voz casi seduciéndolo al acto homicida.

Yuuri se movió con mayor rapidez, sintió hormiguear sus piernas y pronto pudo sentir el líquido blanquecino salir de su miembro. Wolfram estaba igual, un espasmo se apoderó de cuerpo provocando que su espalda se arqueara bajo el contacto.     

Con los rostros sonrojados, ambos amantes cayeron rendidos después de un grito triunfal de ambos nombres, se miraron por unos momentos y besaron los labios del contrario tras una risa divertida. Yuuri se acomodó junto a Wolfram y abrazó con amor.

Wolfram deslizó su brazo sobre el pecho de Yuuri y recostó su cabeza en su hombro, siempre mirando el techo esclarecido por la luz de la luna.

-Yuuri, quiero que esto sea eterno ¿Me lo prometes?

-Oye…esto será eterno—Lo tomó de la mano y dejó brillar el anillo en su dedo. Wolfram cerró los ojos imaginando la vida que tendrían a partir de ese momento.

Porque muchas cosas sucedieron en su vida. El ser lastimado de varias maneras había sido el costo a pagar por la felicidad que ahora tenía, quizás solo habían sido pequeños caminos con piedras que debía pasar para llegar a su verdadero futuro. Ahora solo vería el pasado como viejas páginas llevadas por el viento y se interesaría en escribir el nuevo futuro en aquellas blancas hojas que al final llevaban el nombre de Yuuri y el suyo con tinta eterna, aquella tinta que ni el tiempo podría borrar.

El dolor del rechazo, el ver a su padre morir y el sufrimiento de mantener un secreto ahora solo eran mitos en su cabeza, haría como si nada hubiese pasado, como si nada de eso hubiera ocurrido y desde ese momento sería feliz.

.

.

.

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FIN.

Notas finales:

Bien...aquí termina la apasionante historia XD 

Falta el epílogo que ahora mismo lo subiré, espero que haya sido de agrado :D


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