Kagami Taiga se preguntó, no por primera vez, ¿por qué lo hacía?
Kuroko le había pedido llevarle un plato de sopa caliente (que de paso el mismo había tenido que hacer el) a Aomine que estaba enfermo, pero ¿Por qué el?, pensó con frustración.
Toco el timbre de la casa y espero, luego de unos segundos la puerta se abrió con lentitud y un ojeroso moreno se dejó ver.
No parecía Feliz.
…Bien, el tampoco.
— ¿Qué haces aquí Bakagami? — La voz del as de Too se notaba ronca, la gripe lo había golpeado fuerte.
— Kuroko te envió un poco de sopa— dijo levantando la bolsa donde llevaba el plato. El moreno frunció el ceño pero asintió, estiro la mano, pero en ese momento su cuerpo empezó a caer, por su rostro parecía ni siquiera notarlo, pensó con cierta alarma el tigre que puso su mano alrededor del otro— ¿Estas bien? — ahora se estaba preocupando, genial.
— Si, solo sentí un poco de mareo— respondió el otro con voz pastosa— estoy bien, puedes irte.
— No digas tonterías— gruño el pelirrojo, entrando en la casa, puso la bolsa en la mesa y arrimo a un torpe Aomine al sofá— ¿En serio te sientes bien? — pregunto tocando la frente del moreno que ahora sudaba y respiraba con dificulta, sus ojos se veían desenfocados. Efectivamente la fiebre era alta— ¿Nadie ha venido?
— ¿Quién iba a venir, genio? — respondió el peli azul con simpleza
— No sé, déjame pensar, ¿Tus amigos? — el sarcasmo fue espeso pero el otro no se dio por aludido.
— No seas idiota, no tengo amigos— Aomine se recostó al sentirse cansado.
— ¿Y la generación de los milagros? — pregunto con cierta sorpresa, aunque bien era cierto que por la arrogancia del moreno era posible que no considerara a nadie digno se ser un amigo.
— Llegamos a ser amigos en un momento, pero ahora solo son extraños para mí— respondió el otro cerrando los ojos — me gustaría serlo de nuevo— esta vez fue un susurro, probablemente solo un pensamiento dicho en voz alta a causa de la fiebre.
Kagami se levantó y dando tumbos por la cocina logro encontrar algo donde poner agua fría, y busco en la alacena algún trapo nuevo, volvió con el enfermo y humedeciendo la tela se la puso en la frente, Aomine suspiro con gusto.
— Ahomine— llamo con suavidad.
— ¿Uhm? — fue todo lo que respondió el otro probablemente más dormido que otra cosa.
— ¿Por qué no tienes amigos? — pregunto con curiosidad.
— Dicen que soy demasiado arrogante— Kagami sintió una gota de sudor bajar por su frente, lo había imaginado— Estúpidos, ni siquiera me conocen—
— ¿Quieres tener amigos? — dijo sin pensar.
— No te burles de mi— respondió con acidez el moreno que entreabrió los ojos— nadie quiere ser mi amigo, me consideran un enemigo y un rival, pero nunca un posible amigo—
— Idiota— susurro el pelirrojo— Yo quiero ser tu amigo—
— Yo no— respondió el moreno, Kagami sintió su cara arder de vergüenza e inmediatamente se empezó a levantar, pero un mano caliente toco su rostro y se encontró con la mirada nublada del otro— me gustaría ser más que eso— la sonrisa de Aomine fue triste— también me gustaría que fueras real— su mano siguió acariciando el rostro del chico de Seirin— a veces siento que tú eres el milagro, tan increíble, tan inigualable.
— Estas delirando Ahomine— dijo nervioso. Su respiración se entrecorto cuando el enfermo toco sus labios.
— Casi pareces real— susurro—… quiero un beso─— Kagami se congelo en su lugar— solo uno, y dejare de sentir.
— ¿Q-Qué cosas dices? — tartamudeo, ¿Qué le pasaba a Aomine?
— Solo uno— siguió el otro, Kagami lo miro un momento, humedeció sus labios y pensó, solo era un beso ¿no?, además él pensaba que era una ilusión suya, no tendría por qué pensar más en eso— ¿Por favor? —
— Solo uno— dijo acercándose, el moreno asintió mirando sus labios.
— Es la primera vez que aceptas— la sonrisa triste apareció de nuevo— las otras veces solo me insultabas, ¿tan desesperado estoy? — Así que no era la primera vez que lo soñaba
— No pienses en eso— dijo acercándose.
Miro los labios del moreno, resecos por la enfermedad, se inclinó y poso con suavidad sus labios sobre el otro par, este cerro los ojos y el decidió hacer lo mismo, saco la lengua y la paso por los labios del as, humedeciendo, tomo el labio inferior de Aomine entre los suyos y succiono un poco, este abrió un poco la boca en una inconsciente invitación, Kagami abrió un poco la boca pero no profundizo el beso, tomo el labio del otro entre los dientes. ¿Quién pensaría que se sentiría tan bien?
— No juegues— se quejó el enfermo, que exigente, pensó divertido el peli rojo.
— Está bien— esta vez abrió la boca y metió la lengua en la boca caliente del otro, su lengua se encontró con la ansiosa del moreno, tuvo que forzarlo a calmarse, estaba disfrutando demasiado para hacerlo aceleradamente. Cuando Aomine se hubo calmado movió sus labios sintiendo los del otro y su lengua seguía moviéndose alrededor de la otra. Cuando se acabó el aire se separaron agitados— Duérmete— El moreno ni siquiera chisto, sonrió un poco y cerró los ojos. Casi inmediatamente un suave ronquido se escuchó.
*****
Aomine estaba en la puerta del instituto Seirin, estaba un poco, está bien, muy preocupado, después de tener el sueño que siempre soñó, valga MUCHO la redundancia, se levantó y vio una taza con agua a su lado y una pedazo de tela en su frente, cuando reviso la casa, faltaban unos tenis y una camisa además de que encontró algo de sopa que no tenía en la nevera. Por lo poco que recordaba era probable que fuera Kagami.
Mierda.
¿Lo que paso fue un sueño? O ¿fue real?, suspiro exasperado.
Doble Mierda.
— Aomine-kun— se giró al ver a su antiguo compañero.
— Tetsu— saludo.
No era mentira lo que había dicho, ya no eran amigos, por mucho que quisiera pensar lo contrario, a Tetsuya poco le importaba lo que pasase y dada la brutal honestidad del chico no había duda al respecto; Kise, él lo veía como un rival, si lo encontrara en la calle no hablarían de sus vidas, probablemente solo le advertiría que la próxima vez lo vencería y seguiría su camino; Midorima lo miraría despectivamente y también seguiría su camino, Murasakibara lo miraría con aburrición mientras comía sus dulces y de nuevo este también seguiría su camino; Akashi lo evaluaría, haría algún comentario acerca de su fuerza o carencia de esta y efectivamente haría lo mismo que los demás, seguir su camino. Que predecibles.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto su antigua sombra.
— Solo pasaba por el lugar— respondió con simpleza.
— Llevas en esa “pasada” una hora, Aomine-kun— señalo el peli celeste, el moreno se tensó molesto, ¿era necesario señalarlo?
— ¿Debo darte explicaciones? — refunfuño, su ex sombra solo lo miro unos segundo.
— No, no es de mi incumbencia— respondió el más bajo— nos vemos Aomine-kun— no espero respuesta y se fue. Aomine se sintió mal por su actitud pero lo dejo así, no es como si a Kuroko realmente le importara.
— Él te envió la sopa— escucho a Kagami detrás de el.
— Porque Akashi le pidió encontrarse con él y para deshacerte de ti te mando, pero no sabía de mi estado, fue pura coincidencia que realmente estuviera enfermo— respondió con algo de cinismo, Momoi se había encargado de apagar la pequeña llama de esperanza contándole que había encontrado al par la tarde anterior. Así que solo le quedo regañarse por ser tan iluso.
— No digas tonterías— Kagami regaño pero era evidente su duda─ ellos se preocupan por ti—
— No lo hacen — aseguro el número 5 de Too─ acéptalo, no soy tu, igual no importa, solo venía a agradecerte lo de ayer— hablo como quien no quiere la cosa, pero el otro solo se limitó a sonreír.
—Eres mal mentiroso Ahomine— dijo riendo.
— Cállate— gruño el moreno.
— Entonces puedes agradecerme dándome de comer, muero de hambre— se quejó el pelirrojo, Aomine suspiro exasperado.
— No tengo dinero Bakagami—
— Hable de comida no de dinero — respondió sin perder la sonrisa— sé que tienes ingredientes, incluso haré yo la comida— esta vez la sonrisa fue amplia— ¿Qué dices? — maldición ¿tenía que verse tan bien? Pero no, había prometido que no sentiría nada. Y lo haría… Eso esperaba.
—Está bien— respondió en un gruñido antes de empezar a caminar siendo seguido por el pelirrojo.
— ¿Te sientes mejor? — pregunto el tigre.
—Si— respondió con sequedad, aun sentía un poco de malestar y dolor detrás de los ojos pero estaba mucho mejor que el día anterior.
Cuando llegaron a la casa, dejaron el calzado en la entrada y fueron a la cocina.
— Aomine— llamo el pelirrojo, el aludido se giró extrañado de que no lo insultara, solo para encontrarse con la cara seria del otro.
— ¿Por qué me miras así? —pregunto extrañado el moreno. Kagami se acercó aun mirándolo de ese modo.
— Lo siento— Aomine frunció el ceño confundido, que se profundizo cuando el tigre se acercó demasiado.
— Oye, estas mu…— el as de Too solo pudo abrir los ojos en su máxima capacidad cuando el otro lo beso. ¿Qué? —…quita…— pero no escuchaba—…Bakagami— dijo empujándolo pero parecía en trance— ¿Qué? —dijo cuando cayó de espaldas al suelo de la cocina.
— Eh pasado todo el día pensando en ese beso— decía sobre los labios del moreno que sintió como su cara ardía. —Necesito otro— dijo antes de besarlo de nuevo. Aomine lo empujó con fuerza, pero la gripe lo tenía débil. Mordió el labio del chico de Seirin hasta que sintió el sabor de la sangre, Kagami se alejó y lamio su propio labio.
— Aléjate—gruño el moreno golpeándole el rostro al otro que cayo sentado entre sus piernas.
— No— y de nuevo estaba bajo el chico. Maldición incluso era más bajo que él. ¿Por qué no podía quitárselo de encima?
— ¿Qué crees que haces? —gruño, cuando sintió de nuevo la boca sobre la suya.
— Quiero otro— murmuro el pelirrojo de nuevo besándolo.
— ¿Ya llevas muchos no te parece? —mascullo ultrajado.
— Otro— solo se escuchó el murmuro.
Aomine que tenía sus manos en los hombros de Kagami, finalmente se resignó. El idiota parecía estar demasiado ido para razonar con él.
— Idiota— alcanzó a decir cuando se alejó para tomar aire.
— Otro— solo pudo rodar los ojos ante esto. Esta vez cuando recibió el beso tenía la boca abierta. No es como si no quisiera, ya había cumplido el papel de indignado, era hora de disfrutar.
…Y Maldición, el chico besaba bien. El moreno metió su lengua en la boca del pelirrojo que rodeo la suya con suavidad. Mmm. Muy bien. Sintió como su labio era mordisqueado. Santo cielo.
Entonces escucho el sonido inconfundible de un estómago hambriento. Kagami inmediatamente se sentó entre confundido y avergonzado. No pudo evitar su risa.
—Supongo que era cierto que morías de hambre—dijo aun entre risas mientras veía el sonrojo del chico— Vamos, incluso preparare yo la comida— dijo sonriendo. De algún modo se sentía bien.
Se levantaron y Aomine empezó a moverse buscando los ingredientes.
—Aomine—
— ¿Uh? — Miro al chico que de nuevo tenía una expresión seria— ¿Qué pasa? —
— Yo seré tu amigo— dijo con fiereza. Por un momento no supo que decir, pero el rostro de su acompañante se veía decidido así que lo decía muy en serio. Entonces sintió que una sonrisa jaló de su boca.
—Supongo que tendré que conformarme— dijo con sorna. La sonrisa del otro no se hizo esperar.
— Es una lástima— dijo acercándose hasta acorralarlo en el mesón. Sus labios de nuevo presionaron los del moreno en un acto al que terminaría acostumbrándose.
— Si— murmuro contra los labios del chico.
— ¿Otro? —
— Temo que sí—