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Secretos por estheyaoista

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5.- Dilemas, problemas, alternativas.

Meiko prepara tranquilamente el desayuno para los habitantes de esa gran casa, pasa el cuchillo de mesa por la mantequilla y la unta en el pan para luego ponerlo a tostar, tararea una linda melodía que se le ha quedado grabada en la cabeza desde un tiempo atrás. Escucha el sonido de la cantina y corre a apagarla mientras saluda a la persona que recién ha hecho acto de presencia.

-Buenos días abuela.

-Buenos días, Yuuri. El desayuno casi está listo.

Yuuri mira a su abuela con una sonrisa dulce, amaba verla cocinando, sus comidas eran las que más le gustaba cuando era un pequeño, y aun la siguen siendo. Tomó asiento en uno de los bancos que se encontraban en la barra y reposó su cabeza en su mano derecha, observando todos los movimientos de su abuela en la cocina.

-Hace ya siete años que no te veía hacer eso—Dijo Meiko acercándose a su nieto con una cuchara llena de sopa de miso y acercándola a su boca—Sopla.

Yuuri sopló obedientemente y se llevó la cucharada de sopa a la boca, mientras degustaba por primera vez desde hace siete años el sabor de la sopa de su abuela. Dio un sonido de felicidad y cerró los ojos para sentir el sabor en su paladar.

-Deliciosa, como siempre abuela.

-Muchas gracias mi niño.

-Me siento culpable de haberte quitado a tan dulce mujer, Yuuri-kun.

La voz de Cecile se hizo escuchar desde atrás de Yuuri, quien enseguida se volteó para saludarla cortésmente.

-Chery-sama, buenos días.

-Hola, Yuuri-kun ¿Dormiste bien anoche?

-Sí, muchas gracias.

Cecile arregló la tira de su blusa de dormir mientras daba un gran bostezo que era cubierto con su delicada mano. Yuuri se inspeccionó a sí mismo para ver si se encontraba algo decente. Llevaba puesta una musculosa blanca junto a unos pantalones de tela holgados decorados con cuadros azules y franjas blancas.

-Por cierto, Cecile-san, es hora de levantar a Wolfram, el desayuno casi está listo.

-Está bien—Miró a Yuuri y este le sonrió con tranquilidad—Yuuri-kun, ya que mi Wolffy y tú se hicieron amigos ¿Puedes ser tu quien lo levante?

Meiko miró enseguida a Cecile mientras ella solo le regalaba un guiño para que se mantuviera al margen. Yuuri miro a Cecile y asintió, podía tener un poco de tiempo para hablar con respecto a los moretones que presentaba en su brazo, no le iba a hablar sobre lo que había visto la noche anterior, sería muy fuerte para él.

-De acuerdo, enseguida lo traigo.

Cecile miró a Meiko y sonrió complacida.

-¿Por qué hizo que Yuuri lo vaya a despertar? Sabe cómo es Wolfram cuando recién se levanta.

-Yuuri debe conocer todos los defectos que tiene mi hijo, aunque tenga un rostro lindo y un temperamento severo, puede llegar a tener más defectos que nadie, y como quiero que se vuelvan amigos, espero que sepan todo el uno del otro.

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Yuuri subió las escaleras y llegó a la puerta de Wolfram, la tocó dos veces y entró, esperaba encontrarse con un Wolfram aún dormido pero grande fue su sorpresa al tener a Wolfram a unos pasos de la puerta, con la mano extendida para abrir la puerta que había sido abierta desde afuera.

Ambos se miraron, Yuuri le sonrió pero Wolfram solo evadió su gesto mirando hacia otro lado y siguiendo su camino hasta el espejo de cuerpo entero.

-Buenos días—Saludó Yuuri—El desayuno está listo, venía a despertarte, pero veo que estas ya listo.

-Ah, sí, tengo que ir pronto hoy al instituto, tengo unas cosas que hacer.

-¿Con respecto a tu secreto?

-¿Sabes? No todo gira en torno a eso, también tengo otros asuntos.

-Entiendo.

Se formó un silencio entre ellos dos que no sabían cómo romper, Wolfram acomodaba su corbata roja y Yuuri lo miraba atento. Debía de buscar un tema de conversación.

-Es una lata tener clases los sábados ¿verdad?

-Un poco.

-He escuchado que en otros lugares solo tienen clases hasta el viernes, debe ser relajante.

-Así debe ser. Al menos es mi último día de clases para entrar luego a las vacaciones de invierno.

-Ah, es verdad ¿Qué piensas hacer en estas vacaciones?

-Trabajar, necesito conseguir dinero para comprar cierta cosa que quiero.

Yuuri al escuchar el término “trabajar” le vino a la mente la foto de la noche anterior, quizás y se iba a dedicar a conseguir todas y cada una de las fotos que tenían esas personas en su poder.

-Wolfram…

-Escucha—Acomodó su cabello hacia un lado y lo miro de frente, con las manos empuñadas—Olvida lo que hablamos ayer, no quiero que nadie meta las narices en mis asuntos, mis problemas son míos y de nadie más.

-Solo intentaba ayudarte un poco.

-No lo hagas, gracias por intentar ser mi amigo, pero no lo necesito, así que por favor olvida todo lo que hablamos anoche.

Yuuri se sorprendió por todo lo dicho por el rubio, lo miró tomar una maleta y arreglar las cosas en ella. Decidió que bajar era la mejor opción en ese momento, así que salió de la habitación y a los segundos fue seguido por Wolfram.

-Buenos días, hijo—Saludó Cecile a Wolfram tras verlo entrar a la cocina—Que extraño, no escuche gritos ni golpes.

-Me he levantado más temprano hoy, lo siento, pero no desayunaré, tengo que ir enseguida al instituto, soy el encargado del salón.

-Pero Wolfram, no comiste ayer.

-Te dije que si había comido, con mis amigos. Bueno, me tengo que ir, llegaré tarde a casa, nos vemos luego.

Wolfram desapareció de la cocina y a los minutos se pudo escuchar la puerta de la sala ser abierta para luego volverse a cerrar, Meiko miro a Cecile y esta solo llevó su mano derecha a su frente en forma de preocupación.

-Aun no comprendo porque Wolfram se ha comportado así desde el jueves en la mañana. Yuuri ¿No te ha dicho nada?

-No, la verdad que solo me dijo que no le gustaba que se metan en sus asuntos y corto la conversación—Miró a su abuela y sonrió con ternura acercándose hasta posar sus manos en las suaves mejillas de la mujer que quería mucho—No te preocupes, no se deben de preocupar, ya verán como todo va a cambiar, solo debe ser el cambio de amistades.

-Gracias, cariño.

-Te agradecemos mucho por tu apoyo, Yuuri-kun. En compensación ¿Quieres ir a comer un helado al centro?

-Ah, lo siento mucho Chery-sama pero tengo que ir a comprar unos materiales que me han dicho son de calidad en Osaka. Estoy haciendo un proyecto y los necesito para cuando termine el invierno.

-Ah, no te preocupes, será en otro momento entonces.

Yuuri sonrió y salió de la cocina para dirigirse a su habitación y cambiarse de ropa, no debía de quitarle el ojo de encima a Wolfram por nada, no tenía mucho tiempo para conseguir pistas sobre lo que acontecía en la vida del rubio.

-Lo que lamento es no poder comer el desayuno hecho por mi abuela—Dio un suspiro y colocándose la chaqueta salió de la casa topándose enseguida con el frío viento.

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Camina por las calles de la ciudad, buscando el instituto del rubio y rogando llegar puntual, mete sus manos en los bolsillos de la chaqueta color verde opaco que se ha puesto para esa ocasión, recuerda la noche anterior con cierta inquietud. La imagen del mensaje se había quedado prendida en su cabeza, no imaginaba que Wolfram hubiera pasado por esas circunstancias, y lo peor del caso, su madre no sabía nada de lo que pasaba.

Miró las letras en plateado de afuera del instituto y sonrió complacido de haber llegado, unos pocos estudiantes se encontraban practicando las horas de educación física con calentadores y buzos. Se acercó a uno de ellos y saludó como era debido.

-Disculpa ¿Cómo puedo llegar a la azotea del instituto?

-Ah, claro, entras y a mano derecha hay unas escaleras, subes y tomas las que se encuentran a mano izquierda porque las otras solo llegan al tercer piso, sigues de largo y ya estás en la azotea.

-Entiendo, una pregunta más—Dijo sonriéndole amablemente— ¿Sabes en que salón se encuentra Wolfram von Bielefeld?

-¿El raro de la clase 2-A? Si, por las mismas escaleras pero en el segundo piso tomas las escaleras de la mano derecha, pasillo cinco, salón 2-A, en este momento deben de estar en clases de Historia.

-Te lo agradezco mucho.

-¿Eres conocido de él?

-Bueno, solo tengo un encargo para él. Pero puedo ver que no se lleva bien con los del instituto.

-Él se lo ha buscado, siempre pasa solo en los almuerzos y se ha corrido el rumor de que le gustan los chicos, bueno, era de esperarse ya que es un simple narcisista que ante él todos los demás somos inferiores.

-Debe ser alguien sin corazón.

-Lo es.

-¡Nakamura! estamos esperando el balón.

-¡Ah, lo siento!—Dijo el chico—Espero haberle ayudado.

-Has sido de mucha ayuda, Nakamura-san.

  El chico sonrió y se alejó de Yuuri, el chico de cabello negro por el contrario mantuvo su mirada seria hacia la dirección que se había ido aquel muchacho. Según lo que le había dicho, Wolfram no era tan popular como lo imaginaba, se había hecho odiar por todos por sí solo, tuvo la idea de que sería muy popular, pero no pensó que iba a ser popular de esa manera.

Se dirigió a las escaleras y siguió las instrucciones de Nakamura, primero visitó el salón de Wolfram pero se encontró con que ya se había ido a la azotea.

-Maldición debo apurarme si quiero averiguar algo.

Corrió hasta llegar a la azotea, miró por el vidrio de la puerta y no encontró a nadie, con cuidado abrió la puerta y pudo escuchar voces alejadas de donde se encontraba. Rápidamente se subió a un altillo y de ahí busco donde se encontraban. Ahí estaba Wolfram, un chico con el mismo uniforme y tres de traje negro.

-Este es un poco complicado ya que lleva siendo vigilado por la policía un par de semanas, sospechan de él por lo que debes de ser discreto y sumiso a la vez.

-¿Y no puedo solo darle el encargo como un pedido y listo?

-¡Idiota!—Gritó un chico que portaba el mismo uniforme que Wolfram, dio un golpe en el brazo a Wolfram y lo tomó de los cabellos—Si haces eso vas a ser presa fácil de la policía y eso no nos conviene.

Wolfram cayó al suelo por la brusquedad con la que lo había lanzado, tocó su brazo y dio una sonrisa socarrona.

-Entonces, si dices que este es más complicado ¿Me pagarás el doble?

Yuuri vio como el chico más alto, de cabellos azules miró despectivamente a Wolfram y dio un bufido de molestia mientras asentía de forma desinteresada.

-Sí, pero así como te voy a pagar doble, debes de hacer doble servicio.

Wolfram dejó los ojos en blanco y se levantó acomodando sus ropajes mientras lo miraba con severidad.

-Todo con tal de que esto acabe pronto. ¿Cuántas fotos quedan aún? Sin contar las que me entregarás hoy.

-Quedan dos más, en dos trabajos más serás libre.

-¿Puedo estar seguro que las has borrado?

El chico alto se acercó a Wolfram y le sonrió divertido mientras lo tomaba de la cabeza y depositaba un beso brusco en sus labios.

-Claro que puedes estar seguro, hice una promesa de sangre y si la rompo, puedo morir.

-Bueno, basta de habladurías, aquí está el encargo, espero que lo entregues completo y a tiempo.

-Sí, sí.

-Nos vemos luego, adiós.

Uno a uno iban saliendo de la azotea, cuando Wolfram y un rubio alto quedaron solos, estos se miraron con odio en sus ojos.

-¿Te gusta que me tengan de esta forma?

-Eso es lo que se merecen personas como tú, esto y muchas cosas crueles.

Escupió hacia un lado y salió de la azotea, dejando a Wolfram solo. Caminó hasta el filo de la azotea y sujeto fuertemente con sus manos el barandal, el viento sopló y Wolfram elevó una risa de desesperación.

-¿Y si acabo con mi vida antes de que ellos lo hagan primero?

Colocó sus dos pies en el filo del balcón de la azotea y se elevó un poco, mientras miraba hacia abajo.

-Dolería.

La voz resonante de Yuuri hizo a Wolfram alejarse del filo y buscar alarmado a la persona que le había hablado.

-¿Yuuri?

-Dolería mucho.

Lo vio salir de detrás de una pared y sonreírle de forma despreocupada. Frunció el ceño molesto y caminó unos pasos hacia Yuuri para encararlo.

-¿Qué haces aquí?

-Evitando que cometas una locura.

-¿Y a ti que te importa si lo hago o no?

-Dolería.

-Pero no lo sentiría por mucho tiempo.

-No lo digo por ti, les dolería a ellas, tu madre y tu Nana, debes reconocerlo.

Wolfram abrió los ojos sorprendido, no se había puesto a pensar en la reacción que causaba su imprudencia. Le dio la espalda y miro hacia el cielo.

-Sabes gran parte de mi secreto, yo no quiero involucrar a nadie más en esto. No sabes lo peligrosos que pueden llegar a ser esos tipos.

-Pues ya estoy metido de narices en el asunto, Wolfram, solo quiero ayudarte.

-¡No lo hagas! Te quiero lejos de mi vida, de mi problema, esto es algo que no te incumbe a ti por lo que no quiero que metas tus manos en este asunto. No quiero, no quiero que salgas lastimado.

Yuuri miro al rubio desde atrás, sentía lo que el rubio sentía, era desesperación y angustia por ser la primera vez que alguien más, aparte de su madre y su Nana, se preocupaba por su bienestar.

-Todas las personas buscan su propio bien, no hacen algo si es que no reciben algo a cambio, la humanidad es así, un montón de escoria. Son tus pensamientos en este momento y en tiempos anteriores ¿No es así? ¿Pero sabes una cosa? No toda la gente es así, yo no soy así, busco ayudarte sin recibir algo a cambio. Busco tu bienestar sin que nadie me lo pida, busco tu felicidad.

Sintió los sollozos de Wolfram desde atrás, sonrió al saber que había conseguido llegar al corazón del rubio, que al fin podía entrar al menos un poco a través de la fría coraza que cubría sus sentimientos. Posó sus manos sobre los hombros del rubio y depositó un beso en la cabeza.

-No quiero—Se dio vuelta y lo abrazó con todas las fuerzas que lograba sacar de su interior—No quiero que gente como tu salga lastimada, si te acercas a mi serás herido—Se separó bruscamente y lo miro con severidad—Aléjate de mí, ahora.

Salió de la azotea recogiendo sus lágrimas caídas por sus mejillas. Yuuri miró la puerta ser cerrada, dio un suspiro y se asomó hacia las barandas, encontrándose con el auto de aquel hombre de traje negro. Corrió hacia la salida del instituto y tomó el primer taxi que apareció en su camino.

-Siga de lejos a ese auto negro, por favor.

Debía de saber más, quizás algo que le beneficiara a Wolfram y pudiera salir de ese enrollo sin problemas. El celular sonó alterando a Yuuri, miró la pantalla y decía Megumi.

-Hola amor ¿Qué sucede?

-Y-U-U-R-I te tengo una sorpresa.

-¿Una sorpresa? Megumi por el momento no puedo, me encuentro en medio de descubrir algo grande.

-¿Algo grande? ¿Qué es más importante que venir a recoger a tu novia a la estación de trenes?

Yuuri se sorprendió por lo dicho anteriormente, no creía posible que Megumi hablara enserio así que rio divertido.

­-¿Es de verdad lo que dices? ¿Estás en Osaka?

-Sí, estoy aquí en Osaka.

-Megumi, ahora me encuentro ocupado y…

-Y…quiero que me vengas a recoger.

-Enserio Megumi, ahora me encuentro ayudando a Wolfram en algo importante.

-¿Wolfram? ¿El hijo de esa señora que le dio trabajo a tu abuela? Yuuri, él es un simple muchacho que conociste hace unos días, no puede ser posible que tú le des más importancia a él que a mí.

-Megumi, por favor, te voy a dar la dirección de la casa donde vive mi abuela, espérame ahí que yo voy en una media hora ¿Si?

-Ah no, Yuuri Shibuya, tu vienes ahora a verme a la estación porque eres mi novio.

-Pero Megumi…

-Decide: O es tu novia de hace dos años o es tu amigo de hace unos días.

Yuuri miró por el parabrisas el auto negro que seguía en la mira, no sabía qué hacer, por un lado Megumi se encontraba furiosa por el hecho de que no quisiera irla a ver y por el otro se encontraba la clave a todo el problema de Wolfram. ¿Qué valía más? ¿Un noviazgo o una vida?

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Continuará.

Notas finales:

Bueno, aquí con un cap nuevo, agradezco a any-chan por sus comentarios, sinceramente me alientan a seguir, tambien a Anonimo

muchas gracias.


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