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Alimento por Ojou_Sama_F

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Notas del fanfic:

Este es un one shot, no tiene nada que ver con mis otras historias y es el primer fic que ecribo del genero 'Fantasia' y ¡sin Lemon!

Notas del capitulo:

Un solo capítulo.

Día a día, noche a noche; siempre la misma rutina desde que empecé a trabajar desde mi departamento; salgo solo a lo más indispensable, pagar servicios, comprar comida y después, vuelvo a mi computadora a seguir escribiendo.

 

Vivo en un edificio viejo, de tres plantas; la planta baja, tiene varios locales comerciales, la segunda y tercera planta tienen cuatro departamentos cada una, y en la azotea están el área de lavado compartida; sinceramente, deseo irme de aquí, vivo en la última planta, en el penúltimo departamento y durante el último año, he deseado cambiarme con desesperación, pues hay algo en el último departamento, lo sé, lo intuyo, lo siento… Principalmente, lo escucho.

 

Hasta hacía un año, ese departamento había sido rentado por una pareja, pero ellos se fueron y desde entonces, la dueña del edificio no lo ha podido rentar; ha comentado muchas cosas, entre ellas que cuando van a ver el lugar, los futuros inquilinos escuchan voces, ven sombras e incluso, los han llegado a lastimar. Nadie cree esas patrañas, ni yo mismo las creía, hasta que empecé a escuchar cosas a través de la pared de mi habitación.

 

Una voz,  gemidos, jadeos e incluso gritos durante las noches. La primera vez, le pregunté a la dueña si ya había rentado el departamento, su respuesta fue un rotundo no; la segunda vez, pensé que alguien se había introducido sin permiso y avisé a la dueña, pero al ir, no había nadie. La tercera vez, yo mismo fui a tocar la puerta sin recibir respuesta y así, sucesivamente, las cosas empezaron a ponerse más escabrosas.

 

Después de un pequeño accidente con unos visitantes que querían ver el departamento, la dueña del edificio, llevó a un sacerdote a bendecirlo, pues según dijeron, algo tiró al piso a la joven, encerrándola en el baño, ella gritaba pidiendo ayuda y cuando por fin la sacaron de ahí, un par de minutos después, estaba llena de arañazos sin explicación. Pero el trabajo del sacerdote no hizo mucho efecto, pues solo fueron dos días de paz los que pude disfrutar, al tercero, los sonidos volvieron, mucho más insistentes, mucho más fuertes, mucho más, perturbadores.

 

Llegué a un punto en el que me debatía si debía seguir tratando de ser escéptico o creer, de una vez por todas, que ahí había algo, así que, me decanté por lo segundo, una noche que, escuché unos golpeteos insistentes en la pared de mi habitación, cuando me acerqué, coloqué mi oreja en la misma y claramente escuché mi nombre; mi piel se erizó, el miedo me invadió y esa noche no pude dormir, como otras tantas noches, la diferencia era que, en vez de estar escribiendo, me encontraba cubierto con las cobijas, en la esquina de mi cama, al extremo opuesto de la pared dónde había sucedido tal situación, pues no quería ver, ni siquiera, mi reflejo en el espejo que había en ese muro.

 

Al día siguiente, por medio de internet, me comuniqué con una persona que decía ser un médium, le hice preguntas y fue muy cordial y amable, diciéndome que si lo deseaba, podía ir a ver ese departamento; le pedí permiso a la dueña del edificio y accedió con rapidez, ella también se encontraba preocupada.

 

La mujer llegó con un hombre, ella no parecía ser muy distinta a cualquier fémina que te encuentras en la calle al ir caminando al supermercado, tampoco parecía muy distinta a cualquier vecina de colonia de clase media, así que, dudé en haber hecho una buena elección. La mujer, nos pidió a la dueña y a mí, que la dejáramos sola con su acompañante, un hombre robusto, alto y por demás musculoso, quien era el único que podría controlarla en caso de que sucediera algo desagradable, y, aunque al principio dudamos pues no entendíamos a que podía referirse, hicimos lo que pidió.

 

No pasaron ni diez minutos cuando escuchamos gritos dentro del departamento, la voz del hombre suplicaba que lo dejáramos salir, pero ni la dueña, ni los otros vecinos que salieron alarmados por los gritos, ni yo, pudimos abrir la puerta. Finalmente, se abrió de golpe, el sujeto salió gateando con dificultad, tenía arañado el cuerpo, algunas partes de su ropa desgarradas y quedó contra la pared de enfrente, estaba sudando, parecía haberse orinado en los pantalones, temblaba murmurando incoherencias y su vista estaba perdida en la nada. La mujer, estaba en el piso, tirada como una muñeca desarticulada, tenía las uñas extremadamente largas, ensangrentadas, su cabello completamente revuelto, de su boca salía un hilillo de sangre y sus ojos estaban en blanco; a pesar de su estado, todavía respiraba, así que llamamos a una ambulancia.

 

Nadie supo explicar que había sucedido, así que los agentes de policía, acordonaron el departamento y dijeron que esperarían a que tanto el sujeto, como la mujer, pudieran hablar. Así como yo, los demás inquilinos empezaron a buscar un nuevo lugar para vivir, pero, como me sucedía desde que había decidido buscar un nuevo hogar un año antes, parecía que todo estaba en contra de nosotros. Ninguno pudo encontrar nada y si lo hacíamos, se cancelaba la oferta por cualquier razón, tonta e inverosímil.

 

Casi una semana pasó, yo seguía escuchando ruidos y voces en el departamento de al lado, pero siempre había un par de policías que se quedaban a cuidar el lugar quedándose en el pasillo de los departamentos, así que, prefería salirme a platicar con ellos, llevando mi laptop en mano para ponerme a trabajar en las noches y dormía en el día, pues, aunque los ruidos extraños no cesaban, eran menos perturbadores y yo podía quedarme en la sala desde dónde no podía escucharlos con claridad.

 

Al séptimo día, en la mañana, el agente encargado de la investigación, llegó a mi departamento, explicándome que tanto la médium como su acompañante habían despertado de su shock y, aunque no pudieron explicar que había sucedido con exactitud, lo que ambos dijeron y concordaron, fue haber visto una sombra, una sombra que salía de la pared que daba a mi departamento, pero nada más.

 

Me sobresalté, no comprendía que estaba sucediendo,  ni el agente tampoco, pero aun y que seguía escéptico, decidió que era mejor realizar una investigación en ambos lugares. Con ayuda de algunas personas, incluyendo otro sacerdote, se dedicarían a revisar los dos departamentos contiguos.

 

Ese mismo día, un par de horas después de la plática, un grupo de dieciséis hombres se presentó ante los tres agentes que estaban esperando, entre los recién llegados, había un sacerdote, otro médium y un par de investigadores de lo paranormal. Los policías decidieron quitar las puertas principales, desatornillando las bisagras, para que no sucediera lo de la última vez y así, con esa precaución, nueve hombres entraron a mi departamento y diez más al contiguo, entre ellos el sacerdote.

 

La dueña y yo, nos quedamos en el pasillo, esperando, escuchando, temblando. Oímos voces y palabras de susto en el último departamento, después, esto mismo se repitió en el mío. Entre los ecos podía escuchar al sacerdote orar y a las demás personas decir palabras como “¡Ahí está!” “¿Qué es eso?” “¡Dios mío!” “¡Es un demonio!”

 

Mis nervios se crisparon, la dueña cayó de rodillas, empezando a llorar al escuchar los disparos; el sacerdote fue lanzado hacia el exterior y terminó golpeándose contra la pared, gritando, al parecer se había roto un par de costillas; finalmente una risa estridente llamó mi atención, pero lo que más me sorprendió fue la voz que se escuchó después; porque esa voz gutural, grave y gruesa, dijo mi nombre “Irving”.

 

Pasé saliva, mi respiración se agitó, quise correr, pero una vez más, esa voz me llamó “Irving”. A pesar del miedo que me envolvía, mi cuerpo reaccionó, caminé con paso lento y tembloroso al interior del último departamento; en el camino, los agentes estaban en el piso, en medio de un líquido viscoso, negro, pegajoso, pero seguían vivos, quejándose de dolor, con golpes notorios y sangre en algunas partes. Cuando llegué a la sala, la pared que daba hacia mi departamento ya no existía, parecía que algo la había corroído y, también podía ver del otro lado a los agentes, el médium y los investigadores, cubiertos de esa masa gelatinosa oscura.

 

-No los he matado – la voz susurró con seriedad – pero puedo hacerlo sin titubear…

 

-¿Quién…? – mi voz se quebró, cerré mis parpados, apreté mis puños y sentí que perdería el conocimiento de un momento a otro.

 

-¿Quién soy? – esa voz susurraba cerca de mi oreja, sentía la presencia tras de mí, un roce en mi brazo hizo que mi piel ardiera – soy tu demonio personal – aseguró.

 

-Mi… ¿qué? – pregunté con un miedo indescriptible recorriendo mi cuerpo.

 

-Sí, tu demonio – insistió – ese que día a día y noche a noche, llamaste para poder escribir tus historias de suspenso y terror – explicó, mientras sentía algo húmedo y viscoso recorriendo mi cuello – ese, al que le ofrendabas tu lujuria líquida cuando estabas ofuscado y bloqueado, masturbándote frente al espejo de la pared de tu habitación, todo para salir de ese estado frustrado, relajándote lo suficiente para sentirte tranquilo y yo, yo recibía con gusto mi alimento – sentí unos labios rozando mi oreja – porque es delicioso – nuevamente la humedad recorrió mi piel.

 

Apreté mis parpados y negué – no es cierto… – un sollozo – es mentira… – mi voz era un murmullo.

 

-No, no es mentira – la voz tenía un tinte más suave, quizá seductor – si hubieras seguido como antes, alimentándome, todo estaría bien, pero tienes mucho tiempo que no me alimentas, desde que dejaste de escribir historias de terror, me has abandonado y eso no me agrada Irving…

 

El ardor en mi rostro me hizo abrir mis parpados y pude verlo frente a mí; era un ser inmenso, más de dos metros, eso era seguro, estaba inclinado para que su enorme rostro estuviera frente al mío; su largo cabello negro enmarcaba el rostro más varonil y hermoso que podía recordar en toda mi patética vida, coronado por un par de grandes y largos cuernos; su sonrisa cínica dejaba ver sus dientes afilados pero que parecían perfectos colmillos en espera por desgarrar mi carne; sus ojos negros con las pupilas rojas me miraban con insistencia y tenía un semblante ligeramente adusto debido a sus cejas pobladas; toda su piel era de un color oscuro, entre el azul, morado y negro, con algunas marcas extrañas que adornaban su torso desnudo, pues solo portaba un pantalón rasgado de las piernas, ya que sus pies terminaban en pezuñas grandes; sus alas eran membranosas, inmensas, tan grandes que podía decir que eran majestuosas y tras ellas, una cola larga, segmentada y juguetona, terminada en una punta, se movía de un lado a otro; sus dedos en mi mentón abarcaban casi todo mi rostro, de reojo pude notar sus uñas largas y filosas.

 

-Todos – susurró – quieren que me vaya de aquí – sonrió de lado – pero no me iré, no puedo irme porque tú eres el que me liberó aquí Irving y si me alejo de ti, podría desaparecer antes de conseguir más alimento de alguien como tú, perfecto, dulce, puro y especial…

 

Me estremecí, pero no pude evitar sentir que mi cuerpo empezaba a arder bajo mi ropa, podía asegurar que era por el toque de ese ser tan extraño, pero aun así, mi mente se estaba nublando cómo para pensar claramente.

 

-¿Qué…? ¿Qué quieres? – pregunté a media voz, tratando de alejar mi rostro de su agarre.

 

-¿Qué quiero? – sonrió y acercó su rostro a mi cuello, cerca de mi oído – comer por supuesto, quiero alimentarme, quiero saciar mi apetito contigo… Eso es lo que quiero.

 

-¿Te…? ¿Te irás?

 

-Solo si tú vienes conmigo – aseguró con diversión – si quieres que me vaya, tienes que pagar el precio…

 

-¿Me…? ¿Me dejarás ir después? – indagué con miedo.

 

-Podría, – asintió – pero solo si sobrevives en donde estarás hasta que consiga mi nuevo alimento… Después de todo, si existo es por ti, así que, puedo ser un poco amable…

 

-Y… ¿A dónde me llevarías? – levanté mi vista mirándolo a los ojos.

 

-Obviamente a la oscuridad – su lengua larga y bifurcada salió de su boca, recorriendo mi mejilla – la oscuridad que tanto ansías conocer para escribir cosas impactantes, que logren que tus lectores sientan ese miedo que estás sintiendo en este momento.

 

Desvié mi mirada – Y… ¿ellos? – señalé con un ademán a los hombres que seguían atrapados.

 

-Ellos no me interesan en lo más mínimo.

 

Dudé, pero si era algo que podía hacer, y si era cierto que había sido mi culpa su existencia, tendría que hacerme responsable y con ello, dejar a esas personas libres.

 

-De…  De acuerdo – accedí.

 

-Perfecto – su sonrisa, su mirada, su voz; el beso posesivo que me dio mientras sus brazos me sostenían y sus alas nos cubrían a ambos, todo me llenó de un placer inimaginable, un éxtasis absoluto, que me hizo tocar el cielo antes de llegar al infierno, pues en medio de eso, el edificio estalló, todas las personas que se encontraban ahí, perecieron por la explosión y el fuego.

 

 

* * *

 

 

El demonio llevó a al humano, vivo, al infierno, condenado por hacer un trato absurdo, en el cual, vendió su alma, a cambio de una eternidad en oscuridad, al lado de aquel que se alimenta de él, día a día y noche a noche, sin dejarlo descansar, llevándolo a la locura en medio de la lujuria, el miedo y la culpa.

 

 

 

Notas finales:

Sinceramente a mí no me gustó del todo, pero es mi primer intento en el género de fantasía y suspenso o como sea, así que, se aceptan criticas constructivas.

Les dejo el link de la imagen de este One shot, por si lo quieren leer. Cómo no me sentía bien como para colorear y lo hice en grises. Disculpen mi falta de técnica, tengo años que no hacia escala de grises y no tengo suficientes lápices para dar tonos, solo tengo un lapicero 0.5 y un lápiz HB XD

http://i375.photobucket.com/albums/oo197/F_Ojou_sama/Demonio_zpssgc39j6j.jpg

 

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Subiré una versión completamente editada de este escrito en mi pagina personal (http://ojousama.weebly.com)


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