4.-Una verdad absoluta. Debo ayudar.
-Se tu secreto.
El rostro de Wolfram pasó a un color pálido casi nunca visto, tragó saliva gruesamente y rio divertido por lo dicho, intentando no sonar preocupado.
-¿Secreto? ¿Qué secreto? Recién nos conocimos hace unos minutos.
-Oh, por favor ¿Crees que entraría a tu cuarto con la loca idea de decir deliberadamente “Se tu secreto” para empezar una broma? No soy un niño de escuela, si digo que se tu secreto, lo sé y listo.
-¿Pero qué sabes?
-Todo, de inicio a fin. Lo has ocultado bien a tu madre y a mi abuela pero a mí no me lo puedes ocultar.
-No sé de qué estás hablando.
-Vamos, ese olor a cigarro y alcohol puede ser del único lugar donde lo consumen…Si quieres puedo llamarlo y decirles que te digan quien soy—Yuuri marcó un numero en el celular y llamó- ¿Hola? Si, quería que…
-De acuerdo, de acuerdo te creo solo, no los llames—Le quitó el celular de sus manos con nerviosismos y miró la pantalla, en ella salía el contacto de “Pizzería” y la voz de la mujer pidiendo su orden lo dejó más confundido.
Yuuri le quitó el celular de las manos y colgó la llamada mientras se volvía a sentar en el filo de la cama y miraba ahora directamente a Wolfram.
-Entonces si tienes un secreto.
-¿Por qué has hecho eso?
-Porque si venía a preguntarte si tenías alguna clase de secreto era obvio que no me lo ibas a decir así de fácil. Era solo un pequeño señuelo en el que no pensé que ibas a caer.
-Mi madre te ha mandado ¿No es así?
-Para que mentirte, si, ellas me enviaron. Están preocupadas por ti, y ya veo la razón.
-No sé de qué hablas
-Por favor ¿Vas a seguir con que no sabes nada cuando me has revelado todo?—Se levantó y lo encaró con rudeza— ¿Alguien te amenaza? ¿Debes dinero a alguien y trabajas para ellos? ¿Quizás tiene que ver con tu secreto?
-No digas secreto tan deliberadamente…y lo que me sucede, solo me concierne a mí, ya que es mi vida.
-Tu madre y mi abuela se preocupan por ti, Wolfram. Incluso yo me he comenzado a preocupar que un gran pintor se eche a podrir tan fácilmente.
-¿Cómo sabes que pinto?
-Tu madre me ha dicho que fuiste tú quien pintó los cuadros de la sala…déjame decirte que tienes un don único, no quisiera que lo dejaras así nada más.
-No sabes nada.
-¿Y será que puedo ayudarte?
-No lo podrías hacer…estoy, estoy metido en el fango completamente, de las arenas movedizas en las que he caído es difícil de escapar, solo te hundirías conmigo, estoy, estoy podrido completamente.
-No digas eso—Dijo acercándose más al rubio—Si es por alguna clase de amenaza, déjalo en manos de la policía, no porque te amenacen significa que lo van a cumplir.
-Es que tú no entiendes, el tipo de amenaza que ellos me hicieron, es a mi integridad como persona, algo que sé, dejaría por los suelos a mi madre y a mi Nana.
-¿Y no crees que da lo mismo que te encuentres haciendo estas cosas a espaldas de ellas cuando ya sospechan de algo? No por nada me han mandado a hablar contigo.
-Por favor no quiero que les digas nada de esto a ellas, morirían si se enteran.
-No te preocupes, se lo delicado que es este tema, no soy tan despreocupado tampoco.
Wolfram se sentó en el filo de la cama, seguido por Yuuri, quien lo miraba intentando darle confianza.
-Tranquilo, puedes confiar en mi—Wolfram suspiró intentado calmar su impaciencia, apretó las sabanas al pensar que reviviría aquel momento incomodo en el que se había visto involucrado.
-Dime ¿Te gustan las chicas?
-¿Si me gustan las chicas? Claro, tengo una novia en Tokio.
-¿Y te dan asco las relaciones entre chicos?
-Wolfram ¿Por qué me preguntas eso? ¿Acaso tiene que ver con tu secreto?—Lo miró y esperó a que hablara pero no dijo nada— ¿Acaso tú?
-Sí, mis gustos son diferentes a los tuyos, Yuuri…y desde ahí, comienza la raíz de mi problema. Pero, si no quieres hablar conmigo porque te sientes asqueado, adelante, puedes irte…
-No, la verdad, no me importan esas cosas, tengo un hermano que es así y la verdad es un humano como nosotros.
La sonrisa que le había brindado mientras decía eso lo tranquilizaba, al fin había encontrado un chico que pudiera entender a la perfección su problema y por alguna razón, sentía la confianza necesaria para decirle lo que no podía con nadie más.
-Bueno pues…yo…
-Espera—Susurró cerca de su rostro mientras le hacia una señal de que no hablara—sígueme la corriente ¿de acuerdo?—Le guiño un ojo en forma de complicidad a lo que recibió de parte del rubio un sonrojo y una afirmación— ¿Ah entonces eso te preocupa? No te preocupes, las personas con gustos diferentes son increíbles, si quieres podemos ser amigos, así no te sentirás tan solo y dejarás de juntarte con esos que fuman y toman sin parar.
-¿En verdad podemos ser amigo?
-Claro, confió en ti, confías en mí ¿De acuerdo?
-De acuerdo.
-Por cierto ¿No has probado el alcohol ni el cigarro verdad?
-No, claro que no.
-Me alegra, bueno, te dejo, tienes que estudiar y descansar, hasta mañana.
-Nos vemos.
Yuuri abrió la puerta y se topó con Cecile y su abuela que sonreían divertidamente.
-¿Qué hacían oyendo?
-Bueno…
-No importa, Wolfram solo estaba deprimido, pronto se le pasará.
-Muchas gracias Yuuri, gracias por hacerte amigo de mi hijo.
-No se preocupe Chery-sama, me ha simpatizado su hijo de sobremanera.
-Será acaso que… ¿Te ha gustado?
-P-pero que está diciendo Chery-sama, yo tengo novia.
-Oh, creí que te había llamado la atención mi hijo.
-Es muy apuesto pero…como le dije tengo novia.
-Bueno, creo que eso es todo por hoy, debes descansar para que mañana me ayudes en algunas cosas que he querido hacer desde tiempo atrás.
-Claro, abuela, nos vemos mañana.
-Hasta mañana, Yuuri-kun.
Yuuri se despidió de ambas mujeres y entró en su habitación, la cual se encontraba diagonal a la de Wolfram. Dio un suspiro mientras se recostaba de espaldas en la cama, no podía creer en lo que ahora se había metido.
-Quizás y mi visita aquí, en momentos como estos sea por algo, quizás y tengo una misión en este lugar. Wolfram es un chico dulce, tal vez lo que lo agobia le hace tener esa aura inquietante e infranqueable. Mi visita no podía retrasarse más.
Tomó su celular y marcó el número de su novia, debía de avisarle que se encontraba con bien, a su madre ya la había llamado apenas llegó, solo faltaba Megumi.
-¿Hola?
-Megumi, buenas noches.
-Ah, Yuuri ¿Llegaste con bien?
-Sí, estoy ahora en mi cuarto, la casa es enorme y la señora Cecile es muy amable conmigo.
-Cielos, que bueno, espero que te la pases bien con tu abuela en tus vacaciones.
-Sí, hice un buen amigo.
-¿A, sí?
-Sí, el hijo de Chery-sama, la verdad es que es un chico muy apuesto, agradezco porque no viniste conmigo o de lo contrario me sentiría en amenaza completa.
-No digas tonterías Yuuri, sabes que solo te amo a ti.
-Yo también te amo…bueno, debo colgar, quede en ir un momento a su habitación y platicar ciertos asuntos importantes.
-Cielos, lo conoces en unas horas y ya tienes temas de conversación de suma importancia con él, solo espero que no sea para planear alguna salida a bares y citas clandestinas.
-Claro que no amor, es otro tema. Bueno, te dejo, mañana viajas así que debes de descansar.
-De acuerdo, te amo.
-También te amo, Megumi.
Yuuri colgó la llamada y miró por la ventana, era cierto que tenía una conversación importante con el chico de cabellos rubios, se cambió de ropa a unas un poco más cómodas y se dirigió en silencio a la habitación de Wolfram. Tocó la puerta dos veces como lo habían acordado y entró despacio sin hacer ruido.
La habitación se encontraba obscura, solo la luz del celular lo iluminaba, Wolfram se había quedado dormido en medio de la cama, Yuuri se acercó con sutileza para verificar si estaba dormido cien por ciento y así era. Dio un suspiro de resignación y lo acomodó en la cama con cuidado, intentando no despertarlo, tapó su cuerpo con aquella manta blanca y removió sus cabellos, notó en sus mejillas un camino de lágrimas que se había secado con el viento.
-Aunque eres casi un adulto, tienes ese aura que pide ser protegido en todo momento, no entiendo porque cuando estabas despierto tu rostro se veía tan decidido y lleno de experiencia, pero ahora se encuentra vulnerable y débil—Tocaba la pequeña cortadura en el rostro del rubio mientras lo mirada con cariño, como un hermano mira a su pequeño hermano menor, y secaba el rastro de lágrimas que aún quedaba—Eres la primera persona cn la que he podido hablar tranquilamente sin sentirme presionado de hacerlo todo bien. Ni siquiera Megumi…
Miro el moretón en su brazo y la herida en el otro, no sabía en que se encontraba metido aquel muchacho, pero como sea debía de sacarlo rápido de esa vida, antes de que sea demasiado tarde, no quisiera verlo con más heridas en su cuerpo y su rostro o entre las varas de una prisión.
La luz del celular se volvió a encender y Yuuri miró la pantalla para saber de quien se trataba.
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Viernes: 11H15 PM
De: Desconocido.
Asunto: Nuevo trabajo.
Mañana te esperamos en la azotea del instituto a las nueve de la mañana, el trabajo que tenemos para ti es un poco extenso, así que iras avisando a tu mamita que no podrás ir a casa en todo el día. Recuerda, no intentes escapar.
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Yuuri se sorprendió por lo leído, entonces estaba en lo cierto, tenía una clase de problema tan grande que lo iría consumiendo entero. Miró y tenía otro mensaje en su gaveta de unos minutos antes.
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Viernes: 10H50 PM
De: Desconocido.
Asunto: Paga.
Bien, lo prometido es deuda, como lo habíamos acordado, aquí está la segunda paga de tu segundo día de trabajo. Aunque era mi favorita, pero bueno, la tendré que borrar según lo acordado. Disfrútala.
Imagen.
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Yuuri no pudo contener un salto de impresión al ver lo que había en esa imagen, dejó el celular donde lo había encontrado no sin antes dejar marcados los mensajes como no leídos, miró de nuevo al rubio y se acercó con delicadeza a su rostro, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-No puedo creer por lo que estás pasando, Wolf, pero no te preocupes, yo te ayudaré a salir de este problema, juntos, te lo prometo.
Depositó un dulce beso en su frente y salió de la habitación del rubio, sujetó sus cabellos con ambas manos, la verdad es que no sabía en qué problema se estaba metiendo, pero esa sensación del aura que emitía el rubio que pedía a gritos un poco de ayuda lo había llevado hasta esa gran decisión.
-Sin duda alguna…mi visita no podía esperar un solo día más.
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Continuará.